Por alguna extraña razón, la intervención de Mingyu le puso los pelos de punta y el corazón le comenzó a latir demasiado rápido. Es como si su alma misma supiera que algo estaba a punto de suceder.
Como dicen por ahí, uno sabe cuando la tormenta comenzará.
"Uh, oí por ahí que tu y Jungkook tienen algo, ¿es así?" Mientras Mingyu hablaba Jimin sentía como su corazón latía cada vez más rápido.
"Sí." Se limito a decir, tratando de descifrar lo que Mingyu iba a decir. Descifrando el porqué del latir de su corazón; tan rápido como un caballo de carrera.
"Entonces...¿tú compromiso con Eunwoo termino....?"
¿Eso que tenía que ver....?
"¿Qué es lo que me quieres decir? Por favor, ve al punto."
"Bien." Jimin observo como lo había dicho soltando un suspiro. "¿Recuerdas como Jungkook se acercó a ti...? ¿Su repentino interés...?
"Sí, lo recuerdo. Él dijo que siempre había gustado de mi." Una vez más, sintió como su corazón iba tan rápido como un corcel.
"Mhm." Ahogó una risita, negando con la cabeza. "¿Después de hablar porquería y media de ti?"
"Ve al punto, Mingyu, no quiero escuchar algún sermón que no pedí." Soltó enojado, él no necesitaba oír lo que ya sabía, que antes de enamorarse, Jungkook lo detestaba, era mutuo después de todo.
Mingyu soltó un suspiro, poniendo los nervios de punta en Jimin, por alguna extraña razón.
Los pelos se ponen en punta cuando el rayo está cerca de caer, es lo que dicen. Tal vez, era la misma premonición.
"A principios del año, yo aún tenía sentimientos por ti, aún no te había superado." Dijo. "Y eso cabreaba a Jungkook, porque él siempre decía que tu solo eras un caza fortunas, que no valías mi penar. Decía que eras una persona a la cual si le tratas bien y con cariño, podría estar a tu libre disposición, un día me canse de eso, le dije que ni así, ni él siendo más rico que tu prometido o teniendo la mejor labia él no podría tenerte en su palma."
El corazón de Jimin iba a mil por hora, podía escuchar su propia respiración y como sus manos comenzaban a temblar ligeramente, el aire se le iba y una presión nacía en su estómago. El rayo y la tormenta arribarán pronto, lo sentía por como su respiración comenzaba a marearle.
Pero, no quería hacer alguna afirmación temprana, quería esperar, quería saber más.
"Por eso, es que ambos hicimos una apuesta, yo...yo aposté a que él no podría conseguir ni siquiera tu atención, y él aposto a que podría enamorarte y tenerte a su disposición, pues solo eras unas cuantas palabras bonitas."
Jimin sintió el momento exacto en el que su corazón cayó a su estómago, sintió como su garganta se cerró y su vista se nubló. El rayo le cayó encima y la tormenta lo postró en el piso. Fue como se describe la muerte en las películas, todo pasa por tus ojos, el primer momento probando los labios de Jungkook hasta la foto que se tomaron en la mañana, todo se reflejó, como una muerte.
La muerte de su amor.
"¿U-una apuesta?" No pudo evitar tartamudear, los pedazos rotos de su corazón cortaban en su garganta.
"Sí." La confirmación le dio el último golpe, encajando aún más profunda la daga, incrustando más dolor en su marchito corazón.
Y todo cobro sentido en su cabeza, desde el primer beso robado hasta la foto de la mañana. La repentina cercanía de Jungkook tan extraña había sido solo para burlarse de él, le había enmelado el oído con muchas palabras solo por unos cuantos billetes. Unos pocos dólares, eso es lo que había costado su corazón y sentimientos.
"¿Él pensaba decírmelo?" Fue una pregunta que se le salió, aún dentro suyo quería creer que algunas de las palabras y besos fueron reales. Aunque su cabeza le gritara que era muy probable que todo hubiese sido su sucio plan.
"No." Ante la respuesta Jimin cerró los ojos, sintiendo como las lágrimas querían escurrir por sus pestañas y hacer surcos sobre sus mejillas. "Yo creí que tu debías—" Fue interrumpido, Jimin quería saber todo, quería saber hasta el mínimo detalle.
"Dime todo, dime que es lo que Jungkook decía mientras jugaba conmigo." Fue inevitable que su voz temblará, le habían roto el corazón de la forma más cruel, no creía que mereciera ser el juego de alguien.
"Bueno." Hizo una mueca, mordiéndose el labio y sintiendo una opresión en el pecho al ver los ojos cristalinos de Jimin. "Él nos daba actualizaciones sobre lo que hacían, a veces nos enviaba fotos de ambos y...no." Negó con la cabeza, sintiendo que sería demasiado decirle a Jimin que Jungkook les había dicho cuando ambos comenzaron a tener intimidad.
"Dilo." Exigió, no quería perder ni un detalle de lo que había pasado. Eran las piedras que enterraban aún más lo que alguna vez pasó entre ellos.
"No. No creo que sea necesario."
"¿A no?" Sonrió, hirviendo en rabia y dando un paso hacia Mingyu, dándole un empujón bastante fuerte. "Quisiste abrirme los ojos respecto a Jungkook y ahora te exijo que me digas absolutamente todo, yo no seré su pobre estúpido. DILO." Volvió a dar un empujón.
"Jimin, no es necesario que lo sepas..." Otro empujón fue dado, cada uno más fuerte que el anterior.
"¡Que lo digas!" Perdió el control al tener tanto dolor que lo rodeaba, tanta rabia y decepción. Era una tormenta de malos sentimientos que le atormentaban. "¡Dilo!"
"Jungkook incluso nos dijo que habían comenzado a...acostarse."
Un corazón podía romperse de distintas formas, el sonido que emitía al hacerse pedazos a veces era insonoro, pero el corazón de Jimin sonó al ser roto, cual cristales siendo arrojados al piso y explotando contra el mármol. Aquel fue el sonido que hizo su corazón al romperse por completo.
No quiso llorar, la rabia era la que más le asfixiaba en el momento, quería gritar, patear y arrojar cosas al piso. Gritar todo el dolor que tenía en su corazón y en su cabeza.
Una vez más, la película de ambos pasaba por sus ojos, una buena comedia, una burla a su persona. Todas las palabras bonitas siendo reportadas a sus amigos, siendo el hazmereir de aquellos, la pena de otros.
¿Cómo pudo ser tan tonto? ¿Tan débil? ¿Cómo Jungkook pudo acertar tanto con él? Era una persona maleable a las palabras melosas y vacías. No era nada más que un pobre estúpido que se dejó envolver por la melasa espesa de las palabras de Jungkook.
Y la realización de su error, le hizo enojar aún más. Aquel bilis y rabia recorriendo su cuerpo, haciendo temblar a su mano. Rojo de la rabia y de la decepción, alzó su mano y la golpeó en la mejilla de Mingyu, tan fuerte que hizo que su rostro se ladeara al impacto, sonando en el pasillo y llamando la atención de todos.
Incluso de Jungkook que estaba a unos cuantos metros lejos, curioso por la razón de Jimin al golpear a Mingyu.
"Gracias por decirme la verdad." Dijo con la voz rota. "Pero no eres tan diferente a él, eres la misma basura por haber apostado en mi nombre. Ustedes dos pueden irse al infierno."
No dijo mucho, pero las palabras fueron tan rotas y tan alzadas que lograron doler en Mingyu, pero era algo que merecía. Cosechó lo que había sembrado.
Tomo lo poco que quedaba de su orgullo y comenzó a caminar, llevando su mano temblorosa a su bolsillo para tomar su celular y marcarle a Eunwoo, se sentía tan mal que quería desaparecer, necesitaba irse de aquel lugar, encerrarse en algún espacio vacío y pensar en todo lo que había hecho. Todos los errores que había cometido y pensar en el gran error que marcaría su vida, por suerte, no se iba a cometer.
Jungkook estaba congelado en su lugar, viendo los ojos vidriosos de Jimin y sus mejillas rojas de enojo. Lo veía caminando hacía él, pero cuando estuvieron lado a lado, ni siquiera lo miro, paso de lejos, fingiendo que no existía.
No lo hacía.
"¿Jimin?" Lo tomó de la mano, esperando que le dijera que es lo que había pasado, solamente consiguiendo que se soltara bruscamente, caminando lejos de él.
Jungkook lo vio alejarse, vio como su espalda comenzaba a desaparecer de su vista, atónito, lo único que pudo hacer en ese momento fue ir hacía Mingyu para exigirle que le explicara lo que había pasado.
Aunque, algo muy dentro de él, ya sabía lo que pasaba. Sólo que no quería admitirlo, no quería caer en el hueco que el mismo había hecho.
Su cosecha había perecido, se había quemado y se había secado.
"¿Qué le dijiste?" Pregunto en voz alta.
"La verdad."
Algunas verdades era mejor no saberlas, es lo que pensaba Jungkook. A veces era mejor mantenerlas escondidas por el bien común y el bien propio. Era lo que opinaba de su sucio secreto, que aquella verdad debía ser ahogada en el pacífico, no podía salir, por el bien de sus corazones. Muy egoísta, muy unilateral, pero Jungkook, creía en eso.
Por eso, al saber que el corazón de la persona que amaba había sido lastimado—por sus acciones—tomó a Mingyu de su camiseta y lo estampó contra uno de los casilleros.
"Te dije, que ni te atrevieras a decírselo." Grito en su cara. Mingyu se soltó de su agarre, empujando a Jungkook.
"Pero ya esta hecho, mejor inventate alguna disculpa para Jimin." Dijo.
Era cierto, no debería estar exigiéndole algo a Mingyu, sino a Jimin quien era el que tenía lágrimas retenidas en sus pestañas.
Fue corriendo para encontrarlo, rogando hacerlo. Al salir del instituto lo vio de espaldas con los brazos cruzados, se apresuro a alcanzarlo, rogando al cielo para que le escuchara.
"Jimin." Dijo a sus espaldas, pero no le hizo caso. "Jimin, por favor."
No le hizo caso, hizo como si no existiera. No lo hacía.
"Mi amor, por favor, escúchame."
"No vuelvas a decirme así, Jeon." Dijo sin siquiera mirarlo, como si solo hablara con el viento.
"Puedo explicarlo."
"¿¡Qué explicaras?!" La voz rota de Jimin hacía eco en su cabeza de una mala manera, le dolía. "¿¡Ah!?" Se volteó a verlo, encarandolo, con las mejillas rojas. "¿¡Qué solo fui tu asquerosa apuesta!?"
"Jimin, no es lo que crees, yo—"Fue interrumpido.
"¿Tu que? ¿Qué es lo que no creo?" Apunto con su dedo. "Te diré lo que creo, eres un gran hijo de puta con el ego más grande que tu cabeza, eres un maldito infeliz que decidió jugar conmigo solo porque no soportas que sea mejor que tu en todo, que eres un perro maldito al haberme envuelto en tu juego. Eres un maldito infeliz, Jeon Jungkook, es lo que eres." Con mucha fuerza, contuvo las lágrimas que cosquilleaban en sus pestañas.
"Soy todo eso, pero en un momento de la apuesta yo me enamore de ti, Jimin, vi en ti la maravillosa persona que eres y–" Nuevamente fue interrumpido.
"Tu no sabes lo que es amar. Solo puedes amarte a ti mismo."
Dio pasos adelante hasta tomar las manos de Jimin. "Mi amor, yo te amo, por favor."
"¡No, deja de mentirme!" Se soltó del agarre y le dio un empujón fuerte, desequilibrandole y así logrando que se cayera.
Y paso como si la vida se le riera en la cara, mientras Jimin le veía desde su lugar con odio y asco, el auto de Eunwoo llegó. Todo sucediendo en cámara lenta, Jimin dandole de su atención a su prometido, recibiendo un abrazo por parte de él, acariciando sus mejillas porque el dolor de su corazón se podía reflejar con facilidad en sus pupilas, consolandolo.
Viendo en el piso como Jimin se iba en los brazos de otro. En cámara lenta.
Como si no existiera para Jimin.
Habían muerto.
y bueno, ya se supo todo :"3
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