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|CAPÍTULO 27|

Hace aproximadamente un año, mi vida estaba prácticamente perfecta. Mi mamá tenía una enorme barriga que albergaba dos bebés y muchas ilusiones en el futuro. Mi papá la besaba cada vez que se despedía o que llegaba, a su vez, ambos tenían tiempo diariamente para mí, para preguntarme qué tal me había ido y cuando lo necesitaba, para ayudarme con mis tareas.

La sonrisa de mi madre siempre fue contagiosa, era de esas muecas que invitan a charlar, a contar cosas buenas y malas, esas que dicen que no juzgarán nada de lo que pueda decirse y por eso ella era mi mejor amiga. Cuando estaba con mi mamá sentía que no necesitaba nada más a pesar de que ella me decía que debía conseguir amigas de mi edad. A ella podía contarle mis secretos, todos y cada uno de ellos y ella los entendía, me aconsejaba y me daba todo el apoyo que pudiera necesitar.

Luego de que murió, una parte muy grande de mí se fue con ella, la parte que controla la fuerza del alma, la voluntad, la seguridad, todo.

Estoy segura de que si estuviera conmigo, le habría contado todo desde el día uno en Winston, le habría dicho de Ethan, de Brad, de Ash y ella me hubiera explicado que era mejor no acercarse a ninguno de los hermanastros, ella me habría hecho ver que cuando Ethan me plantó en la heladería significaba que no me quería y que debía alejarme y no seguir albergando una esperanza de que algo pasara.

Me habría dicho que tuviera dignidad y orgullo, que no rebajase mi valor dejando que todos pasaran por encima de mí, que fuera prudente y menos ilusa. Ella era mi guía y en este momento me duele pensar que si es cierto que las personas nos cuidan y nos vigilan luego de que se van, estará decepcionada de mí.

No me siento capaz de verbalizar nada de lo que pienso o siento porque sé que me haré un mar de lágrimas solo con pronunciar el nombre de mi madre en voz alta, y aunque suene estúpido y un motivo más para que mi mamá se decepcione, siento confianza con el anónimo de 1Fan.

Como no sé cuál es su rostro, no me da vergüenza contarle nada, porque sé que al otro día no tengo que verlo a los ojos luego de mis confesiones. Puede que él sí me vea en clases o en la cafetería pero así me juzgue o no, no voy a presenciarlo. La vergüenza en realidad no nace de lo que los demás puedan decir, sino de lo que uno mismo pueda pensar al ver sus actos reflejados en los ojos de quien lo sabe y como no veo los ojos de 1Fan, no me interesa.

Le he contado de mi madre; creo que desde que estoy en esta ciudad, 1Fan es la primera persona a la que le cuento todo sobre ella. A Ash le he dicho muy poco, solo lo básico: que ella falleció, y creo que los que puedan saber que no tengo a mi madre conmigo, eso es lo único que conocen al respecto. Pero por medio de mensajes al correo he descargado mucha información sobre mi vida y sobre lo que me sucede. Sé que en el futuro leeré esos e-mails y me sentiré estúpida, pero no por ahora; en el momento me siento un poquito más ligera.

1Fan: Siendo honesto, no creo mucho en el tema de las almas, soy de los que cree que al morir todo queda allí, sin embargo, asumiendo que existiera, tu madre no tendría razón de decepcionarse.

Emily: Acaso no has leído todo lo que te acabo de decir? Además de lo que ya sabías porque todo el mundo lo sabe. He sido muy tonta.

1Fan: Leí cada palabra. La única conclusión real es que has cometido errores, pero quién no los comete? Es injusto decepcionarse de alguien porque es humano.

Emily: Si ella estuviera conmigo me habría aconsejado muchas cosas.

1Fan: Y por qué crees que la gente aconseja? Porque saben que es factible que la otra persona se equivoque de no aconsejar. Todos nos equivocamos, Emily, lo importante no es el error, sino lo que haces con él. Puedes aprender, ignorarlo o pasarlo de largo.

Emily: Supongo que tienes razón. No podemos ser perfectos.

1Fan: Sí somos perfectos

Emily: Hay que tener un autoestima que llegue al cielo para pensar que eso es cierto.

1Fan: La mía no está por las nubes, jaja, pero lo que digo es cierto. La cosa es que la perfección está en pedacitos y no en un todo.

Emily: No entiendo.

1Fan: La perfección absoluta no existe, pero todos tenemos trocitos de perfección. Alguien puede no tener la altura perfecta, pero tiene ojos o voz perfectos. O al revés. Está mal pensado que ser perfecto es ser bueno y bello en cada aspecto de la vida y en cada segundo de cada día y no creo que sea así. A todos se nos confiere un fragmento de divinidad cuando nacemos, y un poquito de divinidad cada mañana al despertar. Tú te equivocas, como todo el mundo, pero eres perfecta cuando bailas. Y tus ojos. Son hermosos. Y debes pensar que hay días en que tu cabello está perfecto, por ejemplo. No siempre, no todo, pero sí en fragmentos.

Sonrío a la pantalla y al desviar un poco la mirada a la parte superior del teléfono, veo que ya son casi las dos de la madrugada. Cristina suspira junto a mí cuando se gira para acomodarse, totalmente dormida. Los párpados me pesan como nunca, pero no tengo ganas de dormir... o más bien, no tengo ganas de apagar el celular.

Emily: Y tú qué fragmento de divinidad tienes?

1Fan: Diariamente? Eso varía. Algo fijo? Me gusta pensar que la mente. No porque sea un prodigio ni de esos que sabe de todo un poco, pero sí porque aprendo rápido lo que me enseñan y porque no solo miro a las personas, sino que realmente las veo.

Emily: Y miras la perfección en todas las personas?

1Fan: Inconscientemente, sí

Emily: Dime sobre los trozos de perfección en gente que ambos conozcamos

Le toma un par de minutos responder:

1Fan: Vale, aunque sí te digo que la perfección a veces no viene en lo físico, sino en lo interno; a veces en ambos y a veces cambia.

Emily: Sorpréndeme

1Fan: La perfección de Ashley está en sus acciones siempre desinteresadas y algunos días, en la forma de peinarse. La de Brad está en su sonrisa, cuando curva la boca parece querer solucionar un mal día de cualquier persona. Ethan tiene perfección al jugar football, se desenvuelve allí. Cristina en su andar siempre elegante y en las manos pequeñas pero de gran fuerza. El maestro Harry es perfecto cuando explica un tema que lo apasiona, se mete tanto en la idea que hace que uno mismo aprenda. El maestro Grimmer tiene perfección en sus ojos, y es curioso porque es una perfección interna y externa, aparte de lo bonitos, sus ojos son perfectos por la manera en que ve el arte, y a sus estudiantes, y la vida a pesar de que parece que tiene muchas decepciones en el corazón.

Emily: Esto me sorprende, me inquieta un poco y me maravilla a partes iguales

1Fan: No es complicado ver eso en las personas. Lo que pasa es que usualmente uno ve a alguien y solo lo juzga por la manera en que nos tratan, pero las personas son más que eso. Piensa un momento en ti y dime qué perfección te encuentras.

Emily: Ja, no creo que muchas. Según tú mis ojos y el ser porrista, pero creo que eso es todo.

1Fan: Aceptarte humana y que cometes errores, es perfección. No todos son capaces de admitir que se equivocan.

Emily: Me cuesta un poco creer que aún cuando hablas tan bien de todo, no quieras hablarme en persona.

1Fan: Una de mis mil imperfecciones es la inseguridad propia. Estoy seguro de que si te tuviera al lado, no me saldrían palabras sobre nada y menos mi sermón sobre la perfección.

Emily: Todos tenemos inseguridades.

1Fan: Unos más que otros. Se me facilita mucho escribirte, ya sea en mis notas o acá por correo, y puedo decirte en letras que te considero muy bonita por dentro y por fuera, y confirmar que lo que dicen mis notas es cierto: que me gustas. Pero eso es todo; me moriría intentando decírtelo en persona. No has sentido alguna vez que al decir las cosas en voz alta es como si se escaparan de tu cabeza y entonces te da vergüenza o miedo o ganas de meterte en un hoyo y no salir jamás?

Sonrío con los labios apretados; tiene razón al menos al decir que es más sencillo escribirlo, de hecho es por eso que le he contado tantas cosas que en persona jamás diría, ni siquiera a Cris que es familia.

Emily: Y al escribirlas, no las escuchas, entonces las palabras siguen siendo tuyas y privadas, así alguien o todos las lean.

1Fan: Sí! Lo entiendes.

Emily: Lo entiendo.

1Fan: Mi mamá me está gritando que apague ya el teléfono o se levantará a pegarme con una chancla, así que nos leemos mañana si quieres.

Emily: Dale, mañana entonces.

1Fan: Emily, mañana... o más bien hoy, cuando te levantes, antes de salir de casa mírate al espejo, pero mírate de verdad y búscate ese pedacito de perfección; puede ser una peca, un mechón que no está desacomodado, un brillo en los ojos, un hilo que llevas suelto en una blusa, el color de los zapatos... lo que sea, lo que te guste y ames de ti. Cada mañana recuerda que un trocito de divinidad te acompaña y que aunque puede cambiar cada día, nunca falta.

Emily: Tú lo haces en las mañanas? Contigo mismo, me refiero.

1Fan: Sí. Ese truco me lo enseñó una maestra en quinto grado. Te ayuda a quererte a ti misma primero antes que a los demás durante el día. Si te gusta tu cabello, céntrate en eso en la jornada, o en la ropa o en tus manos, en lo que sea. Ningún día es perfecto en su totalidad, pero tampoco es del asco completamente.

Emily: Lo intentaré.

1Fan: Me cuentas luego cómo te va con eso

Emily: De acuerdo. Una última cosa, qué pedazo de perfección llevaste hoy contigo?

1Fan: Mis ojos hoy no iban adornados con ojeras porque dormí mucho anoche, y ya que siempre ando un poco ojeroso, el no tenerlas fue perfección.

Emily: Me gustaría pensar como tú.

1Fan: Puedes hacerlo. Haz el ejercicio y si lo haces todos los días, de repente será rutina y en lugar de buscarte los errores a diario, te buscarás las perfecciones; es más sano. Wow, creo que nunca había usado tanto la palabra perfección en una conversación.

Asiento sonriente, como si él pudiera verme. Sacudo la cabeza un poco y tecleo por fin la despedida.

Emily: Adiós, desconocido <3.

1Fan: Adiós, Emily.

Luego de ducharme, vestirme y desayunar, nos disponemos a salir con Cristina. A un par de metros de la puerta hay un espejo y al pasar por ahí, pienso en la conversación de hace unas horas con 1Fan. Me acerco al cristal unos segundos para hacer el tonto ejercicio mientras Cris sube corriendo a traer un cuaderno que se le olvidó poner en la maleta.

La perfección definitivamente no está en mis ojeras por dormir poco o en lo desordenado de mi cabello porque no lo alcancé a lavar. O en la palidez de mis mejillas propias del poco sueño, ni en mi camiseta vieja de Los looney toons.

Cuando me voy a dar por vencida con esto al escuchar a Cris bajando, miro mis labios y noto que la perfección de hoy la llevo en la sonrisa tranquila y sincera que me nace de pensar en 1Fan y en nuestra conversación. 

Hola, Mazorcas ♥

Muchas gracias por la paciencia, espero que les haya gustado el capítulo, no teman dejarme su opinión :'v ►

♥ Y recuerden que todos llevan un pedacito de perfección cada día ♥

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