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|CAPÍTULO 17|

¡Recuerda que este capítulo está narrado por mí, no por algún personaje!

Es gracioso cómo los lectores siempre dicen que los escritores los hacemos sufrir cuando son ellos mismos los que se apegan a las historias. En especial en esta, cuando son ellos mismos los que deciden qué pasará. Me hacen escribir cosas que hacen volar mi imaginación en mil direcciones y luego los hago sufrir y entonces ¿soy yo la culpable? ¡No! Con menos de veinte capítulos es casi normal que todo vaya más o menos color de rosa, pero queda más de la mitad y todo puede pasar de ahora en adelante y a los lectores les gusta. ¡Por eso vienen! Aunque me lo nieguen, son masoquistas, si no fuera así, no estarían acá, leyéndome. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. En esta ocasión, han dejado el pelotero en el baile y ahora debo ir a ver qué piensa cada uno de los involucrados, así que empecemos con alguien no involucrado:

Es lunes. Hace un frío de esos que se sienten como cuchillos en la piel, pero los estudiantes deben asistir a clases sin importar el clima. Es temprano, las rutas de los buses aún no llegan y los pocos estudiantes que ya han llegado son los que son traídos por sus padres o algún familiar antes de irse a trabajar. Entre esos que llegan antes que algunos profesores incluso, está 1 Fan. No ha hecho la carta en su casa como siempre, sino que está en uno de los escalones de la entrada escribiendo sobre un papel azul con tinta negra, escribe despacio y distorsionando un poquito su letra para que Emily no la reconozca si de casualidad ve alguno de sus cuadernos pues comparten un par de clases.

Hoy su semblante es algo melancólico y es fácil ponerse en su lugar; vio a Emily besándose con Brad en el baile y aunque no tiene nada qué reclamar pues su interés sigue siendo anónimo, le ha dolido un poco. Tiene uno de esos flechazos sanos con la protagonista, no espera a que ella se enamore por medio de sus cartas porque es demasiado iluso creer que esas cosas pasan, solo quiere que Em sienta que no está del todo sola y espera a que entienda que si no revela su identidad es para evitar rechazos e incomodidades futuras. 1 Fan ve a Emily como uno de esos amores platónicos con algún famoso, de esos a los que le comentas fotos en las redes y le mandas mensajes privados aún a sabiendas que jamás nada va a suceder... Pero esto es wattpad, ya veremos.

Su mano está un poquito temblorosa por las palabras que escribe, no quiere imprimir en ellas reproche o enojo alguno, pero hasta el momento, es la carta más triste que ha tenido que escribir... ni siquiera cuando Em iba a salir con Ethan y se corrió la voz, se sintió tan lejano a ella.

Sus líneas son breves y concretas, solo quiere dejar una nota corta, no una biblia completa que aburra a su crush. Cuando acaba y levanta la vista, nota que el primer bus se ha estacionado y eso supone que en quince minutos ya estarán todos los estudiantes en Winston. Camina a paso rápido y tras doblar el papelito dos veces por su centro, lo mete por una de las ranuras del casillero 666. Me siento un poquito mal por 1 Fan porque no sé qué suerte le depara en cuanto a Emily refiere, por ahora estoy enamorada de sus notas y de su pensar, aunque no niego que me gustaría que se presentara para que se quitara esa máscara de acosador que puede tener luego de varios papeles enviados. Ya veremos qué sucede.

En la ruta 13 que está próxima a llegar a Winston, Emily va sentada al lado de la ventana con una inusual y callada Fresita a su lado. Para cualquiera que las mire es evidente que hay tensión en medio aunque ninguna quiere hablar al respecto porque es obvio que la mejor manera de afrontar las situaciones es ignorándolas.

Salieron de casa juntas, caminaron una al lado de la otra pero sin apenas cruzar el protocolario buenos días. Emily está inmersa en su mente pensando en cómo va a reaccionar con Brad el día de hoy y Fresita... bueno, ella está pensando en Ethan y en la obvia molestia teñida de celos que tuvo él al ver a su prima acaramelada con Brad la noche del viernes.

Cuando el bus se detiene ambas se bajan pero sin decir palabra, cada una se va por su lado. Fresita camina hasta su casillero, alejado del de Emily y saca con parsimonia el libro de su primera clase. Cuando lo cierra y se dispone a irse hasta su aula, es interceptada por Ethan.

Bien, tenía un insulto destinado al descaro del protagonista al venir a ver a Fresita pero no viene con su gesto prepotente de siempre, es más, parece que lleva el rabo entre las piernas por la vergüenza. Eso no lo esperaba de él. Lleva sus manos a su espalda y cuando Fresita repara en su presencia, revela lo de su mano derecha: una gomita grande en forma de corazón envuelta en un papelito transparente. Fresita no la toma de inmediato.

—Es una ofrenda de paz —asegura Ethan—. O de perdón. Lo lamento, Cris.

—No tenías que traerme nada.

—Sobre lo que pasó el viernes... lo siento.

Fresita no se ha caracterizado por ser una persona rencorosa en absoluto, de hecho creo que no hay alguien más compasivo y bueno que ella en todo mi mundo, pero en este caso no puede evitar revelar una pequeña arruga en su frente al fruncirla, es diminuta, como si no quisiera mostrarse molesta pero no pudiera evitarlo.

—Yo no puedo juzgarte por tus acciones, Ethan, pero sí por tus mentiras. —Uuuh, eso sonó feo—. Y me desagrada mucho que me mientan para beneficio propio.

—No te he mentido —objeta él. Cris ladea la cara, casi con aburrimiento, estaba esperando esa respuesta pero no por eso le deja de doler. Ethan hace una mueca apretando los labios y bajando sus cejas—. No del todo...

—Yo asumí que antes de que llegara, tú habías invitado a salir a mi prima. Y también asumí que en la práctica, le mentiste a ella para coquetear conmigo a sus espaldas. Suelo ser confiada, Ethan, me gusta pensar que la palabra de las personas tiene valor y por eso te creí cuando me dijiste que estabas realmente interesado en mí.

Ahora que lo pienso, Ethan y Fresita pasaron muchas horas juntos en la organización del baile... me pregunto qué habrá pasado en ese tiempo.

—Lo estaba... lo estoy... no, lo estaba.

—Hablar es muy sencillo, pero a veces es imposible conectar los pensamientos con las acciones... y no puedo sacarme de la cabeza esa reacción que tuviste al ver a mi prima con Brad. Si las personas fueran un color, en ese momento tú hubieras sido verde, estabas ardiendo en celos y no puedo juzgarte porque lo que sientas no está en mis manos, pero por lo menos respeta lo que yo siento.

A este paso me voy a meter en la historia y conquisto a Fresita, es tan linda a veces, me estoy enamorando. Maldito Ethan, ¿por qué eres así?

—Lo respeto...

—Entonces acéptalo. —Fresita lo rodea y camina con calma buscando su aula. Ethan camina junto a ella aún con la gomita en su mano y aunque sé que Cris tiene su corazón resquebrajado, su gesto es neutro y tranquilo—. Si me respetas un poquito, no intentes verme la cara de estúpida y acepta lo que es obvio. Los viste besarse y sentiste celos.

Es la primera vez que veo al moco con un gesto de sincero arrepentimiento, no me convence del todo, pero no puedo insultarlo tampoco... por ahora.

—Lo admito —dice finalmente y a Fresita se le escucha el crujidito del corazón, aunque externamente solo suspira—. Sentí celos.

—Te gusta Emily.

—Sí —admite—. Eres preciosa, Cristina, te juro que cuando te vi me gustaste muchísimo. Pero... —La palabra se le alarga en el paladar y termina en un resoplido—. No tengo una explicación de lo que siento, perdóname.

Fresita estuvo el fin de semana leyendo y terminó su libro La no protagonista de una historia de amor, en efecto lloró aunque no supo si de felicidad por la moraleja que dejó la historia o de tristeza porque no quedaron juntos los personajes, quedó con un poco de crisis emocional lectora, así que entendía eso de "no tengo explicación de lo que siento", a veces sentir no tiene lógica alguna, solo se siente y ya, lo quieras o no, los sentimientos están y arden y queman o refrescan pero solo porque sí, no hay explicación.

Recuerda vagamente que en el libro el protagonista le dice a ella "tu personalidad me seduce pero no eres mi tipo" y ella pensó que eso era bueno a medias porque a pesar de que él decía claramente que no le parecía atractiva externamente, también aseguraba que su personalidad era maravillosa y eso para Cristina vale mucho más, pero en este momento con Ethan al lado se siente fatal porque según lo que acaba de decir, ella es su tipo, pero su personalidad no lo seduce... ¿Eso en qué me deja? se pregunta.

Cristina suspira. Tal vez lo que le molesta no es el rechazo en sí, sino lo que representa, la certeza de que ella como pareja no es muy conveniente empieza a entrarse a las malas en su cabeza y ahí no puedo hacer nada porque por más que le haga creer que ella vale oro —porque lo vale—, ella no lo verá. Así funciona la inseguridad y aunque Fresita se muestre como alguien firme, es en realidad una muñequita de cristal lista para romperse a la menor decepción.

Llegan a la puerta del aula donde ella debe ingresar y se detiene.

—No debes explicarlo; Emily es maravillosa, no puedo culparte por sentir algo por ella.

—No debí haber dicho...

—No lo digas ahora, ya no importa. —Fresita se siente incapaz de que él reviva en voz alta las mentiras que le dijo, eso de que estaba atraído por ella, eso de que había ido al baile solo por ella y esa forma de hacerla sentir que realmente quería besarla en medio de aquella canción—. No estoy enojada, Ethan. Te veré por ahí, adiós.

Y no está enojada, eso es cierto. A diferencia de los demás, ella no miente, prefiere omitir. Le dijo que no está enojada pero omitió decirle que sí está triste, decepcionada y avergonzada.


Mientras todo eso pasa, Emily sigue frente a su casillero. Estar con Fresita me quitó tiempo así que no sé de qué han hablado, pero en este momento está con Ash, cerrando ya la pequeña puertica metálica.

—¿Leerás la nota? —pregunta la linda de ojos verdes. No me juzguen, también me estoy enamorando de ella.

Más tarde —responde Em—. Es del supuesto fan, pero en este momento no quiero leerla.

—¿Te enojaste con el fan?

—No, es un desgano general. No he visto a Brad. ¿Qué voy a decirle cuando lo vea? Dios, Ash, no debí dejar que me besara.

Ashley retrae los labios; no sabe muy bien qué decir. Ambos son sus amigos y los quiere mucho y siente que no puede cruzar cierta línea en cuanto a ese beso; no quiere defender o echar culpas a ninguno así que se guarda su opinión, pero como soy yo la que escribo, sé cuál es su opinión. Los culpa y los desculpa a ambos. Piensa que no debieron besarse, pero eso es de ambos; Brad no debió ni pensarlo y ella no debió permitirlo, aunque entrados en gastos, no debieron empezar con ese plan estúpido en primer lugar.

Ella, como espectadora de la escenita en el baile, vio cada perspectiva; Brad y Emily compartieron un beso que, debía admitirlo, había lucido lindo y romántico, a un lado suyo, luego de haberlos empujado para evitar que Fresita besara a ese tonto, los vio a ellos, a él con ira en su mirada y a Fresita con el corazón roto por sus celos. No sabía del todo cómo se sentía Brad pues no habían hablado desde el baile, pero Emily se sentía culpable, así que un simple beso, desbalanceó cuatro corazones. Eso estaba muy mal.

—Solo espera a que te lo encuentres —aconseja—, si resulta muy incómodo pueden hablarlo, o si actúa como si nada hubiera pasado, pueden fingir que de hecho nada pasó. ¿Comparten clases hoy?

—Tenemos matemáticas, pero esas son las últimas horas.

—Deja entonces que las cosas tomen su curso.

El timbre suena y cada una toma un camino diferente; Ash comparte esta primera clase de lunes, Literatura, con su amigo Brad, aunque al llegar ella al aula y verlo ya en el último asiento de la derecha, no le sonríe como es habitual, sino que lo mira con reproche y se sienta en el último asiento de la izquierda, con dos puestos entre ellos. A los pocos segundos, en su celular entra un mensaje de él.

«Emily está muy molesta?»

«Deberías preguntarle»

«Estás tú molesta?»

Ashley desde su lugar y estirando el cuello, mira a Brad y niega con cabeza blanqueando los ojos. En eso entra la maestra de Literatura y empieza a hablar del plan lector y los avances. Obviamente los dos de las últimas sillas en esquinas opuestas, no prestan mucha atención.

«En qué carajo estabas pensando al besarla, Brad?»

«No lo sé, fue un impulso. Cuando me di cuenta ya no podía retractarme»

«Tú como siempre de impulsivo, es eso lo que siempre te mete en problemas. Es que no aprendes?»

«Al parecer no. No me habló de vuelta a su casa, ni ella ni su prima. Apenas y se despidieron. No quiero que ella crea que lo hice para dañarla de algún modo»

«Tú no metes la pata, sino que metes todo el cuerpo. Eres idiota»

«Eso lo sé, lo que quiero saber es si está enojada»

Ashley se ha dicho a sí misma que no va a intervenir en esa discusión porque bien sabe que cuando hay pleitos de ese tipo en un trío o cuarteto de amistad, los que no están involucrados deben irremediablemente escoger un lado y no quiere tener que ponerse a favor de ninguno de sus dos amigos. Quedar en medio de una discusión es en ocasiones peor que ser uno de los que discuten.

«No lo sé, Brad. No me voy a meter en ese cuento. En la hora de receso puedes verla y tal vez hablar con ella»

«Tendré que esperar entonces. Cambiando el tema, quiero hablar contigo de Ethan»

«Y para qué? Si es para decirme lo mucho que lo has fastidiado con el bendito beso, no me interesa. No me voy a meter en ese rollo, ya te lo dije»

«No es eso. Él no estaba precisamente molesto, pero sí habló conmigo sobre la Rarita»

«No me digas que...» Cuando Ash va a responderle, la maestra llega hasta su lugar y la hace levantar la cabeza. Ella de inmediato esconde el teléfono y ya que la inoportuna mujer solo iba caminando mientras explicaba el tema, no obtiene consecuencias. En mis épocas te quitaban el aparato si lo usabas en clase.

Comparte de nuevo una mirada lejana con Brad y se puede ver que él tiene tantas ganas de contar el chisme, como Ashley de escucharlo. Lástima que yo no tengo ganas de escribirlo.


Volvemos a estudio con Emily y unas horas más tarde:

En su quinta clase, Literatura, la previa al receso, Emily intenta con todas sus fuerzas prestar atención a las mismas palabras que sus amigos hace unas horas, y aunque no tiene con quién chatear, no logra concentrarse.

Ha tenido suerte de no toparse con Brad entre clases pero sabe que en la hora del receso es inevitable verlo así que se anda preparando. Tiene la mente por allá en Japón y su cuerpo en el aula y lo sabe porque le duele pues tuvo una hora de gimnasia antes de esta clase.

De repente —porque yo lo decido— recuerda que en la mañana tomó la nota de 1 Fan y la puso en su mochila sin mirarla y con la mayor sutilidad que tiene, la saca en silencio. Su asiento está junto a la pared pero en la mitad del salón, así que se mueve poco para no llamar la atención de nadie.

La desdobla y la ubica lo menos visible posible para que solo ella la pueda leer.

Como mamá me enseñó: primero y más importante la verdad:

Eras la más hermosa en el baile de San Valentín. Ese color que usaste no era muy de mi agrado pero viéndolo en ti, decidí que es mi favorito y de ahora en adelante, ese fucsia te representa.

Dicho eso, puedo confesarte que me sentí un poco triste de ver lo que sucedió, sabes a lo que me refiero. No te preocupes, no es un reclamo, no estoy en posición de hacerlos ni tu en obligación de recibirlos.

Quería que supieras que estuve allí y que estoy feliz por ti porque aunque no lograste llevar a alguien con barba, sí fue con uno de los más lindos del colegio y te vi divertirte.

No quiero ni por un momento que pienses que lo que te voy a escribir nace de algún tipo de celos o envidia, te juro que no haría nada para lastimarte solo porque sí, espero que me creas, Emily.

No sé qué tipo de relación tienes con Brad, pero eso sí te digo que pienso que es una buena persona, te merece. Sin embargo, todos guardamos secretos y antes de iniciar una relación con alguien, hay ciertas cosas que hay que decir sí o sí. No voy a actuar de abogado del diablo con nadie, pero estaría bueno que supieras un poco más de él.

No me malinterpretes, no espero que rompas con Brad, y lo que sea que guarda no es tan drástico como para que lo odies, pero sí puede ser un poquito amargo.

Eres muy linda, Emily.

1 Fan

Wow, wow, wow, ¿en qué momento 1 Fan escribió todo eso? En fin. Esas palabras dejan pensando a Emily en el motivo por el que no suelta la información sin tantos secretismos; me pregunto lo mismo, a veces y gracias a 1 Fan siento que dejé el romance y me pasé al misterio.

Algo abrumada, Emily guarda su nota una vez más. Lo bueno de que ahora tenga eso rondando en la cabeza es que ya no se preocupa tanto por el inminente encuentro con el sexy de los ojos oscuros. Quizás esa era la intención de su Fan.

Con las inquietudes que 1 Fan ha plantado en su cabeza, Emily llega a la cafetería de Winston y a lo lejos, en la mesa de siempre, ve a Ash de frente y a Brad de espaldas. Inspira hondo y pule una sonrisa tranquila, decidiendo que va a actuar como si nada hubiera pasado mientras pueda.

Se sienta igual junto a Brad y le toca el hombro a modo de saludo. Se cierne un silencio de unos segundos muy incómodos en que Ash los mira al uno y al otro esperando a que algo pase y con ellos dos sin hacer nada. Ash se va por el camino fácil y saca su teléfono para privarse de la rareza de esa interacción. Emily destapa con lentitud el sandwich de pollo que su padre le ha enviado y Brad, de repente, estira el brazo hacia atrás y se lo pone sobre los hombros. Ambos suspiran, como si hace varios minutos no respiraran.

—Hola, Rarita.

—¿Cómo estás, Brad? —Emily involuntariamente recuesta su cabeza en el hombro de su amigo... sí, involuntariamente, cómo no.

—Un poco... intrigado. ¿Estás molesta conmigo? —Emily yergue su cabeza y se atreve al fin a mirar a Brad a los ojos. Este le sonríe con una mezcla de "lo siento" y "no quiero que te enojes"—. Estás en todo el derecho, pero no me odies.

—No te odio, ni estoy enojada.

—Sobre lo que pasó, sobre el beso...

—Podemos no hablarlo y ya —propone ella, abochornada—. Uno siempre hace cosas locas en los bailes.

—¿Habías hecho algo así en un baile antes?

—No, pero he escuchado que pasa.

Brad ríe sinceramente y piensa para sí mismo que le encanta que Emily lo haga reír y más aún, le fascina que no tenga que esforzarse en hacerlo, simplemente le sale natural. Emily por su parte se está reprendiendo por decir semejante bobada. Emily siempre dice tonterías y luego se avergüenza dentro de sí sin saber que Brad disfruta esas tonterías y que es uno de los motivos por los que se siente tan cómodo en su compañía.

—Emmm... chicos —llama Ash, rompiendo así los pensamientos de ambos—, no es por poner incomodidad, pero no creo que podamos "no hablar" del asunto. Y sí, los estaba escuchando mientras fingía mirar mi teléfono.

La linda rubia extiende el teléfono y una vez más, Emily es la protagonista de una publicación en Instagram y antes de que lo piensen (aunque sé que ya lo están pensando), no, no es fácil saber quién la dirige y menos en el baile donde el ochenta por ciento estaban con sus teléfonos en la mano en el momento exacto. La foto la pudo tomar cualquiera.

«Los bailes suelen ser memorables para algunos y este es uno que puede que haya sido especial para muchos nosotros, pero en definitiva, quienes se robaron la noche fueron Emily Anderson y Brad Jhonson que hacen que creamos en el amor adolescente. Brad tiene ese y muchos otros corazones ganados y más aún después de atreverse a robarle un beso a su ¿novia? en la mitad de la pista. Los que estuvimos allí damos fe de esa chispa que soltó la mirada que compartieron después. ¿No creen en el destino? Perfecto, crean en #Bradmily, ellos son pruebas para los más incrédulos. #Amor #SanValentin #Romance»

Los tórtolos han aparecido ya a los ojos de más de la mitad de estudiantes y algunos profesores que desaprueban la foto, y eso hará que el episodio no pase desapercibido como ellos esperaban. 



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♡ ¡Muchas gracias por la paciencia y la fidelidad con esta loca historia! ♡

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