Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|CAPÍTULO 15|


Si hay algo que una adolescente no puede hacer en una preparatoria como la mía, es esconder un secreto pues las voces se esparcen con más velocidad que una flatulencia en un ascensor.

Averiguamos con Ash que efectivamente Ethan se ha unido a los voluntarios para la decoración del gimnasio para San Valentín pero preferí esperar a ver si Fresita misma me lo decía. No lo hizo. No voy a decirle que lo sé porque a pesar de todo he decidido dejar que las cosas sigan su rumbo natural y eso incluye el si Cris confía en mí o no.

Supongo que por ahora no debo atormentarme por eso. El que Brad haya estado a mi lado en esto ha sido consolador porque los demás estudiantes, al no verme soltera y rechazada por Ethan, no se han centrado tanto en mí. Al parecer se me respeta más con un chico al lado que estando sola, o quizás es respeto a él y no a mí. Prefiero no saberlo.

En pro de seguir guardando las apariencias, Brad y yo hemos estado caminando por los pasillos tomados del brazo o de la mano junto a Ash y a veces, con Fresita. Teniendo eso en cuenta, también decidió hoy acompañarme a Kindly; usualmente hace su ayuda a la comunidad después de las cinco porque debe llegar a casa con Ethan pero dadas las circunstancias, prefirió ir temprano conmigo e ignorar a su hermano ateniéndose a un posible pero improbable regaño.

Rogando al cielo que Samantha no se encuentre hoy —pues su parlanchinería no combina mucho con mi humor de hoy, algo fastidiado en general—, llegamos al Orfanato.

No sé si es precisamente suerte, considerando que lo que hacemos es un voluntariado, pero es muy grata la noticia de que hoy los niños están en una recreación fuera del Orfanato que va por cuenta de la alcaldía de la ciudad, así que no debo fingir emoción absoluta intentando alegrarles un poco el día con mi falta de buen humor. Sin embargo, las horas cuentan, así que una de las trabajadoras sociales que se quedó en el solitario Orfanato —pues las demás y el director fueron con los niños— nos da dos opciones:

—Pueden volver otro día o ayudarme en alguna tarea diferente.

—Ya estamos acá —dice Brad, indicando que prefiere la segunda opción.

—¿Que necesita?

—Nada del otro mundo; hoy es día de lavandería y la ropa de cama ya ha llegado seca. Necesitamos doblarla, eso es todo.

—Me parece bien —dice mi amigo.

Y unos minutos después, estamos en un enorme dormitorio de unas veinte camas, ventanas altas y enrejadas y paredes rosadas pálidas y descascarilladas, doblando sábanas y fundas de almohada. Tenemos una pila enorme por doblar, pero tenemos como dos horas, así que no está mal.

—...sé que está cabreado —dice Brad, sacándome de la nada en la que estaba sumida. Creo que está hablando de Ethan—. Ahora contigo a mi lado está furioso; si hay algo que él odie, es que alguien me prefiera sobre él.

—¿Por? —Es lo único que logro decir sin que parezca que no le prestaba atención.

—A veces su papá es más preferente conmigo y por eso lo odia. Celos, supongo, pero de otra clase. Cada quien se gana a las personas y digamos que de los dos, yo las gano más en algunas ocasiones.

Siendo de las pocas veces en que un tema aparte de lo perro que es Ethan y de cómo Brad lo desprecia, sale a flote, mis ganas de saber más me pullan la mente, obligándome a volver totalmente la atención a la charla, dejando mi paseo por la nada para otro momento.

—Casi no sé de ustedes —comento, con tacto. Brad se enseria—. ¿Hace cuánto son hermanos?

—Mi madre se casó con su padre hace poco más de un año.

—¿Y de antes eran amigos?

—Sí.

Sus secas y redondas respuestas me tientan de mejor no preguntar más, pero prefiero una respuesta cortante a nada en absoluto.

—¿De hace mucho?

—De más de media vida. Lo conocí por allá en tercer grado.

—¿Eran cercanos?

—Lo suficiente como para que nuestros padres se conocieran y eventualmente se juntaran.

Para mí eso se traduce a "mejores amigos de los que conocen hasta el más oscuro secreto". Hasta el momento sé que eran inseparables, que viven juntos desde hace más de un año y que ahora no se agradan. Buscando la manera más apropiada de entrar al tema del motivo de disputa, se me pierden varios minutos en que permanecemos en silencio sin dejar de doblar sábanas.

—Como Cristina y yo. Bueno, no tan así pues en nuestro caso fue al revés, nuestros padres se conocían con los suyos, eran mejores amigos y gracias a ello somos como familia.

Sé que una cosa no tiene nada que ver con la otra y Brad se encoge de hombros pues no hay respuesta para eso, solo intento ganar un poco de tiempo para pensar. Mis neuronas en acción al parecer están en estado zombie y se desvían del tema un poco.

—Acá entre nos, ¿Ethan ha tenido más novias, aparte de Brenda?

—Sí y no —responde, con un poco menos de recelo, lo que me confirma que hablar del otro asunto es algo que lo incomoda—. Una que otra chica ha tenido citas con él pero de algún modo siempre volvía a Brenda. Nunca se auto proclamaron "novios" siendo literales pero al ser dos personas tan populares, se les ha tenido en esa imagen desde que empezamos la preparatoria.

—¿Crees que vuelvan esta vez también? Imagino que así no sean novios, si se aman, puede que...

—No se aman —asegura—. Andar juntos por ratos, pelear, volver, seguir peleando y convertir eso en un ciclo, no puede llamarse amor en ningún idioma. En todo caso tendrían uno de esos flechazos dañinos, y ambos son iguales, son incapaces de alejarse el uno del otro, pero tampoco pueden cruzar la línea de estar juntos. Andan siempre en ese limbo entre ser y no ser.

—Y esa es la cuestión.

—Tu sentido de humor es un asco —dice con una sonrisa ladeada, de esas que quieren reírse ampliamente pero lo evitan.

—Pero te hace sonreír. Eso hace que no sea tan malo.

—¿Estás coqueteando conmigo? —murmura en tono socarrón.

—Por supuesto —le sigo el juego—. Y ya que estamos, tienes unos ojos preciosos.

—Ya sabes lo que dicen: el negro es el nuevo negro.

—Y yo siempre quiero estar a la moda.

Suelta una carcajada que acompaña a la mía y me lanza una sábana sin doblar que me cubre por un par de segundos mientras me la quito.

—Dios, jamás vayas a coquetear así con un chico que te gusta o morirás soltera, virgen y con gatos.

—¿Es mi culpa que tus ojos no sean verdes como esmeralda o azules como el cielo? No tengo material para trabajar. ¿Qué hay hermoso que sea negro? ¿el carbón?

—Cállate, por favor.

Entre risas, la actitud austera de hace un momento de Brad cambia para una alegre. Considero que Brad es un chico hermoso, más interna que físicamente pero él y yo sabemos que no me atrae y por eso es fácil bromear de esa manera con él. Es cierto que él se gana a las personas un poco más que Ethan en ese sentido; Brad hace que los demás se sientan cómodos y sin presiones... el estúpido de su hermano solo me atontó, ilusionó y se fue, pero en fin...

Si hay algo en lo que Emily Anderson sea buena es cambiando el buen ambiente a uno incómodo porque mi mente trabaja en otra línea que la de mi boca y manda señales y palabras que no alcanzo a filtrar.

—¿Por qué odias hoy a Ethan? —El cambio de su rostro es tan drástico que parecen dos fotografías pasadas con rapidez. Algo en su mirada me hace encogerme en mi lugar pero no digo nada retractándome o corrigiéndome.

—Es complicado...

—No importa.

—Y privado —farfulla. Me muerdo mis labios, algo frustrada, pero sin arrugar mi frente. No quiero que se enoje conmigo. Parece pensarlo un poco y suspira rendido. Sus siguientes palabras salen con un tinte de aburrimiento y un poco de desagrado—. ¿Sabes por qué te ayudo con esto de los celos?

—¿Para fastidiar a Ethan?

—Sí. Pero también porque eres mi amiga y yo lo único que realmente valoro con todas mis fuerzas, es mi familia y mis amigos. Eso no quiere decir que acepte todo lo que mis amigos hacen y menos si con lo que hacen dañan a otros. —Sus palabras, si bien tienen seriedad y toda la pinta de querer responder a mi pregunta, no me dicen nada realmente—. Por ejemplo: quiero mucho a Ashley y te quiero a ti, pero si algún día una de ustedes hace algo realmente perjudicial a la otra a propósito, me molestaré y la que obró mal perderá mi amistad. ¿Entiendes? No importa si somos amigos de años o de días, es cuestión de lealtad.

Me toma la doblada completa de dos sábanas analizar lo que dice e intentar entender. Al cabo de un rato parece que logro sacar una conclusión:

—Es decir que Ethan hizo algo que perjudicó a algún amigo o amiga tuyo, ¿correcto? —Asiente, complacido de que comprendiera—. ¿Qué hizo?

—Y no solo lo ha hecho una vez —omite mi pregunta—. Y además también me falló a mí directamente. La lealtad, la sinceridad y el apoyo, son las bases de una amistad y yo puse todo eso y él simplemente... no.

—Pero si eran amigos desde niños... —susurro, casi para mí misma pero dada la soledad del lugar, él lo oye.

—¿Y? Mi vida es corta aún, pero no puedo desperdiciar tiempo con falsos amigos. Tengo a Ashley que se ha convertido en mi mejor amiga —Cambia su tono a uno divertido y añade—: y ahora tú, que coqueteas horrible pero me conquistas.

Concluyendo en mi destartalada mente que en cuanto al tema de Ethan no obtendré más detalles por hoy, me voy por otra cuestión que también me hace nacer curiosidad.

—¿Y a ella? ¿La conoces hace mucho? A Ashley.

—No tanto; como desde la mitad del año pasado. Pero ha demostrado que su amistad de unos meses vale más que la de años con Ethan.

—¿Cómo se volvieron tan buenos amigos?

—No sé... —Pierde su mirada en las sábanas que dobla, como si rebuscara en su mente una respuesta bien argumentada—. Hay gente con la que simplemente conectas, ¿entiendes? Uno no encaja en todas partes y Ash es de esas que me hacen sentir que a su lado sí encajo.

—¿Salieron alguna vez?

—Muchas veces.

—No, me refiero a salir, salir.

—Lo sé. Y no, para nada. Es una suposición bastante ignorante creer que si dos personas congenian de maravilla solo puede resultar en algo amoroso. Ashley me escucha, me entiende y si no entiende, solo me apoya. Tiene sus días malos en que no me quiere ni ver o que se molesta por cosas que hago pero sé que no dejará de ser mi amiga por eso.

—Hablas muy bonito de ella —admito, con una sonrisa bobalicona en mi rostro. Todos deberían ser como Brad y como Ash, tan buenos amigos y personas.

—Es como una hermana. Nunca tuve hermanos de sangre y tal vez por eso la quiero tanto. Ella está ahí conmigo siempre y no solo físicamente; puede estar en otra ciudad y aún así sé que está conmigo.

—¿Ella era también unida a Ethan? —Su gesto cambia de nuevo pero no a uno enojado o cerrado, sino más bien a uno triste o nostálgico. Asiente suavemente pero no dice nada de inmediato, así que aventuro a decir algo más—. ¿Ella es esa amiga a la que Ethan perjudicó?

En mis ratos a solas y cuando alguno de ellos llega mágicamente a mi cabeza, me he puesto a teorizar el recelo que ambos sienten al parecer a partes iguales por Ethan y la versión más simple, típica y lógica es que quizás hubo ahí una especie de triángulo amoroso, aunque ahora que Brad me ha dicho que nunca la ha visto de manera romántica, y todo el rollo de dañar a los amigos, puede que Ash solo hubiera tenido algo con Ethan y él la traicionó a propósito... no sé, miles de cosas pasan por mi mente pero de verdad quisiera no especular hasta que alguien me diga la verdad.

—No es la única —contesta tras su larga pausa—. Ya te he respondido lo que a mí concierne, si quieres saber algo que incluya a Ash, es mejor que le preguntes a ella.

Evito objetarle que realmente no me respondió algo completamente; puede que más adelante y cuando me tenga un poquito más de confianza me diga un poco más.

Por ahora solo me queda doblar sábanas por una media hora más junto a mi casi-novio falso, mientras pienso en teorías, en Ethan, en Ash y con un poco más de emoción, en el baile de San Valentín que será en dos días. 


¡Hola, Mazorquitas!

 Este capítulo salió algo cortito pero me ha gustado como quedó. Yo ando enamorándome siempre de los secundarios, y Brad no es la excepción. 7u7

♥♥ Recuerda dejar tu estrellita ♥♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro