Me remuevo entre las sábanas con el ruido del tono de mi teléfono, y al darme vuelta en la cama este cae al piso, haciendo el ruido suficiente para que me despierte. Me arrastro fuera de la cama y caigo al piso tomándolo porque se ha desarmado por completo. Lo armo y afortunadamente vuelve a la vida. Reviso la llamada y es un número desconocido.

No imagino quien puede ser. Escucho tocar la puerta y tengo que incorporar, y correr a abrirla. Papá se ríe de mí al verme, pero yo le miro intrigada al ver que no lleva su overol de trabajo, sino que va bien vestido. Como si fuera a algún lado.

—¿Vas a salir? —pregunto lanzando un bostezo.

—Sí, y probablemente regrese en la tarde —responde—. No olvides prepararte de comer —añade y me tiento a preguntarle para donde va.

—Ah, vale.

Me contengo, seguro es un trabajo pienso deshaciendo los pensamientos que se dirigen hacia la madre de Luke. Él ha dicho que no pasa nada y yo le creo; sin embargo, no ha sido claro con lo que dijo de Luke. Papá se inclina y besa mi cabeza.

—No olvides llamar a tu madre.

Asiento bostezando de nuevo, él se va sonriendo y yo vuelvo a tirarme a la cama con el teléfono en la mano. Este vuelve a sonar y es el mismo número. Me pienso si contestar o no; pero luego me decido y lo hago.

—¿Quién es? —pregunto.

—¿Es así como respondes siempre? —pregunta esa voz conocida, con tono antipático al otro lado, yo flipo.

—Solo cuando me llaman desconocidos.

—Y seguro te llaman muchos desconocidos.

Sonrío.

—No muchos, pero sí, y eso te incluye.

—Creí que ya nos conocíamos.

—No, yo creo que no —le porfío y él se ríe, parece de mejor humor—, ¿para qué me llamas?

—¿Te desperté?

—Digamos que sí.

—Son las ocho, con que eres una floja.

—¡Y qué!, estoy en mis vacaciones. Me dirás para que me llamas.

—Para molestarte.

—¡Oye! Lo estás logrando.

—¿Quieres venir conmigo a Glascow? —pregunta de repente y yo me enderezo en la cama como una vara.

—Es el pueblo vecino, ¿Qué harás allá?

—¿Quieres venir o no? —pregunta.

—Eh sí, pero...

—¿Tú padre?

—No, papá salió y vendrá hasta la tarde.

—Lo sé, acabo de verlo pasar —confiesa ladino y eso me hace resoplar.

—Ajá, ¿y qué harás allá?

—Voy a ver a alguien. ¿Vienes conmigo o no? —pregunta de nuevo y es como si me estuviera dando un ultimátum.

—Eh, sí, pero debes esperar, en realidad si acabo de despertar.

Se ríe de mí al otro lado.

—Gracias —responde cuando se calma y eso me hace esbozar una sonrisa—, te espero —agrega y una vez me cuelga tengo que dejar de sonreír y espabilarme para tomar un baño.

Pienso en que debo llamar a mi madre, pero si lo hago perderé tiempo y mamá no me dejará salir a tiempo. decido llamarla después y me apresuro en tomar una ducha rápida y arreglarme y salir lo antes posible. Llevo mi teléfono y tomo dinero de la caja de emergencia para comprar un café, cierro la casa y voy hasta el camino junto al bosque.

Luke está allí esperándome, esta vez vuelve a tener su cigarrillo en su boca dándole esa apariencia de chico malo.

—Hola —digo al acercarme.

Él coloca su cigarrillo detrás de su oreja y se inclina para besar mi mejilla.

—Hueles bien —susurra en mi oído.

—Gracias —digo y me retraigo, por mucho que nos hayamos besado siempre se siente como si fuera la primera vez. Se aleja y me extiende el casco de repuesto—, ¿vas a ver algo en particular allí? —pregunto colocándome el casco.

—Así es.

—¿Puedo saber a quién? —sigo indagando y solo espero que quiera responder.

—Sí, a mi padre —responde y yo abro mis ojos.

Él sube a la moto y se acomoda encendiéndola. Me insta a que suba, y lo hago de inmediato.

—Creí que no sabías quien es.

—También te dije que tenía una pista

—¿Tu madre sabe que vas a ir a verlo?

—No, así que tienes que guardarme el secreto —responde tomando mis manos para colocarlas alrededor de su cintura y abrazarme a él, seguido pone en anda su moto y tómanos rumbo al pueblo vecino.

Me lleno un poco de ansiedad, y no solo porque parece que estoy escapando con él, cuando mi padre no está. Y no creo que le agrade saberlo luego que me dijo que no me enredara con él; sin embargo, la razón también es otra después de escuchar lo que me contó de su padre, al que no conoce ni sabe quién es. Solo espero que su búsqueda no sea en vano.

***