Capítulo 39: Reconciliación
Lisbeth
Las cosas han estado yendo extrañas desde el día en que hablé con Lizy. Pues al siguiente día ella se sentó conmigo a almorzar, y al siguiente también, y al siguiente… Hoy es viernes y algo más cambió, ya no es sólo ella quien se sienta conmigo, ahora tengo a sus amigos también… Y es muy raro estar en la cafetería con todos en la misma mesa, lo curioso es que aunque yo no hable casi nada, pues no tengo cosas que compartir, lo cierto es que son divertidos, así que mínimo me río con ellos. Incluso aquellos chicos que estaban enojados conmigo ahora están muy cerca y me tratan bien.
—Voy por un jugo, ¿alguien quiere algo? —Lizy se levantó mirando a todos, pero ninguno quería nada.
—Yo quiero, te acompaño —dije sonriente, a lo que fuimos, ella ya no usa su muleta pero cojeaba un poco—. ¿Ya estás mejor para no usarla?
—Sí, además es molesta.
—Lizy, eh, Lissette.
—Está bien, ya no me importa si me dices así.
—Lizy —me detuve haciendo que ella también—. ¿Por qué tú y tus amigos son amables conmigo después del cómo te traté?
—on cosas del pasado. No importa ya. Además, supongo que te lo debo por enseñarme a hacer dibujos con las sombras —ella rió tapando su boca con el puño y a mí sorprendiéndome
—No creía que recordaras eso aún.
—Para mí es un muy bonito recuerdo, de cuando todavía papá no nos había separado.
Vi como ella tomó mi mano y el como me sonreía enormemente con gentileza. Y la quitó rápido al ver como empecé a llorar, creo que hice que los demás a nuestro alrededor nos miraran raro, ella trataba de tranquilizarme como si fuera un niño. Idiota, no necesito que me convenzas con un dulce, quiero que…
—Ya, ya —está riendo bajo—, todo está bien ahora.
Quería… un abrazo, y me lo dio. No merezco una hermana como ella, pero tengo la suerte de tenerla, así que la abracé de regreso. Vaya, dejé de llorar.
×~×~×~×~×
Y ahora estoy en una nevería a solas con ella y Sofía, vinimos aquí después de clases. Las otras dos se fueron con Alex y Jorge, al parecer Alex y Fernanda tendrán una cita, y Jorge y Camila otra.
Por su parte, Diego y Bryan se fueron en la moto a quién sabe dónde, ni siquiera Lizy o Sofía lo saben, ya que se han estado yendo juntos desde hace tres días, y ellas dos los esperan en este lugar para luego cada una irse con ellos.
—Esos dos han estado muy sospechosos —inquirió Lizy frunciendo el ceño sin despegar el popote de su bebida de los labios.
—Bryan no me ha dicho nada tampoco, algo raro ya que siempre me cuenta sus cosas —Sofía estaba feliz comiendo su helado en vaso.
—Por cierto, Lisbeth. ¿No tendrás problemas por estar llegando tarde a casa?
—No, a papá no le importa. Aún así gracias por acompañarme siempre, aunque no sea hasta la puerta.
—No hay problema. Oh, miren, los chicos al fin regresan.
Ellos saludaron mientras Lizy se recostaba en la silla con los brazos cruzados y sonreía burlona. Luego de eso nos despedimos de Sofía y Bryan, y así caminamos juntos hasta una calle antes de mi casa. Nos despedimos y ellos se quedaron hasta que me vieron entrar a la casa.
×~×~×~×~×
Diego
Lis y yo estamos viendo que su hermana haya entrado a su casa, desde el martes la hemos estado acompañado hasta una calle antes para que no se vaya sola, y para que su familia no se entere que hemos estado conviviendo. Luego de eso Lis y yo regresamos a casa o vamos un rato al parque. Hoy decidimos ir a este último, ella ha estado muy animada desde que volvió a tener una conexión con Lisbeth, ya que últimamente la veía algo triste por el asunto de haber perdido su moto y su miedo por que su hermana no estuviera bien.
—Ya caminas mucho mejor.
—Ya verás que en poco tiempo estaré corriendo de nuevo.
—No lo dudo —al fin llegamos y dejé que ella avanzara más adentro mientras sacaba mi cámara de la mochila.
—¿Qué haces?
—¿Qué crees? Voy a retratarte.
—No hagas eso. Además, deberías usarla en cosas mejores.
—Tú no eres una cosa, y eres mejor que cualquier otra _se rió apenada, así que aproveché y le retraté.
—¡Oye! —objetó fingiendo estar enojada y se acercó a mí tratando de tomar la cámara— Deja de tomarme fotos desprevenida.
—Nop —me divierte verla así.
Es inevitable que no me ría cuando ella está apenada, creé un álbum de fotografías donde ella está en dos páginas completas, son fotos donde está sola, desprevenida o con su moto.
Tuve que caminar hasta chocar con la pared, y ella no me está alcanzando a pesar de que se puso de puntas, no podía parar de reír hasta que abrí mis ojos y la vi tan cerca de mi cara. Me está mirando a los ojos… Empecé a acercarme con intención de besarla, pero…
—Buenas noches —la voz de Daniel nos alertó a ambos—. Que sorpresa verlos —se estaba divirtiendo y Lis se alejó de inmediato estando roja, aunque yo también.
—Dani. ¿Qué tal? Diego y yo estábamos peleando —se puso a jugar con sus dedos.
—Seguro que sí —dijo burlón, más dirigiendo su mirada para mí un momento—. Me alegra ver que has mejorado, sigue así y pronto regresarás a las carreras. Los muchachos del sitio te están esperando.
—¡Sí! —respondió emocionada para volver a tener una actitud más relajada acomodando un mechón de su cabello tras la oreja.
—Bien, tengo que irme, pasen buenas noches. Adiós, Diego —él me miró divertido, sabe perfectamente que ella me gusta.
—Buenas noches —dije desviando la mirada y vi como Lis sonreía mientras lo veía irse—. ¿Regresamos a casa?
Ella asintió y nos fuimos, está feliz de haberlo visto, pues tararea mientras mueve energéticamente los brazos.
—Ah, mañana saldré con Lisbeth.
—¿Sólo ustedes dos?
—Sí, le pedí ayuda con algo.
—Ya veo.
Quería invitarla a salir, supongo que lo haré el domingo. Pensaba a la vez que sentía que yo no dejaba de sonreír como tonto.
×~×~×~×~×
Lissette
Sábado en la mañana, y mi hermana llegó a recogerme a la casa, mi mamá la saludó y nos despidió con mucha alegría. Salimos rumbo a una tienda de ropa, le pedí que me ayudara a escoger algún atuendo bonito y femenino para comprar.
—¿Y para qué quieres comprar eso?
—Es que —estoy apenada— voy a una cita. Bueno, en realidad no es una cita, pero…
—¡Ouh! —alzó un poco la voz con divertida alegría y sorpresa— Que linda. ¿Con Diego? —me sorprendió esa pregunta. ¿Por qué todos piensan que él y yo seremos pareja?
—No, somos amigos.
—¿Entonces con quién? Yo no acepto a otro cuñado que no sea él.
—Ya conociste a Dani ¿no?
—Sí, ¿por qué? Espera… ¿Él? Eres menor de edad, y él es mayor que tú.
—Ya pronto cumpliremos diecisiete —me quejé bufando—, además, sólo voy a confesarme, no creo que me vaya a aceptar.
—Pero quieres que lo haga.
—Claro que sí —me sinceré entrando a la tienda—. Y sólo es once años mayor, cállate.
—De acuerdo —cruzó los brazos haciendo un mohín—. Pero sigo prefiriendo a Diegito.
Rodé mis ojos mientras empezamos a ver la ropa.
Dani me preguntó si podía verlo mañana, dijo que había algo que quería decirme, y bueno, espero poder declararme también.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro