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Capítulo 31: Línea de partida

Los corredores salieron despedidos de la línea de partida, la mezcla del sonar de veinte motocicletas haciendo eco compitiendo con los gritos que vociferan a los participantes en la pista, que en poco tiempo se fueron perdiendo de vista y ahora, los observaban en las grandes pantallas que transmiten la carrera. Diego tiene cámara en mano y toma captura de todo lo que puede.

Lissette se encuentra emocionada al sentir por primera vez una adrenalina que ella creía, ya conocía, pero que en ese momento es diferente, pues comprueba de primera mano el potencial de estar entre personas más experimentadas que ella, pues es primeriza en ese lugar. Ver la carrera a través de una pantalla le es definitivamente muy diferente a protagonizarla.

Sin embargo, ser novata en esta área no la excluye de ser tratada como una competidora sin importancia, pues otros hacían lo que fuera para cerrarle el paso o para adelantarla. Cuando en un momento estaba al lado de Shark y Ángel, ahora se encontraba atrás y con gran distancia de tomar el primer lugar. En las gradas las cosas no son muy diferentes con espectadores que se burlan de la chica por ser novata, y precisamente por ser la única mujer.

—Esa niña está haciendo el ridículo —carcajeó un tipo bebiendo su cerveza.

—Es una mujer, ¿qué esperabas? —agregó otro.

Imbéciles. Diego está enojado por escucharlos, sin embargo, no es el único, en especial Valentín.

—¡Ustedes no la conocen a la gran Chita! —vociferó provocando la risa de los hombres quienes continuaron sus burlas.

—Cálmate, Valentín —mencionó Verónica con mucha calma y una sonrisa—. Veamos y apoyemos a Lis, nosotros la conocemos y sabemos de lo que es capaz.

Los chicos asintieron y regresaron las miradas a la pantalla. Roberto y Daniel ni siquiera replican los malos comentarios que escuchan, pues la confianza confianza en su pequeña Lis. Los sujetos continuaron con sus palabras de discriminación a la par que apoyan al corredor de nombre Carlos Ramírez, quién ha estado quedando en segundo lugar desde que Falcón tuvo que dejar las carreras, ya que los puestos de segundo y primer lugar siempre eran debatidos entre Emanuel y Shark, y antes de ellos, eran Roberto y Daniel, siendo estos dos últimos, de su misma generación. Carlos jamás ha ganado el primer lugar a pesar de estar participando por doce años.

Este corredor es quien le daba especial problema a la joven para pasar, pues se mantiene muy pegado a ella, Lissette había conseguido posicionarse en cuarto lugar, y ahora rebasar a Carlos era problemático debido a que la hacía hacerse cada vez más a la orilla de la pista, donde si pasa por ellas está descalificada. Desacelerar es un suicido, pues hay competidores detrás.

—¿Ven? Una mujer no puede hacer cosas de hombres —vociferó con burla el sujeto quien se veía evidentemente más tomado siendo respaldado por su amigo.

—Oiga, cierre la boca antes de que lo haga yo —replicó Alejandro con enfado.

—Uy, qué miedo. Si esa tonta se accidenta al menos nos dará unas buenas risas —las risas viles estallaron, pero no era lo único que se calentaba, pues la cólera de Alejandro comenzaba a hervir.

—¡Es mi hijastra de la que estás hablando!

—¡Papá! ¡Cálmate! —Diego se ponía enfrente con temor de que una pelea se predijese, pues los hombres estaban claramente dispuestos a llegar a esos extremos.

—Alejandro, no vale la pena —mencionó Roberto junto a Daniel deteniéndole de irse a los golpes.

—Alejandro —Verónica habló con suavidad—. Siéntate.

—Pero...

—Que te sientes —finalizó sin dejar de sonreír extrañando a los demás.

Su prometido acató, aunque su molestia seguía al tener que escuchar las burlas que los hombres no dejan de escupir, sin embargo, se contenía, al igual que los demás, de llegar a los golpes por esa actitud tan calmada que la madre de la chica muestra.

Las miradas sobre la chica no se hicieron esperar cuando ella realizó un acto que puede ser catalogado de osado, pues en una curva su inclinación fue tal, que todo mundo se levantó de sus asientos por el asombro de verla rozando el suelo y adelantando a ser el tercer lugar, mientras que junto a Shark y Ángel se alejaban de Carlos. Los fanáticos de Lissette se alzaban celebrantes ante el hecho.

—Hey, ustedes par de imbéciles —vociferó Verónica a los que antes se burlaban de la joven y ahora se encuentran incrédulos—. ¿Vieron eso? Esa chica tiene más pelotas que ustedes. Y es mi hija —enfatizaba cada palabra con superioridad—. Y si alguno vuelve a chillar una pendejada más, les voy a romper el hocico.

—Ya, mi amor, cálmate —dijo Alejandro haciendo a su amada volver a sentarse.

—Les cerró la puta boca —añadió orgullosa.

—Sí, así es, Lis es grandiosa —sonreía sintiendo ternura de ver a su prometida.

—Por supuesto que lo es, nadie va a venir a hablar así de mi hija.

—Por supuesto, tienes toda la razón. ¿Verdad? —preguntó a los demás, quienes simplemente asintieron y rieron.

La carrera ahora era conquistada por Shark, Ángel y Chita. Los gritos del público se atizaron en cuanto los corredores eran siendo vistos de regreso en una pelea reñida entre esos tres participantes. Aunque Lissette se haya cerca de ellos, aún se encuentra atrás, especialmente siendo asediada por Ángel, quien intenta desbalancearla ya sea pasando por enfrente suyo o poniéndose a su lado y acercarse con peligrosidad.

¿Es en serio? ¿Quieres hacerme caer? Decía en su interior la chica yendo con cautela.

Mientras ella estaba ocupada con no dejarse caer por culpa de su contrincante, Shark se adelantaba más de ellos, Chita chasqueó su lengua por los problemas que Ángel siempre adora provocarle.

—Vamos Chita, no me vayas a decepcionar de nuevo —decía en su interior y sonreía con malicia por lo que estaba a punto de hacer.

Adelantó un poco, pero sin ir lejos ni despegarse mucho de la menor, Lissette lo veía con atención y con algo de confusión, pensando que quizás, Ángel se iba concentrar en al menos quedar en segundo lugar.

—No. No creo que este tipo piense jugar limpio ahora —Lissette se cuestiona inclinándose un poco más al frente.

—No frenes —rogó con malicia por su siguiente movimiento.

Ángel pasó por enfrente, los espectadores miraban absortos lo que pasaba y todos estaban sorprendidos, la rueda trasera del joven casi choca a la delantera de la chica. Lo que hizo que no le diera fue que ella se levantó en su llanta trasera y así desestabilizó a Ángel. Lissette aprovechó eso y se impulsó así para luego bajar y acelerar más, pasando a ser segundo lugar y yendo a alcanzar a Shark.

—¡Rayos! —se quejó Ángel estabilizándose y acelerando para alcanzarlos.

Ahora ya no trataba de hacer tretas, ahora sencillamente competía contra los otros dos motociclistas teniendo una riña por casi llegar a cruzar la meta. Todos estaban de pie, todos gritando de emoción y, todos con los pelos de punta al ver que el primer lugar se cambiaba intermitentemente entre los tres corredores que se aproximaban en la meta.

Lissette
Mi corazón está palpitando acelerado sin parar, nos acercamos a la meta en una carrera muy cerrada. Hace poco escuchaba los motores y luego los gritos de la gente, ahora... sólo escucho mi corazón y creo que apenas respiro. Todo lo que siento no lo puedo explicar, sólo veo al frente y nada más, estamos llegando, es como si todo a mi alrededor no existiera, veo la meta, muy cerca, demasiado cerca.

El sonido que marca el cruce de la meta fue tocado, Shark y Ángel siguieron y pararon más adelante mientras que yo me detuve más cerca de la línea de partida. Estoy temblando, siento que me falta el aire y retiré mi casco dejando que la luz se adentrara en mis ojos. Ahora puedo escuchar los gritos de las personas de nuevo, el sonido está volviendo a mis oídos.

Me levanté de mi moto, pero mis piernas no lograron sostenerme y caí al suelo. Intenté levantarme de nuevo, sin éxito.

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