Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14: No lo quiero cerca

Lissette
«Estoy contigo» Me dijo con una sonrisa tomando mi rostro, sus manos son cálidas. Por alguna razón me hace sentir muy tranquila sin querer apartar la vista de sus ojos que me atrapan en su interior.

—¿Tienes hambre? Te prepararé algo.

No puedo creer que le voy a pedir esto.

—Diego, ¿puedes abrazarme? —pregunté con pena, en verdad no comprendo por qué le pido esto. Me está mirando raro.

—Claro —bien, estoy sorprendida, me está abrazando y se siente bien. Cerré mis ojos un momento sintiendo su presencia envolverme, también respiré esa colonia que usa.

—Gracias —musité, él bufó burlón agregando caricias a mi cabeza. Después de unos minutos le indiqué que ya era suficiente, no porque me sintiera incomoda, aunque sí lo estaba un poco, sino porque me sentía apenada.

—¿Ya estas mejor? —me alejé un poco estando encogida de hombros.

—Sí —mi estómago sonó ocasionando más pena en mí, y el tonto de Diego lo agravó riéndose.

—Vamos a comer —se levantó y me jaló con suavidad para sacarme de la cama.

Ambos bajamos a la cocina, vi como preparó huevos revueltos con jugo de naranja, en ese momento mi mamá bajó, vino conmigo y me abrazó fuerte. Está llorando.

—Lo siento mamá.

—No, yo lo siento, aun no te he ayudado lo suficiente para que no te ocurran estos episodios.

—Siempre has estado conmigo. Si no fuera por ti, yo habría quedado sola.

Tuvimos un rato en donde no hablamos más, sólo nos quedamos abrazadas, luego de eso, mi madre tenía que salir con el señor Alejandro. Antes de irse, la puerta fue tocada por Bryan y Sofí.

—¡Lis! —mencionó ella abrazándome tan fuerte que estoy segura me matará si sigue así— Me encontré a Bryan en el camino, me dio el aventón hasta aquí en su moto y me contó lo que pasó ayer. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, de hecho, apenas voy a desayunar.

—¿Quieren acompañarnos? —preguntó Diego poniendo los platos.

—Yo no niego —respondió Bryan burlón.

—¡Yo tampoco! —atinó a decir Sofí con entusiasmo.

Los cuatro tuvimos una charla divertida, charla en la que notaba hacían lo mejor que podían para subirme el ánimo, cosa que hicieron y que agradezco. Bryan me retó a una carrera, no sé si lo hace para animarme más o sólo porque quiere la revancha. Sea como sea marqué a mi madre para tener su permiso. Sí, me lo concedió.

—¡Bien! —gritó emocionada Sofí— Vamos —ella me tomó del brazo y juntas fuimos al garaje a sacar mi moto—. Diego irá contigo y yo con Bryan.

—¿Irás con Bryan? —preguntó Diego con una sonrisa forzada.

—¿Irás conmigo? —en cambio Bryan está incrédulamente feliz.

—¡Sí! ¡Vamos! —lo tomó del brazo y juntos se dirigieron a montarse en la moto, veía a Sofí con cierto brillo en sus ojos.

—Eh, ¿Diego? —le llamé teniendo en mi rostro una sonrisa algo nerviosa.

—Más te vale que lo humilles —me contestó con una sonrisa maliciosa que me provocó soltar mi risa.

Bryan nos guio hasta una pista que es propiedad de la policía, los oficiales la usan para entrenamiento y prácticas. Él es en cierta forma alguien favorito en la estación, así que el comandante a cargo le permitió utilizarla, claro que habrá espectadores.

—Entonces eres alguien con conexiones —dije burlona.

—Ya sabes —contestó del mismo modo.

—Bryan —dijo el jefe acercándose— ¿Así que ella es la chica de la que me contaste? Bien, veamos qué espectáculo nos darán.

Ambos asentimos y nos dirigimos a la línea de partida, ahí un oficial estaba en medio y burlón.

—Bien, las reglas son fáciles, nada de trucos sucios. Tendrán que dar tres vueltas, diviértanse y dennos un buen espectáculo —mencionó alzando una pistola de salva—. En sus marcas, listos...

Disparó, ambos salimos estando a la par, a mitad del camino desaceleré un poco. Quiero ver la forma en la que Bryan se mueve, y no está mal, tampoco parece ser del tipo de persona que se siente confiado sólo porque lleva ventaja. En la escuela no pude verlo, pero ahora tengo la oportunidad.

Diego
Primera vuelta, Bryan cruzó sin problemas mientras Lis le seguía. Los oficiales disfrutan del pequeño evento, incluso el padre de Bryan está parado tomando café mientras también observaba la carrera.

—Esa chica no podrá contra Bryan.

—Sí, es una perdida de tiempo.

Dos policías jóvenes se ven muy confiados con esas palabras. Crucé los brazos sintiendo ofensa.

—¡Ja! —mencioné captando no sólo la atención de ellos, sino de otros— Eso es lo que creen.

—Está claro que no conoces a Bryan —habló el jefe.

—Está claro que tampoco conocen a Chita. Ella ganará.

—Oh, ¿y si hacemos una apuesta?

—¿Cómo qué? —volteé mi cabeza con rapidez por la sorpresa de su proposición.

—Si Bryan gana, tú y esa chica trabajarán todo su verano aquí.

—Oh —me la pensé y poco y contrademandé—. Y si Lis gana, tendremos una patrulla que nos lleve de la casa a la escuela y viceversa, durante dos meses. ¿Hecho?

—Hecho —el jefe y yo sellamos nuestro trato con un apretón de manos.

Volteamos nuestras miradas a los competidores, segunda vuelta y Lis fue quien la había cruzado, yo me paraba orgullo y veía burlón al jefe quien no quita su sonrisa, es claro que me dice que está siendo muy confiado. Y es verdad, lo estoy, confío demasiado en la habilidad de Lis. Ahora sólo falta la última vuelta, ambos están a la par, deben doblar una curva. Bryan se colocó adelante y al parecer no sólo iba a rebasarla, no la iba ni a dejar pasar, el jefe ahora me mira confiado y yo me estaba sintiendo muy nervioso de perder esa apuesta. Ah... creo que ya perdimos. Ella no podía desacelerar y tratar de ir por el lado más ancho de la pista, si lo hacia él podía acelerar y ganar.

Sin embargo, no puedo creer lo que veo, hay una pequeña abertura del lado más angosto, y ahí justamente va Lis con decisión. ¿Qué está haciendo? ¿Acaso quiere pasar por ahí? Si quiere hacerlo tiene que inclinarse mucho para pasar... ¡Lo pasó! Lis se inclinó tanto que creí que caería pero en realidad lo rebasó, se enderezó y aceleró. ¡Cruzó la meta! Alcé mis brazos celebrando la victoria.

—¡Ganó! ¡Ha, ja, ja, ja! —estoy eufórico, tanto que no mido mis palabras— ¡En su puta cara!

¿Qué dije? El jefe me miró sorprendido y yo palidecí tapando mi boca mientras los demás oficiales me veían. Maldición. ¿Acaso dije lo que dije? ¿En verdad? Lis y Bryan llegaron con nosotros, ella bajó y quitó su casco con una gran sonrisa.

—Eso fue divertido. ¡Ay! —le di un golpe en la cabeza— ¡¿Qué te pasa, perro?!

—¡Eres una mala influencia!

—¡¿Qué?! ¡¿De qué mierdas estás hablando?!

—¡¿Lo ves?! ¡Lo eres!

—¡¿No entiendo de qué carajos hablas?!

Todos a nuestro alrededor comenzaron a reír ante lo que estábamos haciendo. Al final le explicamos a Bryan y a Lis la apuesta, cosa que le encantó a ella, ahora no tendríamos que ir en autobús hasta que su condena impuesta por su madre se acabara. Después de eso los cuatro nos fuimos. Bryan fue a dejar a Sofía a su casa, ahora vuelvo deprimido con Lis por eso.

—Vamos, quizá aun tengas oportunidad.

—¿Tú crees?

—S-Sí —ríe con nerviosismo.

—Eso no sonó muy convincente —solté un suspiro de resignación—. Bien, no importa. Vamos a ver una película.

—Yo, iré a un lado primero —analicé su cara tras ella acomodar su cabello detrás de la oreja.

—¿Vas a ver a Daniel?

—Sí, tengo que hablar con él.

—¿Es necesario? ¿Después de lo que pasó? —ella asintió, respiré profundo decidiendo ir con ella— Te acompañaré.

—No, iré sola —me sonríe con gentileza—. Lo siento, dile a mamá que volveré pronto.

×~×~×~×~×

Lissette
Llegué al taller de Dani y me adentré hasta llegar a su oficina, toqué la puerta e indicó que podía pasar.

—Dani —dije en voz baja detrás de la puerta.

—Lis, pasa por favor —se levantó de golpe, podía ver su mirada de arrepentimiento—. Lo siento, yo quería ayudarte.

—Lo sé —inmediatamente lo abracé fuerte, él no sabía que hacer, está confuso—. No te culpo, en verdad. Tampoco puedo odiarte.

—Lo siento —me devolvió el abrazo, estar así me alegra tanto. Su perfume me gusta mucho.

Hablamos por unos horas, le conté sobre la carrera que tuve con Bryan, también de mi admirador, y le pedí que me ayudara junto con Roberto a entrenar y a hacer algunas modificaciones a mi moto para la carrera legal que tendré, arreglamos las cosas y estar platicando de esta forma de nuevo me hace feliz, lamentablemente ya tenía que volver a casa.

—Gracias por aceptar ayudarme —dije sonriente.

—No hay de qué. Y gracias por perdonarme —acaricia mi cabeza con suavidad.

—Nunca te culpé —me paré de puntas y le di un beso largo en su mejilla—. Hasta pronto —me fui rápido, sentía mis cachetes colorados.

Con felicidad y emoción regresé a casa, encontré a mamá hablando con el señor Alejandro, están algo raros, pude notarlo aunque tratara de ocultarlo. No le di importancia y subí para ver a Diego, toqué la puerta y él abrió de inmediato dejándome entrar a su habitación.

—Eh, imaginaba tu cuarto más... rosita, por así decirlo.

—¿Qué tiene de malo mi habitación?

—Nada, está chida —dije lanzándome a su cama a abrazar una de sus almohadas—. Hablé con Dani, y todo está bien entre nosotros.

—¿Ah sí? —se sentó a mi lado.

—Sí, y eso me hace feliz, después de todos me gusta mucho.

—Uhm, Lis, necesito preguntar. ¿Qué pasó contigo? ¿Puedes contarme lo que pasa con tu padre y tú?

—No —me levanté con rapidez y me dirigía a salir, pero Diego me detuvo y me giró a quedar frente a él—. Suéltame.

—Lis, por favor, soy el único que no sabe nada de ti. Todos tratan de protegerte de no sé qué y yo no sé cómo ayudarte.

—Odio a mi padre —solté de repente sintiendo ese desprecio que me provoca—. No lo quiero cerca de mí de nuevo, ni a él, ni a ella.

—¿Ella? ¿Quién es ella?

—Tengo sueño, quiero descansar.

—Lis...

—Por favor, no quiero hablar de esto —me removí incomoda, él lo notó y me soltó.

—De acuerdo. No te presionaré más. Pero recuerda que puedes contar conmigo.

—Gracias Diego.

Salí de su habitación y entré a la mía acostándome a llorar en silencio, realmente no lo quiero de nuevo en mi vida, ya me hizo mucho daño, y ella también participó alegremente. «Ella es igual que él»

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro