Capítulo 11: Sólo amigos
Lissette fue caminando con Bryan a su casa para ponerse de acuerdo con su demostración, y tener una segunda opción en caso que no puedan utilizar la primera que ocupa sus mentes, ella pidió permiso en su trabajo para faltar dos días, así podría utilizar este día para hablar con su madre sobre eso. Ellos ya obtuvieron permiso al director, así que sólo quedaban sus padres.
—¿Por qué no quisiste que Diego te acompañara? —preguntó el muchacho al verla tan callada.
—No quiero que intente preguntarme por lo que pasó hoy.
—¿Y qué fue eso? Porque también tengo curiosidad.
—No voy a hablar de eso.
—Bien —ambos entraron y se dirigieron a la cocina donde una señora preparaba el almuerzo—. Mamá, ella es Lissette.
—Oh, ¿qué tal? Bryan me ha contado sobre ti y esa idea loca que tienen —rió dándose la vuelta ofreciendo su sonrisa carismática—. No creí que encontraría a alguien que disfrutara esa pasión, y menos en una chica —agregó acercándose mucho y abrazándola—. Ustedes tienen mi permiso incluso de casarse.
Lissette estaba confusa y miraba a Bryan quien sólo tenía su mano tomando su cabeza.
—Mamá, ella no es mi novia y no nos vamos a casar.
—Ay, pero si hacen linda pareja.
—¿Cómo puedes decir eso? Ni siquiera nos conocemos bien.
—Uhm. Bueno, ya —dice soltándola y ofreciendo galletas, a lo que la joven toma una mientras la mujer continúa hablando con su hijo—. Tu padre llegará en unos minutos.
—Gracias mamá, estaremos en la sala —ambos estaban sentados en el sofá largo quedando de espaldas a la entrada de la puerta, mientras hacían sus deberes—. Lamento los comentarios de mi madre.
—Está bien, es divertida —suelta una pequeña risa—. ¿Cómo es tu padre?
—Parece intimidante, sobretodo por su tamaño, pero es bastante bonachón.
—Oh. Supongo que como tú.
—Ja, ja, muy graciosa —en ese instante la puerta fue abierta, el padre de Bryan llegó—. Bienvenido papá —mencionó con los dos volteándose—. Mira, Lis, él es mi… ¿Lis?
La joven estaba sorprendida e incómoda. ¿La razón? El padre de Bryan era el mismo policía que intentó intimidarla en la jefatura.
—Hola —dijo con sonrisa forzada—. Carajo, esto ya se fue a la chingada —agregó en su mente.
—Bryan, ¿esta es la amiga de la que me contaste?
—Sí, ¿qué ocurre?
—Es una delincuente.
—Aguánteme un momento —mencionó la chica levantándose con las manls arriba—. Sólo me atrapó participando en una carrera, nada más, no soy una delincuente.
—¿Y tratas de involucrar a mi hijo en tus actos de vandalismo?
—Ah chingau. ¿Cuándo he hecho vandalismo? No rompí ni grafiteé lugares prohibidos. No soy un antisistema ni una ladrona. Sólo corrí con mi motocicleta.
—Bryan, ve con tu madre —dijo tomando una silla y sentándose frente a la chica pidiéndole que hiciese lo mismo, ambos jóvenes acataron sin decir más—. Entonces explícame el porqué de que estuvieras ahí.
Lissette suspiró llevando una mano a su cabeza para rascarla, empezando a explicar todo.
—Y eso fue lo que pasó —sentenció cruzando los brazos—. Sí, ya sé lo que va a decir, soy impulsiva y no pensé las cosas que pusieron pasarme.
—Bien, me alegra ver qué eres consciente —el señor se levantó y llamó a su hijo sin dejar de dirigirse a la joven—. Vamos, iremos a tu casa y hablaremos con tus padres.
—¿Eso significa qué?
—Que tienen mi permiso para hacer esa alocada idea. Pero también le vas a contar ahí mismo a tu madre sobre tu afición.
—¿Qué? —pronunció asombrada agrandando sus ojos.
—Lo que oíste, vamos —salió, los menores se vieron entre sí, Lissette guardó sus cosas y ambos fueron con el señor.
Los chicos iban atrás, Lissette estaba algo nerviosa y su compañero sólo sonría tratando de no reí.
—¿Te diviertes mucho, bruto? –dijo la joven cruzando los brazos.
—Demasiado —ella le rodó los ojos, fue entonces que llegaron a la casa, ocasionando que la menor se encogiera de hombros—. Vamos —dice empujándola para sacarla.
—Hey, yo puedo salir sola.
×~×~×~×~×
Lissette
Mi madre tiene el ceño fruncido, está molesta por lo que le acabo de revelar, aún no me suelta ninguna grosería, supongo porque tenemos testigos, ja, ja, ja. No debería reírme ahora. Como sea, ya se lo dije. Ahí también está presente el señor Alejandro y Diego.
—Mamá. Lo siento, pero en verdad me gusta mucho correr.
—Eso es peligroso —su entrecejo está fruncido y su mirada intimidante.
—Lo sé, pero siempre he actuado con responsabilidad.
—¿Lo hiciste esa última vez? Porque te arrestaron. ¿A eso le llamas ser responsable?
—No, esta vez fui impulsiva —bajé la mirada arrepentida—. Me olvidé de lo que me enseñaron Dani y Roberto.
—Esos dos también son otro caso, mira que meterte en las carreras sin consultarme.
—¿Lo ibas a permitir?
—¡Claro que no!
—Mamá, después de aquello, nada me había ayudado, nada me ha tranquilizado tanto como lo han hecho esas carreras y esa motocicleta —me acerqué tomando sus manos acunándolas con las mías—. Me gusta, encontré allí no sólo mi refugio, sino parte de mi felicidad. Y quiero que lo veas. Por favor.
—Lis… —mi madre volteó a ver al policía— ¿Está de acuerdo con esto?
—Así es. También tengo curiosidad —respondió el policía con una leve sonrisa.
Ella suspiró formando una mueca, estoy emocionada, cuando hace eso es porque no sólo consideró algo, sino que ha aceptado. —De acuerdo. ¿A qué hora es la demostración?
—¡A la primera hora! —respondí muy feliz, por fin podría enseñarle mi pasión a mi madre.
Diego
Lis está que le brillan los ojos, está muy feliz por tener esta oportunidad, me alegra verla así.
¡Ay no! ¡¿Ahora por qué Bryan se está acercando a mí?! ¡Y mi padre se fue con los otros! ¡Voy a morir!
—Hey —me dijo cruzando los brazos. Tragué en seco respondiendo con Hola lo más controlado que pude tener mi nerviosismo—. No vengo a molestarte. De hecho ya no lo haré.
—¿Qué? –no, enserio ¿qué? Y a este ¿qué le pico?— ¿De qué hablas?
—Mira, Lis me convenció de tratar de llevarme bien contigo. Eso es todo.
—¿Lis? —la miré— Ah… —en ese momento el padre de Bryan le llamó para retirarse.
—Ya debo irme, los veo mañana, ah, pero una cosa más —posé mis ojos en él teniendo una confusión total que no lograba aclarar—. Deberías hacerte novio de Lis —y se fue.
¡¿Qué?!
¡No, en serio! ¡¿Qué?! ¿A qué vino eso? ¿Pero qué me está contando?
Después de eso, Lis me contó que Bryan también está enamorado de Sofía.
Con qué eso es. Vaya sorpresa. ¿Y quiere quitarme del camino haciendo que me quede con Lis?
De acuerdo haré como que no sé nada de esto, sí, sólo voy a ignorarlo y ya.
×~×~×~×~×
Viernes, el día de las demostraciones llegó y los primeros en hacer su representación serán Lis y Bryan. Mi padre y Verónica fueron en el auto, yo vine montado en la moto con Lis, y Bryan y su padre ya estaban en la escuela. Con Bryan usando ropa casual.
Lis aprovechó para ponerse su ropa habitual que tanto le gusta junto a su labial rojo, me gusta mucho como se ve con él… ¿Qué… me gusta?
Sacudí rápido mi cabeza como una forma de reacomodar mis ideas.
¿Pero que he dicho?
Ignorando eso pronto llegamos a la pista de atletismo, ambos se colocaron en posición, y debo decir que me sorprende ver a tantas personas reunidas, creo que la escuela entera está aquí, hasta maestros como ¡El profesor Andrés! ¡No! Ahora sí va a pensar que Lis es una delincuente o algo así.
Tengo que tranquilizarme, ya veremos qué hacer luego, ahora sólo tengo que ver a Lis…, y a Bryan, tengo que ver a ambos.
Su demostración será recorrer 10 millas, con Lis llevando una velocidad promedio de 136 km/h, mientas que Bryan una de 126 km/h. Se debe calcular el tiempo en que ambos cruzarán la meta.
Todo muy simple, bien, el problema es que ¡ahora ambos están compitiendo!
Se olvidaron por completo de la lección y para mi sorpresa todos están emocionados.
—¡Vamos Lis! ¡Gánale! —y esa que está gritando eufórica es Sofía, incluso alza los puños.
—¡Arriba Chita! —Valentín simplemente está feliz grabando con su cámara de vídeo.
—¡Písenle! —¡¿Incluso el director?!
Verónica está sonriendo. Pensé por como ve a su hija, creo que Lis ya tiene su permiso.
Regresé mi vista al par que compite, saqué mi cámara y comencé a tomar fotos, especialmente a Lis, quien por supuesto ganó. Al final tuvieron que repetir la prueba para continuar con las demás demostraciones. Toda la gente que estuvo presente claramente se fue feliz. La madre de Lis le despeinó divertida antes de decirle que en casa hablarían sobre su pasión, las cosas le están yendo bien, me alegro.
Después de terminar nuestras demostraciones todos regresábamos al salón, pero Lis fue al baño a cambiarse por el uniforme, creí que todo ya había terminado por completo, pero Bryan me tomó del hombro.
Ahí te voy San Pedro.
—Déjame ver eso —dijo agarrando mi cámara.
—¡Oye! ¡Devuélveme eso!
—No la voy a romper, sólo quiero ver algo. ¿Uhm?
—¿Q-Qué?
—¿Cuándo le dirás a Lis que te gusta?
—¡¿Qué?!
—Tienes muchas fotos de ella, incluso algunas durmiendo en el salón.
¡Mierda! ¡Olvidé que las tenía!
Sentí mi rostro calentarse e intenté quitarle mi cámara.
—¡Dámela! —se la arrebaté con molestia— No me gusta, sólo pensé que se veía linda así —Bryan me mira fijamente promoviendo la incomodidad.
—Si no es porque te gusta entonces creeré que eres un acosador.
—¡No lo soy! —espeté sonrojado de la vergüenza— Para empezar, no creas que voy a andar con ella sólo porque quieres salir con Sofía.
—¿Te lo dijo? —afirmé a su duda— Bien, pues en parte es verdad, pero olvidándonos de eso, yo estoy seguro de que Lis te gusta.
—S-Sí claro.
Guardé mi cámara para irme al salón, no voy a quedarme a seguir escuchando esto. Él sólo me siguió en silencio.
¿Gustarme Lis? ¿De qué habla? Ella sólo es mi amiga y próximamente mi hermana… Sí, eso es.
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