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Único.


- Señorita Nagisa, Señorita Honoka, a pesar de todo, de todos los peligros, ustedes 2 nunca perdieron la esperanza. Gracias a ustedes se que quiero hacer. - Había dicho aquel día, cuando sus ojos fueron testigos de una hazaña que parecía imposible. El Rey Haaku y su creador, el gobernarte sobre el poder oscuro había sido derrotado por unas simples humanas.

Kiriya había visto lo mejor de la humanidad al lado de ellas 2, las chicas que fueron sacadas de su cotidianidad ahora vueltas guerreras legendarias que lograron ni lo que una deidad pudo... O mejor dicho... No quiso.

Su admiración estada para la humanidad y ellas, no para el jardín de la luz y sus habitantes, incluida su reina. Solo por eso, cuando sintió detrás de sus espaldas el poder de la reina del jardín de la luz, ofreciéndole una vida como humano, se dejo. No puso alguna objeción y dejo su cuerpo inmóvil, sonriendo ante la hermosa calidez que lleno hasta el rincón más vago de su alma, despertando ahora, como humano y con una familia que lo apreciada.

- ¿Kiriya? - Los ojos de las 2 guerreras se abrieron en par en par, mirando al antiguo guerrero de la oscuridad, usando ropa mucho más cómoda y por no decir arreglada, sonriendo jovial y menos pálido de lo que estada antes. Fuera de la casa de la cure de color blanco, esperándolas. - ¿Tu...?

- ¿Me extrañaron? - Solo eso capto a decir, en una voz baja. La verdad ni él mismo encontró palabras para pronunciar. Solo estada con la seguridad que recordada todo, más recuerdos nuevos con su nueva familia.

Toda su realidad fue alterado, por mandato del poder que dentro la reina emerge. Pero ella seguía siendo precavida. Los del Jardín de la luz no eran ningunos héroes por más que quisieran mantener esa mentira.

- Parece que nada paso, parece incluso que... - La voz de Honoka se trabo, mirando al chico peli-negro caminando frente a ellas, sonriendo sonrojada. - Estoy de feliz de tenerlo con nosotras, ¿No Nagisa? Luego de tanto, él... Se libero, parece incluso que nadie lo olvido. Es tanto que hasta no puedo creerlo. - Le hizo saber, estando segura que su compañero podía escucharlas, sintiendo el mismo sentimiento. Era hasta extraño tener que adaptarse a todo esto, era muy nuevo para su persona, y... No tenía palabras. Solo que estada feliz.

- Ahora somos compañeros de clases los 3. - Dijo Nagisa. - Y... ¿A dónde quieren ir? Tenemos unas vacaciones para aprovechar y... Bueno, reconectarnos sin tanto brama. Aprovechemos antes de regresar a la escuela. - Kiriya asintió, mirando a Honoka con una sonrisa en su rostro, imitando ella su gesto.

- "Las sonrisas de Kiriya eran sutiles, pero encantadoras." - Pensó White, le era extrañamente satisfactorio ver al chico que ahora tenía en frente, diferente a la primera vez que se vieron pero a la vez igual.

- Es una lástima que Mepple y Mipple no estén aquí. Estarían felices de verte. O bueno, eso supongo. - Apenas ella mencionar eso la cara del peli-negro se volvió una mueca. No entendía eso de las chicas, le tenían mucho aprecio a unas pequeñas alimañas que las pusieron en riesgo de muerte sin siquiera importarles que en el peor de los casos, ellas terminarían muriendo por algo que, tal vez no les incumbía, pero no quiso tocar el tema...

Lástima que la felicidad no era eterna, y menos para un Precure, ser portadora de la esperanza representa para ellas una vida de angustias a su corta edad, tenían que ser guerras después de todo, peleando por reinos y seres que o las idolatraban o las metían en peligro, siempre que este exista ellas tienen que emerger, y la oscuridad no se puede destruir.

Apretando sus puños con ira Kiriya no encontrada acciones correctas para actuar. Solo... Estada frustrado, enojado, sumamente molesto. Por ser tan inútil, por no tener sus poderes, por tener que ser un estordo cuando 2 personas que apreciada estaban en un peligro que él conocía a la perfección, pero nada podía hacer, y ahora con Hikari... No, no, no, era el colmo para él, solo quedarse de brazos cruzados sin poderes, viéndolas arriesgar sus vidas.

- Kiriya... - Nagisa fue la que se atrevió a hablarle al chico, desde que su nueva aventura como las Futari Wa Precure Max Heart empezó, el chico ha estado distante de ellas 2. - ¿Te pasa algo? Honoka está preocupada al verte inseguro. Estas con los ánimos por el piso.

- Nada solo... - Suspiro. - Es difícil para mí. Agradezco que parezca que no me recuerden, porque odiaría poder ser usado de señuelo para tenerles una trama.

- Entiendo... - Lo dijo de una forma muy directa y seca, notándosele lo que le afectada en esta situación. No sabía cómo responderle porque tenía razón. Solo podía alentarlo. - Descuida, estaremos a salvo en esta pelea. No tienes que ponerte tan serio, ganaremos, te lo prometo. - El contrario no respondió nada. Solo le sonrió y asintió, fingiendo que las palabras de la chica castaña y cure de color negro lo ayudaron a levantar el ánimo.

Pero un teatro que no podía tener montado por la eternidad, el tenia un límite que soportar, y cuando el peligro aumentada es cuando vio ese limite quebrado. Habiendo cometido un acto imprudente, negándose a quedarse sin hacer nada.

- Porun... - En voz baja dijo, acercándose al príncipe de la luz. - Te quiero pedir una cosa, regrésame mis poderes. - La mirada de desconcierto del resto de los presentes era palpable, creando un ambiente venzo y pesado.

- ¿De qué hablas ~ Popu?

- No te hagas el tonto, más de una vez, con o sin el poder de las piedras prisma dentro de tu cuerpo lograste entregarle un poder inmensurable a las Pretty Cure, la reina me quito mis poderes al volverme humano. - Su mirada se desvió con un pequeño deje de desprecio hacia Hikari por unos segundos de forma sutil, volviendo a Porun de forma rápida. - Estoy seguro que puedes devolverme los míos.

- ¿Kirya de que estás hablando? - El aludido las ignoro, concentrando una mirada gélida en el más pequeño, asustándolo.

- Ahmmm... No sé si pueda ~ Popu... Es una petición extraña ~ Popu... - Empezó a retroceder de forma lenta, Kiriya se empezó a acercar de forma intimidante asustando el niño hada hasta que despavorido empezó a correr, siendo sujetado con mucha facilidad por el chico del grupo.

- ¡No te hagas el imbécil! ¡Naciste entre el poder de la luz y la oscuridad! ¡Estoy seguro que tu puedes devolverme mis poderes!

- Kiriya basta. - Hasta que Honoka intervino, aun transformada en Cure White golpeo en rostro de su compañero sacando a Porun de sus manos, dejando a Kiriya en el suelo en el proceso con una mirada estupefacta pero molesta. - No sé qué te pasa pero estas actuando de una forma muy inadecuada. Discúlpate con Porun.

- Honoka... - Secamente se levanto dejando sus puños apretado hasta que su mirado se clavo en White. - Noto que aun eres incapaz de pensar en lo que siento. - Y se fue. Nagisa se le quedo mirando confundida, sin saber que paso dar a seguir, mientras Honoka estada con un nudo en la garganta.

- Kiriya... Yo... - Tenía que hablar con él.

Con la mirada en el cielo, parecía estar a punto de llover.

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La lluvia arrecia en todo el lugar, luego de dejarlas solas el chico no se sintió dispuesto a volver con sus padres, era una sensación extraña ya que esta vida en si era falsa. No podía quedarse tranquilo en esta, ignorando a los sobrevivientes de la oscuridad cazando a las Pretty Cure.

- No me mires. - Pidió Kiriya, al momento que sintió a Honoka a su lado, protegiéndolo de la lluvia con un paraguas en mano. Encontrándolo cerca del bosque, abajo del árbol más frondoso que encontró. - No es necesario que estés aquí.

- Kiriya... ¿Qué te ocurre? Hace unos meses estábamos felices viviendo como adolecentes normales, y ahora, estas como antes, distante y callado, como si no te importara nada. No entiendo tu actitud de hace rato, estuviste muy agresivo, incluso has estado muy grosero con Hikari, ¿Qué te ocurre?

- A Hikari no la odio. Eso te lo puedo asegurar, solo me pido incomodo su presencia, ya que ella es la reencarnación de la reina. - Por eso empezó. Habrá aceptado su misericordia con él, ofreciéndole una nueva vida pero no borrada toda la historia entre la zona botsuku y el jardín de la luz. Lamentada no poder expresarle todo eso a Honoka.

- ¿Aun sigues con eso? Pensé que esa brecha había sido cerrada. ¿Aun odias a los seres vivos en el jardín de la luz.

- No Honoka, mi problema es la reina. - Aun negándose a verla le hizo saber. - ¿Tu confías en ella? Ustedes mismas dijeron que querían tener una vida normal alejada de Pretty Cure. Se me hace raro como aun aceptan pelear una batalla dictada por la deidad capaz de alterar toda la realidad a su gusto. ¿Qué las hace querer arriesgarse por alguien no ha hecho nada por ustedes? - Se levanto, clavando su mirada en los ojos de la Cure. En el cinturón de Honoka, Mipple estada dormida, era lo mejor, que ni interviniera, ni estuviera consciente de lo que hablaban. Alentándose Honoka, tomando más confianza para tomar las palabras, porque no podía negar las cosas que pasaban por su mente desde el año pasado cuando las 2 hadas le cayeron del cielo.

- Sobre lo primero no sé que responderte, aunque nosotras si queremos a Hikari la Reina es un mundo que no entendemos. Es verdad lo otro, Nagisa y yo también lo hemos notado. - Afligidamente acepto, levantando la mirada cambiando su semblante a uno más seguro. - Pero nuestros seres queridos están en peligro, peleamos por ellos, por nuestra familia y amigos, nosotras tenemos la fé que esta vez, será la última vez que veremos al Rey Haaku.

- Honoka... Yo quiero ayudarlas. Quiero pelear junto a ustedes. No me siento, y nunca me sentiré cómodo dejándolas a ustedes 2 todo el trabajo en esto. Pero... - La chica le interrumpió, ahora sintiéndose horrible.

- No tienes tus poderes. Ahora lo entiendo... ¿Por qué nunca dijiste nada? ¿Por qué no me hiciste saber de tus inseguridades? Pudimos encontrar una forma de ayudarte.

- ¿Y cómo? Lo único que se me ocurre es que al igual que con ustedes cuando el rey adsorbió el poder de las piedras, esa cosa logre devolverme mis poderes. Pero... No sé si sea posible. - Tenia que admitir que solo actuó por impulso.

La cure sujeto su mentón, queriendo que la vea, acariciando su rostro con suavidad.

- Vamos primero a mi casa, no es bueno pasar tanto tiempo en la lluvia, luego, prometo buscar priorizar en cómo lograr que no seas inútil. - Asintiendo, ambos se dirigieron al hogar de Honoka donde la abuela de estas les residió sin ningún problema, ofreciéndoles Té para el frio.

Ya los 2 solos, Honoka invoco al guardián de las piedras, despertando a Mipple en el proceso. Buscando encontrar una idea de cómo lograr que Kiriya recupere sus poderes, pero no encontraron nada concreto, a la final eran poderes oscuros y los de ellos poderes de Luz. Pero aun con eso, prometió encontrar una forma de, aunque sea reemplazarlos por otros que les sirvieran en esta pelea.

Mirando a los 2, la hada de color rosado no podía esquivar su mirada de los 2 presentes.

- "¿Sera qué?" - Ella se había quedado al marguen porque tenía como opinar o que decir, al irse el guardián, Kiriya suspiro buscando aire fresco, siendo seguido por Honoka. Luego de pensarlo un poco ella se les unió a los 2, llevando consigo el medidor del amor.

- ¿Ummm? ¿Para qué tenemos que hacer esto? - Pregunto el chico, luego de seguir cada una de las indicaciones que les vio la Hada, poniendo ambas manos en el objeto esperando a que las luces se pusieran quietas, cuando eso paso, casi todas estaban encendidas.

- ¿Qué significa esto Mipple?

- "Un amor que apenas está floreciendo... Aun les falta camino" - En su mente se dijo, dirigiéndose a ellos 2, sonriéndoles pensando que era mejor decirles una pequeña mentira piadosa, no quería intervenir mucho y terminar arruinando el primer amor de Honoka. - Significa que les espera buena suerte ~ Mipo.

- Espero que sea así. Aun nos queda camino por recorrer. 

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