Capítulo Vigésimo Segundo
Secretos y fantasmas. Vaya combinación... Una que describe perfectamente a Kim Jungkook.
Para ARMY, Jungkook era el Golden Maknae. Para sus amigos y pareja, la mayoría de las veces era un misterio. Desde La situación del primero de septiembre, Jungkook no hablaba de sus cosas con absolutamente nadie.
Mucho menos con Taehyung.
Ni siquiera había permitido a su esposo hablarles de la verdadera edad de los mellizos a sus amigos...
Y no le había dicho ni una palabra de lo que le sucedió al hermano de SunHee.
A los ojos del público, era el famoso, el increíble, el perfecto cantante Jeon Jungkook... En casa, un chico que simplemente cargaba con demasiados fantasmas.
Demasiados secretos.
¡Secretos y fantasmas! A Jungkook le sobraban.
Pesadillas, arrepentimientos, dudas, culpa.
Oh, y no hay que olvidar lo más importante en esa autodestructiva ecuación: odio.
Odio puro.
Aborrecimiento.
Pero no era un desprecio normal y sin importancia, de esos que entre políticos se traen o el que entre "ex" se presume.
No. El odio que Jungkook era desgarrador, destructivo, inimaginable...
Y todo contra sí mismo.
Kim Jungkook odiaba su cuerpo, aborrecía su organismo, y repudiaba con furia su mente y corazón.
Su estúpido corazón...
Pero ahí no acababa el rencor...
Desgraciadamente... Había una pizca de resentimiento contra su Alfa.
Pequeño, tal vez... Pero... Bueno... Era como un cáncer que empezaba a consumirlo de a poco.
Lo único que llegaba a consolar aquel dolor constante en su pecho, y aunque sea algo casi sin sentido, era el mismo Taehyung. Su sonrisa, su voz, sus manos, sus labios... Su simple presencia provocaba en su interior una guerra de sentimientos.
Y luego estaba Dae.
Jungkook agradecía infinitamente a la Luna que Daehyun fuera su amigo. Aquellos días en los que se sentía al borde del abismo y la locura, llegaba él a alejarlo de la orilla y le plantaba los pies en la tierra.
Adoraba esa manera en que Dae lo abrazaba y le decía que todo estaría bien.
A diferencia de otras personas, a él sí le creía.
Daehyun siempre estaba en el momento indicado. Desde niños, Dae hallaba la solución a sus problemas, y permanecía a su lado sin importar nada.
Jungkook aún recordaba la vez que el padre de Daehyun lo golpeó y lo dejó hospitalizado, pero, también, atesoraba los días en que Daehyun, a pesar de haber recibido una paliza igual de dura, iba a visitarlo.
Fue Daehyun quien hizo desaparecer su miedo a ser amigos, y el que, desde ese día, no había permitido que lo dañaran de nuevo...
Pero fue también Daehyun quien, desgraciadamente, rompió el contacto primero.
Poco después de que ambos jóvenes entraran en diferentes empresas para cumplir su sueño de ser cantantes, Daehyun poco a poco dejó de hablarle a Jungkook, hasta que el contacto entre ambos fue nulo. Por ello, cuando Yugyeom hizo la broma telefónica, y para no tener problemas prometió autógrafos de un tal "Jeon Daehyun", Jungkook sintió que era el destino que quería juntarlos de nuevo.
Dae en un principio se mostró desconcertado al verlo, aunque de inmediato cambió su expresión y le brindó una adormilada sonrisa.
Eso de haberlo sacado de su estudio a las tres de la mañana no era ninguna broma.
Daehyun prestaba atención a lo que Yugyeom le contaba, pero no apartaba la vista de Jungkook ni Jungkook de él.
Se sentían como si no hubiese pasado el tiempo, y aún fueran esos dos niños que corrían a la escuela para no llegar tarde, los que se peleaban por la última papa de la bolsa...
Los niños que, en algún momento, juraron permanecer siempre juntos.
Jungkook se preguntaba durante esos días de llanto, desesperación y odio por qué se habían alejado. ¿Qué había hecho mal? ¿Acaso su querido amigo lo había reemplazado? ¿Tendría pareja y por eso decidió cortar el contacto?...
Se estaba volviendo loco.
Estaba cayendo una vez más en la desesperación.
Y un nuevo aunque pequeño sentimiento de rencor nació en su roto corazón.
Contra Daehyun.
Había jurado protegerlo, prometió estar a su lado, ¡le dijo que nunca lo dejaría llorar solo!... Pero he ahí a Kim Jungkook: con el corazón hecho pedazos, completamente solo en su habitación, y llorando sin que nadie lo escuchara... Gritando a todo pulmón del dolor sin tener a su panda o a su esposo a su lado para calmar su dolor.
Pero entonces lo escuchó.
Toc, toc... Toc, toc, toc... Toc, toc... Toc, toc, toc...
Jungkook poco a poco dejó atrás su llanto, y a paso pesado se acercó a la puerta, con todo el cuerpo temblando.
Se sentó en el suelo, aún sollozando, y pegó la oreja a la madera, escuchando una entrecortada respiración del otro lado.
El silencio se instaló unos segundos entre ellos. Sólo era interrumpido por los sollozos de Jungkook y la respiración irregular del otro.
Cuando Jungkook se iba a parar, e iba a mandar al demonio a quien fuera que estaba del otro lado de la puerta, una dulce voz llegó a sus oídos:
—mi querida princesa, siempre estaré aquí. Tu sirviente fiel yo soy. Hermanos de corazón. Vine al mundo para darte total protección. Mi vida por ti daré. El tirano seré yo...
Jungkook ahogó un sollozo.
No era la primera vez que Daehyun le cantaba esa canción. Toda la semana la había estado escuchando... Pero, todas esas veces, el sentimiento le ganaba.
—tú y yo nacimos juntos bajo el cielo azul. Las campanas se alegraron al vernos nacer... Y nuestra familia fue lo que nos separó... El destino de los dos... La codicia dividió...
Jungkook trató de callar la voz de su mejor amigo cubriendo sus oídos, sin notar que de nuevo un río bajaba por sus mejillas.
Dolía.
Habían pasado más de veinte años y seguía doliendo...
—¿Cuántas cosas nuestro destino nos dará? Toda nuestra vida siempre lamentaré. Hasta el fin del mundo mi alma te cuidará, y el verte feliz siempre desearé.
-cállate - rogó en un susurro -. Por favor... Por favor, Hyun, detente...
Pero no lo hizo.
No lo hizo porque sabía que, aunque esa canción en un principio les dolía a ambos, después terminaba consolando el dolor.
Siempre era así.
—mi querida princesa, siempre estaré aquí. Tu sirviente fiel yo soy. Hermanos de corazón. Vine al mundo para darte total protección. Mi vida por ti daré. El tirano seré yo...
Jungkook poco a poco se dejó llevar por la hermosa voz de su mejor amigo, mordiendo su labio para sólo concentrarse en los recuerdos buenos que llegaban a su mente: su boda con Taehyung, su carrera como parte de la banda de BTS... Y recuerdos aún más antiguos: los juegos infantiles con Dae, las canciones de cuna de su mamá, las risas con su hermano, las vueltas en bici con su padre...
—cuando realicé un viaje en otro país, una linda niña capturó mi atención. Era su sonrisa lo que a mí me agradó. A primera vista... Ella me enamoró...
Jungkook rió un poco cuando recordó las primeras citas que tuvo con Taehyung. Ambos eran torpes y se avergonzaban de todo.
Per entonces llegó ese verso...:
—pero tus deseos me diste a ordenar... A esa niña no querías verla jamás. Yo lo cumpliré y así tú descansarás. Aún no entiendo porqué me siento tan mal...
Una vez más aquella Situación empezó a atormentarlo.
Recordó el dolor, la sangre... Y luego aquel cuerpo sin vida.
La voz del doctor que confirmaba la muerte de aquel que tanto amaba resonó en su cabeza como el sonido ensordecedor de una campana.
La campana de su perdición, la que anunciaba su muerte, su locura, su odio eterno contra sí mismo.
Jungkook se sentía culpable.
Todo había sido por su culpa.
Todo había sido por él...
—mi querida princesa, siempre estaré aquí. El destino de los dos, con la ira y corazón. La merienda de hoy es un flan con mucho amor. Tu sonrisa real volvió, mi vida por fin brilló.
Jungkook sintió un terrible dolor en sus dedos por lo que bajó la vista hacia ellos.
Grande fue su sorpresa al verlos llenos de sangre, y sus uñas completamente acabadas.
Inconscientemente había estado mordiéndose las uñas hasta sangrar...
Y no era la primera vez que se dañaba a sí mismo sin darse cuenta.
-Dae - suplicó -, para... No me siento bien, detente...
El silencio volvió por unos segundos.
-¿Quieres en serio que pare? - escuchó la voz de su mejor amigo al otro lado.
Sí, detente. Me lastima, haces que vuelva a doler... Yo le cantaba esa canción, yo le prometí que la historia no acabaría mal...
Ni siquiera yo era consciente que mentía.
Jungkook quiso gritar, decirle de mil maneras que sí, ¡que parase y se largara!... Pero nada salió de sus labios... Y Daehyun retomó la canción.
—algún día este país justicia tomará, y el enfado de la gente no se evitará. Si ya no hay remedio a lo que el destino traerá... No debes preocupar, la culpa mía será.
"La culpa mía será"... ¿Cuántas veces Jungkook había permitido que Daehyun tomara la responsabilidad de cosas que había hecho? ¿Cuántas veces castigaron a su mejor amigo por sus errores?...
Millones.
Siempre fue un cobarde... Se ocultó detrás de otros para no enfrentar sus problemas.
Como con Taehyung. Se escondió, simulando ser un Alfa, sólo porque quería complacer al contrario.
—¿Y bien? ¿Cuál es tu aroma de Alfa?
El corazón del Omega dolió.
—naranja y roble, hyung...
Naranja y roble. Un aroma del que había estado huyendo desde ese día. Un aroma que formaba parte de la mentira que destruyó gran parte de su vida y corazón... Y, cuando eso pasó, de nuevo se ocultó y le echó la culpa a alguien más...
Y ahí estaba de nuevo Kim Jungkook. Huyendo de sus problemas, ocultándose de ellos... Siendo un cobarde.
—apresúrate, mi ropa te quedará. Tienes que escapar y ya no mirar atrás. Todo estará bien, tú y yo somos similar. Nada me pasará. Ya no debes de llorar...
Daehyun había cantado la última oración más alto, pues los sollozos de Jungkook inundaban la casa.
Daehyun sólo deseaba meterse al cuarto de Kim y abrazarlo. Llenarlo de palabras bonitas y caricias en su cabello. Quería ser como aquel "sirviente del mal", que se disfrazó como su hermana para que la muchedumbre furiosa no la dañara. No quería que la culpa y la tristeza hirieran a su mejor amigo. Tomaría su lugar mil veces de ser posible, lo salvaría de aquella sombra que lo comía por dentro si pudiera... Pero lo único que era capaz de hacer era cantar. Cantar y rogar que su amigo se dejara consolar.
—mi querida princesa, tomaré tu lugar. El destino decidió... No debemos continuar. Si tú fuiste malvada, problema no habrá. Tu sangre en mí estará... Y el tirano morirá.
Tal cual como la canción, Jungkook recordó aquella vez que su estupidez y cobardía habían ido demasiado lejos. Había querido vengarse del padre de Daehyun por casi haberlo matado, por lo que le aventó agua del drenaje cuando iba para el trabajo.
Jamás recibió castigo por ello. No. Fue Daehyun quien sufrió las consecuencias.
Graves consecuencias.
En el hospital decían que era un milagro que estuviera vivo. Tenía tantos huesos rotos y la cara casi irreconocible. Sus ojos habían permanecido cerrados por más de un mes, y varias veces tuvieron que revivirlo.
Daehyun murió por Jungkook. Más de una vez...
Daehyun moriría por Jungkook, si se lo pidieran otra vez.
—hace un largo tiempo, lejos de aquí. Existió un reino inhumano, vano y vil. En ese lugar solo podía, sin dudar, mi querida y adorable gemela gobernar...
-¡No, ya basta! ¡Detente, detente!
Jungkook abrió la puerta con brusquedad, y cubrió la boca de Daehyun antes de que éste pudiera preguntar algo o seguir cantando.
Hyun miró con dolor las lágrimas que bajaban a raudales por las mejillas de Jungkook, e hizo una muñeca cuando vio un hilo de sangre en los labios contrarios.
Con delicadeza quitó las manos de Kim de su boca, y las juntó, para luego ponerlas sobre su pecho, justo donde se encontraba su corazón.
Jungkook pudo sentir el ritmo lento y constante de su mejor amigo.
-vamos, Kookie - murmuró Dae, sonriéndole con dulzura y apretando con delicadeza las manos de Kim -. Una vez. Sólo esta vez...
Jungkook le miró con temor, y quiso negar con la cabeza; sin embargo, su cuerpo nuevamente lo desobedeció, y se quedó quieto, sin dar señales de negación.
Así, mientras Daehyun cantaba un verso, Jungkook, con la voz temblorosa, cantó otro al mismo tiempo.
—aunque el mundo vaya en contra de los dos, contigo a mi lado siempre caminaré. Nunca olvides que siempre yo te cuidaré, y verte feliz siempre desearé. —al final llegó la hora que se acordó. Las campanas ya iniciaron su función... Y tú sin mirar a nadie a tu alrededor... Recitaste mis líneas sin rastro de temor....
Daehyun sonrió levemente, y atrajo el cuerpo tembloroso de Jungkook contra el suyo, besando su cabello cuando el contrario se soltó a llorar apenas escondió la cara en su hombro.
— mi querida princesa, siempre estaré aquí. Tu sirviente fiel yo soy... Hermanos de corazón. Vine al mundo para darte total protección. Mi vida por ti daré... El tirano seré yo...
Jungkook sonrió en medio de su llanto, y susurró junto a Daehyun la última estrofa de la canción:
—si pudiera lograr yo volver a nacer... Pediría jugar... Contigo otra vez...
Mientras las palabras se deshacían en el aire, los dos amigos mantenían su abrazo con fuerza y necesidad.
-insisto en que deberíamos crear una versión para nosotros - rió Jungkook roncamente -. Es extraño que te dirijas a mí como "mi querida princesa".
-¿Qué tiene de malo? Así va la letra, nene. No suena bien cantar "mi querido Kuko Kukencio", por muy bueno que seas arreglando canciones.
-¿"Nene"? ¿En serio, Hyun? ¡Ya no soy un niño!
-¡Eres mi niño! ¡Tan pequeño y tonto como siempre! - rió Daehyun, despeinando los cabellos de Jungkook, quién se quejó y luego se rió también.
-¡Jungkookie hyung!
Los ojos del Omega brillaron con fuerza, y alejó de un empujón a su mejor amigo para recibir el abrazo de los dos mellizos que saltaron a él.
-¡Mis niños! Lo siento, no debí encerrarme tanto tiempo...
-no hay problema, hyung - murmuró Byeol al oído del Omega -. Todos tenemos días malos.
Jungkook besó ruidosamente las mejillas de los mellizos, riendo.
Minutos después empezaron a llegar sus amigos. Todos se alegraron por su reaparición, y lo llenaron de abrazos, besos, cosquillas y palabras dulces.
Detrás de todos ellos estaba SunHee, que esperaba ansiosa a que el Omega dejara de ser abrazado para acercarse a él.
-lo lamento - murmuró antes de que Kim dijera algo -. Ha Ri estaba en mi anterior escuela, y supo lo de mi hermano. Ella... Era algo así como mi bully... Pero siempre la toleré porque... Bueno, tenía a mi oppa - su voz se rompió un poco, pero de inmediato se compuso -. Lo siento. No debí descargar mi irá contra ti. Exploté... Juro que no quería decir eso, yo... No quería dañarte... Perdón... Lo siento mucho, perdóname...
SunHee comenzó a llorar sin consuelo, sintiéndose pésimo cuando, por algunos segundos, no recibió respuesta alguna...
Sin embargo, unos brazos la rodearon protectoramente, y una dulce caricia que borró sus lágrimas le hicieron alzar la vista, sorprendida, hacia el Omega.
-te perdono, Sun. Como dijo Byeol, todos tenemos días malos. Sólo procura que tu enojo no lastime a nadie la próxima vez, ¿okay?
La beta asintió rápidamente, y le devolvió con fuerza el abrazo a su tutor, sintiendo que su corazón se libraba de un gran peso.
Jungkook quiso gritar de la alegría. ¡SunHee lo estaba abrazando!
-¿Kook?...
El mencionado sintió que su interior se revolvía. Miles de mariposas revoloteaban en su estómago, alegres de reconocer aquella dulce voz.
SunHee se separó de Jungkook, e, inmediatamente, Taehyung abrazó con mucha fuerza a su esposo, ignorando el malestar en su pierna derecha.
-no vuelvas a hacer eso, por favor... - dijo con la voz rota Taehyung -. Llora, grita... Pero no desaparezcas...
-lo siento...
Jungkook se separó de su esposo, y le depositó un suave beso en sus labios... Sin embargo, un quejido de dolor le alarmó.
-¿Tae?
-n-no es nada...
-Jeon...
El alfa suspiró.
-¡No tiene nada, Kook! - intervino Hyun, colocándose frente a Tae antes de que hablara -. Seguro chocaste tus grandes dientes de conejo con los suyos...
Jungkook frunció el ceño, notando algo raro en el rostro de su amigo.
Con agilidad pasó la mano por donde veía la piel de Daehyun más opaca, descubriendo un moretón casi recién hecho.
-¡¿Qué demonios te pasó?!
-nada... Yo... Eh... Simplemente me caí - rió Hyun.
-Taehyung, enséñame tu cara.
-Kuko...
-¡Ahora!
Tae salió de detrás de Hyun, y con resignación dejó que su esposo mirara su cara. Jungkook lanzó un gritó ahogado cuando descubrió su labio roto y un golpe que se formaba apenas en su mejilla.
-¡¿Acaso ustedes dos se pelearon?!
-¡No, Kook, no! Nosotros... Detuvimos a dos personas que sí se estaban peleando.
Jungkook fulminó con la mirada a su mejor amigo. Fue rápido al baño, mojó una toalla, regresó con ellos, y, ante la asombrada mirada de todos los presentes, pasó la toalla por toda la cara de ambos alfas, dejando al descubierto varias heridas.
El que más moretones tenía era Daehyun. Su ojo empezaba a inflamarse y a ponerse de color púrpura, al igual que su mejilla. Su labio roto y la sangre en su nariz indicaban que había recibido más de dos golpes.
-mejor dime la verdad ahora, Jeon Daehyun, antes de que me entere de otra manera.
Hyun suspiró.
-no fue nada, Jungkook... En serio, estoy bien. Tropezamos con unos borrachos y peleamos con ellos... A mí se me encimaron dos. Eso es todo, en serio.
Taehyung le dio una mirada culpable a Hyun, pero no lo contrarió.
En realidad, Taehyung sí había golpeado a Hyun... Y él sólo por reflejo le dio un puñetazo.
Sólo uno.
Después de eso, no se defendió, hasta que Tae recobró el sentido, se disculpó, y volvieron a casa.
Ya pasaban de las seis de la tarde cuando llegaron.
-espero que no me mientas, Dae - dijo Jungkook.
-¡Que mi moneda de la suerte decida si miento o no! - rió Hyun, buscando en sus bolsillos.
La alegría que su rostro mostraba fue poco a poco por una expresión de total pánico.
Daehyun vació sus bolsillos, desesperado, en busca de su moneda especial, y las lágrimas se acumularon en sus ojos al no hallarla por ningún lado.
-¡No está!
-Daehyun, cálmate - pidió suavemente Tae.
-¡No me digas que me calme! ¡No está, mi moneda no está!
-¿Es la de...? - aventuró Jungkook con cuidado, pero prefirió quedarse callado cuando su amigo le lanzó una mirada llena de advertencia, ira, tristeza, y temor.
-¡Sí, carajo, es esa! ¡No está!
-Daehyun, ¡bájale a tu histeria! - le gritó Taehyung, ya empezando a hartarse.
-¡Cállate! - demandó con su voz de mando, haciendo temblar al esposo de su mejor amigo.
-¡No le grites! - defendió Jungkook.
-¡No me interesa! ¡Por su culpa la perdí! ¡Se me cayó en el maldito puente!
Jungkook frunció el seño.
-el... ¿El puente?...
Taehyung tembló ante la mirada acusadora que le dio su Omega, y rió con nerviosismo.
-¿Ese puente, Taehyung?
-cariño... Lo puedo explicar...
-¡A mí no me importan las malditas excusas que le des a Jungkook, ni cuánto le pienses mentir! ¡Tú me acompañas AHORA al maldito puente y nos ponemos a buscar mi moneda!
-¿Qué? ¡Por supuesto que no! No la vas a hallar jamás. ¡Cayó justo donde las aguas chocan!
-¡Dije que irías conmigo!
El lobo de Tae gruñó con fiereza en su interior, deseando tomar el control del cuerpo y mostrarle a ese Alfa quién mandaba.
-¡Dije que no! Además, ¡¿qué demonios tiene de especial esa estúpida moneda?!
Su mejilla comenzó a arder intensamente.
Daehyun le había dado un puñetazo.
Jungkook de inmediato corrió a ver el estado de su esposo, y le mandó una mirada terrible a su mejor amigo...
Sin embargo, luego besó la mejilla golpeada de Taehyung, lo ayudó a pararse, y luego fue a abrazar a Hyun, quien temblaba con fuerza.
Luego de unos minutos, Jungkook se separó de Dae, y tomó su mano, dando aquella explicación que a su mejor amigo el corazón le rompía.
-fue el último regalo de su hermana - murmuró, acariciando el dorso de la mano de Hyun antes de continuar -. Se lo dio media hora antes de morir ahogada.
....
EPAAAAA
Se me pasó la mano?...
Nah...
Sé que tardé mucho, lo siento! Tengo mis buenas razones esta vez:
En primera: me fui de viaje. Anduve de aquí para allá, y realmente las momias de Guanajuato no son la mejor inspiración para esta historia, so...
Segundo: me enfermé. Ando con un dolor de garganta horrible, y hasta tragar saliva me duele. No puedo dormir por las noches gracias a esto, y en consecuencia duermo en el día.
Tercero: este capítulo es MUY especial para mí. Quise borrarlo más de una vez porque contiene algo muy personal (no lo de la hermana, no se vayan a espantar), por lo que también me costó MUCHÍSIMO trabajo escribirlo.
Y pues nada.
Si alguien se pregunta por la canción que Jungkook y Dae comparten, se llama Sirviente del mal. El vídeo es precioso.
En fin! Eso ha sido todo todo por hoy!! No haré ninguna pregunta, porque todas las que tengo en mente contienen spoilers o hacen muy obvios algunos datos ocultos. Sin embargo, si tienen alguna duda, teoría o algo así, pueden dejarla aquí ;)
Bueno, pues nos leemos pronto!! Cuídense, tomen agua, disfruten su semana, y hagamos stream a PTD!!!
§†Val†§
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