Capítulo Vigésimo
La promesa de "volver a la normalidad" luego de un día fue rota.
Jungkook tenía más de una semana en la que no salía de la habitación ni dejaba entrar a nadie, y ninguno de sus amigos sabía qué hacer, ni lo que estaba pasando, pues todos notaban a Taehyung desanimado, y a SunHee distante.
El único que tenía una mínima idea de lo que había sucedido era Daehyun, ya que de casualidad había pasado cerca del cuarto de SunHee mientras Jeon regañaba a ésta, exigiéndole que se disculpara con el Omega.
Daehyun todo ese tiempo se pasó las noches enteras a la puerta del cuarto de su mejor amigo, pendiente a sus sollozos, al ruido constante de cosas rompiéndose y gritos de dolor que soltaba especialmente durante la madrugada.
Cada que eso sucedía, Daehyun tocaba suavemente la puerta, siempre con un mismo patrón de golpecitos.
Toc, toc. Silencio. Toc, toc, toc. Silencio. Toc, toc. Silencio. Toc, toc, toc.
Hyun esperaba pacientemente hasta escuchar los pasos del Omega acercarse hasta la puerta. A veces eran segundos, otras minutos, e incluso aguardaba horas... pero, cuando era consciente que Kim se había acercado a la puerta, comenzaba a tararear una canción que, desde niños, siempre traía consuelo en medio de la desesperación.
Todos le preguntaban por su presencia en la casa cerca de las cinco de la mañana, y por sus ojeras; sin embargo, él sonreía, hacía una broma y se ponía a conversar con ellos cómodamente, haciéndoles olvidar la pregunta.
A diferencia de su notable presencia en la casa y de su continua interacción con los tres niños (sí, SunHee también, aunque a regañadientes), había una figura demasiado ausente.
Con sinceridad, nadie sabía dónde pasaba las noches Taehyung. Desaparecía cerca de las cuatro de la tarde, y reaparecía al mediodía, ignorando las preguntas de sus amigos y jugando sin ánimos con sus niños, poniendo hermosas y falsas sonrisas cuando éstos le preguntaban por su bienestar.
A diferencia de meses anteriores, Taehyung se veía sumamente molesto con la presencia del mejor amigo de su esposo en la casa, y casi siempre tenía que huir de nuevo cuando Daehyun jugaba con sus chiquillos, pues sentía que, de no hacerlo, iba a golpearlo. Sin ningún motivo.
A Jeon Taehyung le irritaba el aroma a leña recién cortada, café en grano y un casi imperceptible toque a libro viejo.
Lo enfadaba, lo enloquecía... lo hacía llorar.
Quería golpearlo, quería gritarle, quería alejar a su familia de él... pero no era capaz de hacer nada de eso.
Su cabello era un revoltijo de colores, casi todos opacos. El azul era el que más predominaba.
Se estaba volviendo loco.
No importaba cuántos bares visitara, con cuántos amigos fingiese reír, la cantidad de lágrimas que derramara durante las noches hasta el amanecer... siempre... siempre terminaba más roto que al principio del día.
Ya ni siquiera dormía. No podía hacerlo... no cuando su cuerpo temblaba del frío al pasar las noches en aquel puente que juró no volver a visitar.
Era un imán.
Varias veces estuvo a punto de caer del borde por un tropezón en medio de su ebriedad cada vez más usual... y muchas más veces se asomó más de lo debido por la orilla para contemplar el río bravo,el cual, si llegase a saltar, se lo tragaría para no dejarlo nunca más salir a la superficie.
Con todo el dolor de su corazón recordó la situación en la que casi esas aguas fueron su hogar.
Aún recordaba las lágrimas que lo ahogaban ese día, la sangre que manchaba sus manos...
Aún estaba fresco el recuerdo de la gravedad haciendo su trabajo y dejándolo caer al vacío.
Pero también sentía aquellas manos tomar las suyas antes de perderse para siempre. Veía borrosas imágenes de una sonrisa llena de amabilidad y amor, y brazos rodeándole le dieron consuelo a pesar de que le habían brindado calor hacía tanto tiempo.
Odio, amor, tristeza, enojo, desesperación... esos y más sentimientos empezaron a consumirlo esa noche, en la que se cumplía una semana y seis días de que Jungkook se encerrara en la habitación.
Pero había algo que se hacía paso por todas esas emociones. Algo ya bastante familiar...
Algo devastador.
La culpa atacó brutalmente la mente del Alfa, tanto que le hizo trastabillar y chocar con el borde del puente.
Ese maldito puente...
Ese mágico puente...
Todo es tu culpa.
Todo es TU culpa, gritó una voz en su interior.
Ese pensamiento resonó tantas veces en su cabeza...
Ese pensamiento que había prometido mantener a raya rompió sus cadenas, y había vuelto para asesinarlo.
Con desesperación trató de cubrir sus oídos, golpeando su cabeza con fuerza para tratar de dejar de escuchar esa maldita y hermosa voz.
Gritó, lloró, rogó... pero nada hizo que se callara.
Él estaba ahí.
Él le estaba mirando.
Él le estaba gritando con una sonrisa que todo era su culpa.
Ya no podía.
No podía más.
Juraba por su vida que ya no podía más.
Estaba desesperado.
Estaba roto.
Estaba... defectuoso.
Era un Alfa sin palabra.
¿Cuántas veces prometió no regresar a ese puente? Cientos.
¿Cuántas veces juró no volver a rasguñar sus brazos hasta sangrar? Miles.
¿Cuántas veces aseguró no lastimar a nadie más? ¡Millones!
¿Cuántas de esas promesas había cumplido?...
Ninguna.
Ahí estaba, saltando el parapeto, sosteniéndose a él mientras el río bajo sus pies clamaba por su caída.
Ahí estaba él, pasando insistentemente sus uñas por sus brazos hasta que un líquido carmesí las pintó.
Y sí... ahí estaba Jeon Taehyung, haciéndole daño a la persona que debería ser la más importante en su vida: él mismo.
Pero, ¿qué más daba si saltaba?
Todo había sido su culpa.
Desde el inicio, todo había sido su culpa...
A los dieciséis.
A los diecisiete...
Y todo el resto del tiempo desde que conoció a Jungkook.
Lo había arruinado.
Siempre lo había arruinado.
Si saltaba... ¿eso facilitaría las cosas a los demás?...
Algo muy dentro de sí quería averiguarlo.
-no lo hagas.
Taehyung soltó un respingo, y volteó a ver a su alrededor, encontrándose con un chico de mirada seria y rostro frío.
Bufó.
-¿y si quiero hacerlo?
El otro se encogió de hombros.
-¿realmente quieres hacerlo?
Los ojos del de cabello de mil colores se llenaron de lágrimas.
-¿a ti qué te importa? Si salto, Jungkook podría ser feliz contigo, ¿no lo crees, panda?
Daehyun gruñó ante el apodo, pero luego suspiró, cansado.
No había dormido nada en todos esos días.
-¿de eso se trata? ¿Vas a matarte sólo porque aún tienes la estúpida idea de que me gusta Jungkook y que él sería capaz de dejarte por mí? Oh, vamos. Yo te creía más maduro.
-¡déjame en paz, Daehyun!
El Alfa de peculiar aroma se acercó lentamente hasta donde estaba el contrario, tratando de no moverse bruscamente.
-¿vas a dejar a Jungkook? ¿A tus hijos? ¿A tus amigos, padres y seres amados? ¿En serio, Kim Taehyung?
Sólo hizo falta eso para que el otro alfa explotara.
A una velocidad extraordinaria, saltó de nuevo la valla y se abalanzó sobre el mejor amigo de su Omega, tirándolo al suelo y gruñéndole con fiereza.
-¡soy Jeon Taehyung!
La risa que soltó el contrario lo dejó confundido.
-lo sé.
Con una agilidad impresionante, Daehyun se libró del agarre del Alfa, y se alejó de él.
-¡¿qué demonios quieres?!
Taehyung no se molestó en ocultar la desesperación en su voz.
Dae sonrió con tristeza.
-quiero que pienses bien lo que haces. No lo vale, Taehyung.
-¿y tú qué sabes?
Una suave risilla.
Joder, de verdad se estaba enojando.
-sé más de lo que cualquiera que te conoce sabe. Mucho más.
Taehyung ignoró al Alfa, regresando a asomarse por la orilla del puente, queriendo llorar por la ferocidad de las aguas.
Con ojos llorosos miró a la Luna, mientras le rogaba en silencio que callara esa voz en su cabeza.
Pasaron los segundos... y no se calló...
Dicen que tiempos desesperados requieren medidas desesperadas...
Desgraciadamente, Taehyung se lo tomó muy en serio.
Exasperado, y urgido por silencio, Jeon empezó a golpear su frente contra la estructura de piedra, empujando muy lejos a Daehyun cuando quiso detenerlo.
Sentía la sangre bajar por su rostro, pero poco le importó.
El aturdimiento que le provocaban los golpes lograba silenciar esa voz por un segundo.
Sólo quería callarla. ¿Era mucho pedir?
Quería callar esas verdades tan dolorosas...:
Culpable.
Lo arruinas todo.
Es tu culpa.
Tú lo hiciste.
Si tan sólo...
Él estaría aquí de no ser por ti.
Es tu culpa.
¡Es tu maldita culpa!
-¿Taehyung? - murmuró angustiado Hyun cuando el otro Alfa detuvo de repente sus golpes, y dio un salto del susto cuando el contrario pegó un grito al cielo lleno de dolor y desesperación.
-¡cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállalo, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate! Por la diosa Luna, por lo más sagrado que tengo en esta vida... ¡CÁLLATE, SÓLO CÁLLATE!
Taehyung se derrumbó, llorando desconsoladamente, ignorando la presencia de un aturdido Daehyun.
¿Cómo callas a los demonios?
¿Cómo te libras de las sombras?
¿Cómo vives sabiendo que, por tu culpa, alguien dejó de hacerlo?
-Taehyung - murmuró el Alfa cerca de sí -, ¿a quién quieres callar?
Esta vez el aturdido por la risa del contrario fue Hyun.
Tae reía como lunático, mientras las lágrimas se confundían con su sangre.
-tú, mis padres, ¡todo el maldito mundo! ¡Por última vez, déjame en paz!
Ignorando los gruñidos llenos de amenaza del esposo de Jungkook, Hyun se colocó a su lado, mirando con dulzura las estrellas.
-¿sabes? Kook me hablaba mucho de ti en si época de pre-debut...
Dae rió suavemente, recordando la boba cara de enamorado que su mejor amigo portaba cuando le contaba sobre aquel "Alfa de bella sonrisa cuadrada que va a debutar en el mismo grupo que yo".
-llamaste su atención la primera vez que te vio. Siempre me marcaba gritando, emocionado, cuando lo abrazabas o le hablabas. Recuerdo que me reía mucho cuando veía sus fansign durante sus días de debut... siempre te perseguía - rió, y se alivió cuando Tae lo hizo también-. Él estaba seguro que nunca saldría de ese "sólo amigos" en el que lo tenías...
Daehyun extrañaba a ese Jungkook... el que sólo lloraba porque extrañaba a sus papás, el que le invitó, entre saltos llenos de emoción, a un viaje a Nueva York para prepararse más "profesionalmente"...
Extrañaba al Jungkook pequeño... y deseaba poder detener el tiempo o absorber todo su dolor. Meterlo en una caja de cristal donde pudiera ser feliz y despreocupado...
-es increíble, ¿no lo crees?...
-¿el qué?
-que ahora están casados y tienen tres cachorros, a pesar de que al principio negabas que Jungkook te gustaba, pues creías que era un Alfa y te rehusabas a ver las señales que te indicaban que era un Omega.
Taehyung se sobresaltó, bastante asustado, ya que nadie sabía eso.
-¿cómo...?
-te lo dije. Yo sé muchas cosas...
Temeroso de la respuesta, Tae preguntó:
-¿qué más sabes?...
Hyun suspiró, y negó con la cabeza.
Ahí realmente Taehyung entró en pánico.
-¡¿qué es lo que sabes?! ¡Dímelo!
Con un nudo en la garganta, el otro Jeon volteó a ver a los ojos al Alfa de cabello ahora más negro que el carbón.
-Taehyung...
-¡dilo!
No quería... pero empezó a llorar.
-lo sé. Eso lo sé.
Las lágrimas empaparon también el rostro de Taehyung.
Bien dicen que nada puede permanecer oculto para siempre.
Su mundo comenzó a dar vueltas.
Mareado, desesperado, y sintiendo que se ahogaba, Taehyung se inclinó más contra el barandal, sintiendo que iba a vomitar... pero lo hizo con tanta fuerza, que accidentalmente su cuerpo quedó del otro lado, y comenzó a caer...
Por fin cayó por al agua...
O eso creyó.
Una mano agarró la suya con fuerza, y lo mantuvo suspendido en la nada, con el agua furiosa impaciente por devorarlo.
Daehyun sollozó, pues sentía que su brazo se había dislocado (lo cual era cierto), y no sabía si podría soportar el peso de Taehyung.
Con todas sus fuerzas lo jaló, gritando del dolor, sin percatarse que, al subir a Jeon, algo se le cayó.
Ya a salvo y de nuevo en tierra firme, Taehyung realmente devolvió todo lo que había en su estómago... lo que, puedo asegurar, era puro alcohol.
-¿aún te quieres aventar? - dijo sin aliento Hyun, medio riendo medio llorando.
Silencio.
Unos, dos, treinta minutos...
Taehyung no paraba de llorar, temblar, y culparse internamente.
Él lo sabe.... él lo sabe, él lo sabe... ¡él lo sabe!
Cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, ¡cállate!
-¿cómo lo sabes?... ¿c-cómo demonios es que lo sabes? - preguntó con la voz rota, mirando al otro con los ojos llenos de unas lágrimas aún más furiosas que el río bajo sus pies.
No puede hacerlo, no puede saberlo... está mintiendo, ¡está mintiendo! No lo sabe... no puede... no quiero...
-¡¿CÓMO DEMONIOS ES QUE LO SABES?! - gritó con la voz rota, mientras empujaba a Daehyun contra el borde del puente, fuera de sí.
No lo sabe, está mintiendo. No lo sabe, está mintiendo.
Cállate, cállate, cállate, cállate, cállate, cállate...
-dime - sollozó, soltando el agarre del cuello de Daehyun -, dime cómo lo sabes...
Taehyung volvió a llorar, mientras rascaba sus brazos, ignorando el dolor que le causaba abrir viejas heridas.
Duele, duele, duele mucho...
-él me dijo... - susurró Daehyun luego de un largo silencio -, me lo dijo todo... y también lo vi. Después de Jungkook, él era mi mejor amigo, ¿sabías?... yo... iba a invitarlo a salir... y los vi... te vi, Taehyung.
Incapaz de seguir escuchando, Jeon cubrió sus oídos, gritando del dolor, del arrepentimiento...
De la culpa tan grande que consumía su corazón.
Arrancó su cabello, comenzó a patear la estructura del puente, trató de callar esas voces en su interior, golpeando su cabeza, y tratando de borrar la sangre de su cara con pánico, sólo logrando macharse más de ella.
Pero entonces no pudo seguir haciéndose daño, ya que unos brazos le rodearon y lo dejaron inmóvil.
A pesar de ello, Jeon siguió pataleando, maldiciéndose a gritos y llorando.
Llorando por su pecado.
Llorando por no haberlo salvado...
Odiándose por haberlo condenado.
Es tu culpa, tu culpa, tu maldita culpa...
Lo arruinas todo, lo dañas todo.
Cállate, cállame, calla todo. Finge que no pasó... de nuevo.
Basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, basta, por favor, basta...
Perdóname, lo siento tanto, perdón... no fue mi intención, yo no quería... lo siento, lo siento, lo siento...
Perdón, mi amor...
....
WENAAAAAAS! PTD ESTÁ EN EL #1 DE BILLBOARD, Y ME ANDO RIENDO MIENTRAS LLORO AL PUBLICAR ESTO >:"D
Ok, ya.
Sinceramente fui muuuuuy compasiva xd. El capítulo iba a ser diez veces mucho más fuerte, pero incluso yo me rompí mientras lo escribía, por lo que cambié completamente todo. Soy cruel, pero también sé cuándo me paso de la raya y parar ;-;
Imagínense qué tanto impacto tuvo en mí que no pude dormir nada porque me la pasé llorando toda la noche (y la semana... y durante la última revisión). No exagero. Incluso mi mamá se preocupó xd.
Para que se den una idea: Daehyun iba a morir. Primero iba a ser un suicidio. Algo como para "no estorbar". Luego, borré eso, y se dio hasta donde Tae cae del puente. Allí, Dae iba a morir por salvarlo, y Taehyung quedaría completamente traumado, y Jungkook y él se iban a divorciar porque Jungkook creería que fue a propósito. Nananananana, todo un drama.
Pero no. Ni yo aguanté las escenas, entonces mejor las quité. Además, amo mucho a Dae. Va a hacer sus estupideces en un futuro, pero también va a evitar las estupideces de nuestros protagonistas.
Pues bueno. Sólo tengo una pregunta, y realmente quiero que se abran a todas las posibilidades...
¿Qué es lo que hizo Taehyung que tanto le atormenta?
En fin! Eso ha sido todo por hoy!! Dije que me iría recio y, si mi corazón no se me rompe antes por todo esto, espero seguir cumpliendo! Tengan una linda semana, tomen agua, y por favor sigamos haciendo stream a PTD!!! Nos leemos pronto!!!
§†Val†§
Pd: avísenme si hay errores ortográficos por favor! La revisión la hice rápidamente y no estoy segura si está todo como debe!
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