Capítulo 12 (No)
Antes de comenzar una foto que me hicieron de Lexa, me gustó así que la subí para que más o menos tenga una similitud, porque ella es aún más bonita.
Nos acercamos a la recepción, una chica coreana con una sonrisa amable nos atendió en minutos. Solo pedimos una habitación con dos camas, no es necesario más de una habitación. No es buena idea que durmamos separados, es cierto que somos cinco. Ya nos compartiremos las camas.
No pudimos evitar la bonita decoración, es algo extravagante, las columnas de mármol y el resto era como estar dentro de un sueño. Los coreanos nos miraban raros, entiendo que en verdad era ver a Kris poniendo mala cara al darle una repasada con la vista a las coreanas. Vale me tenía sujetada del brazo, pegó su cabeza en mi brazo. Se alejó a una velocidad que me lleva arrastrando.
-¡¿Qué sucede?!- exclamo preocupada.
-¡¿Qué?!, Es que acaso no te das cuenta. Es el sitio perfecto para vivir con Aizen, no ves que todas las coreanas sin ánimo de ofender claro, son...-se quedó pensativa buscando la palabra correcta.
-Planas- completó Kris, colocándose al lado de Vale.
-Yo iba a decir flacas, pero sí- aseguró de manera colectiva.
-Chicas, Aizen no es de fijarse mucho en el físico, él siempre suele decir que uno se enamora de la persona no del físico. Además en algo estoy en desacuerdo las flacas también tienen derecho, además deben ser encantadoras- advierto mirandolas a ambas.
-Haber ninguna decimos lo contrario, ellas para los coreanos deben ser extremadamente encantadoras y hermosas... Pero para alguien como Aizen que es Estado Unidense no, o sea que no se intentará tirar a nadie- explicó Vale.
-Aun tiene a Roxy, Fresita- habló Kris con burla. Ambas estallamos en carcajadas.
-pesada- la fulminó con los ojos con mala cara.
-Vaga- se bufo con burla.
-¡Hay basta!, Alejense un poco...creo que socialice demasiado por hoy. Así que necesito estar un momento a solas y sin tantas risas- me despegue de ambas caminando lejos de ellas.
_¡Amargada!- gritaron las dos.
Me giré para excusarme pero antes de que pudiera hablar, él habló.
-Ella es tan amargada como el café que se toma en las mañanas - pronunció con tanta suavidad, mientras mirá fijamente a mis ojos.
Mis mejillas instintivamente se pintaron de rojo. Las tres se quedaron mirándo, yo solo puedo ocultar mi rostro.
-¡Oh!, ¡Miren se sonrojó!- señaló Vale con obviedad.
-Lexa, venga un beso- pidió Roxy con ternura, Kris se le dibujo una sonrisa maliciosa.
-Ehh...yo...- giré en seco, apresurando el paso de camino a la habitación.
Mis manos tiemblan, siento tanta felicidad pero nerviosismo a la vez. Me adentro con rapidez ocultándome en el baño cerrando la puerta detrás de mí con seguro.
Oh, sí Lexa huye como todo lo que haces cada ves que no puedes enfrentar una situación. Coloco el seguro, me desvisto y me doy un largo baño relajante sintiendo como entran en el cuarto, acomodan las cosas y luego las risas.
Después de unos largos minutos más tarde salgo envuelta en la toalla, en la habitación está Vale y Kris tendidas en una de las camas viendo la tv. Roxy en la terraza que va vista a toda la hermosa ciudad de Seúl. Ni rastro de él, creo que mejor así.
Abro mi maleta cogiendo el vestido negro corto, ceñido al cuerpo, escotado y abierto en una de las piernas que me compre una vez que estuvimos en Italia por misión. Jamás me lo estrené, tanta complejidad con mi cuerpo, al menos él se ocupó de que empezará a amar cada rincón. Tomo la mini braga negra de encaje. Unos zapatos de tacón a juego con el vestido elegantes, pero sencillo.
-Me encanta como te ves- elogia Vale- Kris ven aquí.
-Eres una reina, me dejas secuestrarte esta noche- coquetea Kris conmigo-No me golpees más- se defiende del golpe que Vale le quiere dar.
-No te da vergüenza, esta con Aizen. Kris- preguntó con molestia.
-Tú lo ves por aquí, ¿no verdad?- buscó con la vista- Entonces soy libre de seducir a quién quiera- Respondió sin una gota de vergüenza.
-Saldremos todas juntas hoy, sin chicos - anuncié en voz alta como hace tanto no hacia.
-Ya oíste, Roxy arréglate- Grito Vale a los cuatro viento.
(...)
Después de unas horas más tarde, Vale me terminó de arreglar y estábamos todos lista saliendo del hotel montándonos en un taxi. Le marqué al móvil para que no se preocupara, después de cuatro tonos descolgó.
-Dime- esa diferencia de nuevo en la manera de hablar.
-Aizen, las chicas y yo salimos por ahí a conocer la ciudad. Vendremos tarde así que no te preocupes...-intente seguir explicando.
-Vale, yo también tengo planes con alguien que conocí hoy en el Gym- colgó, sin más.
-¿Qué dijo?- Roxy quiso saber seguro al ver mi expresión perdida.
-Nada, que lo pasemos bien- reste importancia porque nadie me iba a joder la noche ni siquiera él- ¡Así que ya saben chicas a divertirse!- repuse con entusiasmo.
Seúl es una ciudad hermosa, es súper moderna alberga preciosos rascacielos, centros comerciales, algunos que otros bailando en la calle, es tan bonito que a pesar de que la ciudad es moderna aún conserve sus palacios, museos, templos, en mercados tradicionales llenos de su historia y su cultura.
A los minutos el coche se detuvo delante de un bar, muy grande. Desde aquí se podía ver que tenía tres pisos.
-No se arrebaten que los coreanos son muy tranquilos y conservadores- explicó Roxy.
Al entrar lo conservadores y tranquilos se fue a la mierda. Esto está todo loco aquí dentro, desde una chica coreana haciendo el ridículo arriba de una mesa hasta el chico qué pasó por mi lado sin despegarme el ojo de encima.
-¡A gozar! - gritó Vale por encima de la música para que pudiéramos escucharla.
Y eso hicimos fuimos directo a la barra por unos tragos y algo de picar. Luego baile, más tragos. No se en que momento termine bailando con Kris como si fuéramos pareja, Roxy y Vale pegándose un corto y pequeño beso. Creo que fue el ambiente vibrante y lleno de energía, Excepto Kris y yo, las otras dos terminaron con un coreano en una esquina oscura haciendo Dios sabe qué. No se en que momento perdí la noción, solo sé que me siento feliz y me importa una mierda lo que esté haciendo.
(...)
Desperté en el medio de Roxy y Vale que me abrazaban como si yo fuera su peluche favorito.
-Joder- susurré sujetándome la cabeza y apartando todo el obstáculo que se me metiera en el medio.
No sé ni cómo logré llegar al baño y asearme, estaba de un aspecto fatal. No recuerdo nada de anoche, ni siquiera como llegamos. Salí a prepararme un café cuando lo ví, ahí sentado en una silla mirándome fijamente con su torso desnudó. La garganta se me secó, sudado, mirándome con esa mirada tan sexy y imponente de la historia. Una sonrisa peligrosamente juguetona se le dibujó al ver que no podía dejar de mirarlo.
-Buenos días- me aclare la garganta.
-¿La pasaste bien anoche?- su tono de curiosidad me encanta.
-Más que bien, ¿tú qué tal?- pase por su lado a prepararme el café.
-Maravilloso, pero hoy quiero salir contigo- se levanto rodeándome la cintura desde atrás, jugueteando con su lengua en el lóbulo de mi oreja.
<<Qué equivocado no soy plato de segunda mesa de nadie. Y te lo demostraré.>>
-Lo siento, pero ya he vuelto a quedar con las chicas- lo aparté con cuidado.
-Me apuntó entonces a sus planes- se detuvo a mi lado expectante de cada movimiento que hago al prepararme el café.
-Salida de Chicas- digo con el mismo cinismo de él.
-Lastima, entonces saldré volveré a salir con una chica que conocí ayer- dejó un corto beso en mi mejilla ante de irse al baño.
Me le quedé viendo como se aleja al baño con la pregunta rondando mi mente: ¿quién eres?
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