Si me besas, te prometo, amor, robarte hasta el alma. Si me besas, te prometo, amor, robarte hasta el corazón, robarte hasta la mirada 🎶

* * *

Axel, después de haber hablado con Sarah, tenía todo un poco más claro. Todos cometemos errores, él tampoco era perfecto...

Eso no evitaba su nerviosismo. Y este sólo creció cuando vio a Gabriel esperando en la entrada del instituto.

—Axel —su nombre, parecido a un suspiro, sólo logró enloquecer más a las mariposas en su estómago.

—Gabriel —en cambio, su voz salió como un susurro.

Gabriel aprovechó para hablar sin pausas: —¿Leíste mi último mensaje? Nunca contestaste. Quiero que sepas que ya no hay apuesta, cualquier beso o gesto a partir de ahora será completamente honesto. Quiero una relación contigo, quiero tenerte a mi lado, poder tomar o besar tu mano, marcar tu pálido cuello con mis labios, probar tus besos una y otra vez y volverme adicto a ellos... Si tú quieres...

Axel tomó una profunda respiración. Era el momento de decidir. Y esperaba hacer lo correcto. —Lo leí. Y te creo que eres honesto a partir de ahora, pero ¿ser novios no sería apresurado?

—¿Así que lo estás considerando? —Gabriel lo gritó e hizo un movimiento, muy parecido a un salto emocionado, que hizo sonreír a Axel—. Podemos ser... ¿prenovios? ¿Qué hay entre novios y amigos?

Axel dudaba que eso existiera, pero no iba a discutir sobre léxico en ese momento.

—Gabriel, mírame a los ojos y dime que no habrá más mentiras. Que empezaremos una relación sincera, que me quieres —Axel ignoró su interrupción— no sólo para un beso.

—¡Te quiero! —repitió Gabriel, y Axel creyó que podía morir de felicidad—. Quiero besarte, yo, sin apuestas de por medio. Pero te quiero sinceramente —Gabriel tomó mi mano y dejó algo en ella—. Toma.

Axel lo miró confundido hasta que notó qué era, entonces empezó a reír. —¿Un Kiss? ¿En serio? ¿Es una indirecta?

—Es una directa, querido —dijo Gabriel, descaradamente—. Quiero besarte, pero dejaré que tú decidas el momento. ¿Ahora? ¿Después? ¿Nunca? Dejaré de intentar besarte, quiero que el primer beso seas tú quien me lo dé. ¿Aceptas, Axel?

Axel bajó la mirada hacia su mano. -Uumm... —fingió pensarlo mientras desenvolvía el kiss y lo llevaba a su boca—. Uumm...

Cuando volvió a prestar, luego de saborear el chocolate, Gabriel estaba mirando directamente sus labios. Axel tomó una profunda respiración y puso sus manos en sus hombros. —Escucha, Gabriel... —dijo suavemente y él debía intuir lo peor porque apartó la mirada.

Axel aprovechó ese momento para estirarse y rozar sus labios con los de Gabriel y susurrar un simple: —Sí.

Sin esperar respuesta, Axel se separó de él y entró a la escuela, a sus espaldas escuchó un ”¡Eso no fue un beso!”. Axel sonrió y, sin voltear, gritó en respuesta “¡Fue un prebeso!”.

No perdió la sonrisa durante todo su camino.