Bésame así, sin compasión. Quédate en mí, sin condición. Dame tan sólo un motivo y me quedo yo 🎶

* * *

Si Axel tenía alguna esperanza, una ilusión de que Gabriel ya no estaba con él por una simple apuesta, habían muerto con sus palabras:

«Si estuviéramos en Japón, con este beso ya habría ganado...»

No pudo evitar una mueca. Le dolía, se sentía como un idiota por hacerle caso a Sarah, sabiendo que quien estaba perdiendo en esta historia era él... Si antes ya sentía algo por Gabriel, ahora estaba perdidamente enamorado.

«¿Qué ganarías?» había preguntado, y Gabriel había sido rápido en su respuesta: —Darte un beso apasionado al que no podrías negarte, claro.

Y su sonrisa casi lo hizo olvidarlo todo.

Casi.

* * * * *

Ahora estaban en un parque, no es la cita que hubiera esperado de Gabriel.

Era demasiado...simple.

Y era eso lo hizo perfecto.

Había una fuente, el agua brillaba por el reflejo del sol. Con la figura de un cupido como adorno.

—¡Vamos, Axel! Un flechazo...

—No, Gabe —muy a su pesar, Axel se encontró sonriendo.

—¡Una foto y ya! —y sin esperar su respuesta, Gabriel lo arrastró con él y pidió a una chica que les tomara una foto.

Axel se detuvo frente a la fuente, admirando el cupido y el brillo del agua de cerca cuando sucedieron dos cosas a la vez: se escuchó el clic de la cámara y sintió los labios de Gabriel en su cuello...