El Festival de La Cacería.
Euforia...
Japón fue sacudido por aquella sensación, los eventos recién transcurridos dejó al país en completo shock.
Nadie se lo esperaba o tan siquiera se lo imaginaban. Actos tan violentos y sanguinarios eran pocos comunes entre la sociedad heroica incluso entre los que trabajaban en lo clandestino.
Pero el nuevo "héroe" Cazador no era como el resto, no quería ser como el resto, él no dejaría el trabajo a medias...
El armas una masacre contra el mundo criminal lo puso bajo el punto de mira de todos, tal vez no lo podían encarcelar o sancionar pero el estigma social podía ser peor que cualquier cárcel.
Aún así poco le importo, estaba acostumbrado a se un para desde los cuatro años, la única variante es que ahora lo consideraban un monstruo y no un inútil, él lo hacía para salvar al inocente y si tenía que ser un mártir para la sociedad... Que hasi sea...
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Shiozaki Ibara era una joven cuya fe en Dios era inquebrantable, desde niña creció en un núcleo religioso, para ella Dios era su mayor héroe y nadie podía cambiar eso, o al menos pensaba eso hasta esta mañana.
La noticia de el ataque a la iglesia azotó fuertemente su creencia, aunque no lo quisiera admitir su fe estaba siendo probada.
Que el lugar en el que oró y alabó a Dios fue uno de los centros de abuso infantil más grande de Japón le revolvía el estómago.
¿Cuántas veces rogó por qué el sufrimiento de todos los niños cese en ese lugar sin saber todo lo que ocurría bajo sus pies?, no lo sabía, y el hecho de no hacer le escarmentaba la cabeza.
Como pudo en su tormenta de pensamientos se arreglo para ir a sus clases del día, tenía que esforzarse más, tenía que enmendar sus errores.
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Él lo vio... El escalofrío recorrió su espalda mientras que le temblaba las manos... ¿Cómo aquel dulce y generoso niño se convirtió en ese monstruo?...
Él sabía la respuesta, él sabía quién era aquel culpable, él autor que inició todo esto... Fue él.
Bakugo no quería creer lo que sus ojos habían visto, lo que habían leído. Deku fue el autor de la mayor masacre contra el mundo criminal en años, y sabía que él de alguna Forma fue el culpable de aquello.
Apretó su puño de rabia e impotencia, sentimientos contra el mismo. Cuando él... Se suicidó lo entendió todo, muy tarde y con un alto precio pero lo entendió.
Su actitud mató a la persona que más lo quería a parte de sus padres, ÉL mato a la persona que lo consideraba un hermano. Eso casi provocó que el mismo se lanzará del mismo edificio que lo hizo Midoriya, pero su ego y orgullo se lo impidió.
Dejó de ver a las personas por debajo de sus hombros, o al menos trataba de no hacerlo, no quería otra muerte en su conciencia, no sabría si podía resistirlo.
Apesar de seguir siendo orgulloso y confiado de él mismo, ya no veía como extras a las personas, más bien como obstáculos a superar, pero sin verlos como escorias.
Pero cuando creyó poder redimirse de sus acciones del pasado, estas regresaron para atormentar lo, ÉL regresó para atormentar lo.
Cuando descubrió la verdad tras su profesor vânător, tras descubrir que aquel cruel profesor era Izuku Midoriya su psique casi se rompe.
Desde el incidente del ataúd vacío, no dejó de buscar, una pista al paradero del cuerpo de Izuku, había noches que no dormía o incluso no cenaba. Y el hecho que estuviera tan cerca de él y el hecho que allá vuelto... Eso... Simplemente no lo quería admitir.
Necesitaba respuestas, sin importar que tan dolorosas sean, necesitaba saber la verdad, pero no sabía cómo hacerlo. La presencia del peliverde era lo suficientemente fuerte como para sacarle el aire del miedo, y más con lo que ocurrió hoy...
Bakugo: -MIERDA- reclamo a los cuatro vientos mientras explotaba su escritorio con frustración.
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Shinso había vuelto de Yharnam para alistarse para sus clases, al casi no necesitar dormir agarro la costumbre de ir al sueño del Cazador o a Yharnam, entrenaba o cazaba para ayudar a las personas y de paso hacerse más fuerte.
Se llevó una grata sorpresa cuando vio las noticias, aunque le era común el asesinato, aún era sorprendente como su maestro podía ser tan cruel y letal contra los criminales.
Él antes idolatraba a All might como todo el mundo lo hacía, pero cuando conoció a su mentor y el otro mundo eso simplemente desaparecio, la cruel realidad de la caza le destapó las vendas que el mismo se había puesto ante la sociedad.
pronto vio que esta estaba más podrida de lo que pensaba, incluso los Yharnamitas que eran groseros y desconfiados eran más sinceros que sus compatreotas y eso era decir mucho.
Las reglas de los héroes eran estúpidas y sin sentidos, un ideal infantil e hipócrita. El no mancharse las manos de sangre podía ser un gran error a futuro, "aveces se tiene que hacer un mal menor para un bien mayor, recuerda que hacer justicia no siempre significa hacer lo correcto shinso", esas fueron las palabras que el maestre Cazador le dijo.
No le dio más vueltas al asunto y se fue a su aula de clase.
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Todos estaban reunidos en el salón, era obvio que no estaban muy bien después de lo que vieron en los noticieros, unos más que otros estaba sumidos en sus pensamientos, el único que no le dio importancia fue el Cazador pelimorado.
Si profesor titular Aizawa entró al salón con su clásica pereza, al ver el rostro de todos sus retoños supo de inmediato lo que pasaba, pero poco le importo.
Aizawa: -dejen las caras largas, si no pueden resistir esto sin siquiera estar presentes, entonces tomen otra carrera y larguen se de aquí...-.
Las palabras de su maestro les callo como valde de agua fría, más de uno bajo la cabeza con frustración, pero sabían que su profesor tenía razón.
Aizawa: -dejando el tema a un lado, preparence pronto tendrán otra prueba que superar- dijo con su clásico desgane.
Todos los alumnos se tensaron al escucharlo, la experiencia sufrida en la U.S.J aún no estaba superada del todo.
Aizawa: -la próxima semana se celebrará el festival deportivo- y el nerviosismo y terror se convirtió en emoción y alegría.
-¡silencio!- cayó a sus alumnos activando su quirk haciéndolo más aterrador -se les dará ese lapso de tiempo para que puedan pulir sus debilidades- dijo para agarrar una tiza y empezar a escribir en la pizarra.
-destaquen lo más que puedan en el festival, recuerden que de ello depende con que heroe aran sus pascantias-
De todos los alumnos momo la vicepresidenta de la clase alzó su mano para ser notada.
Momo: - Aizawa-sensei ¿no sería arriesgado que el festival se festeje después del atentado en la U.S.J?- preguntó la chica con duda.
Aizawa: -si lo cancelamos le demostrariamos a esos tipos que su ataque fue un éxito, celebrar el festival es una forma de decirles que no le tenemos miedo- terminando de escribir en la pizarra se plantó frente a sus alumnos.
-aparte que este año se quintiplicara la seguridad, y no creo que sean tan estúpidos como para meterse en un lugar lleno de héroes- tomó de su escritorio un libro algo viejo -ahora a empezar la clase, ya perdimos mucho tiempo-.
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Las horas del día pasaron y con ellos las clases, el receso había comenzado para el suspiro de muchos incluyendo a la clase A. Cuando quisieron salir de su aula su paso fue impedido por decenas de estudiantes que los veían fijamente.
Era muy incómodo, más por el hecho de que algunos ni siquiera parpadeaban, como un montón de tigres acechando a sus presas.
De Entre los alumnos de la clase A, Bakugo fue el primero en moverse, no tenía tiempo y quería comer algo, el hecho que se lo impidiera hacia brotar su mal humor. Entre empujones y chisporroteos se abrió paso entre los alumnos que se quejaron por la mala actitud del chico.
Kirishima: -disculpe lo, no es muy sociable... Incluso entre nosotros- se disculpo el pelirrojo con una radiante sonrisa.
¿?: -no es de extrañarse que se comporte as, después de todo son la gran clase asesina ¿no?- entre la multitud habló un rubio con soberbia y jactancia.
Los murmullos de la multitud no se hizo esperar, la clase 1-A sintió por primera vez lo que era ser blanco de desprecio, o al menos casi todos.
Shinso: -bla bla bla... ¿No tienes otro lugar para decir tus estupideces?- su mirada reflejaba muerte, eso hizo a la multitud retroceder.
-ellos tienen las manos limpias, en todo caso tus negocios es conmigo...- plantando cara al rubio que no retrocedió por orgullo o estupidez.
¿?: -es tierno como intentas acaparar todo la carga, pero todos sabemos que sólo son unos asesi- no pudo terminar su monólogo cuando una palma más grande de lo común le golpeó la nuca.
Kendo: -lo siento, esta nervioso por el festival y trata de hacerse el rudo, por cierto soy Kendo Itsuka- se presentó con pena la joven pelirroja mientras agarraba cuello al rubio.
Shinso no dijo nada por unos segundos, su rostro frío y sin expresiones aumentaba la tensión entre todos.
Shinso: -soy shinso- dijo simplemente a secas mientras comenzaba a caminar -lo que dije va para todos ustedes, si tienen algo contra nosotros entonces demuestren lo en el festival y no ladren- desapareció en los pasillos.
La mayoría de la clase A se retiraron disculpándose y deseando suerte a las demás clases.
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Armas chocaban en una danza agresiva de violencia y elegancia, el Cazador pelimorado jadeaba de cansancio mientras que sus manos temblaban por la fatiga.
Un disparo detuvo su esquive para ser derribado con una parada la cual juraría que le había roto el tórax.
Izuku: -aún eres muy lento...- su voz áspera retumbó en la cabeza de su aprendiz -tienes que pensar menos tus ataques, el miedo es necesario para sobrevivir, pero de nada sirve si este te consume-.
Sin avisar dio un corte descendente con el objetivo de atravesar el estómago de su aprendiz, shinso por instinto lo esquivo como pudo.
Izuku: -la caza no te dará descanso, ni las bestias ni otros cazadores...- deslizándose contra shinso dio otro corte horizontal que shinso bloqueo en balde pues salió volando.
-te as centrado mucho en la velocidad y reflejos m, pero as dejado de lado tu resistencia, habrá enemigos más rápidos que tu y/o más resistentes- dijo para guardar su Oz.
-es importante mantener un equilibrio en todo, ahora descansa un rato, en quince comenzaremos de nuevo-.
El pelimorado sólo asintió mientras se desplomaba en el suelo, no tenía ni la más mínima idea que su maestro lo trataría así después de haberle pedido un entrenamiento especial.
Sentía que volvía al inicio, era como si todo lo que había aprendido no servía de nada, cuando creía estar cerca de su mentor, este le demostraba que aún le faltaba mucho.
Era frustrante, pero no podía quedarse tirado a llorar... No otra vez. Debía mostrar todo lo que había avanzado en el festival y gritarle al mundo que podía superarse y superar a los demás, ya sea como Cazador o como héroe.
Izuku: -se acabó el tiempo, parate que la noche aún es joven- exclamó su mentor con dureza.
Shinso se paro con determinación al aclarar su objetivo, haría del festival su próxima caza...
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Fin del capítulo.
Próximo capítulo: El Festival de La Cacería part 2.
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