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a lo que te condené...

Kaminari: -lo siento pero no soy furro- se disculpo con una sonrisa nerviosa a la infectada frente suyo.

Una mujer que estaba a un paso de convertirse una licana, siendo tan grande como el propio All Might.

El rubio electrizante esquivo las garras con algo de dificultad, sino fuera por el "tratamiento" que había recibido por parte de Vânător, muy posiblemente sus tripas estuvieran regadas por el suelo.

Pero no pudo esquivar la embestida que lo tumbó al suelo, rodó a la izquierda para que una garra no le quitará el rostro.

Kaminari: -¿Y si mejor hablamos de nuestros sentimientos?- pregunto para luego dar un paso al lado y dejar que la bestia siguiera de largo.

-sera un no entonces...- tomo la Tronitus en su cintura y golpeó con fuerza a la mujer bestia.

El golpe en si no era mortal para una bestia de ese tamaño, lo mortal era la electricidad que fluía a través del cuerpo del chico asia el arma, está lo maximozaba y freia a la bestias hasta caso chamuscarla.

El rancio olor de la carne y pelaje quemado por la electricidad, hizo que el joven no pudiera contener las ganas de devolver la cena... ¿Realmente valió la pena?, aún no lo sabía... pero quería cambiar y dejar de ser ese idiota del que todo el mundo se reía y no tomaba enserio.

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Clavo su mazo en el cráneo del grotesco y deformado gigante embrutecido, fue tanto la fuerza que había aplicado en ese ataque que la cabeza se hundió en el torso.

Volteó levemente su rostro cuando sintió una presencia hostil en su costado izquierdo.

Shoji: -¿Que es lo que quieren?- pregunto con cautela.

Volteó por completo su cuerpo, estando frente a frente de dos cazadores que parecían estar en sus 20, estos se miraron y rieron con desprecio.

???: -nu înțelegem ce spui, străine (no entendemos lo que dices, extranjero)- respondió con burla y desprecio.

-Dar să nu crezi că nu am observat, ești un alt ciudat corupt de sânge. (pero no creas que no nos dimos cuenta, eres otro fenómeno corrupto por la sangre)- señalo con su hacha al chico, en específico las partes extras por su quirk de mutación.

Mezo se tenso, puede que no les entendía aún por la barrera del idioma, pero lo que si entendió fue la clara intención asesina que emanaba esos dos sujetos, sus ojos inyectados en sangre lo advertían bien.

Activando el truco de su arma y sosteniendo fuerza las empuladuras, trono su cuello de la forma más macha, esperando el ataque de esos dos.

En un parpadeo ya casi los tenía encima, los cazadores eran rápidos, furtivos y sin avisar cuando atacaban.

"En la caza no hay honor... tienes que cuidarte bien, shoji... algunos cazadores irán detrás de tu cuello por ser diferente..."

Las palabras del viejo cazador retumbaron en su mente, tenía razón... del pequeño grupo, él era el más propenso a sufrir los ataques de sus "camaradas".

Bloqueo el filo de la hacha que iba dirigido a su cuello, golpeando con fuerza el estómago de su agresor, mandadolo a volar más de 10 metros de distancia. Con un cabezazo aturdió al segundo y con un revés su tercer mazo hizo lo mismo que con el primero.

Bloqueo la bala de mercurio que iba a su sien y con una rueda de comando hizo que el cazador del hacha pasará de largo. Creando un brazo extra tomo su trabuco y disparo a la pierna del sujeto, reventándole la pantorrilla.

La cuchilla adentada del segundo se clavo en su costado, apretó con fuerza su mandíbula para no gritar. Había enfocado demaciado su atención en el primero y descuido al segundo, ese error le costó una herida fatal.

De una patada aparto al tipo, provocando que la cuchilla desgarrara más su costado por los múltiples dientes cerrados. No tuvo tiempo de pensar en el dolor pues tuvo que bloquear otro hachazo del primero que iba a su otro costado.

El frasco de vidrio en el suelo había delatado el uso de la sangre milagrosa, enojado por haber sentido tal dolor arremetió contra el corpulento joven.

Pronto se unió el otro cazador y el chico con quirk mutante tuvo que centrar toda su atención en bloquear y esquivar, era obvio que si no hacía nada pronto acabaría muriendo, y aunque estaba conciente de los beneficios del sueño, quería experimentar esa sensación lo menos posible...

Y para ello debía de matar a los dos sujetos... pero la sola idea le revolvía el estómago, su lado heroico le impedía, lo que a su vez lo entorpecía aún más... ¿Debía dejar de lado su moral?... la respuesta era obvia...

Posiblemente si lo vieran, si supiera de su dilema ético y moral, le dijeran que era un imbecil por ser tan infantil, por no acabar con los dos cazadores que intentaban cortarle el cuello, que era algo obvio hacer eso para un cazador...

A todos aquellos que posiblemente lo criticarían si vieran esto desde una tercera perspectiva...

No son más que unos de imbeciles... era fácil decir estupideces cuando uno no estaba en el peligro y dilema moral en el que se encontraba...

Con fuerza sobre humano estampó su bota en el estómago del cazador con la cuchilla dentada, y de un movimiento rápido y brutal desprendió el antebrazo derecho de aquel que tenía el hacha.

La sangre volaba y lo bañaba en cámara lenta, ¿estaba dispuesto a cruzar está línea?...

...

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No...

De un puñetazo en seco lo mando a volar en ese golpe había dejado ir la fuerza suficiente como para noquear a Sato, y aparentemente eso funcionó.

Shoji: -Toma a tu compañero y larguense de aquí... si vuelven a atacar, los matare- amenazó al cazador de la cuchilla dentada.

Uniendo su mazo nuevamente, dió media vuelta y corrió a una velocidad que alguien tan corpulento como él no debería tener.

¿había hecho algo estúpido?... claramente si... pero no solo era un cazador, también un futuro héroe... y no mataría a alguien solo para salvarse el pellejo.

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???2: -prada aceea dezgustătoare... jur că-l voi vâna chiar dacă este ultimul lucru pe care îl fac (ese repugnante despojo... juro que le daré caza aún cuando sea lo último que haga)- escupió las palabras con veneno.

Tomo el brazo desprendido de su compañero y pegándolo en su lugar mientras le suministraba sangre milagrosa, haciendo que vuelva unirse como si nada.

Eileen: -deci asa vor fi lucrurile... (con que así serán las cosas...)- interrumpió las palabras llenas de odio y venganza.

El cazador palideció cuando miro que la maestre de los cuervos había aparecido, y no solo ella... sino también Shota Aizawa, otro maldito extranjero.

Eileen: -Au atacat un coleg vânător, doar pentru pofta de sânge... sunt o cauză pierdută... nu crezi, dragă Shota? (atacaron a un compañero cazador, solo por su sed de sangre... son un caso perdido... ¿no crees, querido Shota?)- pregunto al hombre cuyos ojos estaban rojos por su ¿peculiaridad?.

-Acea privire înseamnă că dacă... au încălcat noile reguli pe care marele maestru al vânătorilor: Izuku Midoriya și bătrânii consiliului bisericesc le-au impus (esa mirada significa que si... han faltado a las nuevas reglas que el gran maestro de los cazadores: Izuku Midoriya, y los ancianos del concejo de la iglesia han impuesto)- tomo su hoja de piedad, pero Aizawa la detuvo.

Aizawa: -Conform noilor legi, au încălcat primul mandat al vânătorilor: să nu atace un coleg decât dacă este în legitimă apărare... din acest motiv vor fi neutralizați. (según las nuevas leyes, han roto el primer mandato de los cazadores: no atacar a un colega a menos que sea en defensa propia... por ello serán neutralizados)-.

Antes que el cazador de la cuchilla dentada pudiera reaccionar, una hoja de piedad se enterró en su tráquea, la daga estaba atada a la bufanda del cuervo masculino.

El sable salió dejando que la sangre salga a borbotones, el tipo trato de inyectarse sangre milagrosa, pero ambas extremidades habían Sido mutiladas en un parpadeo.

Con terror absoluto miro como el Aizawa  se acercaba a ellos, como de un latigazo de su daga/bufanda había decapitado a su amigo, El cuervo borrador se inclino frente de él con ojos rojos como los de un demonio, acercó sus labios a su oído.

Aizawa: -nadie lastima a mis retoños...- se alejo y decapitó a su marca.

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Shinso: -debes mejorar tu velocidad- comento con una sonrisa perezosa a su novia.

Jiro lo fulminó con la mirada, su traje y rostro estaba manchado de la sangre de las bestias con los que había combatido.

Kyoka: -disculpame, gran sabio conocedor, pero si no mal te recuerdo... ¡Soy una nova- fue interrumpida cuando una bestia le mordió el cuello.

Está forcejeaba pero fue inútil pues murió a los pocos segundos... y las carcajadas del pelimorado no se hicieron esperar, cuando la bestia se avalanzo contra el, un simple movimiento de hoja dentada hizo que la cabeza saliera volando.

Espero menos de 10 minutos y pudo ver cómo la figura demoniaca y colerica de kyoka corría para atraparlo. Con habida elegancia esquivo la patada que iba a su rostro, respondiendo con una nalgada que la hizo quejarse del ardor.

Kyoka: -¡Por qué no me ayudaste!, ¡esa cosa me mato!, ¡pude haber muerto!- se quejo tratando de conectar un golpe.

Shinso: -primero: tu me dijiste y cito "Si me ayudas voy a castigarte por una semana", y segundo: recuerda que no podemos morir hasta hacerlo en el sueño del cazador- explico alzando su dedo índice y medio.

Tomo el puño de la chica y como si fuese un movimiento de tango, la obligó a dar medio giro y la abrazo de la cintura.

Shinso: -¿No tu fuiste la que me dijiste que debías hacerte fuerte sin ayuda?, "Cómo puedo salvar a los demás si no puedo defenderme por mi misma"... ¿no fueron tus palabras?- pregunto con un tono meloso mientras se mecía.

Kyoka: -grrrrr... odio cuando utilizas mis palabras en mi contra...-  gruño y se alejo de su pareja.

-si ves que un monstruo se me abalanza, ¿puedes ayudarme a no morir?- pregunto con su tipico sarcasmo.

Shinso: -usted manda...- respondió con un vago saludo militar.

Así ambos siguieron, era sorprendente el verdadero tamaño que tenía la ciudad de Yharnam, sus calles intrincadas y engañosas, los varios niveles que se conectaban de forma desordenada así como zonas prohibidas.

Sino fuera por shinso ya se hubiera perdido, el chico tenía memorizada cada calle, era obvio que después de tanto tiempo (y buena memoria) el pelimorado conociera la ciudad como la palma de su mano.

Shinso: -cuidado...- advirtió tomándola de la mano, evitando que cayera a una trampa.

Ella solo asíntio y siguieron su camino, buscando alguna bestia que purgar. Cuando eran emboscados por las bestias y algunos Yharnamitas enloquecidos o a medio transformar, él solo intervenía lo justo.

Haciendo un trabajo en equipo perfecto, ni siquiera necesitaban verse a la cara para saber lo que quería y haría el otro, Simplemente actuaban por instinto, él era su paciente instructor y ella estaba feliz de poder hacer algo con él....

A lo largo de los meses que lo había conocido, pocas veces lo había visto reír y bromear fuera de sus provocaciones. Podía verlo, él ya no pertenecía al mundo de los héroes, él pertenecía al cruel mundo de la caza.

Paró su andar y miro fijamente la espalda de su amado, cierta tristeza se reflejaba en sus ojos. Shinso se dió cuenta de que la chica se había parado, mirándola con curiosidad.

Kyoka: -Hitoshi... ¿Aún quieres ser un héroe?-.

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Izuku: -¿algun problema en tu cacería, joven yaoyorozu?-  pregunto cuando sintió la presencia de la chica a su lado.

-sino mal recuerdo, había Sido específico cuando dije que se desplegarán por toda la ciudad...-.

La chica bajo la cabeza apenada, ¿cómo decía que ella quería seguirlo a él?, simplemente se vería muy obvia y delatarían sus sentimientos.

Yaoyorozu: -yo... solo tenía una duda...- mintió mientras desviaba la mirada.

La ceja alzada del viejo cazador fue el indicativo para que ella preguntara lo que no tenía idea de que tenía que preguntar.

Yaoyorozu: -¿cuando... termina la caza?... Si... era eso... ya han pasado algunas horas y la luna apenas se ha movido- señalo al cuerpo celeste.

Izuku: -las noches de cacería siempre son largas, fuera de lo común, puede tardar un día entero o incluso menos de una noche corriente...- respondió con sinceridad.

Yaoyorozu: -pero eso no tiene sentido, si la noche se alargará eso significaría que la rotación de la tierra desaceleraria y eso provocaría que todos saliéramos-.

Izuku: -detente...- interrumpió con una mueca de fastidio.

-entiendo tu punto, tienes un argumento más que válido... Pero olvidas que estamos en una realidad distinta, deja de pensar en eso si no quieres terminar, cucu- giro su dedo índice a la altura de su sien y centro sus pupilas.

Ese gesto hizo que ella riera divertida, la palma del cazador hizo que se estremeciera, alzando la vista vio su seriedad, su mirada al frente la obligó a voltear ella también.

Un hombre alto y rubio se acercaba, su traje de cazador de tonos grises y blancos daban aires religiosos... y podía distinguir a kilómetros que el tipo no era precisamente cuerdo.

Izuku: -ve a cazar, si tienes problemas toca está campana y alguno de los chicos te ayudará... ahora vete- la empujó detrás suyo.

Albert: - (así que los rumores eran ciertos... traer sangre fresca y extranjera para limpiar nuestra sagrada ciudad... eres nefasto, buen cazador...)- su mirada destilaba odio y desprecio.

Ahí fue cuando la más joven de los yaoyorozu entendió que no era buena idea quedarse, no si no quería quedar atrapada en fuego cruzado.

Con una reverencia elegante se despidió y siguió su camino, volviendo a las oscuras y nefastas calles de Yharnam...

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Extra1: -ese idiota no sabe cuándo rendirse, ¿verdad?- pregunto con un tono bromista y con un tono de desprecio.

Extra2: -al menos hay que admitir que deku tiene pelotas, ¿no es así Bakugo?- pregunto al cenizo que iba delante de ellos.

El joven explosivo solo lo volteó a ver con una mirada de muerte, haciendo que ambos retrocedieran y callarán sus estúpidos comentarios.

Bakugo: -¡ese maldito deku es solo una jodida piedra en MI zapato!, ¡Algún día le mostraré dónde está su maldito lugar!- respondió con un tono furioso, haciendo que los dos sujetos retrocedieran por miedo.

Volviendo en su camino, aceleró el paso para no tener que soportar a las dos mierdecillas, extras que siempre lo seguían solo para besarle la suela.

SPLASH

en menos de un segundo algo cayó detrás suyo, salpicandole con un líquido extraño. Revisando la manga de su uniforme vio que era sangre, volteando lentamente, sus ojos se agrandaron cada vez más por el terror...

Más al reconocer aquella cabellera verde...

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Salió del tren de recuerdos cuando un maldito monstruo lo intento emboscar en una de las esquinas de la laberintica ciudad. Activo su cuchilla retractil y la encajo en el mentón de la bestia, atravesando el cráneo y dejando ver la punta ensangrentada del arma.

Con una explosión destrozó el cráneo de la creatura liberando su cuchilla retractil y guardando la nuevamente a su compartimiento.

Su caminata y caza lo habían llegado a un acantilado artificial, un puente conectaba ambas partes para dejar que las personas y las carrozas pasaran de un lugar a otra.

En el fondo del precipicio se podía ver una sección de la ciudad, abandonada por los pobladores por un evento que ocurrió ase mucho tiempo, si mal no recordaba el nombre era vieja Yharnam.

Si... los bastardos no eran muy imaginativos...

Sentándose en el borde, miro el deprimente paisaje, siempre nefasto y lúgubre, gruño de frustración.

-¿No es hermosos?...-.

Volteó raudo y a la defensiva, preparando su gatlin... pero lo único que vio fue un joven peliverde sentado en el borde, pudo reconocerlo bien, jamás olvidaría ese rostro triste y apagado, ese cabello manchado de sangre... y ese maldito uniforme de Aldera...

-¿puedes verlo?... ¿No te parece una hermosa vista?- pregunto el espectro del niño peliverde, su calma solo transmitía una paz que lejos de ser recorfortante... era la cruel aceptación.

El cenizo bajo su arma y volvió a mirar el deprimente paisaje, sentandose al lado del espectro de su culpa, de lo que jamás se podría perdonar.

-Kacchan... ¿puedes verlo?- pregunto nuevamente.

Bakugo: -si... puedo verlo...- respondió con un nudo en la garganta.

El niño lo miro con una sonrisa triste, parándose del borde y estirando los brazos.

-es una buena noche para sumergirse cuál cisne... ¿no crees?...- comento con una calma y aceptación sombría.

El cenizo se alertó cuando escucho esa Maldita frase, SU Maldita frase. No tuvo tiempo a reaccionar a tiempo cuando el pequeño peliverde se dejó caer al vacío, trato de sostenerle la mano, pero lo único que pudo hacer fue sentir el roze de sus gélidas yemas.

Se quedó con el brazo estirado en el precipicio por unos segundos, hasta que los gruñidos de bestias detrás suyo lo saco de sus pensamientos.

Rápidamente la ira, la impotencia, la decepción y el auto desprecio dominaron su psique, arremetiendo con más bestialidad que las mismas bestias; explotando, acribillando y desmembrado a las criaturas para dejar salir sus frustraciones.

Todo su cuerpo y rostro estaba manchado de sangre pestilente y nauseabunda, lo que antes eran feroces creaturas no eran más que carne chamuscada y picada.

Miro sus manos manchadas, después los cuerpos irreconocibles y de último al barranco...

Bakugo: -¿esto fue a lo que te condene?...- pregunto entre dientes, las lágrimas de mezclaron con la sangre en su rostro...

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Fin del capítulo.

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