Capítulo 32
Se encontraban frente a aquel imponente edificio. Julie agarraba las asas de su bolsa con fuerza, mientras que Kang no podía parar de tocarse el pelo con nerviosismo. Jenna se percató de ello y le dio un pequeño golpe a Natalie, la cual comentó.
— ¿Nerviosos?
— Un poco...
— No... ¿yo nervioso? ¿Por qué tendría qué estar nervioso? — Knag se dió cuenta de cómo Jenna miraba su mano inquieta y la bajó hasta dejarla apoyada en su cintura.
— Es normal, chicos. Cualquiera podría estarlo. Lo raro sería no estarlo.
— Vais a hacerlo de maravilla. Y Julie va a ser la chica más guapa de toda la competición con el maquillaje que tengo pensado.
— No dudo es ello, Jenna.
— Nadie lo hace... — Natalie miró la hora de su teléfono —. Bueno, es hora de que vayáis entrando para cambiaros. Os veo dentro chicos. ¡Ánimo y romperos una pierna!
Ambos chicos se miraron nerviosos, antes de cogerse de las manos y comenzar a andar hacía el interior del lugar. Jenna y Julie fueron a los vestuarios de la izquierda, mientras que Knag se dirigió unos pasos más hacía el de hombres, el cual se situaba en la derecha.
— Anda, vamos. Primero deberías ponerte las medias transparentes y luego el maillot. Después te peinaré y te maquillaré.
— De acuerdo, vamos a ello.
Una vez ya con sus medias y su maillot puesto, Jenna peinó a la bailarina con varias trenzas y estás, a su vez, formando una más grande y gruesa. Más tarde transformó la restante en un moño de bailarina, el cual decoró con una diadema de copos de nieve.
— ¿Quieres verte?
— Obvio. Me has metido un montón de tirones de cabeza, al menos espero que haya merecido la pena.
— Y tanto... Perdona por los tirones, es que tenías el pelo fatal... Pero mira que muñequita eres — se quitó de delante del espejo para que Julie pudiera observarse con detenimiento.
— Guau... me encanto... quiero decir, me encanta. Muchas gracias, Jenna, me veo preciosa.
— Con o sin eso siempre lo estás, guapa. ¿Te voy maquillando ya o quieres esperar un poco?
— Antes voy a hacerme un par de fotos del proceso, si no te importa. Es que Emily me ha estado escribiendo durante todo este tiempo y no le he podido contestar.
— De acuerdo, sin problema.
Tras realizar las fotos se percató de la pequeña diadema que tenía sobre su cabeza.
— Ay, Jenna... no me digas qué es lo que pienso qué es...
— Pues me da a mi que sí... — le colocó las manos sobre los hombros mientras observaba el reflejo de la chica.
— Son copos de nieve...
— Natalie siempre me ha contado qué tu padre te llamaba copito de nieve, así que he pensado que, al igual que tu eres uno, tu indumentaria también tendría que serlo.
— Ven aquí... — le dió un fuerte abrazo mientras pequeñas lágrimas rodaban por sus rosadas mejillas —. Eres mala, me vas a hacer llorar.
— Ay, mi niña... no llores, que sino no podré maquillarte.
Tras observar con detenimiento la diadema se percató de que estaba hecha a mano.
— ¿La has hecho tú?
— Sí... Una chica tan guapa cómo tú necesitaba algo hecho con mi corazón? Si no supiera que has tenido novio y que ahora estás interesada por Kang te hubiera pedido salir con ese regalo... pero ahora, que somos amigas, me sirve como un detallito.
— Gracias, gracias de verdad — tras analizar bien la frase de su amiga añadió —. Es muy halagador saber que incluso tú te has enamorado de mí... que puedo decir, soy tan guapa... — tras ver que Jenna se lo tomaba en broma, prosiguió —. Me parece precioso que me lo hayas querido decir... ¿Alguien más lo sabe?
— Eres lo peor... No, nadie más lo sabe...
— De acuerdo, tu secreto está a salvo conmigo. Gracias por compartirlo conmigo.
— A ti por no juzgarme— ambas chicas se abrazaron. Minutos después Jenna ya había empezado a maquillar a Julie.
Tras taparle algunas manchas y granos con una base semejante a su tono de piel le aplicó un rubor suave sobre sus mejillas y parte de su nariz. Después de delinear los labios le aplicó un gloss de un color idéntico al de sus labios, el cual le proporcionó un brillo único. Por último, le delineó la línea del ojo y comenzó a pintarle este en tonos azules y grises. Una vez hecho eso, difuminó un poco los colores y le colocó piedritas brillantes alrededor de los párpados, simulando así los copos de nieve caer sobre su cara.
— Ya he terminado, espero que te guste.
— Seguro que sí, al fin y al cabo lo has hecho tú. Una pregunta, ¿desde hace cuanto soy tu crush? — Una sonrisa pícara se dibujó en sus labios.
— No seas mala... Y no sonrías así, que estropeas mi trabajo. Mejor calla y mírate.
Julie se giró entre risas y una gran sonrisa se dibujó en su rostro. No podía creer que aquella chica fuera ella, se veía tan cambiada y distinta... Pensó en la reacción de su padre si se viera así. Seguramente le tocaría la nariz para molestarla y jugarían a trapar su dedo.
— No puedo creerlo... soy yo... — se tocó la cara con delicadeza sin apartar los ojos del espejo —. Me veo tan... tan diferente. Gracias, Jenna — miró a la chica a los ojos mientras sonreía —, me encanta.
— No es nada... todo es poco sí mi niña consigue así su sueño.
Ambas sonrieron mientras la bailarina se hacía varias fotos frente al espejo, durante las cuales Jenna se unió para las últimas. Tras aquello, las chicas miraron la hora, tan solo quedaban quince minutos para que comenzara la segunda fase.
— Será mejor que salgamos ya, al fin al cabo Natalie os querrá dedicar unas palabras antes de que el concurso comience.
— Sí, será mejor.
Una vez ya fuera se reunieron con Kang y Natalie en la zona más próxima a las escaleras del escenario. Otros participantes ya se encontraban allí. Kang pudo contar más de veinte parejas, lo cual le empezó a asustar.
— Bueno, chicos, ya ha llegado el momento. Solo toca decirlos que disfrutéis y que vais a ganar seguro... y sí no... pues una anécdota más para el cajón — al ver la reacción de sus alumnos decidió no reírse —. Teneis lo que hace falta para salir ahí y triunfar, tan solo os falta un poco de confianza, nada más. Ánimo, mis niños, que vosotros podéis con esto y con mucho más.
Después de dedicarle esas palabras, se dirigió a la zona designada para los entrenadores. Jenna la siguió mostrandole los pulgares a los chicos en forma de apoyo.
— Bueno...
— Bueno...
— Qué nervios... Creo que voy a cagarla... yo no...
— Ey, Julie, mírame a los ojos, ¿vale? ¿De verdad crees que si no pudieras con esto Natalie te hubiera dicho que te apuntaras? No, no te lo hubiera dicho, porque eso afectaría tanto a su carrera como a la fama de Pies Volando. Sin embargo, aquí estás, a punto de comenzar la segunda fase del Tutú De Oro.
— Tengo miedo, Kang. No puedo fallarle.
— No vas a fallarle, Julie. Él estaría orgullosísimo de verte ahora mismo. Pareces un copo de nieve gigante... y con las zapatillas que te regaló... si no ganaras, él seguiría estando igual de orgulloso que cuando se fue.
— Gracias — la chica abrazó fuertemente al chico que tenía delante suya. Lo soltó en cuanto uno de los trabajadores del lugar les indicaron donde debían colocarse, ya que el concurso estaba a punto de comenzar.
Una vez ya todas las parejas colocadas en sus respectivas posiciones, un trabajador le indicó al director del lugar que estaban listos para comenzar.
— Muy buenos días a todos los presentes, entrenadores y trabajadores de las escuelas que han sido aceptadas para participar aquí, en la segunda fase del famosísimo Tutú De Oro — miles de aplausos invadieron la sala. Una vez finalizados estos, el hombre prosiguió —. Mi nombre es Óscar Mirren, y al trarme de uno de los creadores de este premio es mi deber presentaros a los concursantes que vienen en representación de cada escuela. Pero antes, por favor, démosles un fuerte aplauso a los jueces de este concurso; con ustedes, el señor Patrick Dupond, la señorita Sylvie Guillen y Paloma Herrera, ¡un fuerte aplauso para ellos!
— Cuando el señor Mirren os nombre, tendréis que subir al escenario con las luces apagadas y colocarse en las posiciones que hayas escogido. Una vez las luces vuelvan la música comenzará a sonar y podéis empezar con vuestra breve actuación. Que os vaya bien a todos.
Todos los participantes asintieron, mientras el señor Mirren llamaba a la primera pareja.
— Kang, ¿cuántas quedan antes de nosotros?
— Cinco... pero no tienes de qué preocuparte, nos va a salir de maravilla.
— Eso espero...
— Ya verás...
A los pocos minutos la pareja que se encontraba delante de los representantes de Pies Volando bajó del escenario. Ambos chicos se miraron nerviosos, mientras se cogían fuertemente de las manos.
— Y ahora démosle la bienvenida a los representantes de Pies Volando, la señorita Julie Brown y el señorito Lenni-Kang Lentini, un fuerte aplauso — Natalie y Jenna miraban maravilladas al escenario. La más joven de las dos comenzó a grabar con su teléfono.
La pareja comenzó a subir, pero Julie se paralizó en mitad de la escalera.
— ¿Qué haces, Julie?
— No puedo. No puedo, Kang.
— Sí qué puedes. Te he visto hacer maravillas, Julie, y esta va a ser otra de las que hagas — le tendió su mano y la chica la aceptó. Acto seguido ambos se encontraban uno enfrente del otro, mirándose fijamente a los ojos.
Las luces volvieron y la música inundó el aire. La pareja que se encontraba sobre el escenario se movía coordinadamente. Al contrario que la gran mayoría de los concursantes, estos no necesitaban apartar la vista del rostro de su compañero o del suelo para perfeccionar sus movimientos. Ellos, juntos, eran capaces de moverse al ritmo del viento, de una brisa, o de un huracán. Cuando la música cesó y ambos se congelaron en el escenario la sala se inundó por miles de aplausos. Los jueces se levantaron de sus asientos y aplaudieron asintiendo a la pareja, la cual bajó del escenario con una gran sonrisa entre labios.
— Lo hechos conseguido... — Julie asimilaba la situación, asombrada —. ¡Lo hemos conseguido, Kang!
— Los jueces se han levantado... ¡Se han levantado los tres!
— ¿Sabes qué significa eso?
— ¡Qué estamos dentro! — Los chicos gritaron de alegría y se abrazaron sin poder creerlo. Kang aproximó sus labios a los de su pareja, sin embargo esta colocó un dedo entre ambos.
— Aún no, Kang, aún no...
— ¿Y cuándo vas a dejarme ser feliz de una vez por todas?
— Más tarde, ahora estoy demasiado nerviosa.
Las parejas seguían subiendo al escenario y realizaban sus números. Cuando se dieron cuenta, los últimos concursantes ya habían bajado del escenario.
— Bueno, bueno, bueno... parece que esto está llegando a su fin. No os olvidéis de que en lugar de anunciar los ganadores a las cinco de la tarde lo anunciaremos a las tres, dentro de una hora, para que así escuelas como Pies Volando o Dance-Night tengan opción de llegar pronto para, en caso de ser seleccionadas, poder prepararse para la fase definitiva. Sin nada más que añadir, nos vemos dentro de una hora.
Las parejas se fueron reuniendo con sus entrenadores en las salidas más cercanas a la cafetería del lugar para almorzar antes de enterarse de si estaban o no dentro de la competición.
Julie y Kang esperaron a ver a Natalie y a Jenna antes de dirigirse a picotear algo rápido, ya que los nervios les habían quitado el hambre a ambos.
— ¡Chicos! — Jenna abrazó a ambos concursantes con una sonrisa entre los labios —. Habéis estado de maravilla, lo he grabado todo y ya os lo he mandado, de nada. ¿Os habéis dado cuenta? ¡Incluso los jueces se han levantado a aplaudir! Habéis sido la mejor pareja, ¿a qué sí Natalie?
— Estoy de acuerdo — le sonrió a los chicos mientras le apoyaba una mano en el hombro a Julie —, lo habéis hecho de maravilla. No sabría deciros si los mejores, pero sí os puedo asegurar de que tenéis muchas papeletas para estar entre los ganadores. Mi más sincera enhorabuena, os lo merecéis.
Ambos abrazaron fuertemente a su profesora sin poder dejar de sonreír. Lo habían conseguido. Habían triunfado sobre el escenario. Tan solo tenían que estar entre los diez finalistas, no podía ser tan difícil... ¿o igual sí?
***
***
Kang y Julie se dirigieron a la cafetería mientras Natalie y Jenna se quedaban hablando con los organizadores del concurso. Una vez delante del mostrador, Julie pidió un pequeño plato de pasta y un zumo, mientras que Kang solo pidió una Coca-Cola.
— ¿Tan poca hambre tienes? A mi los nervios no me dejan casi comer, pero al menos como algo.
— ¿Y qué piensas que voy a coger? ¿Quieres algo dulce o prefieres algo salado? — El chico le enseñó una bolsa con un montón de comida de diferentes sitios.
— ¿De dónde has sacado todo esto?
— ¿Te acuerdas del bufet del hotel en el qué hemos pasado la noche?
— ¿Cogistes todo eso?
— ¡Hombre, pues claro! Tenía qué aprovechar la oportunidad, ¿no?
— Me recuerdas a un niño chico...
— ¿Tú nunca has hecho eso? Qué infeliz...
— Yo no, pero mi padre siempre cogía un dulce o dos... ¡pero no toda una bolsa!
— Entonces él me entiende, nos hubiéramos llevado muy bien...
Tras terminar de comer ambos chicos volvieron a la sala donde anunciarían los ganadores al cabo de diez minutos. Ya la mayoría de las parejas se encontraban paradas detrás de las escaleras del escenario, claramente nerviosas. Natalie y Jenna aparecieron por allí cuando tan solo quedan dos escasos minutos.
— Mucha suerte chicos, os deseo lo mejor.
— ¡Voy a grabarlo todo! Así podéis ver vuestras caras de ilusión cuando os digan que estáis dentro.
Ambas se alejaron y Julie le sonrió a su pareja, claramente nerviosa.
— ¿Preparada?
— Sí, que sea lo que el destino quiera.
El reloj del lugar marcó las tres en punto y Jenna activó la grabación.
— Muy buenas tardes a todos. Espero que hayas podido descansar un poco antes de anunciaros los finalistas que competirán por el oro en el Tutú De Oro. Todas las parejas han sido maravillosas, pero diez de las treinta y cuatro que han participado han resaltado entre el resto. Jueces, por favor, anuncien a los ganadores de esta segunda fase.
— Si os nombran subís la escalera y os vais colocando en fila en la parte del fondo del escenario, ¿de acuerdo? — Uno de los trabajadores se acercaba a las parejas para asegurarse de que todas recordarán las indicaciones marcadas.
— Mi más grata enhorabuena a todos, ha sido un espectáculo maravilloso. Los ganadores son: la Academía Vanova, Yoyo School Ballet...
Uno a uno fueron diciendo diferentes escuelas de baile, mientras Kang y Julie se tensaban y no soltaban sus manos, las cuales estaban entrelazadas hacía ya rato.
— Por último, la escuela Dance-Night.
— Kang... ¿hemos perdido? — la chica miró a su compañero, gratamente sorprendida.
— Parece que sí, Julie...
— No... no puedo entenderlo...
— Además de estos diez finalistas también nos gustaría entregar una última plaza para la final, a una pareja que ha demostrado que con solo observar a su compañero y conocerlo pueden llegar más lejos que cualquiera de los presentes. Es un orgullo para nosotros darle la bienvenida al escenario y a la final de este concurso a Julie Brown y Kang Lentini, representantes de Pies Volando.
Los entrenadores comenzaron a aplaudir mientras se levantaban de los asientos. La pareja se miró sorprendida, sin llegar a comprender muy bien que había sucedido.
— Entonces...
— ¡Estamos dentro, Julie! ¡Estamos en la final!
Ambos subieron al escenario y se colocaron delante de todas las parejas, como indicó el señor Mirren.
— Ya solo queda decir, chicos y chicas — Óscar Mirren cogió de nuevo el micrófono para finalizar la fase —, gracias por haber participado a todas las parejas. Y a las ganadoras, ¡rompanse una pierna y nos vemos en la gran final del Tutú De Oro!
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