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Capítulo 28

— Se le declara al acusado, Nicolás Anderson, culpable de violencia de género recibida por Emily Baker, y se le impone una pena de prisión de dos años.

Emily se sentía en otra realidad al escuchar aquellas palabras. Por fin podía estar en paz después de tantos años. Miró a su alrededor pensando que se trataba de un sueño. Pero no. Al fin podría respirar tranquila. Ese maníaco pagaría por el dolor que le había causado durante tantos años. Sin embargo, para su sorpresa, el chico no parecía afectado ante las palabras del juez. Este comenzó a hablar.

— Sin embargo, al no haber sido acusado con anterioridad, en lugar de ir a prisión, deberá pagar 17.000€ antes del inicio del próximo mes. Se levanta la sesión.

— ¿Có... cómo? — Emily se giró hacía sus amigos, gratamente sorprendida —. ¿Qué quiere decir eso?

— Quiere decir, señorita Baker, que al no haber puesto un pie en una patética cárcel en toda mi vida, tan solo tengo que pagar una misera cantidad que mi padre me dará sin dudarlo y ya estaré libre de toda condena. ¿No te parece perfecto?

— Mira, Nico, por si no lo recuerdas tienes una orden de alejamiento, así que ten cuidado con lo que haces.

— No sé si lo habeis entendido mal, pero lo orden es hacía Baker, no hacía Julie, por ejemplo.

— ¿Eso es una amenaza? — Julie se levantó y se colocó a su misma altura —. Porque no te tengo nada de miedo.

— Pues deberías, patinadora, deberías. ¿O tengo qué recordarte todo lo qué sé sobre estos últimos días? Julie y Kang... me gusta cómo suena eso.

Kang se levantó de golpe, pero Marc lo paró antes de que hiciera alguna estupidez. Ambos tomaron las manos de sus chicas y salieron de la sala antes de que la cosa empeorara. Nico se quedó parado sonriéndole a la nada. Su plan había salido tal y como él quería.

— Ya os dije que nadie se libra tan fácilmente de Nicolás... y habéis sido las primeras en descubrirlo.

Una vez ya al aire libre, Marc pudo alejarse unos pasos para llamar a un taxi y así alejarse de aquel lugar.

— No hace falta que llames a nadie, os puedo llevar en mi coche... Por cierto, Julie, ¿está tarde vamos a la escuela?

— Yo llegaré un poco tarde, primero quiero ir al apartamento y descansar un poco....

El vehículo llegó y los chicos se montaron despidiéndose del muchacho, el cual se dirigió a su coche para ir a Pies Volando. Una vez ya dentro Marc miró a Julie, tras indicarle al conductor su destino.

— Oye... antes estábamos hablando de que secreto teníais Kang y tú... no le iba a dar más importancia, pero Nico ha insinuado algo parecido. ¿Qué está pasando, Julie?

— Nada... — la chica apartó la mirada de los ojos de su novio. Este cambió su expresión al instante —. ¿De verdad te vas a creer al idiota de Anderson? Ese no sabe ni en qué día vive.

— Julie... ¿Por qué me mientes?

— Yo no te estoy mintiendo. Díselo tú, Emily. Dile que entre Kang y yo no hay nada más que no tenga que ver con la competición.

— Julie, basta ya. Yo no voy a unirme a tu juego... deberías contárselo. Y tú también, Marc. Parecéis niños pequeños. Marc, Julie casi se besa con Kang. Y Julie, Marc se ha besado con Chloe. Comportarse como la edad qué tenéis, por dios...

— Julie... ¿pero cómo...?

— ¿Te has besado con Chloe? ¿Cuándo fue?

— No fue un beso serio ni nada por el estilo... cuando se murió su madre no pudo controlarse y me besó.

— Si no era nada serio, ¿por qué no me contaste nada?

— Mira quién fue a hablar... Julie, te has besado con tu compañero de baile.

— No te equivoques. No me besé, casi lo hice.

— Cómo si hubiera alguna diferencia en ello... — la miró fijamente a los ojos —. Sé lo que estas pensado. Lo veo en tus ojos. No sé si será la decisión correcta, pero si quieres hacerlo, hazlo. No quiero que te beses con uno aún saliendo conmigo. Yo y Chloe no tenemos nada. Pero tú y Kang sí. Julie, ¿quieres cortar conmigo?

La bailarina se quedó paralizada en su asiento. Quería tener a su novio a su lado siempre, pero ella y su compañero de baile tenían una química distinta. Algo que nunca había sentido.

— Marc... nunca he querido a alguien cómo a tí, pero...

— ¿Pero qué?

— Lo siento mucho, Marc... parece que Jularc no va a ir contra el mundo nunca más... al menos no por ahora...

Marc se echó hacía atrás en el asiento. Emily no sabía qué hacer en aquel momento. Se sentía culpable por haber abierto la boca, pero no podía seguir ocultandole cosas a sus amigos, sabía que si no lo hubiera dicho en aquel momento la cosa hubiera sido mucho peor.

— Si quieres, puedo devolverte la bicicleta y todas las cosas que me has dado... — Julie no sabía qué hacer en un momento como ese. No podía creer que estuviera rompiendo con su novio.

— No quiero nada tuyo, solo te quiero a ti. Pero te entiendo, Kang tiene pinta de ser un chico maravilloso... — miró a su chica mientras añadía —, tiene mucha suerte de tenerte.

El vehículo paró delante del apartamento y los tres adolescentes bajaron tras pagarle lo que les debía. Julie abrió la puerta y se encerró en el servicio. Marc y Emily se quedaron, solos y en silencio, en el salón.

— Lo siento mucho... debía haberme quedado en silencio.

— No. Lo has hecho muy bien. Y tenías razón... parecemos niños pequeños. Me alegra que lo hayas dicho tú, a mi me hubiera resultado imposible.

— ¿Te vas a ir a Alemania?

— No... no puedo dejarte, vas a tener que aguantarme...

— No hace falta que renuncies a tus sueños por mi. Yo estaré bien si se que vosotros lo estáis.

— Has madurado mucho este año, Emily. Me alegra saber que ya estás... que ya estás feliz. Y no tienes de qué preocuparte. Seguramente me vaya con ella, ya que aquí poco me queda. Tras la competición me iré con Chloe.

— Me alegra saber que vas a seguir a tu corazón... solo espero que no te haga daño.

— Si me lo hiciera, volvería contigo...

— ¿Así qué soy el segundo plato? Muy bonito... muy bonito, señorito Marc.

— Creo que me he equivocado al decir que habías madurado. Sigues siendo igual de inmadura que antes.

Ambos siguieron hablando entre risas, mientras Julie seguía encerrada en el servicio de su habitación.

No me puedo creer que lo haya hecho... soy una persona horrible... ¿Y sí le pido perdón y volvemos? No, no, no... vas a tener que aguantarte... igual puedes salir con Kang e intentarlo con él... no perderás nada.

— Una pregunta... ¿vas a contarle a tu ex qué te vas a Alemania?

— No me gusta como suena eso de ex...

— Pero es lo que sois.

— Sí, listilla, por tu culpa.

— ¡Oye! Qué hace un momento estabas muy feliz por ello y te parecía bien...

— No te pases, qué tampoco es la mejor noticia de mi vida. Y no, no se lo voy a decir aún. Quiero que lo haga bien en el concurso. Su vida entera depende de ello.

— Me parece bien — Emily apoyó su cabeza en su hombro y cerró los ojos —. No puedo creer que haya dejado pasar a un chico como tú... no sabía la suerte que tenía.

— Bueno, tú tampoco puedes quejarte, ¿eh? Porque he oído por ahí que has empezado a salir con un nadador profesional...

— Ah, eso... — Marc pudo notar como un brillo de tristeza invadía los ojos de la chica —. No creo que nos quede mucho tiempo juntos, si te soy sincera.

— ¿Y eso por qué? No me digas que tiene a otra, porque entonces voy y lo...

— No, no... no es eso.

— ¿Entonces?

— Sus padres se lo van a llevar a Estados Unidos. Se han enterado de lo que le ha pasado y quieren que empiece una nueva vida en el extranjero.

— ¿Y él quiere?

— Me propuso que me fuera con él... porque no quiere dejarme ni dejar todo lo que ha conocido y construido aquí.

— Vaya tela... Solo espero que tú estés bien cuando se vaya. No quiero verte triste de nuevo, ¿eh?

— Lo intentaré... pero me va a costar. Es que con él ha sido todo muy distinto, ¿sabes? Nunca me había sentido así con ningún chico antes...

— Supongo que eso es lo mágico del amor... Nunca, nada de nada, es igual.

— Tienes razón. Cada uno es un nuevo mundo. Y el mundo de nombre Henry parece gustarme bastante.

— ¿Y por qué no te vas con él?

— No puedo abandonar a Julie. Ella sola no podría pagar el alquiler y no quiero que tenga que volver con su madre.

— Me parece que eres una persona capaz de pensar en los demás antes que en ti... y eso me gusta y a la vez me aterra.

— Ya estoy cambiando, madurando. Con el señor Ruiz he aprendido a poner mis límites y a quererme tal y como soy.

— Me alegra oír eso... Si ni tú te quieres, ¿quién lo iba a hacer?

— ¿Sabes qué serías un psicólogo perfecto?

— Mejor prefiero escribir canciones y cantarlas por todo el mundo, pero gracias por el ofrecimiento.

— Idiota...

Ambos se rieron durante unos instantes sin dejar de hablar de una cosa o de otra, buscando oportunidades para picarse siempre que podían. La patinadora salió del servicio tras retocarse el maquillaje y dejar de llorar y abandonó el apartamento sin despedirse. Ninguno de los chicos se percató de su salida.

***

***

— Podéis tomaros un descanso. Julie — la chica giró la cabeza hacía su profesora — , ¿te encuentras bien?

— Sí, Natalie, perfectamente. ¿Por qué lo preguntas?

Kang se giró al escuchar la pregunta de su profesora hacía su compañera. Era cierto que estaba rara desde que salieron del juzgado, pero no había querido molestarla.

— Te he visto un poco triste, como si tuvieras la cabeza en otra parte.

— Sí, perdona... ya me concentro.

— Si prefieres podemos retomar el entrenamiento mañana.

— No, no, hoy es perfecto.

— Está bien...

Natalie salió del aula para que sus alumnos tomaran aire y pudieran recuperarse y descansar para seguir con el principio del número. Tan solo tenían ese entrenamiento antes de ir a por la segunda fase. Tenían que hacerlo perfecto para llegar al concurso. Y gozaban de muchas oportunidades.

— Te he notado un poco rara desde lo de Nico, no os habrá pasado algo con él, ¿verdad?

— No, no, no te preocupes... No es nada, de verdad.

— No es cierto, te ha pasado algo. Y quiero, no, y necesito saberlo.

— No te preocupes por nada, de verdad, puedo cuidarme solita.

— Pero no necesitas hacerlo sola. Ya sabes que me tienes para lo que sea. O a tu amiga Emily y a tu novio.

— Pues ya no voy a tenerlo — los ojos de la chica se nublaron por culpa de las lágrimas —. Ya está. Hemos roto. Y todo por tu culpa. Por casi besarme aquella noche. Un amigo de Nico nos vió y se lo dijo. Y cuando hoy me ha amenazado antes y después del juicio Marc me ha interrogado. Y... y... y Emily no ha podido más y le ha contado a Marc lo que pasó aquella noche y también me contó que Marc y una chica, Chloe, se han besado — dejó de mirar al chico que tenía delante, para añadir sin poder controlar sus lágrimas —. Hemos roto, Kang. Hemos roto. Ya está, se ha acabado todo...

— Yo... no sé qué decirte... lo siento mucho, sé que lo querías mucho y la he cagado.

— No, no, no... la cague yo por dejarme influenciar por ti. Pero ya no va a pasar más, te lo aseguro.

— ¿A qué te refieres con eso?

— Me refiero que no voy a... da igual déjalo...

— Julie — le tomó de las manos —, vale, sí, la he cagado y la voy a volver a cagar más de una vez. Pero eso es lo bonito del amor, ¿no? Poder cagarla una y otra vez pero seguir sintiendo algo por esa persona.

— Sï, eso ya lo sé...

— Y si quieres vas a poder hacer las paces con él... y si la cosa no sale no te quedarás sola. No me importa ser el segundo plato de nadie, ni siquiera de ti.

— Eres idiota — no pudo evitar sonreir —. Ya es tarde para seguir con Marc... pero igual no lo es como para empezar contigo.

Ambos chicos se miraron y se tomaron de las manos. Julie le colocó las suyas alrededor de la cintura y él le colocó los brazos alrededor del cuello. Acercaron sus labios para tocarlos.

— Bueno, ¿seguimos con la clase? — Natalie entró en ese momento en el aula, haciendo que los jóvenes se soltaran rápidamente —. ¿He interrumpido algo?

— No, no... no te preocupes... es solo que Julie tenía algo en el ojo y se lo estaba quitando.

— Sï, era eso...

— De acuerdo... — Natalie no pudo evitar reírse mientras cerraba la puerta y se colocaba en medio de la sala —. Bueno, si ya los ojos de todos están bien, podemos seguir con la clase.

Ambos asintieron y se rieron a la vez que se colocaban en sus posiciones para continuar ensayando. Natalie encendió la canción y ambos comenzaron a realizar los movimientos de la coreografía. Su profesora los miraba orgullosos. Dentro de dos días ambos se darían a conocer ante el mundo. Estaba segura de que triunfarían.





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