Capítulo 24
La sirena había sonado. Su oponente ya estaba firme junto a ella. El público la animaba a seguir adelante. Golpe tras golpe se iba defendiendo en el ring. Rival tras rival, la chica ya se encontraba en la final.
— Aún no puedo creer que vaya a ir a la final... es increíble...
— Solo concéntrate y disfruta, vas a triunfar, ya te lo había dicho — su entrenadora le limpió una de las heridas que tenía en su espalda.
La campana sonó y ambas chicas subieron al ring. Su rival tenía un carácter fuerte y era conocida por haber ganado los anteriores tres torneos. Sin embargo, ella no se iba a dejar intimidar. No pensaba salir de allí sin su primer puesto.
Por megafonía dieron la bienvenida ambas jugadoras y les desearon suerte Apto seguido, el árbitro indicó el inicio del combate.
La chica golpeó a su rival con un jab, seguido por un crochet. Tras colocarse firme su rival le implantó una volea, sin embargo, la chica pudo esquivarla y regalarle un hook. La chica con la que competía, sin embargo, al no poder esquivarlo, le agarró los brazos, le pisó un pie y le golpeó la parte trasera de su cabeza con fuerza.
— ¡Final del combate! — los árbitros intentaron separar a las chicas, pero la rival no estaba conforme con ello. La chica casi no podía moverse tras el golpe recibido —. ¡Separadlas!
Tras proporcionarle otro golpe en la misma zona, la chica se soltó. Los árbitros la echaron del ring y fueron a atender a la ganadora. Al cabo de los minutos, una vez recompuesta, los jueces anunciaron la ganadora.
— Ann Halmich, tras haber proporcionado varios golpes ilegales seguidos, queda descalificada de la final. Por ello, nos complace anunciales a la ganadora del torneo, la señorita Chloe Koch, ¡un fuerte abrazo, por favor!
La chica cogió la medalla y la elevó con sus brazos mientras gritaba el nombre de su hermana.
— Va por ti, hermanita.
***
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— Has estado increíble, enhorabuena. No he entendido muy bien que ha pasado, pero me alegro de haber estado ahí para ayudarte.
— Gracias, Marc. La verdad es que no me esperaba que Ann fuera a hacer trampas, pero me ha venido bastante bien.
— Te ha dado muy fuerte, ¿estás segura de que no quieres que te acompañe a casa?
— Sí, sí, estoy segura, no te preocupes. Ya me han dicho que tengo que ir con calma y que me ponga hielo cuando llegue a casa. Parece que la fiesta de celebración habrá que dejarla para más adelante.
En ese momento en el teléfono del chico entró una llamada.
— Espera, es Julie. Le dije que hoy competías en la final, seguro que te ha visto — contestó a la llamada tras decir aquello —. Hola, Julie.
— ¡Hola! ¡Acabo d ver la competición de Chloe! Madre mía, esa chica si que sabe lo que hace. Felicitala de mi parte, se merece el premio más que nadie.
— Se lo diré. ¿Después puedes hablar?
— Sí, sí. Ahora estoy en clase, pero cuando salga te escribo.
— De acuerdo, hasta luego — tras colgar se giró hacía Chloe —. Lo que yo te había dicho. Me ha dicho que te de la enhorabuena, porque tú merecías ganar más que nadie.
— Ay, qué mona. Muchas gracias... ¿Tú y ella seguís siendo pareja?
— Sí, aún sí... ¿por qué lo preguntas?
— No, no, por nada, solo curiosidad... Bueno, me voy llendo para darle la noticia a mi madre, ojalá se alegre.
— Seguro que sí — le tomó una de sus manos y le dedicó una pequeña sonrisa mientras le añadía —, es imposible no alegrarse si llegas con esa sonrisa a casa.
Tras ello, se metió las manos en los bolsillos y comenzó a caminar hacía la estación de metro para volver a su apartamento. Chloe se lo quedó mirando hasta que lo perdió entre la gente. Después, comenzó a caminar hacía el sentido opuesto de la calle.
***
***
Llegó a su habitación con una sonrisa en sus labios mientras dejaba el macuto con sus guantes sobre su cama.
— Mamá, ya estoy en casa.
Se dirigió a la cocina, donde su madre solía pasar la mayoría de sus ratos libres, para así poder mostrarle el premio que le había dedicado. A ella y a su hermana.
— Mami, mira lo qué te he traído... — la imagen que tenía ante sus ojos era desgarradora. Su madre, tirada en el suelo, con una carta y un bote de pastillas en un lado, y un charco de sangre en el otro —. Madre mía, mamá, mamá — Chloe se agachó hasta el cuerpo de su madre y comenzó a moverlo nerviosamente. Le tocó la cabeza aterrada y comprobó cómo sus dedos se manchaban de sangre —. No... no por favor... no mami, no me hagas esto... no, no puede ser verdad... ti... tiene que ser un sueño, una pesadilla — se pegó varios golpes en la frente mientras las lágrimas inundaban su rostro. Con los dedos llenos de sangre llamó a emergencias, sin casi poder hablar —. ¿Hola? Sí, por favor, necesito una ambulancia. Mi madre está muerta.
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