Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Desde la pequeña habitación, Anderson había terminado de maquinar su brillante plan, no iba a dejarla escapar de sus brazos tan fácilmente. Esperaría hasta que le dieran el permiso para hacer su llamada. Le daba igual cuando fuera, lo haría sin preocuparse en cómo reaccionaría la chica. Se lo merecía. No interrumpiría sus palabras, ya sabía que le diría y nada ni nadie le haría cambiar de opinión. Nadie ni nada se interpondría entre ellos. Ni ante esas llamas.

La noche cayó y un policía entró en su celda, informándole de la llamada que podría realizar. Asintió mientras andaba detrás de él en silencio para no hacerle cambiar de opinión y tener que esperar más tiempo para empezar con la tortura.

— Recuerde que estas llamadas no podrán durar más de cinco minutos. Si en el juicio se le declara culpable, tan solo podrá realizar una llamada semanal.

Nicolás escuchaba las palabras en silencio hasta que llegaron frente al teléfono. No pudo ocultar su sonrisa cuando el guardia lo miró a los ojos.

— Tiene derecho a única llamada — y tras aquellas palabras se alejó pocos pasos para poder dejarle realizar la llamada con una breve privacidad. Debía controlar que el preso no intentara contactar con sus amigos para así fugarse o causar más estragos en la vida de otras personas.

Nicolás marcó el teléfono que tantas veces había visto en sus contactos y su chica contestó. Sin esperar empezó a hablar entre susurros y pequeñas risas.

- Por fin puedo volver a escuchar tu bella voz... oh, cariño... ¿cómo pudistes hacerme esto? Aquí no hay lugar para gente como yo y lo sabes muy bien... — se esperó a escuchar de nuevo su voz, pero solo se escuchaban breves respiraciones casi mudas. Aprovechó que el guardia que le vigilaba se alejó para hablar con su compañero para poder subir un poco el tono de voz. — . Oh... ¿qué pasa? ¿Es que ahora no tienes nada que decir? ¿No me echas de menos? Ah, ya sé... te has quedado sin palabras, ¿no es eso verdad?

— Déjame en paz Nico... no... no puedes ser tú... estás en prisión... Todos vimos como te llevaban en ese coche... no puedes estar llamándome... no....

— Ay, cariño... es verdad, no te he explicado la mejor parte... ¡no nos va a separar ni la distancia y estas barreras que me apresan! Podremos seguir comunicándonos aún sin vernos... ¿no es precioso?

— No,.. no te creo... tu no puedes ser Nico en verdad...

— ¡Pues claro qué sí, preciosa mia! Desde aquí nos permiten hacer una llamada diaria... ¡y las gastaré todas en tí! ¿Qué te parece? ¿Te alegra la noticia?

— No... no... no... no... - su respiración empezó a acelerarse mientras Nico sonreía y el policía se acercaba a él en ese momento.

— Ya ha terminado su tiempo... vayan despidiéndose.

— ¿Has oído, preciosa? Oh... no te pongas triste, mañana te volveré a llamar... por ello no te preocupes... descansa... mañana nos vemos — y cuando el guardia se volvió a girar, justo antes de colgar, añadió con voz tensa —. Ah, y una última cosa, no quiero que vuelvas a hablar con nadie de las personas que te ayudaron y me metieron aquí... me enteraré de si lo haces o no... — en cuanto vió que el guardia se volvía a acercar con cara de pocos amigos, volvió a poner un tono más suave de voz —. Adiós, mamá.

Después de aquella llamada volvió al interior de aquella celda y se tiró sobre el frío y mugriento colchón de su litera compartida para quedarse dormido en breves segundos. Podría descansar tranquilo, su amor sabía que seguía ahí con ella.

***

***

Una ola, dos olas, tres olas... sentado sobre el borde del paseo de rocas una notificación sonó en su teléfono. Era un directo de una chica que conocía un amigo suyo, una tal Emily. Por aburrimiento y puras ganas de cotillear pulsó el botón mientras la voz de la chica llenaba sus oídos de bellas y sabías palabras. No podía creer que lo que estuviera diciendo pudiera ser real, le parecía algo de película de amor y poesía.

— "Nadie está bien, nunca"... ¿pero y sí pudiéramos estarlo?

Después de esas palabras que le asombraron vio como apagó su cámara y sonrió tontamente deseando que no hubiera terminado así, tan pronto. La sonrisa de aquella persona desconocida le había llenado el corazón y no podía pensar en algo que no fuera ella.

Al cabo de pocos minutos, cuando volvió a ponerse la cámara y le sonrió, mientras activaba de nuevo el micro, se dio cuenta de algunas lágrimas que se encontraban en sus ojos y de algunas señales de golpes, las cuales estaban cicatrizando lentamente. ¿Acaso ella también había sufrido como él había hecho?

Cuando terminó de hablar por aquella pantalla buscó a su amigo y le pidió el teléfono de aquella tal Emily para intentar hablar con ella Su amigo, el cual también había visto el directo y le había escrito, se lo pasó sin dudarlo dos veces.

Dudosamente, le pidió si podían quedar para conocerse, necesitaba conocer su problema... tal vez podrían ayudarse mutuamente.

Tras leer su gritó felizmente mientras se quitaba la ropa y saltaba feliz al agua. Una ola, en ese momento, le arrastró hacia una gran piedra y se golpeó fuertemente en la cabeza, dejándole flotando inconsciente, siendo empujado por las fuertes olas.

***

***

— ¡Y listo! Ya hemos terminado por hoy, mañana nos veremos — y tras decir aquello abandonó la habitación dejando a sus alumnos descansar para volver a sus hogares. Tras limpiarse el sudor de su frente se quitó aquellos guantes tan pesados y se dirigió a la puerta.

— ¡Eh, Chloe! Espera... — su entrenadora apareció entonces detrás de ella corriendo para entregarle el papel que tenía entre sus manos — . Te quiero para el campeonato, ¿qué te parece?

— ¿De... de verdad?

— Pues claro que sí... he estado observando tus movimientos y e de decir que...

— ¡Muchísimas gracias! — le abrazó mientras agarraba el papel, y salía corriendo a casa para avisar a su madre. Estaba segura de que aquella noticia alegraría su día.

— ¡Mamá! ¿A qué no sabes lo que ha pasado hoy? — se encontraba ya sentada delante de su plato de arroz mientras su madre le servía un poco más.

— ¿Qué sucedió mia figlia²?

— ¡Me escogieron para el concurso! Voy a competir... ni siquiera yo me lo creo... ¿qué sucede? — su madre la miraba desafiante mientras se sentaba bruscamente en la silla que se encontraba delante suya.

— ¿Pero cómo va a ser eso posible? ¿Voi?

Sì, mamma... cosa c'è che non va?³ - dijo mientras se levantaba ligeramente la voz, no esperaba que quisiera pisotear esto también. Ya le había arruinado miles de sueños, no podía creer que también quisiera quitarle este.

— ¿Qué qué va a pasar? Ay... figlia... no voy a permitirlo... sopra il mio cadavere!⁴

— Nadar no, que las corrientes pueden herirte... ballet no, es demasiado femenino... fútbol no, puedes lastimarte... ¿Qué quieres que haga con mi vida, mamma? No me digas que tú hacías esto y lo otro... ¡ya sabes muy bien que yo no soy tú, y me alegro de ello! Yo por lo menos no me he casado con un hombre que está siempre fuera para que "tengamos una vida mejor".

— Exacto. No eres como yo. Tú no tienes mis defectos y no eres una mierda para la sociedad... Grazie per avermi ricordato⁵ - y tras aquellas palabras abandonó la habitación, dejando a su hija sola con sus pensamientos.

— Perfecto... perfecto... ¡otra vez igual! ¿Pero por qué tienes qué ser así? Cuando por fin todo iba medianamente bien... ¡bam! Otra vez a empezar... — las lágrimas empezaron a salir por sus ojos mientras miraba las dos sillas vacías en frente suya. Después, su mirada se desvió a la silla que solía ocupar su hermana, al lado suya. Y deseó poder viajar al pasado una vez más, donde todo parecía ir bien y su familia... bueno, y su familia era una familia.

Tras comer salió a toda prisa a dar una vuelta para desahogarse, sin pensar en que, cuando volviera, nada volvería a ser como antes.

Andando en la soledad con sus pensamientos, no escuchó la bocina que le avisaba de cruzar la calle y apartarse y, el conductor, no pudo reaccionar a tiempo. El vehículo intentó frenar pero golpeó el cuerpo de la chica, el cual salió desprendido a pocos pasos del lugar.

— ¡Madre mía! Le he dado... le he dado... — Marc no podía parar de repetir la misma frase una y otra vez en su cabeza mientras bajaba con miedo del vehículo. Ya se imaginaba el cuerpo desfigurado de la pobre víctima.

Chloe se agarraba el brazo derecho con una expresión de dolor en la cara cuando Marc llegó hasta donde se encontraba.

— ¡Madre mía! Lo siento mucho, pensé que habías escuchado la bocina y... y cuando me dí cuenta ya era demasiado tarde... yo... lo siento mucho...

— Tranquilo, ha sido culpa mía por no mirar por donde iba... ¡Auch!

— Madre mía... ¿estás bien?

— Sí... sí, tranquilo... solo me duele un poco el brazo, pero no es para tanto... seguro que no es nada, no te preocupes...

— No, no... mejor sube... si es algo es mejor que te lo miren — y tendiendo su mano le dijo -. Vamos.

Chloe le cogió la mano mientras se levantaba y se colocaba en el asiento copiloto del vehículo.

— Conduciré con cuidado, si te molesta me lo dices.

— De acuerdo, muchas gracias...

— No es nada... es lo menos que podría hacer...

La chica empezó a observar las casas de la zona y sonrió mientras algunas lágrimas caían por sus mejillas. Marc, que en ese momento se dió cuenta de su dolor, la miró sin saber muy bien qué decir.

— Mi padre siempre ha soñado con estar todos juntos... y mi madre con estar con él. Yo... no lo sé... voy de un lugar hacia otro y hago lo que puedo para encajar... es la cuarta vez que me mudo y ya no sé qué hacer para... para... - entonces se dió cuenta de que habían parado el vehículo y ya habían llegado al hospital más cercano. Marc la miraba fijamente con una sonrisa -. Oh... vaya, lo siento... yo, no sé que me ha podido pasar... Pe... Perdona.

— No, no, tranquila... oye...

— ¿Sí? — se limpió una lágrima que le resbalaba por la mejilla mientras escuchaba.

— Sé que nos acabamos de conocer pero si necesitas cualquier cosa, ya sabes...

— Sí... sí, claro...

Marc y ella entraron en urgencias mientras la chica no podía parar de observar al chico, el cual utilizaba su teléfono buscando lo que parecía ser un contacto. ¿Acaso acababa de descubrir que quería hacer con su vida? ¿Tal vez podrías llegar a ser amigos? ¿O incluso algo más? No... se estaba precipitando demasiado... Tendrían que empezar por conocerse...


²

Traducido de italiano: hija mía o mi hija
³ Traducido de italiano:  Sí, mamá , ¿qué pasa?
⁴ Traducido de italiano: ¡Por encima de mi cadáver!
⁵ Traducido de italiano: Gracias por recordármelo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro