Capítulo 11
Su corazón seguía roto pero cada vez se iban cosiendo pequeños trazos con delgados y débiles trozos de seda. Pero aún así se estaba arreglando. Sin embargo, cualquier cosa podría volverlo a destruirlo, y puede que esta vez fuera para siempre. Sin tener ninguna solución... Incluso podría pensar en hacerse daño a sí misma... pero aquello debía ser impensable para cualquier ser humano del planeta donde vivimos. No sé cuánto dolor puede tener una persona y lo mal que lo tiene que estar pasando para pensar en aquellas cosas... El dolor puede hacer que las personas quieran hacer cosas que nunca tendrán remedio... en vez de pensar en pedir ayuda... en vez de pensar en su futuro y en quitarse el dolor de una manera mejor. Es cierto que no todo el mundo piensa así y que hay personas que sí piden ayuda y que son capaces de salir adelante. ¿Pero qué pasa con aquellas personas que terminan de descoser su corazón? ¿O con las que ni siquiera empezaron a coserlo y ya está demasiado dañado y no tiene solución?
Su corazón seguía roto, pero se estaba arreglando... lento pero sin parar.
***
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El reloj dio las tres mientras Julie empezaba a recoger sus cosas para así salir de la clase cuando Kang se colocó a su lado. Esta, nerviosa por la situación vivida minutos antes de reanudar la clase, no fue capaz de mirarle a los ojos. Sin embargo, el chico le empezó a hablar sin importarle no sentir los ojos café de ella sobre sus ojos miel.
— Bueno...
— Bueno...
— Perdona por lo de antes... se me olvidó que tenías novio y...
— No... no te preocupes... agua pasada... — dijo mientras le empezaban a caer pequeñas gotas de sudor por la frente.
— ¿Seguro?
— Sí... segura al 50%... — dio un paso hacía la puerta de la sala sin casi mirar a su compañero.
— Mejor me voy... no quiero molestar — y tras ver que no le respondí acogió sus cosas y salió por la puerta.
— ¿Problemas con tu pareja?
— Qué susto... — le dijo Julia al pensar que su profesora ya había abandonado la clase — . Sí... más o menos...
— Entiendo... — le dedicó una pequeña sonrisa, antes de añadir con un tono dulce — , bueno, mientras no os afecte a la hora de trabajar...
— No... por eso no te preocupes... — y cogiendo sus cosas y dirigiéndose hacía la puerta añadió — . ¿Te acuerdas del chico que se plantó en la puerta ayer? — cuando Natalie asintió y Jenna se acercó para escuchar la conversación, continuó — . Ayer mi amiga, mi novio, Kang y yo fuimos a la comisaría y lo tienen detenido hasta el juicio.
— ¡Ay, cuánto me alegro! — gritó Jenna mientras juntaba sus manos alegremente.
— Qué alegría - le dijo su profesora mientras le ponía una mano en el hombro y se lo acariciaba — . Bueno, ahora podréis estar a gusto. ¿Sabéis cuándo es el juicio?
— No, aún no. Tienen que llamar a Emily para citarnos...
— Ojalá que no coincida con la competición... será dentro de 48 días y no puedes faltar a ninguna de las dos cosas — . las dos miraron sorprendidas a la pequeña Jenna mientras esta se ajustaba sus gafas.
— Pues no había caído... ojalá que no...
Julie, tras seguir hablando por varios minutos abandonó Pies Volando, tras despedirse de Natalie y Jenna con la mano. Esta última le indicó que la llamaría para poder hablar de la noticia de Nico con más tranquilidad y así poder ayudarla en todo lo posible. La patinadora le dedicó una breve sonrisa mientras se montaba en su bicicleta para volver a su apartamento. Lastima que no pusiera toda su atención a la carretera.
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Abrió la puerta de su apartamento mientras entraba y saludaba al vacío, ya que su compañera había salido sin avisar. Enfadado consigo mismo y con el mundo que le rodeaba se tiró el su cama mientras marcaba el número de su compañera de baile, debía disculparse con ella como era debido... ¿pero cómo hacerlo? No estaba acostumbrado a hacer tales cosas, él siempre solía tener razón... y no tenerla le hacía sentir débil e inferior. No quería herir a nadie de sus seres queridos, y menos a ninguna de sus chicas. Nadie contestó la primera llamada por lo que volvió a marcar el número. Esta vez sí recibió una respuesta.
— ¡Hola! Perdona por lo que he hecho antes, no lo pensé y ahora me arrepiento tanto... no estoy acostumbrado a pedir perdón pero no quiero perderte... ¿me perdonas? — tras terminar de hablar se sintió un estúpido por todo lo que acababa de decir, pero ya no podía echarse atrás. La otra línea estuvo en silencio durante unos segundos, para después comentar.
— Hola... mira, Kang... lo que has hecho no ha estado nada bien... De hecho, ha sido algo despreciable... pero sí... te per... ¡ah! — acompañando a ese gritó se escuchó un frenazo y un fuerte golpe. Kang se sobresaltó y se levantó de golpe de la cama. No podía creer lo que había escuchado, tenía que habérselo imaginado.
— ¿Julie? ¿Estás bien? — nadie contestó por el otro lado de la línea, así pues Kang salió de su casa para ver si su amiga estaba bien. Ya se conocía el camino que tomaba diariamente. No colgó la llamada por si escuchaba su voz de nuevo y en cada momento la volvía a llamar esperanzado por saber si se encontraba bien.
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Su teléfono sonó mientras miraba a ambos lados sobre su bicicleta y sacaba sus cascos para ponerlos sobre sus orejas. No le dió tiempo a coger la primera llamada, pero cuando volvió a sonar la cogió al instante.
Escuchó la voz de su amigo y sus disculpas, y algo molesta le contestó que le perdonaba. Mientras lo hacía a un motorista se le fue la moto hacía un lado, con la mala suerte de atropellarla.
El cuerpo de Julie giró sobre su cuerpo y quedó en medio de la carretera. La voz de Kang seguía sonando por sus oídos pero nadie le contestaba.
Uno de los coches pararon y llamaron a una ambulancia para Julie, ya que el motorista se encontraba bien, y consciente.
La ambulancia tardó poco en llegar, justo cuando Kang llegó a la zona.
— ¡Julie! — gritó mientras corría en su búsqueda.
La ambulancia abandonó la zona y su bailarín cogió su bicicleta y sus pertenencias mientras se montaba en ella y seguía al vehículo donde se encontraba su amiga.
En pocos minutos el vehículo llegó a su destino y Kang aparcó la bicicleta y entró junto a Julie. Los médicos le preguntaron de que la conocía y él les dijo que eran amigos y compañeros de clase.
— Espere aquí, en seguida vamos a examinarla y le informaremos.
— De acuerdo, muchas gracias.
Kang se sentó en una de las sillas de la sala de espera y llamó a Marc. Debía saber que su novia había tenido un accidente, y todo por su culpa. Tenía suerte de haberle dado su teléfono la noche anterior.
— Hola, Kang. ¿Qué tal todo?
— Hola, tío... pues, no muy bien...
— ¿Y eso? ¿Ha pasado algo? — la voz del chico se tensó.
— Bueno..., es que a Julie... — justo cuando se lo iba a contar un médico salió y Kang cortó la llamada mientras se acercaba a ver— . ¿Cómo está Julie?
— No se preocupe, no le ha pasado nada grave. Tiene unas quemaduras en las rodillas por culpa del asfalto, un golpe en la cabeza, pero nada más. En cuanto se despierte y se le acabe el suero pueden irse.
En ese momento, cuando Kang les dio las gracias, unos policías llegaron para pedirle declaración tanto a Kang, como al motorista que se encontraba en la sala.
***
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Al cabo de unos minutos los policías también le pidieron declaración a Julie una vez que se encontraba despierta y con fuerzas suficientes como para testificar. Una vez terminada la declaración le dieron el alta y la pareja de bailarines salieron del edificio.
— ¿De verdad qué estás bien?
— Sí, no te preocupes...
— Menos mal, me asusté mucho cuando escuché aquel ruido y no respondías... Lo siento mucho... si hubiera sabido que esto pudiera haber pasado no te hubiera llamado — . le dijo parándose delante suya mientras le cogía de las manos y sus ojos se llenaban de repente de pequeñas lágrimas.
— Tranquilo, no ha sido culpa tuya... Ya sé que si lo hubieras sabido no me hubieras llamado, ha sido culpa mía por haberlo cogido... pero mira, no me ha pasado nada...
— Menos mal... Estoy contento de saber que piensas así... no se que hubiera hecho si algo te hubiera pasado — y tras esto le dio un fuerte abrazo, pero a los pocos segundos se separó bruscamente -. Perdona... no había caído... ya tienes novio...
— ¡Marc! ¿No le habrás llamado, verdad?
— Bueno... sí pero...
— Madre mía... es muy exagerado... me sorprende que no esté ya aquí... ¿Qué te dijo? — Julie se echó una mano a la frente mientras pensaba en que decirle a su novio cuando viniera, o si la llamaba. Estaba segura de que ya se lo habría dicho a Emily, y no quería preocuparla para nada.
La mente de Kang, en ese momento, encendió una pequeña bombilla mientras sonreía nerviosamente y se rascaba la espalda.
— Bueno... no pareció importarle mucho...
Los ojos de Julie se abrieron como platos mientras estos creaban unas pequeñas lágrimas.
— ¿Qué quieres decir con qué...?
— No dijo nada de venir a verte... pero por si las moscas no le saques el tema... puede que lo haya malinterpretado o que yo no me haya explicado del todo bien...
— Sí... seguro que es eso... — no podía creerse que no le importara. Por mucho que estuviera bien debería haber fingido algo para hacerla creer importante... Al instante, intentando no pensar más en su novio, preguntó -. A Emily si que no se lo habrás comentado, ¿verdad?
— No, no... tranquila... a ella no.
— Bien... ni se te ocurra hacerlo, podría ponerse como loca... — y mirándole a los ojos le sonrió mientras apartaba la mirada.
— Oh, vamos... no me hagas esto ahora...
— ¿Hacerte el qué?
— No apartes tus ojos de mí... para una vez me que miras...
Julie se rió mientras cogía su bicicleta y se alejaba del lugar, dejando a Kang con las palabras en la boca y una estúpida sonrisa entre labios mientras andaba hacia su apartamento.
***
***
— ¡Por fin llegas! Había empezado a preocuparme... ¿estás bien? — su amiga le había puesto las manos sobre los hombros mientras la miraba preocupada con sus verdosos ojos.
— Sí... perdona por haberte preocupado...
— Y... ¿¡por qué has tardado tanto!? Seguro que no has comido nada... te he dejado un sándwich ya hecho, pero seguro que estará hasta caducado...
— Ay, gracias... la verdad es que no he comido nada... Es qué Natalie quería que nos quedaramos hasta tarde para ver lo que somos capaces de hacer...
— Ah, vale... me habías preocupado..., pero mientras sea solo eso. ¿Y qué tal? — dijo mientras cogía sus cascos de música y se los colocaba en el cuello mientras buscaba la melodía escogida para aquel momento.
— Bien... pero Kang ha estado haciendo cosas raras y... bueno... da lo mismo...
— Uy, ahora me has dejado intrigada... — dijo con una pícara sonrisa entre labios. Sin embargo, no duró mucho, ya que su rostro cambió cuando una idea voló por su mente — . Julie... ¿no te estarás enamorando de...?
— ¡¿Qué?! No, no, no... te recuerdo que tengo novio... por si no lo sabías...
— Sí que lo sé pero... — le dijo mientras se sentaba en la silla delante suya — , me ha recordado a aquellas novelas que vemos de la chica que quiere a dos y no sabe escoger cual es mejor para ella. Y eso me preocupa...
— Tranqui... no voy a hacer eso... quiero a Marc y punto... es él el que actúa raro... no yo.
— Bien... porque Marc es un chico muy bueno... — y mientras se levantaba y se acercaba al quicio de la puerta, añadió -, y no se merece eso.
Quedarse sola con aquellos pensamientos en mente no era la mejor manera de tranquilizar a su subconsciente. Ya era consciente de lo que estaba haciendo pero no sabía cómo pararlo... Kang era un tipo peculiar y quería descubrir más sobre él. Pero Marc era su novio desde hacía ya muchos años, y no quería que lo suyo se acabara. Aunque tampoco es que él se hubiera portado muy bien durante aquellos días... Kang era quien la había salvado dos veces ya de aquel psicópata, y además su chico ni siquiera le había dado importancia a su caída de la bicicleta, por qué, aunque no la hubiera tenido en verdad, podría al menos haberle preguntado como estaba... No iba a quedarse de brazos cruzados así como así, tenía que ir a hablar con los dos para aclarar sus pensamientos. Y cuando antes, mejor.
***
***
Una vez ya dentro de su habitación pudo descansar el peso de sus hombros y sonreírse a sí misma delante del espejo- Hacía tiempo que no lo hacía, ya que prefería ignorar a la chica mediocre que pensaba que era y pasar por delante como si se tratase de una desconocida más. Sin embargo, aquello sentaba de maravilla.
— No eres un reflejo roto... la rota soy yo... — la música sonaba en sus cascos mientras apoyaba una mano en el frío cristal y respiraba con tranquilidad — . Y yo tampoco soy la rota, me han roto, que es diferente. Nadie es perfecto y no podemos fingir siempre... sino terminariamos todos locos y sin creernos a nosotros mismos... Ya estoy harta de fingir y de no llorar cuando quiero, de no gritar cuando realmente lo necesito... solo quiero ser yo... y eso es lo que le voy a mostrar al mundo, mi verdadero yo.
Tras dedicarse esas cortas palabras encendió su ordenador y se conectó a YouTube. Acto seguido accedió también a su antigua cuenta de Instagram y conectó ambas aplicaciones mientras le daba al botón de directo. Al cabo de pocos segundos ya estaba en la red y tenía más de 100 personas mirándola. Aquel dato la sorprendió, ya que descubrió en aquel momento que tenía amigos y gente que se preocupaba por ella, después incluso de lo sucedido. Después de haber perdido toda la conexión. Ahí seguían.
Tras respirar varias veces y tranquilizarse a sí misma empezó a sonreírle a la cámara de su ordenador y se colocó los cascos alrededor de su cuello mientras empezaba a hablar.
— Hola a todos, mi nombre es Emily Baker y me imagino que ya muchos me conocéis. Soy una chica, una persona. Con eso es más que suficiente para describirme. Todos tenemos problemas y por ello estoy aquí, para hablaros de los míos. No quiero que piensen que estoy loca ni nada por el estilo, solo quiero que los seres con los que he tenido relación sepan que ha pasado conmigo últimamente y explicaros que la vida no es siempre confetis y colores alegres; también, aunque a nadie les gusten, existen colores como el negro y el gris que son menospreciados y nadie habla de ellos. Yo estoy para hacerlo. — Su teléfono empezó a vibrar a su lado y lo miró de reojo. Miles y miles de mensajes de personas y amigos que conocían que estaban viendo el directo entraron de golpe haciéndolo sonar una y otra vez. Decidió apagarlo para poder concentrarse en sus palabras. Ya había más de trescientas personas. Aquello la animó a seguir con seguridad — . He oído mil veces esa frase de "somos lo que aparentamos" o "lo importante está en el interior"... pero no. No somos lo que aparentamos..., somos mucho más. Hay otras que no pueden equivocarse y sienten que solo saben cometer errores, pero todo el mundo los comete... no somos máquinas. No somos lo que aparentamos, somos nuestros errores. Y nuestros recuerdos. Pero eso no significa que solo seamos recuerdos tristes o solo recuerdos alegres... somos todos. Somos lo bueno, pero también somos lo malo. Somos... somos todos.
Emily silenció y apagó su cámara por meros instantes para procesar lo que acababa de decir y para pensar cómo proseguiría con su mensaje. Al cabo de pocos segundos volvió a encenderla y le dedicó una sonrisa a las personas que la observaban mientras encendía también el micrófono.
— Yo estuve desaparecida durante mucho tiempo, por culpa de alguien que me cambió e hizo que me odiara... pero eso no es justo para nadie... Ya he aprendido a quererme... estoy en ello... y no quiero que nadie tenga que sufrir por lo mismo que yo; me gustaría ayudar a las personas que estén o que hayan estado en la misma situación que yo. No soy una experta en esto, pero no me parece justo que nadie tenga que pasar por lo mismo. Una vez oí la frase "Nadie está bien, nunca"... ¿pero y sí pudiéramos estarlo?
***
***
Al cabo de un rato la chica terminó de grabar y salió de su habitación mientras iba a la cocina a por un paquete de papas fritas. Julie, la cuál había visto todo el directo, la abrazó desde atrás muy orgullosa por lo que acababa de hacer. Sabía que su amiga iba a poder algún día volver a conectarse al mundo de nuevo, pero no esperaba que fuera a hacerlo tan pronto. Estaba feliz de poder verla crecer en aquellos instantes.
— ¡Ay! Qué susto, no te había visto...
— No importa... - y mirándola a los ojos le comentó — . Estoy muy orgullosa de tí... ¿lo sabías?
Emily se sonrió mientras encendía de nuevo su teléfono y leía algunos mensajes de sus amigos. Querían quedar con ella algún día. Feliz, descubrió que alguien que no tenía guardado le había mandando un mensaje por Instagram.
@hen&lovs
Hola, Emily.
Me han encantado tus palabras, en serio, hablas de maravilla.
Me gustaría conocerte... mi nombre es Henry...
Emily miró dudando las palabras de aquel chico y le enseñó los mensajes a su amiga.
— Haz lo que quieras... pero ten cuidado... No sabes quién es ni cuales son sus intenciones. Puede que solo quiera aprovecharse de ti o que de verdad esté interesado en conocerte e incluso en ayudarte... pero sólo puedes escoger tu qué hacer... — tras decirle esas palabras besó su cabeza mientras cogía sus cosas para irse a la cafetería.
La chica asintió mientras contestaba a los mensajes y guardaba de nuevo su teléfono en uno de los bolsillos del pantalón.
Al cabo de pocos minutos Julie salió del edificio mientras Emily disfrutaba de la lectura de un libro, sin esperar que pronto volvería a sentir la presión de aquella mochila de piedras.
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