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79. Completa el equipo

~∆~

Este es mi regalo de Navidad adelantado para todos.Sus comentarios son los míos

¡Feliz Nochebuena!

~∆~

ShadowMoth tenía una nueva víctima corriendo por la ciudad.

— ¡Vamos!


~∆~

MetaMorpho, el akumatizado de esa noche, no había sido tan fuerte como agotador.

Poseía la habilidad de cambiarse a sí mismo en cualquier material conocido (y, por lo tanto, cambiar de forma). Lo que dio lugar a una persecución por toda la ciudad y que requirió la ayuda de los tres héroes de respaldo.

Fue una batalla de horas. Pasaba de la medianoche cuando Ladybug fue capaz de lanzar su cura milagrosa. Y los cinco adolescentes se estaban lamentando mentalmente por las horas que les quedaban para dormir antes de levantarse para ir a clases, aún mientras celebraban la batalla ganada —Bien hecho —juntando puños, como de costumbre.

El collar de Renart sonó en su tercer aviso, mientras el pelirrojo se estiraba con un bostezo apenas cubierto, sus tres colas se balanceaban detrás de él hacia sus compañeros más cercanos, que eran Mouseketeer y Ladybug. Su bostezo contagió a Chat, haciendo que Viperion se riera entre dientes.

Mieliferal estaba justo a la izquierda de Ladybug, mirando, con un discreto toque de cariño en sus ojos, a su novia echar un vistazo a la ciudad debajo de ellos, como si tuviera que comprobar la efectividad de su cura mágica.
Gracias a esa observación, se dio cuenta del momento en que la resolución iluminó sus ojos nublados por el cansancio, como si acabara de tomar una decisión, lo cual le provocó curiosidad.

—Muy bien, todos, antes de dar por terminada la noche, necesito su atención un momento —la oji-azul dio una palmada suave, atrayendo la completa atención de su equipo —Sé que es tarde, y prometo no quitarles mucho más tiempo, pero necesito que alimenten a sus kwamis y vuelvan aquí en cinco minutos.

Mouseketeer y Renart se miraron entre sí con un poco de aprensión. Ladybug parecía nerviosa en su anuncio y a ambos les preocupaba que alguno de ellos hubiera hecho algo inadecuado o que algo malo hubiera sucedido, aunque Viperion y Chat parecían más tranquilos. Buscaron con la mirada a su otro compañero de equipo, pero Mieliferal se veía igual de calmado y simplemente asintió con la cabeza a las indicaciones de Ladybug.

La chica sacó, de su yoyo, pequeñas bolsas con botanas dentro y las repartió entre los tres muchachos antes de darles indicaciones para que ninguno se interceptara accidentalmente en sus escondites.
Después de un intercambio silencioso de miradas, los tres héroes permanentes se separaron para hacer lo mismo.

~

Mouseketeer se encontró siendo el primero en regresar, justo después de Ladybug, lo que se sintió como un pequeño golpe a favor de la idea que venía rondando su mente.
Se acercó a la heroína, que estaba sentada en posición de loto sobre el amplio techo, con la cuerda que hacía de cola ondeando en demostración de su indecisión.

— ¿Uhm? ¿Ladybug? —la dama, que había permanecido con los ojos cerrados hasta entonces, giró la cabeza hacia él con atención —uh ¿P-puedo hablar co-contigo?

La chica le regaló una sonrisa suave y palmeó el techo a su lado, claramente invitándolo a sentarse junto a ella.
Marc hizo caso, aunque no pudo evitar lucir y sentirse un poco rígido.

— ¿Está todo bien? ¿Puedo ayudarte en algo? —ella le dirigió una mirada familiar, la mirada de un amigo que se preocupa. Marc, decididamente, no profundizó mucho en eso. Ladybug era la líder del equipo, y ellos sus compañeros, eso significaba que todos ellos tenían un vínculo parecido a la amistad, incluso si no podían conocer sus identidades ¿cierto?

—Y-yo esperaba... poder pedirte un consejo —una de sus manos alcanzó el borde de su capucha y tiró suavemente de la tela mágica.

Ladybug parecía un poco sorprendida — ¿Un consejo?

Los pasos de otro héroe se escucharon desde los tejados cercanos.

—Algo sucedió hoy... en mi vida civil, por supuesto, y... no estoy muy seguro de qué hacer a partir de allí —Marc trató de ignorar los ansiosos y desagradables pensamientos en su cabeza que le decían que a una heroína como Ladybug no le interesarían sus tontos problemas.

Se recordó a sí mismo que Ladybug era una heroína compasiva que se preocupaba por su ciudad y todos en ella. Su amable respuesta reafirmó eso —por supuesto. En cuanto termine esta reunión podemos hablar de ello, ¿si te parece bien?

Mouseketeer asintió agradecido, mientras Mieliferal y Viperion se unían a ellos. Renart y Chat volvieron con solo medio minuto de diferencia.
Rápidamente, todos se encontraron sentados, formando un círculo.

Ladybug se aclaró la garganta para volver a llamar la atención, aunque realmente no era necesario, pues tenía los ojos de los tres héroes temporales sobre ella desde el principio.

—Estoy segura de que la mayoría puede recordar lo que sucedió el año pasado, durante el Día de los Héroes —ella inició, con voz suave pero determinada —no tenemos razones para asegurar que ShadowMoth intentará un ataque similar... pero tampoco para pensar que no lo haría. Dicho esto, si algo sucede quiero estar preparada- que todos estemos preparados —se corrigió con firmeza y luego miró a cada uno —Renart. Mouseketeer. Y Mieliferal. Les estoy ofreciendo la opción de conservar su miraculous de forma permanente desde hoy hasta el día en cuestión, con la implicación de convertirse en héroes permanentes que se unirán a mí, Chat y Viperion en las patrullas y sesiones de entrenamiento —los dos primeros la miraron con ojos ensanchados ante su declaración —no se espera que se presenten inmediatamente a todas las batallas que puedan suceder hasta entonces, si pueden transformarse sin llamar la atención, háganlo, pero no se sientan presionados a menos que realmente necesite de su habilidad, en dicho caso, los contactaré —ella hizo una pausa para tomar un respiro, pero era claro que aún no había terminado —por supuesto, son libres de decidir que esto choca con sus responsabilidades civiles y decir que no.

El peso de sus palabras pareció saturar el aire a su alrededor... aunque por un motivo diferente al que la heroína pretendía.

Era evidente, para casi todos, que este punto era delicado para la oji-azul porque ella y Chat fueron elegidos sin pedir opinión. Fueron los primeros héroes y han cargado con el peso y los sacrificios que sus responsabilidades seguramente acarrearon a sus vidas civiles.

Lejos de intimidarlos, los tres héroes ya-no-temporales asintieron con resolución. Ladybug los había elegido como miembros de su equipo y ellos habían jurado a sí mismos hacer lo mejor que pudieran. Y eso fue lo que le dijeron, tan pronto como Mieliferal rompió el tenso silencio.

—Quiero reafirmarte que estoy a tu servicio, Ladybug, y que te ayudaré como mejor pueda —el héroe abeja enunció con una confianza y tranquilidad que contagió a los otros dos. También le guiñó un ojo a la chica, cuando esta lo miró ligeramente sonrojada, lo cual se ganó un molesto siseo de Chat.

Mouseketeer tomó la palabra entonces, extendiendo una mano al frente —confiaste en nosotros con los miraculous, y haré lo que mejor que pueda para honrar tu confianza —declaró, en un inusual estallido de seguridad.

Antes de que pudiera avergonzarse de su movimiento, Renart colocó una mano sobre la suya —estoy dentro. Estamos aquí para respaldarte, Ladybug, cuando nos necesites.

Viperion colocó su mano sobre la de ellos, y pronto, los dos rubios se sumaron.

Su recompensa fue la sonrisa más conmovida y hermosa que habían visto nunca en la salvadora de París, mientras cerraba el gesto con su propia mano.

Después de un recordatorio de que los kwamis, aunque tenían sus favoritos, podían comer cualquier alimento, Ladybug despidió al grupo, con una hora y un lugar para reunirse mañana —no necesito recordarles que los kwamis deben ser un secreto para todos los demás ¿cierto?

Renart, Mouseketeer y Mieliferal asintieron en aceptación.

—Bien, será mejor que todos nos vayamos a dormir. Es realmente tarde —Viperion comentó, revolviendo cariñosamente el flequillo de Ladybug con una mano, a modo de despedida.

Su comentario pareció sobresaltar a Chat, quien comprobó la hora en su bastón y se quejó con un ruido sin palabras. A Ladybug le tomó unos segundos recordar que se suponía que Chat visitaría el balcón de Marinette esa noche y probablemente el gato acababa de darse cuenta que era muy tarde para eso... aunque su decepción no impidió que tratara de despedirse de ella con palabras coquetas y un beso en la mano, lo cual ella cortó, con el suave empujón de costumbre... el mismo baile y canción de siempre.
Renart se despidió rápidamente también antes de saltar del techo, dejándolos a ella, Mieliferal y Mouseketeer.
Ladybug se dio cuenta de que su novio también la esperaba, así que se inclinó hacia él para susurrarle que le enviaría un mensaje más tarde y le hizo un gesto de despedida.

Afortunadamente, Félix pareció entender que aún tenía un pendiente y se marchó también.

Una vez solos, Ladybug caminó hacia el borde del techo y se sentó, con las piernas colgando. Mouseketeer no necesitó una invitación para unirse a ella esta vez. Aunque miró con un poco de impresión el espacio que había hasta el suelo.

—Entonces ¿querías un consejo? —el oji-verde asintió con solemnidad, a lo que ella le ofreció una sonrisa alentadora —bien, escuchemos de qué se trata.

Marc trató de ser lo más genérico posible en su relato —hay una persona, muy querida para mí, que la ha estado pasando muy mal últimamente —empezó —a pesar de intentar apoyarle, nunca supe la historia completa de cómo había iniciado la situación, porque no quiso hablar de ello, pero... una amiga estaba decidida a hacer algo al respecto, así que indagó hasta descubrirlo por su propia cuenta y... es horrible, Ladybug —Marc hizo una pequeña pausa, recordando lo enfermo que se sintió esa mañana tras su plática con el director —me refiero a que es muy injusto y... y las personas con la autoridad para hacer algo son... simplemente negligentes. No sabemos... yo no sé qué hacer ahora... pero debe haber algo que pueda hacer para ayudar.

Ladybug colocó una mano consoladora en su hombro, y esperó unos segundos para asegurarse de que el ratoncito había terminado de hablar —creo que ya haces algo, respetando cuando esa persona no quiso hablar y ofreciéndole tu apoyo —ella ofreció suavemente, aunque no pudo evitar preguntarse de quién estaba hablando su amigo.

Mouseketeer negó con la cabeza — ¡Debe haber algo más que pueda hacer! ¡No es justo que deba aguantar lo que está sufriendo y que los responsables queden impunes! —él la miró desesperado y sus ojos verdes hicieron que el corazón de Ladybug doliera de simpatía.

No obstante, se tomó un momento para analizar sus palabras —esta persona ¿crees que está en peligro de ser lastimada? Físicamente, quiero decir.

Marc se detuvo en esa pregunta ¿'en peligro de'? ¡Marinette había sido lanzada al agua durante el último ataque de Syren! ¿eso debía contar, cierto? ¿Y si, la próxima vez, Lila intenta lastimar a Marinette cuando no hubiera un supervillano y, por lo tanto, una cura mágica al final? Su cara debió reflejar sus pensamientos, porque la mano de Ladybug pasó de su hombro a su espalda y empezó a frotarla de arriba a abajo, aplacándolo suavemente —sí, lo creo —se las arregló para decir.

Ladybug asintió suavemente, sin dejar de mover su mano —bien, si las personas que deberían hacer algo al respecto no lo hacen ¿tal vez le sugieras a esta persona ir con la policía? Si tienen algún tipo de prueba, podría pedir órdenes de restricción contra quienes le hacen sufrir.

— ¿Pruebas? —Marc susurró, más para sí mismo... Marinette había tratado de demostrarle a todos en su clase que Lila mentía. Nath y Alix apenas habían logrado ver la verdad con ayuda externa, pero el resto seguía aferrándose a la mentirosa ¿Si iban con la policía, les creerían? ¿O los tomarían como una simple riña adolescente?

Ladybug no pareció notar su nueva agitación, porque solo asintió con la cabeza —y, si creen que hay otras personas que puedan estar en la misma situación, actualmente o después, consideren advertirles también.

Marc tarareó un sonido de acuerdo en automático, aunque su cabeza se había quedado en el punto anterior. Sin embargo, rápidamente se puso al día ¿Advertir a otros? La mayor parte de la clase de Bustier estaba comprometida, y algunos más de otras clases, pero no la mayor parte de la escuela ¿Y si podían involucrarlos en esto? ¿Lograr que otros vieran la clase de amenaza que era Lila Rossi en lugar de lo ingenuos que eran aquellos que la escuchaban?

Marc asintió para sí mismo. Podía llevar esta idea con Nath y Alix, seguramente podrían hacer algo con eso, quizás Aurore y Mireille también se unirían después de comprobar que Alix había recuperado el sentido.
Con esta certeza, Marc giró para mirar a Ladybug, quién parecía contenta con darle el tiempo que necesitara para ordenar sus pensamientos.

Una oleada de agradecimiento corrió por las venas de Marc —creo que tengo algunas ideas sobre qué hacer desde aquí ¡Te lo agradezco mucho, Ladybug! —no pudo evitar inclinarse para abrazarla, y se sorprendió de que ella le respondiera con facilidad.

—No hay problema, Marc —ella le habló con dulzura, al chico detrás de la máscara, y Marc sintió una extraña familiaridad en su tono —Siempre puedes contar conmigo si lo necesitas.

Compartieron una última sonrisa antes de ponerse en pie —gracias de nuevo por escucharme. Duerme bien, Ladybug.

Ella le ofreció una sonrisa, antes de que un pequeño bostezo la interrumpiera, lo cual contagió al oji-verde —igualmente. Descansa lo más que puedas, Mousie ¡Hasta mañana!

Marc lanzó su cuerda en dirección a su casa, mientras escuchaba claramente el sonido del yoyo, con una sonrisa de alivio (y un toque de satisfacción).
Mañana se figuraba como un día lleno de acontecimientos.

~∆~

Aun un poco preocupada por la situación de Marc, Ladybug se tomó un momento para elegir la ruta más rápida hasta su casa.

No se esperaba, ni un poco, que tan pronto como saltó al tejado más próximo en la dirección adecuada, un par de brazos la atraparan por la cintura, atrayendo su espalda contra el pecho masculino de alguien más alto que ella.
Su primer instinto fue llevar sus manos hacia atrás para agarrar los hombros de su atacante y voltearlo sobre su cabeza, pero él se movió al mismo tiempo, liberando su cintura para tomarla de los brazos y hacerla girar.

Ojos verdes, ligeramente ambarinos, le devolvieron la mirada a corta distancia con picardía, al mismo tiempo, unas suaves antenas acariciaron el borde superior de su máscara —la idea de entrenar contigo se vuelve cada vez más atractiva, my Queen.

Ladybug no pudo evitar exhalar un suspiro tembloroso — ¡Me asustaste! —le reclamó, dándole una palmada ligera en el pecho —pensé que ya te habías ido.

Mieliferal volvió a enrollarle la cintura con sus brazos, haciendo que ella quisiera inclinarse en su pecho y simplemente descansar — ¿Y permitir que mi preciosa novia se fuera sola a casa, en la mitad de la noche? Te haré saber que mi madre crió a un caballero, muchas gracias —ironizó, fingiendo estar indignado.

La oji-azul resopló ante su humor, aunque no pudo evitar sonrojarse por la forma en que él la llamó —no soy una damisela paseando por calles oscuras. Soy una superheroína y puedo defenderme muy bien —ella le recordó, aunque no hubo ninguna molestia en su tono. En realidad, le pasó los brazos por el cuello y se dejó acunar en la sensación de seguridad que él le transmitía.

—Lo sé bien, my Queen —él desenredó uno de sus brazos para tomarla de la mejilla, haciendo que ella lo mirara. Sus ojos somnolientos la hacían ver simplemente adorable —eso no aplaca mis deseos de tenerte sólo para mí —le respondió en un murmullo, inclinando ligeramente su cabeza hacia la de ella.

Puede que hayan pasado la mayor parte del día juntos, pero no tuvieron un momento solo para ellos desde que ella llegó a su casa en la mañana y, para ser honesto consigo mismo, Félix había reprimido mucho sus deseos de sentarla en su regazo y sólo besarla por largos minutos.

Y, a juzgar por la mirada en los ojos azules de su novia, que ahora lucían menos cansados y más cariñosos, Félix podía apostar a que ella tenía deseos similares.

¿Era esto lo que la gente llamaba 'fase de luna de miel' en una relación?

—Será mejor que te llevemos a casa antes de que un civil al azar decida salir al balcón y consiga una toma afortunada de la heroína local coqueteando en los tejados —murmuró Mieliferal, casi contra sus labios, y tuvo que reprimir una sonrisa cuando la sintió estremecerse. Haciendo gala de toda su fuerza de voluntad, se alejó de Ladybug lo justo para levantarla en brazos.

Aturdida como estaba por el repentino cambio, la oji-azul no luchó contra su agarre hasta que el héroe con temática de abeja saltó del tejado. Solo entonces recuperó su ingenio y utilizó su yoyo para escabullirse de entre sus brazos, convirtiendo el momento en una corta carrera de parkour hasta su balcón.

~

Ladybug dejó escapar un suspiro de alivio al comprobar que, de hecho, Chat no había venido a su balcón después de la pelea.
Se detuvo junto a la trampilla unos cuantos segundos antes que Mieliferal, quién había hecho un buen trabajo siguiéndole el ritmo, pero aún le faltaba acostumbrarse a correr por los tejados irregulares de la ciudad.

Marinette finalizó su transformación justo cuando Mieliferal aterrizaba junto a ella, aunque se arrepintió inmediatamente cuando el frío viento nocturno sacudió sin piedad su cuerpo, vestido con un pijama de pantalón gris claro y rosa, junto con una camiseta rosa cuyas mangas llegaban hasta sus codos, y la pequeña figura de Tikki.

Bluebell, debiste hacer eso después de entrar —su novio la reprendió suavemente, levantando la portezuela antes de volver a tomarla en brazos y entrar a su habitación. La dejó en la cama preparada con edredones de invierno antes de cerrar el acceso al balcón, para evitar que el frío entrara —mejor.

Tikki se deslizó entre ellos, dándole una caricia en la mejilla a su portadora y un gesto de reconocimiento a Félix antes de dirigirse a la parte baja para conseguir una galleta.

Mieliferal desvió la mirada del kwami rojo al oír a Marinette ahogar un bostezo. La chica ahora estaba desatando su pelo de una cola de caballo lateral que probablemente se había hecho con prisas antes de transformarse — ¿estás muy cansada?

Marinette le dio una pequeña sonrisa mientras él volvía a acunar su mejilla con una mano enguantada —no realmente, pero sé que mañana, para la escuela, seré un zombi aferrada a un termo de café cargado —se lamentó con ligera gracia.

El rubio se inclinó para colocar un rápido beso en su frente —debería irme y dejarte dormir —estableció, más para sí mismo.

Marinette evitó que se alejara demasiado, colocando una mano sobre la que él tenía en su rostro —la adrenalina aun no desaparece por completo ¿puedes quedarte? ¿solo unos minutos más?

¿Qué otra cosa podía decirle a la chica que sostenía su corazón más que 'sí'?
Especialmente cuando sus hermosos ojos, nublados por la somnolencia, relucían bajo el tenue resplandor dorado de la única lámpara que daba luz a la habitación, y ella palmeaba el edredón a su lado, invitándolo para que se uniera a ella en su cama.

—Como desees —él la miró directamente a los ojos mientras se sentaba a su lado, poniéndose cómodo, pero asegurándose de que sus botas no tocaran la colcha.

Mieliferal sintió el calor de ella en su costado derecho, y el toque ligero de unos dedos en su pecho, muy cerca de su corazón. Bajó la mirada y asintió rápidamente ante la pregunta silenciosa que encontró en los ojos azules. De inmediato, Marinette volvió a acurrucarse contra su pecho, inclinando la cabeza hacia él.
La encontró a mitad de camino, uniendo sus labios con un deleite que se volvía cada vez más familiar... y más adictivo.
Envolvió los hombros, medio cubiertos por el cabello azulado, con su brazo derecho. Su mano izquierda encontró la de Marinette en su pecho y entrelazó sus dedos lo más estrechamente posible, dándose cariñosos y tranquilizantes apretones el uno al otro; teniendo una conversación en silencio.

"Te quiero"
"Me gusta esto"
"Estoy cómodo aquí"
"Me haces sentir segura"

...

"Te amo"

Todas las cosas que no necesitaban decir, o que no estaban listos para pronunciar en voz alta, se transmitieron en el danzante ir y venir de sus labios, los tímidos mordisqueos de sus dientes, los latidos reverberantes de sus corazones y los tranquilizantes apretones de sus dedos.

Cada uno de ellos se olvidó de la hora, derramando pequeños besos en el rostro del otro cuando necesitaban recuperar el aliento, saboreando la calidez compartida y adorando la reciprocidad de su cariño.

Después de un beso particularmente largo, Marinette acomodó su cabeza entre el hombro y el cuello de Mieliferal, con los ojos cerrados en la más pura y sencilla dicha —si hay algo perfecto en el mundo, debe ser este sentimiento —murmuró, sintiéndose plena y satisfecha por la forma en que su novio simplemente la acurrucó más cerca, soltando su mano para moverla de modo que estuviera casi sentada en su regazo.

—Estoy de acuerdo —Félix respondió del mismo modo, con la mejilla presionada contra su cabello mientras su pulgar izquierdo trazaba círculos por encima de su rodilla.

—Creo que incluso podría dormirme así —Marinette tenía este salvaje deseo de abrazar a su novio y tirarlo sobre su cama. Simplemente quería saber cómo se sentiría quedarse dormida en el pequeño lugar seguro que eran los brazos de Félix, y estaba lo suficientemente somnolienta como para no censurar sus palabras.

Una especie de zumbido vibró contra ella, proveniente del pecho masculino —no tientes mi autocontrol, Marinette —él la regañó, aunque sonaba más suplicante que severo. Provocaba que Marinette quisiera hacer exactamente eso, si tenía que ser sincera —no soy tan mesurado como pareces pensar... al menos no en lo que respecta a ti, my Queen.

Marinette se estremeció tanto por la satisfacción como por el zumbido que retumbó una vez más. ¿Había algo más estimulante para el ego y la vanidad femenina que tu pareja admitiendo lo mucho que lo afectas?
Ella estaba en pijama, probablemente despeinada y seguramente desaliñada, pero Félix la besaba como si fuera la mujer más arrebatadora del mundo y la adoraba como a una reina.

Quería devolverle a Félix lo mismo que la hacía sentir.
Entonces, tomando un poco de valor, deslizó su mano libre casi al final la mandíbula de su novio, cerca de su oreja, y presionó suavemente sus uñas romas en la piel, al mismo tiempo que presionó un beso en el lado opuesto.

El zumbido se detuvo un momento antes de amplificarse. Parecía como si un enjambre completo retumbara desde una colmena instalada en el pecho de Félix. De un segundo al siguiente, Marinette se encontró con su espalda contra el edredón y sus manos atrapadas bajo las del rubio, quien la miraba con ojos ensanchados de adoración y exasperación. La combinación hizo que Marinette no pudiera contener una risilla, con las mejillas rojas de puro deleite —pequeña retrechera ¿qué acabo de decir sobre tentar mi autocontrol?

Marinette se rió nuevamente, apenas con la consciencia suficiente para recordar que no era una buena idea hacer mucho ruido —discúlpame, mon Cher, también haces que me sea difícil mantener la prudencia —ella le respondió con descaro, ni siquiera un poco intimidada por la forma en que él la sujetaba. Aún estaba transformado pero su agarre era lo suficientemente suave en torno a sus muñecas y solo la mitad superior de su cuerpo se elevaba sobre ella.

Félix apoyó su frente sobre la suya, resoplando con exasperación cariñosa, mientras sus labios flotaban a escasos milímetros de los femeninos —serás mi muerte —y la besó, antes de que ella tuviera una respuesta.

Ella sonrió en el beso. En silencio, estuvieron de acuerdo en que necesitaban parar y dar un paso atrás. Sin embargo, Marinette no permitió que él se alejara mucho, así que terminaron tendidos uno al lado del otro, de perfil, para seguir mirándose, y entrelazaron nuevamente sus dedos. Ambos sabían que lo resentirían por la mañana, pero ninguno quería despedirse por la noche.

—Propongo continuar con nuestra conversación de esta mañana —Félix sugirió, después de un momento de silencio tranquilo.

Marinette se sonrojó suavemente al recordar toda su charla sobre planes a futuro. Probablemente uno de los detonantes a su comportamiento tan atrevido de esta noche, pero accedió, pidiéndole a Félix que se destransformara primero, para que Pollen pudiera unirse a Tikki y los otro kwamis, al menos un rato antes de irse.

Después de un destello amarillo pálido, Marinette miró a su novio en un pijama de pantalón largo y camisa de botones, completamente en azul índigo y le dio una pequeña sonrisa —entonces... ¿Qué piensas sobre tener mascotas? —preguntó primero.

~∆~

Debería haber aprendido sobre cortar el capítulo justo cuando empiezan a tener una charla importante, después de los planes de boda, pero xP aquí voy de vuelta, como el perro arrepentido con el rabo entre las patas xD

¡Esta noche es Noche Buena y mañana es Navidad! La próxima actualización, la última del año, será de mi nuevo fic crossover, probablemente para mi cumpleaños. Así que si aún no le lo han leído, denle una oportunidad, es mi nuevo bebé consentido. Y me harían muy feliz.

¡Felices Fiestas a todos!

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