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58. Más allá del arreglo


~∆~

— ¡Marinette Dupain-Cheng! —el gritó hizo que Marinette saltara en su lugar, dejando caer la cuchara de madera que, había olvidado, aún estaba en la mano que Félix no sostenía.

Afortunadamente saltó hacia atrás y no hacía adelante, porque estaban tan cerca, que eso habría ocasionado un choque de frentes seguramente doloroso.

Oh, dioses. Habían estado realmente cerca ¿No es cierto? ¿Qué es lo que estuvo a punto de suceder?

No. Espera. El grito.
Sí, mejor concentrarse en Alya.

—Alya ¿Por qué entras aquí gritando de ese modo? —Marinette preguntó, tratando de guardar la calma mientras se inclinaba y recogía el utensilio caído para dejarlo en el fregadero. Se aseguró de apagar la hornilla en la que había empezado a calentar su porción de tallarines con espinaca, champiñones y pollo.

—Tú y yo necesitamos hablar seriamente, chica —Alya se paró firmemente, a un metro de la entrada. Los pies separados al ancho de los hombros y los brazos cruzados.

Una postura que gritaba hostilidad, si Félix había visto alguna. Pero también decía que no estaba segura de ser la persona dominante en la habitación. De eso, al menos, es consciente, se burló para sus adentros, enderezándose y manteniendo los ojos en la intrusa, mientras que el resto de sus sentidos se centraron en Marinette.

En ese momento, Cesaire era una potencial amenaza.

— ¿Esto va a ser de nuevo como después de la reunión escolar, Alya? —Marinette suspiró con cansancio —porque si es así yo no-

— ¡No me vengas con que 'no vas a discutir sobre esto'! —Alya la interrumpió groseramente, antes de fruncir el ceño hacia la mano de Félix que aún sostenía la de Marinette — 'almuerzo en casa para trabajar en mis diseños' ¡Claro! ¿A esto llamas trabajar en tus diseños ahora? ¡¿Ponerte cariñosa con el primo de Adrien?! —prácticamente escupió con desdén.

Marinette le regresó el ceño fruncido —oh, detente ahí, Alya. Estuve almorzando en casa antes incluso de que Félix llegara a la escuela —ella le recordó, insistiendo sutilmente en que el chico tenía un nombre y no era solo 'el primo de Adeien'

—Y el cómo pasa Marinette su tiempo de almuerzo, o cualquier otro momento libre, no es de tu incumbencia, Cesaire, ni te debe ningún tipo de explicación —Félix continuó, con el tono de voz más tranquilo en toda la habitación —además, voy a pedirte que bajes tu tono. Estás en una casa residencial, no en el mercadillo de algún pueblo. Es francamente infantil de tu parte que vengas a exigirle cualquier cosa, a gritos, a Marinette.

Alya gruñó —oh, tú cierra la boca. Niño mimado y remilgado. Esto es entre Marinette y yo.

—No, ciertamente no lo es, cuando continúas involucrándome —Félix rebatió con facilidad.

— ¡Tú eres el que se involucra! —ella acompañó con un pisotón molesto —No entiendo por qué tuviste que mudarte aquí y a nuestra escuela. Seguramente estabas mucho mejor en tu estúpido colegio caro y prestigioso para otros idiotas prepotentes y mimados como tú en Londres.

Ante eso, Félix simplemente arqueó una ceja. ¿Esa niña de verdad pensaba que iba a irritarlo con acusaciones tan infantiles, si es que se podían llamar tanto?

—Alya, no voy a permitir que le hables de ese modo en mí casa —Marinette la regañó, aun manteniendo el tono lo más sereno posible. La tranquilidad de Félix a su lado era muy útil en este momento, y ella se aferró a eso lo más que pudo —o te tranquilizas, o te vas de aquí.

— ¡No me voy a ir hasta que te haga entrar en razón, niña!

—Esta conversación no tiene sentido y no va a ninguna parte, Alya —Marinette se llevó la mano libre a la cabeza, sintiendo el dolor en ciernes.

Félix tarareó, acariciándole la mano con el pulgar —llamar a esto conversación, Nette, me parece excesivo —comentó, dando casualmente un paso hacia ella, hasta que sus cuerpos hicieron contacto, ofreciéndose silenciosamente como un apoyo para ella.

Alya estaba furiosa por su intercambio tan tranquilo — ¡Lo que no va a ninguna parte es tu actitud, niña! ¿Cómo no puedes verlo? ¡Llegó aquí y decidió que quería tenerte de su lado! ¡Seguramente se dio cuenta de que estás loca por Adrien y se aprovechó del parecido para engatusarte! ¡No ha hecho más que alejarte del resto de la clase desde que llegó! ¡Y tú no lo haces mejor cayendo en su red y continuando con tu ridícula enemistad hacia Lila!

Ahora, Alya había golpeado un punto terriblemente sensible — ¡Si te molestaras en pasar cinco minutos conmigo o tan siquiera escucharme, te habrías dado cuenta que ya no estoy enamorada de Adrien! —Marinette perdió las formas, gritando con las mejillas rojas por la vergüenza de la acusación, y por sentir que le echaban en cara todos esos malos momentos en que actuó como una idiota cuando tenía al modelo en un pedestal imaginario.

Inmediatamente, Félix apretó un poco más su mano y exageró una respiración profunda y lenta, indicándole silenciosamente que lo imitara y se tranquilizara.
Marinette se detuvo e hizo lo que el chico le pidió sin palabras, tratando de mantener el control.

—Eres ridícula, niña. Has estado enamorada del chico desde el segundo día de clases —Alya rodó los ojos, descartando las palabras de Marinette como una hoja de periódico viejo. Marinette sintió una punzada en su corazón ¿Cuántas veces Alya simplemente hizo de menos la promesa de guardar ese 'secreto', independientemente de que otras personas se dieran cuenta por sí mismas de sus sentimientos? — ¿Y quieres que te crea que simplemente ya no lo estás? ¡Ja! ¿Qué vas a decirme a continuación? ¿Qué ahora te gusta este payaso? ¡Ya sé que todo este estúpido desdén hacia Lila no es más que tú celos porque ella ahora modela con Adrien! —Félix eligió ese momento para inclinarse hacia su oído y murmurarle algo —¡Simplemente tienes que superarlo! ¡Lila-

—Alya —empezó Marinette, una vez que se empapó en la confianza de Félix. El rubio sugirió que hiciera un último intento de decirle a la morena lo que estaba sucediendo con Rossi. Félix estaba bastante seguro de que la otra seguiría descartando sus palabras, pero al menos sería un cierre para Marinette —Lila me ha estado molestando públicamente, lanzando acusaciones sobre mí; en privado ha sido cruel y amenazante conmigo desde que llegó a nuestra clase —respiró profundamente, soltando finalmente la mano de Félix para caminar unos pasos hacia la bloguera. El británico se mantuvo un par de pasos por detrás de ella, por si acaso —He tratado de demostrarles esto y sus mentiras, a ti y a la clase, incontables veces durante los últimos meses... pero mi evidencia nunca es lo suficientemente buena para ti —negó con la cabeza —estoy cansada... Estoy cansada de la presión, estoy cansada de tener que mantenerme bajo control todo el tiempo, estoy cansada de no tener su apoyo y estoy cansada de que me critiquen constantemente, mientras todavía esperan que sea una idiota, haciendo todo tipo de cosas pos ustedes.

Las lágrimas picaron los ojos de Marinette, pero ella se negó a permitirles formarse por completo. Ignoró el intento grosero de rebatir de Alya y continuó derramando lo que se había acumulado en su pecho.

Era ahora o nunca.
Esto se acababa aquí y no iba a tocar el tema de nuevo.
Después de esto, vendrían las acciones drásticas.

—¿No ves cómo te ha cambiado Lila? —preguntó, genuinamente agotada —recientemente, casi todo lo que haces gira en torno a ella: Está en todas las conversaciones, es el factor decisivo en casi todas las decisiones que tomas sobre tu blog... Luego vienes y me regañas por lo digo o hago, pero ¿cuándo fue la última vez que pasamos el rato juntas fuera de mí ayudándote a cuidar a los niños o tú tratando de darme un sermón sobre algo que dijo Lila? —le reclamó —que, por cierto, ¡nunca escuchas o preguntas por mi lado de la historia! —volvió a tomar un suspiro y trató de controlar su voz —esto... no es saludable, Alya. No es saludable entre tú y yo y no es saludable entre tú y Lila. ¿Es así como realmente quieres vivir tu vida?

— ¡Como si fueras nadie para hablar de conductas tóxicas, con tu loco enamoramiento por Adrien! ¡No tienes un solo pie en el que parte, niña! —Alya le gritó de vuelta, pisoteando en suelo con fuerza una vez más.

No hace falta decir que el resto de esa "conversación" no fue agradable.

El discurso de Marinette fue recibido y "contrarrestado" con negación y hostilidad. Alya afirmó que estaba siendo injustamente cruel con Lila y que hasta que superara su mezquindad no quería que fueran amigas.

Hizo doler un poco el corazón de Marinette, pero ya no estaba sorprendida. De hecho, sintió cierta sensación de alivio porque la confrontación finalmente había terminado y ya no tenía el estrés de tratar su amistad con guantes.

—Antes ya era malo, pero desde que ÉL apareció en la clase has estado empeorando ¡Chica, no puedes ser tan manipulable!

— ¿Manipulable? —casi se rió de la ironía en todo el asunto — ¿Quieres saber cuándo fui manipulable? Fue cuando escuché y atendí al estúpido consejo de un chico sin idea de la vida, porque solía pensar que era increíble y maravilloso —se lamentó, apretando sus manos en puños —Si no quieres escucharme está bien, Alya, haz lo que quieras, toma tus decisiones, yo he tomado las mías. Ahora, te pido que salgas de mi casa y no vuelvas a menos que se te invite directamente.

— ¡¿Qué?! —Alya chilló, en el mismo momento en que Tom, Sabine y Gina aparecieron por la puerta, preguntando qué sucedía.

—Lo que he dicho. Nuestra amistad se ha ido más allá de la reparación, como acabas de dejar muy en claro. Tengo suficientes cosas con las que lidiar como para seguir con el desastre que hay entre nosotras —decidió con firmeza, a pesar de las lágrimas que picaban sus ojos y no pudo evitar que la voz de le quebrara con su siguiente declaración —traté de arreglarlo, pero a ti no te importa.

— ¡Estoy tratando de ayudarte, Marinette!

— ¡Casi todo lo que he escuchado de ti estas últimas semanas son insultos y denigración, Alya! —ella sollozó con fuerza, sorprendiendo a sus padres y abuela, de quienes parecía ni haberse dado cuenta — "¡Marinette eres tan celosa, Marinette estás siendo irracional y desagradable, Marinette tienes que cambiar!" ¡No tengo porque soportar todo eso!

—Alya, creo que deberías irte.

La aludida se volteó con sorpresa, aparentemente había pasado por alto la llegada de los tres adultos —pero, Sabine, Tom. Marinette-

—Es señor Dupain y señora Cheng para ti, si no puedes tratar a nuestra hija con el mínimo respeto que merece cualquier persona —declaró firmemente el hombre, cruzándose de brazos, lo que le daba la apariencia de ser más ancho de lo que era

—Esta, ciertamente no es la manera de solucionar las diferencias entre dos personas, mucho menos entre dos amigas —Gina añadió. A pesar de no tener la contextura de su hijo, su altura le daba el toque de respetable.

—Ahora, se te ha pedido que te retires, no me hagas repetirme —concluyó Sabine.

— ¡No lo entienden! Desde que Marinette se junta con Félix ha sido cada vez más desagradable con nuestra amiga Lila ¡Es claramente una mala influencia para ella! —Alya renegó, apuntando al rubio que seguía apoyando silenciosamente a la franco-china —y ahora está inventado que Lila la trató mal o la amenazó ¡Eso no está bien!

—Hemos recibido a este joven en nuestra casa casi cada día desde que se integró a su clase, y no le he visto hacer otra cosa que tratar bien a nuestra hija y ser educado con nosotros —Sabine refutó, conteniéndose de sonreír al ver, en su periferia, como Marinette se apoyaba en dicho joven y este la sostenía, sin dejar de dar la apariencia de un frente unido que Félix parecía haber mantenido todo el tiempo.

—Cesaire —Félix finalmente habló de nuevo —se te ha dicho que no eres bienvenida dos veces ahora, por dos miembros de la familia, deberías hacer caso, porque los Dupain-Cheng están en la facultad de llamar a la policía y reportarte como una intrusa.

Alya rabió — ¿Sabes qué? Bien ¡Haz lo que quieras! ¡Quédate y acurrúcate con tu sustituto! Cuando finalmente te des cuenta de todo lo mal que estás haciendo, solo espero que no sea demasiado tarde para ti —pasó por en medio de Sabine y Tom, envalentonada por la adrenalina y la ira que corrían por su sangre, y cerró la puerta tras de sí con un portazo.

—Eso es todo lo que espero para ustedes —si Félix no hubiera estado tan cerca y en contacto con ella, Marinette probablemente habría caído de rodillas al piso, antes de que sus padres pudieran llegar a ella, mientras murmuraba esas palabras.

La mujer que nunca antes había visto, fue la primera en llegar a ellos —Marinetta, mi pequeña ¿Estás bien?

Marinette solo puso exhalar un sollozo.

~∆~

—Ah, el dolor de una amistad rota en los peores términos. Lila Rossi puede ser impredecible, pero siempre es un buen punto de inflexión para emociones intensas. Vuela mi malvado akuma y ve detrás, Amok. Denle forma a mi creación más poderosa.

~∆~

— ¿Abuela? —la oji-azul logró murmurar, después de unos instantes tratando de respirar despacio y calmarse.

Félix estaba justo detrás de ella, sujetándola gentilmente contra su pecho para que ella pudiera tomar su respiración como un ritmo a seguir.

—Sí, mi hada —Gina observó cautelosamente la dinámica de los dos adolescentes, puesto que no conocía al chico, pero Sabine acaba de defenderlo frente a Alya, así que suponía que estaba bien — ¿Cómo te sientes? Esa fue una... situación muy intensa.

Un par de gruesas lágrimas cayeron de las mejillas de Marinette al suelo, pero la niña ni siquiera se dio cuenta, su mente asimilando lo que acaba de suceder.

Saint ciel, acabo de pelearme con Alya... Acabo de romper nuestra amistad —ella sollozó. Sus padres se miraron, de pie detrás de Gina. Tikki estaba empujando contra la cadera de Marinette, desde la bolsita, pero la franco-china no se dio cuenta.

—Nette, ella vino aquí a pelear —Félix intentó aligerar la culpa o el dolor que estuviera sintiendo —lo hiciste bastante bien mantenido la calma y razonando con ella, pero Cesaire simplemente no está dispuesta a escuchar —torpemente, frotó sus pulgares sobre los hombros de ella. No estaba hecho para consolar personas, pero todo lo que quería era sentarla en su regazo y abrazarla hasta que ella se sintiera mejor, sin embargo, no quería dar una impresión equivocada a su familia —ella desechó tu amistad.

—Aunque no sé los detalles, Marinetta, me parece que tu amigo tiene razón. Ella rompió su amistad, no tú —Gina añadió, tomando las manos de su amada nieta entre la suya, mientras limpiaba un camino de lágrimas con la otra —ahora ¿Por qué no te conseguimos una taza de té para esos nervios? —sugirió levantándose.

Tratando de limpiar sus lágrimas, Marinette asintió y dejó que su abuela la ayudara a levantarse, lo que también hizo Félix volviéndose para verla de frente.

Nadie se dio cuenta de la mariposa púrpura y la pluma azul oscuro que flotaron hasta el adorno de cuarzos en su cabello, hasta que fue demasiado tarde.

"Princess Justice, yo soy ShadowMoth..."

— ¡No! —Marinette gritó de repente, asustando a su familia cuando se sujetó la cabeza como si una terrible jaqueca la golpeara de repente.

— ¿Marinette? —preguntaron sus padres a coro, con angustia.

Félix inmediatamente trató de persuadirla para que levantara la cabeza.

"Has perdido a tantos amigos por una víbora de lengua plateada que esparce mentiras y calumnias sobre tí" la voz del hombre en su cabeza continuó "bueno, te daré el poder para exponer cada una de las mentiras y pecados que otros cometieron, para que el mundo vea la verdad"

— ¡No! ¡No quiero tu poder! ¡No haré daño a las personas! —Marinette se resistió, enterrando las uñas en su pelo, como un modo de mantenerse unida, y negar la influencia del villano — ¡Sal de mi cabeza!

—Dios mío —Gina jadeó, retrocediendo cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, al igual que los padres de Marinette.

Félix, en cambio, puso sus manos sobre las de Marinette.

—Marinette, escúchame, no lo necesitas. Lo que sea que diga, no lo necesitas —le dijo contundente.

"Pero no harás daño, niña. Te estoy ayudando a luchar contra la injusticia. De hecho, te otorgaré un protector, te ayudará a retener a aquellos que merecen ser juzgados y los obligarán a decir la verdad"

—Yo...

"Todo lo que pido a cambio, son los miraculous de Ladybug y Chat Noir. ¿Tenemos un trato, Princess Justice?"

Cuan hermoso sonaba, que las mentiras de Lila fueran reveladas. Todos aquellos que la creyeron, los que señalaron a Marinette como una horrible persona después de unas lágrimas de cocodrilo se enfrentarían a la verdad.

El miasma empezó a cubrir los pies de la niña cuando su voluntad empezó a ceder.
Marinette abrió los ojos, para encontrar a los de Félix justo frente a ella, mirándola con desesperación.

—Lo siento —apenas logró susurrar, sacando las manos de su cabello para dirigirlos a sus orejas. A sus aretes, se dio cuenta Félix, cuando ella empezó a quitar uno.

Pero eso era algo para pensar en otro momento — ¡Marinette, eres más fuerte que esto! —Félix la regañó, deteniendo sus manos con firmeza, pero sin lastimarla —no lo necesitas para lograr lo que quieres, my dear, escúchame. Lo que sea que él te ofrezca puedes conseguirlo tú misma, y si no, te ayudaré —Marinette se detuvo y lo miró fijamente, aturdida, luchando por centrar sus pensamientos. El pecho de Félix se apretó al ver el puro dolor y la vulnerabilidad en sus ojos —expondremos a esa mocosa farsante con toda la escuela, con la ciudad entera si lo deseas. No lo escuches.

ShadowMoth gruñó de impaciencia en su mente, pero Marinette ya había tomado su decisión — ¿Sabes qué, ShadowMoth? Akumatízame si quieres —la niña se enderezó, con firmeza, sorprendiendo a su familia —pero te lo advierto, la primera persona que llevaré a juicio serán tú y Mayura. ¡Es tu culpa que no pueda procesar mis emociones! ¡Es tu culpa que todos en esta ciudad tengan miedo de sentir! ¡Si me das el poder para exhibir los pecados e impartir justicia, prepárate para ser juzgado frente a todo París!

ShadowMoth se detuvo al escucharla y reconsideró su posición. La niña tenía una voluntad fuerte, mucha si acababa de voltearle el tablero de ajedrez, lo que podría darle la victoria... pero también podría ser capaz de mantener esa convicción incluso después de transformarse. Por supuesto que podría intentar forzarla, pero no pareciera que eso le conseguiría ningún resultado.

Maldiciendo para sus adentros la terquedad de la niña y la inesperada intrusión de su sobrino, Gabriel tomó la decisión de retirar el akuma y el amok de su víctima.

Entonces, para sorpresa de todos en la residencia Dupain-Cheng, el visor brillante en forma de mariposa sobre el rostro de la menor se quebró, y tanto la mariposa como la pluma salieron del adorno en su cabello.

Inmediatamente, Marinette se desmoronó, presa de un intenso dolor de cabeza.
Félix, por supuesto, la atrapó antes de que golpeara el suelo.

—Dios mío, my dear, no me des estos sustos —Félix murmuró contra su cabello, mientras sus familiares se reunían en torno a ella.

Marinette trató de seguir con la mirada a la mariposa y la pluma, pero su padre levantándola en brazos lo impidió.

—Necesitas descansar, Marinette, lo hiciste muy bien —una nueva voz en la habitación tomó a todos por sorpresa. Chat Noir se deslizaba dentro de la sala de estar por una de las ventanas.

—Gatito... ¿Cómo-? —Marinette intentó preguntar, pero el dolor de cabeza se convertía rápidamente en mareo.

Chat se acercó a Tom y le acarició el cabello a la chica —vi al akuma en la calle, pero tuve que esconderme para transformarme, lo siento por no llegar antes de que te alcanzara —se disculpó genuinamente arrepentido.

—Alya... seguro irán tras ella. Tienes que evitarlo, se fue realmente molesta —trató de explicar apresuradamente.

Si ShadowMoth llegaba a ella, Marinette no estaba segura que pudiera transformarse y pelear, no con lo mal que se sentía, y menos con su familia vigilándola de cerca.

—Lo haré, tú despreocúpate y descansa, ma prrrrincess —le guiñó un ojo, haciendo un gesto al resto de los presentes mientras se apresuraba por la dirección que siguieron la pluma y la mariposa.

"¿Su princesa?" Félix repasó mentalmente, extrañado por la interacción que acababa de presenciar, hasta que la abuela de Marinette habló.

—Será mejor llevarla a su cama, Tom. La pobre está tan pálida —apuró la mujer, adelantándose para abrir la trampilla y el enorme hombre la siguió con su hija en brazos.

Félix no sabía qué hacer, pero Sabine lo invitó suavemente a subir con ella, sabiendo que estaba tan preocupado por su hija como ellos.

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Okay, entonces... Exaltación... sí.

No voy a negar que me removió los restos de fan Marichat. La forma en que se besaron en la isla de los cisnes fue preciosa, especialmente con Marinette besándole la naricita a Chat. Siempre he sentido que la chica es realmente cariñosa y afectiva con quién le importa, y esto solo lo demuestra.

Una lástima que haya sido apresurado y ¡Andre, mamón, eres un pinshi shipper tóxico, nmms! :V

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