Cristian estaba en su casa como todos los días, siguiendo la lectura de su libro con sus ojos verdes grisáceos en la cama de su cuarto.

Cuando irrumpe en su cuarto Mar, su mejor amiga desde que eran niños, ahora tienen 14 años pero su afecto no aminora.

Ellos viven en una comunidad cercana a un prado alejado de la ciudad. Como lo habían acordado salieron de su casa a hurtadillas y tomaron a Toby, el pequeño y travieso cachorro pug negro de los dos y se alejaron de la comunidad hasta que comenzaron a ver el pasto, árboles y escucharon las melodiosas voces de las aves.

Cristian llevaba su cabello lacio y despeinado de un tono marrón, a ella le daba curiosidad como unos mechones rebotaban unos sobre otros cuando caminaba o corría.

Ella tenía el cabello pelirrojo y ondulado cayéndole sobre los hombros y algunas puntas le llegaban por debajo del hombro, su piel clara comenzaba a tornarse roja sobre todo en las mejillas gracias al cansancio de la caminata.

Cristian se preguntaba como Mar podía seguir con su piel tan clara si se la pasaban todo el tiempo en el prado y lo peor es que Cristian no corría con esa suerte, su piel clara se bronceaba con los rayos del sol.

-¿Ahora si me puedes contar la historia?- le pregunto Mar a Cristian.

-Bueno, no obtuve más información al parecer lo único que sabemos es que en este prado existe un lugar que nos lleva al mundo de los muertos.

Cuando prestaron atención a su alrededor se dieron cuenta que habían llegado a la parte prohibida del prado, pero en lugar de sentir miedo, sintieron una gran paz y curiosidad por un lago que se extendía frente a ellos el cual parecía continuar en el interior de una cueva oscura. Mar recordó una expresión que había escuchado de las ancianas de la comunidad "tan oscura como la boca del lobo". Bueno pues en estos momentos era la frase perfecta para describir el interior de la cueva.

Lo que parecía difícil de describir era el color del lago, el lago tenía un tono de azul muy hermoso, los ojos azules verdosos de Mar parecían claros a comparación del azul de lago, la luz que se proyectaba en el agua hacia que tuviera la apariencia de una piedra preciosa.

Caminaron por la orilla del lago ,ella iba al frente, sin atreverse a meterse al agua (sobre todo Mar) hasta que se internaron en la cueva y efectivamente el lago continuaba en el interior de la cueva pero el pedazo de tierra dentro de la cueva era más angosto de lo que pensaban por lo cual tenían que pegarse a la pared de la cueva y lo más curioso de todo es que el agua no se proyectaba en las paredes lo cual asusto un poco a los dos.

Cristian trato de sujetar a Mar para que no fuera a caerse, lo que logro tomar fue su brazo.

-creo que será mejor salir de aquí, tal vez solo es mentira lo que escuchaste y solo corremos peligro.

Si no hubiera estado tan oscuro Mar hubiera podido ver que el asintió.

Cuando Cristian estuvo a punto de comenzar a salir de allí se escucharon ladridos desde afuera y entonces recordaron que habían llevado a Toby con ellos. Se habían maravillado tanto con el lago que no recordaron que lo dejaron afuera < ¿y si intenta entrar?> pensó Mar.

Y fue entonces cuando mar dio un paso en falso y cayó al agua. Cristian se reprochó a si mismo<como no la tome más fuerte, ¡ella no sabe nadar! Y todo esto por su hermana> y sin pensarlo más se lanzó al agua para buscarla.

El agua era transparente no como aparentaba por fuera de un azul intenso y lo que más destacaba es que el agua estaba helada. Rápidamente vio que Mar braceaba intentando subir a la superficie. Cuando Cristian iba a moverse sintió un dolor, no sabía identificar específicamente en donde pero solo fue un momento, y después sintió un vacío en el pecho. Sin importarle mucho comenzó a acercarse a Mar y tomo de la mano. Fue entonces cuando dejo de moverse y se detuvo solo por un instante, soltó el aire expulsando varias burbujas en un intento por gritar. Cristian quería decirle que no lo hiciera pero si lo intentaba el también se quedaría sin aire. El hizo ademan de que ella se sujetara de su cuello y en cuanto ella lo hizo comenzó a intentar subir con todas sus fuerzas pero parecía que la gravedad intentaba llevarlo hacia abajo, con un último esfuerzo subió a la superficie.

Cuando estuvieron arriba Cristian descubrió que estaban en una playa con arena blanca, pero eso no era lo que le preocupaba en esos instantes, si no el hecho de que seguía sintiendo ese gran vacío, sus pulmones no tomaban el preciado aire, pareciera que lo último que tenía de aire se lo hubiera quedado el agua. Tampoco sentía su corazón latir y al prestar atención a Mar descubrió que sus pulmones tampoco se esforzaban por tomar aire y no sentía su corazón, lo peor de todo es que los dos estaban helados.

Sintiéndose más ligero nado hasta llegar a la orilla. Cuando llegaron Mar se soltó de él y como si no hubiera estado a punto de ahogarse se levantó y comenzó a apretarse sus muñecas buscando el pulso.

Mar estaba asustada y sus ojos comenzaron a enrojecer por un intento de llorar pero lo peor fue que no salió lágrima alguna.

-Cristian ¿Qué me está pasando?, no tengo pulso y siento un gran hueco en mi pecho.

-yo también, tengo una teoría pero es una locura.

Mar guardo silencio meditando lo que dijo Cristian, hacia eso cuando intentaba descifrar lo que ocurría en momentos de shock, muy pocas veces ocurría eso y lo que más asustaba a Cristian es que Mar estaba exageradamente pálida.

-¿Enserio crees que estamos muertos?-dijo finalmente.

- Y si no es eso, ¿entonces qué?

-Entonces quieres decir que si enserio estamos muertos, ¿puede que mi hermana venga a verme?- Mar recordó lo que sucedió el día en que murió su hermana. Ella había enfermado de gravedad varias semanas antes, y lo único que quería la hermana de Mar era ir al lugar donde ahora Mar y Cristian estaban, para poder descansar en paz.

Mar estuvo junto a su hermana en sus últimos momentos pero solo en unos pocos segundos de descuido en los que cerró los ojos por el sueño su hermana murió .

No se despidió ni tampoco tuvo unas últimas palabras y mucho menos tuvo oportunidad de decir adiós. Desde entonces Mar había buscado formas de verla una última vez y tan solo dos semanas atrás, Cristian le había contado la historia que había escuchado entre susurros de una anciana en la cual contaba que en la parte prohibida del prado existía un lugar en cual conducía al "mundo de los muertos".

Mar se había entusiasmado tanto en poder ver a su hermana otra vez que no pensó que la forma de llegar al mundo de los muertos era muriendo.

-¿Mar?-pregunto alguien a su espalda, pero no era Cristian.

-¿Celeste?-Pregunto ella solamente para aclararse a sí misma que tal vez sus oídos no le mentían.

Trato de llorar nuevamente pero no lo logro. Ella y su hermana Celeste se abrazaron por un largo rato y después su hermana la aparto un poco.

Celeste era idéntica a ella, de cabello pelirrojo pero sus ojos eran verdes en vez de azules.

-Mar ¿qué haces aquí?, debes irte- y deteniéndose uno segundos voltea a ver a Cristian- ¿qué hace Cristian aquí?

-no te enojes con ella, estuvo buscando por todas partes una forma de volver a verte y yo me ofrecí a ayudar en la búsqueda, no podía a dejarla sola en esto- le contesto Cristian ya que a Mar no le salían las palabras.

la tomo de la cintura y la acerco hacia el .Mar miro a su hermana durante unos segundos tratando de averiguar si enserio Celeste se encontraba delante de ella o era todo una alucinación.

-no me quiero ir- dijo Mar soltando lo que le estaba dando vueltas en su mente desde hacía un rato.

-Mar, Cristian, tienen que irse, no deben de estar aquí. Tal vez si nos apresuramos todavía puedan volver- dijo Celeste tomando a su hermana y observándola con mucha preocupación.

-No- le respondí haciéndose hacia atrás para que no la pudiera llevar a otra parte.

-Mar piensa en nuestros padres, el dolor que sufrieron cuando morí e imagina el sufrimiento por el que pasaran al saber que has muerto, sígueme, queda poco tiempo.

-Debemos irnos-le dijo Cristian. Mar asintió y siguió a su hermana atravesando varias palmeras.

No habían recorrido un gran tramo cuando se comenzaron a vislumbrar pinos y césped semejantes a los de su casa.

-¿por qué no regresamos atreves de la playa?-pregunto Cristian a Celeste.

-no se puede, créeme lo intente, tiene que ser atreves de la cueva que esta por aquí.

-y si sabias que podas regresar por aquí ¿porque no lo hiciste?- le dijo Mar.

-porque cuando supe que podía hacerlo, también supe que ya no debía regresar... mi lugar era aquí. Espero que no estés enojada conmigo.- el tono de culpa y tristeza en la voz de Celeste era visible.

-No,no lo estoy. Solo hiciste que entrar en razón. Nuestros padres ya están recuperándose y si no regreso van a recaer... y no sé si podrían volver a levantarse.-le respondió Mar.

-Hemos llegado- dijo Celeste deteniéndose frente a un lago idéntico al que había en el mundo de los vivos. Cuando se acercaron para sumergirse ellas se abrazaron.

Ambas estaban muy frías pero Cristian creía ver una luz cálida en su abrazo de despedida.

-Cristian...- dijo Mar tallándose los ojos para quitarse la sensación de sus lágrimas atorada-adelantate, yo te sigo.

Cristian vacilo un poco pero se acercó a Celeste. La abrazo y momentos después se lanza al agua perdiéndose en ella.

-Mar, tienes la oportunidad de disfrutar da la vida- comenzó Celeste a modo de despedida-y quiero que por mí y sobre todo por ti disfrutes de esa vida. Muy pocos tenemos la oportunidad de irnos o quedarnos, considérate muy afortunada de poder vivir durante más tiempo y vive una vida plena a lado de Cristian. Sí, es un gran chico, disfruten mientras puedan...- ella se detiene un momento y sus ojos se ponen rojos como los de Mar pero comienzan a caer gotas de la cueva - porque cuando vuelvan aquí y no puedan regresar al mundo de los vivos espero que se sientan felices de haber vivido todo lo que querían para poder descansar en paz.

La cueva seguía goteando así que Mar le pregunto a su hermana que le ocurría a la cueva.

-Los muertos no podemos llorar, así que todas las lágrimas que no podemos sacar termina aquí. Es por eso que el agua es tan pura y fría. Bueno...- su Hermana se cortó a sí misma y se tallo sus ojos- es hora de partir.

-Celeste...-le dijo Mar pero su voz se quebró por culpa de las lágrimas que tenía atoradas.

-es tiempo de irte- dijo Celeste sentándose en la orilla del lago junto a Mar.

Mar se comenzó a sumergir pero antes de sumergirse por completo logro soltar las palabras que tenía atoradas.

-Celeste... adiós.

-No Mar- le dijo su hermana tomando la barbilla de Mar con la mano que no sostenía su brazo.- esto no es un adiós, es un hasta luego.- y fue entonces cuanto se soltó y perdió de vista el rostro de su hermana. Fue entonces comenzó a flotar sin lograr moverse.

De repente una fuerza la jalo hacia arriba y apareció en la orilla del lago en la parte donde los rayos del sol de atardecer ya tocaban el agua.

Mar sintió como algo que parecía haber estado apagado durante mucho tiempo se encendió dentro de ella, sintió como volvía a llenarse de energía, como la sangra volvía a circular y sus mejillas se volvían a tornar rojas. Como sus pulmones despertaron y se esforzaron por tomar el preciado aire, sintió su corazón revivir y martillear dentro de ella.

Una mano se extendió delante de ella y la tomo, disfrutando el momento en el que ellas ascendía del lago de la mano de Cristian sintiendo como él le daba la bienvenida devuelta a la vida.

-¿Qué te dijo Celeste?- le pregunto Cristian cuando Mar estuvo fuera del agua.

-me dijo que viviera una vida feliz... junto a ti - le respondió ella mientras por fin rompió en llanto, pero sus lágrimas eran de felicidad.

Mar lo abrazo y él le respondió el abrazo. Después la alejo lo suficiente para poder ver su cara y con su pulgar limpio sus lágrimas.

-por primera vez en mi vida me alegro de verte llorar- Mar sonrió y se volvieron a abrazar sintiendo que tenían el tiempo para permanecer junto, durante el tiempo que les quedaba de vida.

Fin.