II
¿Un extraño en casa?
¿En que rayos pensabas Ronnie?
-¿Que demonios...? -Pregunto incrédulo Noah- Te hemos dejado unas horas sola y te has traído a alguien con quien acostarte, pensé que eras inocente.
La furia en su voz era notable, nunca había visto a mi hermanastro así de enojado, probablemente porque solemos pelear por boberías, pero ahora, la escena deja en claro que traje a un chico a casa, y no lo puedo culpar sabiendo que si el lo hiciera también lo regañaría.
-No es lo que parece. -Me defendí pausadamente.- ¿Dónde esta mi madre, y tu papá?
-Los llamarón cuándo cenábamos. -Empezó, inhalo profundamente y luego soltó con el aire acumulado- Tu abuelo... murió... hace media hora.
Ah... Esperen ¿Que?
Lo mire, esperando que sea una broma, una más de toda su lista, pero su rostro demostraba lastima, el amas me tendría lastima si no fuera cierto.
La abuelo era bastante mayor, pero siempre se demostraba fuerte, jamás había enfermado, tomaba sus medicinas, se cuidaba, y era independiente, mi cerebro no podía procesar lo que sucedía.
Algo no andaba bien.
Quise llorar, mis ojos me picaban y amenazaban con hacerlo, sin embargo no lo hice, porque si lo hiciera necesitaría a alguien, y jamás en mi vida abrazaría a Noah, y mucho menos que me refugiara en el desconocido que ni siquiera su nombre me había dicho.
-Llamarón a tu madre, ha ido a casa de tus tíos, nosotros no iremos al entierro, me han dejado aquí para... cuidarte. -Continuo.
Mi garganta sostenía un nudo imposible de desaparecer, me había estado preocupando toda la noche por un desconocido que se negaba a irse mientras mi abuela estaba muriendo.
Todos estos años había vivido asegurándome a mi misma de que entraría a la universidad, que debía planear mi vida. No me había dado tiempo de pensar en la gente que quiero. No me había dado el tiempo de saludarlos por chat debido a la distancia. No me había dado el tiempo de pensar en que posibilidades hay de no verlas.
En todo este tiempo había pensado tanto en el futuro que olvide la crueldad del presente.
-Sigo queriendo saber quien es el. -Apunto.
Y realmente no yo sabía quien era.
-¿Este es el chico que te gusta? -Soltó mirando de arriba a abajo.
-¡NO! -Chille. Noah seguía confundido y eso podía verlo en su mirada y en su rostro. Tenía razones para estarlo. Una vez más, un silencio incomodo se formo entre los tres.
-¿Porque no estas llorando? -Pregunto mi hermanastro.
-Te pregunto lo mismo. -Respondí y rodé los ojos.
-¿En en serio?-Dijo- Quizás porque... dejame pensar... -Se puso la mano en la barbilla- ¡No es mi abuela! -Oh, es cierto, que buen punto. No puedo creer que haya olvidado que Noah no era mi hermano.- Repito, quiero saber quien es el. -Vuelve a hablar.
Exacto Ronnie Anne, ¿Quién soy? -Pregunto el chico de cabello blanco, con una sonrisa cínica en su rostro.
-Primero que nada -Empecé- Ya es hora de que te vayas -Solté, no podría negarse a hacerlo teniendo a mi hermanastro aquí ¿Cierto? Sin embargo, puso ese rostro burlón que tanto usaba y amplio su sonrisa.
Estúpido y lindo desconocido.
-Aún no me has dado lo que te pedí. -Dijo descaradamente, perdí totalmente el aire al escucharlo, por lo visto no iba a irse fácilmente.
-Ronnie, dale lo que sea que quiere y que se largue de una vez. -Insistió Noah. Maldita sea, como se notaba que no entendía lo que sucedía. El desconocido volvió a mirarme, de nuevo con esos aires de superioridad, de nuevo con su tonta sonrisa.
-Lo he perdido -Respondí rapidamente.
-¿Que? -Pregunto mi hermanastro confundido.
-He perdido lo que iba a darle, torpe. -Trate de sonar obvia, y me sentí orgullosa cuándo fue así.
-Oh no, tranquila -Dijo el extraño.- Lo he visto en tu habitación ¿Quieres que te acompañe a buscarlo? -No te aquel doble sentido rapidamente ¿Por qué demonios era tan bueno en este tipo de cosas?
-Hazme el favor -Hablo Noah totalmente frustrado.
Tenía dos opciones, delatar al idiota que se encontraba en el sillón de la sala de estar y hacer todo un escandalo, o simplemente acompañarlo a mi habitación y fingir que le di algo.
Lo que no era una opción era darle lo que quería.
-Sígueme. -Hable al fin, y le hice un gesto con la mano para que lo hiciera. Subí las escaleras bastante molesta con el detrás de mi, realmente detestaba su firme petición de molestarme. Una vez que llegamos a mi habitación, lo deje pasar y me asegure de que Noah no nos haya seguido, para luego cerrar la puerta.
-Ya te estabas tardando. -Soltó el anciano junto a su sonrisa.
Estúpida sonrisa.
-¡¿Estas loco?! -Le grite furiosa.
-¿Porque te cuesta tanto darme un beso? -Pregunto el.
-¡No te conozco! ¡No me se si quiera tu nombre! -Exclame tratando que Noah no oyera este tipo de "pelea".
-Soy Lincoln ¿Contenta? -Responde cansado- Ahora ¿Podemos hacer esto rápido? Por que vas a recibir un buen sermón, créeme.
-¡Y todo por tu culpa! -Lo señale molesta- Si no hubieses entrado a mi casa como un criminal yo estaría feliz mientras comía helado y veía películas.
-¡¿Mi culpa?! ¡Me estabas espiando!
-¡Pero yo no entre a tu casa?
-¿Que demonios hubiese hecho si estaba desnudo? Y todo por ser una chismosa!
-¡No me uses como excusa! ¡Te metiste a mi casa! ¡Y estas rogando por un maldito beso para sacarte de mi propiedad!
-¡Si te lo hubiera dado en la cocina lo aceptarías gustosa!
-¡Deja de ser tan engreído! ¡Mi hermano esta en el piso de abajo! ¡Y tendré que darle explicaciones por tu culpa, así que lárgate y dejame inventar una historia creíble!
-¿¡Porque te niegas tanto a dar un estúpido beso? ¡¿Acaso te lo gurda para el matrimonio?!
-Oh créeme, ¡El problema es tener que dártelo a ti!
-¡Lo dices como si fuera que no lo deseas!
-¡Porque no lo hago!
-Sabes que mientes. ¡Si de verdad quisieras sacarme de aquí hubiese llamado a alguien!
-¡Su no lo hice fue para evitar un escandalo más grande!
-¡Estas haciendo un escandalo justo ahora!
-¡Porque quieres robarte mi maldito primer beso! -Exclame molesta, y rapidamente caí en lo que dije, sus facciones se relajaron y quedo en estado de sorpresa, sabía perfectamente que sucedería esto si se lo decía antes. ¿Qué chica de dieciséis años no había dado su primer beso?
-¿No has dado tu primer baso? -Pregunto indagando, tratando de no sonar muy interesado pero tampoco tímido, de aluna forma.
-¿En serio me estas preguntando esto? -El rodo los ojos y asintió con la cabeza,
-Es que es.... imposible -Soltó. No era imposible si la única persona que a la que deseaba besar no siquiera sabía que existo.
-Es imposible si no eres una chica bonita y todos quieren contigo -Le recordé, era cierto, chicas como Cristina o Jordan tenían a miles de chicos atrás de ellas.
-Tu eres bonita.
Mis mejilla tomaron color rapidamente, lo había dicho de una forma tan jodidamente tierna que incluso lo abrazaría si no fuera tan idiota.
-Definitivamente, tu no has visto a las chica de mi preparatoria, ellas son realmente lindas. -No puedo creer que aún estando con un extraño le estaba dejando en claro que era un insegura de la mierda, pero, ¿A quien no se le bajaría el autoestima si ve a chicas como Maddie Hollland O a Sid Chang en todos lados?
-No creo que sean tan linda. -Respondió sencillo.
-Lo son, debes creerme.
-¿Y que te dice que tu no lo eres? -De nuevo ahí estaba, siendo un dulce como un caramelo.
-Digamos que tengo solo dos imperfección, cara y cuerpo. -Respondí sarcásticamente.
-No eres fea.
-Pero tampoco soy bonita. Y la única persona que ha tratado de darme un beso es solo para molestarme. -Realmente así parecía que mi pasatiempo favorito era hablar mal de mi misma, pero estaba siendo honesta. En mi vida ningún chico había tratado de coquetearme, yo era solamente la mejor amiga de Sid Chang, la que era la clave para acercarse a ella.
-No deberías hablar así de ti.
-Oh vamos, si mi familia puede calificarme, yo también puedo hacerlo.
-¿Calificarte? -Yo asentí con la cabeza- No puede dejar que la opinión de basura que tiene tu familia te baje el autoestima.
-Lincoln... -Lo llame- El problema no son ellos, el problema soy yo. -Lo mire fijamente a los ojos, esperando a que el haga lo mismo, debía entender que las personas inseguras no se sienten mejor cuándo alguien les dice lindas, necesitaban creerlo. Y yo no lo creo.
Se acerco a mi lentamente, probablemente esperando a que huyera, mis ojos se clavaron en sus labios, tenían un color un poco rojo con rosado, el los humedeció con la lengua, pude ver como los entreabrió, ahora más brillantes que antes. Seguidamente vi su cabello, totalmente blanco, una característica que no todos tenían. Me di cuenta de su gran estatura, me llevaba unos pocos centímetros y era algo obvio, aunque yo era de estatura media.
Olvide por completo que se había acercado tanto a mi, cuándo volví a la realidad estaba a escasos centímetros, por segunda vez en la noche, sentía su respiración en mi rostro y me dio un poco de pena pensar si el podría sentir lo acelerado que estaba mi corazón.
De nuevo volví a sus ojos, buscando quizás alguna explicación de que estaba sucediendo, como si fuera que me respondería el porque de esto, como si sabría porque estaba tan nerviosa o porque no podía moverme.
-Por favor, dejame besarte, -Hablo de repente, mirando mis labios, sentí algo en mi estomago, lo sentí cálido, no sabía como explicarlo, mi respiración comenzó a ser incluso más errática de lo que ya era.
Y de ahí, en mi habitación, después de una pelea, me beso.
Tomo mis labios ferozmente, y no podía estar más complacida, la forma en la que lo hacía era inexplicable, sabía que hacer, realmente sabía como dar un beso, en que momento bajar el ritmo y en que momento volver a subirlo, estaba besando, probablemente al Dios de los Besos y yo no lo sabía. Trate de seguirle el caso, con mi mejor intento, chupe su labio inferior, no estaba muy segura de si lo había hecho bien o no. El intensifico el beso y me tomo de la cintura, pegándome su cuerpo, por instinto, puse mis manos en su cabello y el se llevo su mano libre a mi nuca. Su lengua acariciaron mis labios, como se tratara de pedirle permiso para entrar, yo solo los abrí, dejándole el paso libre. Y cuándo pensé que no podía ser mejor, nuestras lenguas hicieron una pequeña batalla, chocando entre ellas, sentía mis piernas incapaces de seguirme sosteniendo, y si no fuese por el agarre em el que el me tenía puede que hubiese caído. Fue tan excitante que mis labios no pudieron evitar un gemido leve, por lo visto solo fue incentivo para él, perdió totalmente todo el rastro de cordura que le quedaba y pude notar en el momento en el que ataco mis labios aún más rápido de lo que había estado haciendo. Mis manos subieron a su cabello y jugué un poco con el, confirmando que no era nieve. Sin embargo, para mi mala suerte, llego un momento en que mis pulmones pedían aire a gritos, super que los de Lincoln también, cuándo separó sus labios de los míos y juntos nuestras frentes.
Abrí lentamente mis ojos, con pena de verlo, me sorprendí al ver que lo suyos seguían completamente cerrados y su respiración estaba tratando de recuperarse.
-Joder... -Hablo el. Su voz sonaba un poco ronca y eso me erizo la piel ¿Cómo podía sonar tan orgásmico? ¿Y que significaba exactamente ese "Joder"?- Juro que volvería a besarte... -Dice ¿Estaba pidiendo permiso para hacerlo?.- Pero no creo parar luego. -Completa.
Oh, es cierto, hormonas.
Mis rostro se aleja del suyo una vez más, que razono bien lo que a pasado. Esto no estaba bien. Trate de separarme completamente de él, sin embargo, me tiene agarrada con fuerza de la cintura.
-No lo arruines ¿Si?
-Ya tienes un beso, puedes irte. -Respondo seca y lo empujo, puedo ver la confusión que refleja su rotro, así como puedo sentir lo enojada que estoy conmigo misma.
-¿A que te refieres? -Pregunto un poco molesto y desafiante.
-Que ya te he besado, puedes largarte de mi casa de una vez.
-¿Estas diciendo que me dejaste hacerlo para que me vaya?
-Era lo que querías ¿no? -Contesto y abro la puerta para luego salir de la habitación que ya había empezado a sofocarme.
Pasan unos segundos cuando oigo sus pisadas atrás de mí, a paso rápido bajo las escaleras, y puedo ver que Noah se encuentra sentado en el mismo sofa donde Lincoln había estado sentado hace unos minutos.
-El ya se va. -Respondo cuándo mi hermanastro me observa.
Y realmente creí que su actitud insistente volvería, que se negaría a salir por la puerta, pero no lo hizo, simplemente camino a ella y se fue. Sin siquiera darnos una mirada a Noah o a mi.
El seguía siendo un extraño.
Y aún así lo había besado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro