Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

I

Metida en Problemas.
Serios Problemas.

He estado esperando este momento desde que los vi, esa química, esas miraditas, ese amor.

Ya, el momento iba a llegar, ¡Se van a besar! Se vana besar, se van a besar... 

¡Me lleva la....! ¡Maldita sea! ¡No se besaron!

-Mierda. -Maldije en voz alta.

Ver series con una chica terriblemente ansiosa era algo horrible, definitivamente no sabía como describir el momento en el que los guionistas me habían estafado.

Me pasaba muy seguido, quería destruirlo todo en el momento en el que alguien interrumpía y no podían besarse, incluso me ponía más frustrada que los personajes.

¡Y ni siquiera yo iba a ser la besada!

O bueno, debo admitir que en mis sueños fantaseaba con esos chicos, pero ese no es el punto en este momento.

Aquí, lo que importa es la traición de Netflix y como juegan con mis sentimientos.

Un sonido en las escaleras.

El aire se me va de nuevo cuando oigo como si alguien estuviera bajando, como si estuviera viniendo por mí.

Maldita sea, no pienso volver a verme películas de terror en mi vida.

Sin embargo, no pasan ni diez segundos cuándo los pasos se oyen lejanos, cada vez se escuchan menos, y de lo único que estaba segura es de que había alguien más que yo en esta casa.

Molesta e indignada por ser tan paranoica, me pongo de pie para demostrarme a mi misma de que no había absolutamente nadie más en la segundo piso.

Mis pasos son seguros y mi columna esta firme, mis cejas fruncidas y mis labios encorvados, y me dirijo a mi habitación, pues si hubiera alguien en el segundo piso, ya trataría de secuestrarme en el momento en el que viniera por mi.

Y toda mi valentía se fue por el caño cuando sigo oyendo sonidos.

Yo ninguna mascota, mamá era alérgica a ellas y Bob las detestaba, era solo yo en ese momento y unos sonidos extraños u tenebrosos.

-Eres bastante testaruda, ¿No? 

Una voz.

Una voz de chico.

Trague duro y siento que me ahogo, pero aún así, trato de no mostrarme asustada.

En mi ventana, sentado en el marco, estaba un total desconocido, pelo blanco, piel notoriamente blanca  y un semblante desafiante, y burlón al mismo tiempo, parecía tener una lindas pecas en sus mejillas y unos ojos hermosamente celestes, pero bastante desafiantes. Al menos no era un monstruo como creía.

-¿Que haces aquí? -Pregunto molesta, pero en mi mente solo se proyecta le escena de hace unas horas, los gritos, tan desgarradores y tenebrosas, y la gran coincidencia que su silueta se vea casi igual.

-¿Me estabas espiando, vecina? -Habla al fin. Lo curioso es que no lo dice en forma de duda, si no más bien afirmándolo.

Un segundo... ¿Vecina? 

-¿Vecina? -Doy una risa amarga y pongo mis manos en mis caderas- Ni siquiera se quien eres.

-Aún peor, estabas espiando a un desconocido. -Se burla- Ninguna de las chicas en este pueblo parece mostrar ser muy inteligente.

Oh Por Dios, eso sonó muy mal.

-Eso siendo un machista, idiota -Acote- Y lárgate de mi casa, ¿Cómo demonios entraste? 

-Vivo al lado, y quise saber quien me acechaba -Bromeo- Ya sabes... para que no me maten por la noche.

Vivo al lado, mierda.

-Esa propiedad esta en venta -Le asegure.

-Estaba -Contesta- Mi madre la ha comprado, probablemente me veras seguido. -Me guiña un ojo, y va saliendo cuidadosamente por la ventana- Ah, y ¿Un consejo?, No me espíes. -Termina para luego desaparecer de donde había venido.

La pequeña conversación que había tenido con el habia sido bastante extraña, unas palabras, unas preguntas, y al final...

Una advertencia.

Trato de ignorarlo lo más que puedo, vuelvo al living y tomo mi celular, la hora no me sorprende, las once, casi media noche, y a decir verdad, solo tengo ganas de acostarme a dormir.

¿Por qué no lo hago? 

Fácil, el vecino tenebroso de al lado saber como meterse a mi habitación, y me resulta espantoso imaginar que podría fácilmente matarme mientras duermo tranquilamente.

Y sus palabras no ayudan, recordar su forma de hablar, su acento, nada ayuda, todo empeora la situación, no puedo calmarme a cada rato me fijo si no esta aquí, conmigo. Trato de poner no muy fuerte la televisión, solo por si entra a mi habitación, para poder oírlo, para poder pedir ayuda.

Y me siento estúpida, estúpida por estar tan asustada, estúpida por dejarme amenazar por el, estúpida porque de alguna manera estaba siendo tan vulnerable que incluso yo misma me tenía asco.

Me dispongo a comer algo, camino sigilosamente a la cocina y doy una media sonrisa cuando en el fondo del refrigerador puedo ver un gran tazón de helado de dulce de leche, con un cartelito en el que tenía el nombre del dichosos y estúpido destroza jabones.

Si el destruyo mi jabón, yo voy a tomarme su helado.

Sabía perfectamente que este helado, Noah lo pedía de la heladería mas costosa del pueblo, aquella en donde personas como Jordan Buono solían ir, exclusivas para los chicos ricos, y el lugar más habitado por ellos.

¿Por que? Para estar en un espacio sin clase "media", como solían decirnos, en mi opinión, una basura de pensamientos, en opinión de los demás, ellos merecen esos costosos helados.

Si bien el helado de ahí era bueno, debo admitir que no entiendo el tan costoso precio, solo personas lo suficientemente tonta podrían pagar tanto por un helado, personas tontas como Noah.

Tome un cuchara y pongo el pote de helado en la mesa, comiendo a servirme sin limite, probablemente me lleve un castigo, pero no importa mucho si voy a ver la cara de mi hermanastro cuando note que me tome su posesión más amada.

O bueno, segunda posesión más amada, digo, no podía secuestrar y comerme a Chloe.

El lo negaba, ella también, pero por más de que no conozca bien a ninguno de los dos, sabía que algo se traían entre manos.

Según Noah, Chloe era solo una amiga, según Chloe, Noah era solo un amigo.

Según toda la escuela y yo, se gustaban.

¿Y como se que Noah si tiene sentimientos? Porque le invita su helado a Chloe y la protege.

¡Ni siquiera a mi me protege! ¡Y soy, técnicamente su hermana!

Y no hablar de lo que me hará en cuándo note que me comí su helado.

Sin o le da un paro antes, probablemente tratara de matarme, y no es que me disguste la idea, pero aún no he cumplido ni la mayoría de edad, debo vivir por lo menos unos meses más ¿No? 

Batí el helado con la cuchara, me gustaba tomar helado derretido, ni siquiera se porque, sabe a lo mismo, pero con un poco de gloria.

Puedo ser un poco rara a veces.

O bueno, siempre.

-Creo que el helado no se toma así.

Maldita sea.

-¿Puedes dejar de entrar a mi casa sin permiso? -Pregunte frustrada, por lo visto, este chico no tenía ni la menor idea de que era la educación. El dio una gran carcajada y se tapo la cara con una mano para dejar de reír. Espero que se ría de lo que dije y no de mí.

-¿Siempre eres tan terca? -Dijo y se recostó en el marco de la puerta.

-¿Sabes que esta prohibido entrar así de la nada a la casa de los demás, no? -Hable seria, pero este solo volvió a reír y comenzó a acercarse a mi. Demasiado para mi gusto.

-Ya veo, te gusta incomodar a las personas. -Me espeto.

-Créeme que es más incomodo encontrar a un desconocido en tu casa. -Ataque- Si mis padres llegan van a llamara a la policía, te recomiendo irte.

-Es la primera vez que veo que los padres de una chica la dejan sola por tanto tiempo.- Admitió. ¿Y este porque se sentí libre de preguntarme lo que sea? 

-Te estoy diciendo que te vayas. -Insistí.

El chico de cabello blanco se acerco más, retrocedí por instinto, ¿Por que no me deshacía de el? Mi cuerpo no reaccionaba correctamente y me di cuenta de que jamás había estado tan cerca de alguien. Y estaba jodidamente nerviosa.

-Yo también te insistí en algo. -Contraataco. Y siguió acercándose.

Puedo jurar que sentía su tibia respiración en mi rostro, acunándome un poco en ella, y también, algo me decía que el notaba lo acelerada y nerviosa que estaba.

Avanzo más, un paso al frente, si no hubiese sido porque yo di dos pasos atrás quedándome atrapada por la mesa de mármol y su cuerpo, me hubiese besado. Y me ponía más nerviosa que pensaba que eso quería.

-Eres bastante astuta. -Sonrió.

-Te agradecería que te fueras. -Respondí casi murmurando, definitivamente algo andaba muy mal conmigo. De nuevo esa estúpida sonrisa, como si me restregará alfo en la cara.

-Ambos sabemos que no es así, Ronnie Anne.

Mi nombre.

Yo aún no se lo había dicho.

Eso me hizo caer en la realidad.

El era un extraño.

Y de un momento a otro pude sentir miedo.

Lo empuje por el pecho con ambas manos, tomándolo desprevenido, y salí de aquel encierro en un ágil movimiento,  mi rostro volvió a mostrarse frio.

-No te he dicho mi nombre. -Le reclame cruzada de brazos.

-Solo lo sé. -Suelta despreocupadamente.

-¿¡Y como demonios lo sabes?! -Dije exaltada y bastante preocupada por dentro.

-He estado en tu habitación, ¿Lo olvidaste? Es fácil saberlo, en tu escritorio habían unos cuadernos. -Responde y vuelve a acercarse.

Juro que deseaba arrancarle un ojo.

-No se, a que demonios estas jugando -Admití sincera, con la voz moleta y el ceño fruncido- Pero no me gusta, así que no me metas en cualquier cosa que estés haciendo.

-Sabes que quisiste besarme hace un segundo -Toco su cabello llevándolo para atrás- No parecías quejarte.

-Lárgate.

-¿Que? .Dijo confundido y también furioso.

No tenía derecho de estarlo,

-Te quiero fuera de mi casa.

-Te estas comportando como una inmadura. -Me ofendió.

-Si sigues llevando el dos por ciento de tu dignidad, lo más correcto es que te largues.

-Si me conocieras sabrías que nunca hago lo correcto. -Soltó escaneándome de arriba a abajo.

-¡Exacto! ¡No te conozco! ¡Y aún así te has metido a mi casa! -Exclame, en mi vida hubiera creído que tendría a un chico bastante extraño negándose a salir de mi hogar. Sin embargo, el negó con la cabeza. ¿Por qué rayos se rehusaba a salir?

-Quiero besarte. -Soltó de repente, lo mire con los ojos mucho más abiertos de lo que habían estado todo el día. No iba a hacerlo, ni siquiera sabía su nombre, era un desconocido, había roto las leyes y se había metido a mi casa como un intruso, me negaba a ceder a algo como eso. No me daría mi primer beso ni en un millón de años.- Bésame y prometo irme.

-¿Acaso estas loco? -Dije molesta y frustrada, me di cuenta de que el creía que tenía el control sobre todo. Por supuesto que no. No en mi casa.- Por Dios, vete, van a matarte si ven que hay un chico en casa. -Suplique, en este momento, dudaba que se fuera, no después de haberme dicho al tan sucio e incluso sentía miedo cuándo negó con la cabeza. ¿Iba a violarme? 

-Si me besas saldré de aquí sin que vuelvas a siquiera decirlo. -Dijo y se lazo al sofá. Y pensar que el idiota de Noah no hubiese tocado mis cosas estaría en la iglesia y no haciendo esto.

-¿Te metes en casas de las chicas a pedir que te besen? Eres el segundo chico más idiota que conozco.

-¿Estas celosa. Ronnie? -Pregunto pícaro, que molesto era.

-Ni siquiera me se tu nombre, no podría besarte ni aunque pudiera. -Respondí e inmediatamente, me di cuenta de que había sonado mejor en mi mente- NO me gustas, no me agradas.

-¿No te gusto? -Dijo incrédulo.

-Si, me gusta alguien más.

No era mentira, había estado un poco obsesionada con Jack Newby desde el año pasado, y por más que el no tenía ni la mas mínima intención conmigo, me quedaba con las sonrisas que me quitaba sin darse cuenta.

-¿Sabes que lo besos pueden no significar nada, verdad? -Yo asentí obvia- Bésame, no significara nada.

-¿Tienes alguna obsesión con los besos? -Bromee y reí, el solo rodo los ojos.

-¿No vas a moverme de aquí entonces? -Pregunto, ahora fui yo quien rodo los ojos, al igual que el hace unos pocos segundos.

-Es imposible que te quedes ahí por siempre.

-¿Me estas retando? -Dijo con una sonrisa.

Estuve a nada de contestarle, cuándo oí un sonido.

El motor.

De nuevo el motor.

Palidecí inmediatamente, debía sacarlo de aquí como sea, pero parecía imposible. De todos los acosadores ¿El mío debía ser tan permitente? 

-Oh por... Vete ahora, te lo suplico. -Le rogué, el hizo un gesto con sus labios, y solo le di un golpe en el hombro.- Eres un pervertido, necesito que te largues, si no van a matarme, créeme lo harán.

-Ya te he dicho que hacer para que me vaya. -Dijo y volvió a sonreír.

-Por el amor de Dios, esto es abuso -Me defendí.

Sin embargo el sonido que hacía el auto se alejo de nuevo. ¿Qué rayos...?

Fruncí el seño y lo mire a el, qye no parecía entender bien lo que pasaba, pero aún así, me miraba de manera bastante extrañada.

Mis ojos se desviaron a la puerta en el momento que un mínimo sonido salió proveniente a ella.

Pero fue muy tarde.

Un Noah bastante sorprendido, confundido y enojado estaba ahí, posando sus ojos de desaprobación hacia nosotros.

Trague duro, esto no se veía nada bien, y no tenía forma de justificarme sin delatar al vecino.

Y a pesar de todo, el extraño seguía ahí, pero esta vez, tenía una sonrisa distinta, una más burlona.

Que no ayudaba en este momento.











Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro