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Capítulo 05


P.O.V Emily: 

La mirada del detective se cruza con la mía cuando estoy por introducir las llaves en la cerradura, el leve recuerdo de aquel escalofriante diario escondido en uno de los cajones en mi habitación llega a mi mente y me detengo un segundo pensando que debería comentarle, aunque, creo que debo revisarlo primero, no puedo ir sin saber que se supone que voy a explicarle si ni siquiera sé que hay dentro...

—¿Todo bien? —Noah interrumpe mis pensamientos y me giro a sonreírle, casi olvidaba que estaba aun aquí. 

—Muchísimas gracias por traerme otra vez —meto las llaves en el cerrojo. Paso y espero que me siga, pero se queda en la puerta sin dar un paso —¿No pasas a tomar algo?

—Deberías dejar de agradecer, lo hago con gusto de verdad. —echa hacia atrás sus anteojos con su dedo índice, como siempre— Tú tranquila, ve e intenta descansar, yo tengo que llegar pronto a casa. 

—Vale —me acerco para darle un abrazo fugaz— Cuídate. 

Me sonríe cálidamente devolviéndome el abrazo y se despide con la mano al marcharse y responder afirmativamente. Lo veo alejarse en su coche y segundos después, cierro la puerta de casa, no sin antes haber echado un ultimo vistazo fuera y darme cuenta de que el detective ya no estaba, y el auto que estaba a su lado tampoco. 

Suspiro y le envío un mensaje de texto a Noah advirtiéndole que me avisara al llegar a su hogar. Subo las escaleras, pensando en que conocerlo ha sido algo grato en mi vida, si no hubiese estado aquí en estos momentos, creo que estaría de regreso a casa al salir del trabajo con la mirada alerta a cada rincón, es un chico dulce, y aunque he sido una persona difícil de llevar, el ha logrado acercarse a mi y tratarme con cariño sin que yo lo aleje de mala manera, un gran amigo, sin duda. 

Al entrar a mi habitación no soy capaz de cerrar la puerta, aun se me estremece el cuerpo estando sola. Las desapariciones han sido parte de mis sentimientos de temor, pero la muerte de la señora Lucinda y el enterarme de las demás, ha sido como agregar tensiones a las antiguas. Sin olvidar, el misterioso diario antiguo que me he encontrado. 

Abro el cajón y aun esta ahí, lo saco, observo unos segundos y abro en la primera pagina, parece que no es exactamente la primera, las demás que estaban antes de donde esta escrita la dedicatoria con mi nombre parecen haber sido arrancadas, los residuos de ellas en las esquinas lo demuestran. Paso a la siguiente y el primer nombre que aparece me desconcierta. 

Recuerdo haberlo escuchado alguna vez, seguro en las noticias, aunque no tengo claro cuando ha Sido.

Daniel Mitchell

10 de marzo 2020
05:40 P.M

Querido Diario,

En la claridad del amanecer, las sombras susurran la verdad que ha sido ocultada bajo la sombra de la complicidad. Daniel, tu silencio ha sido la cuerda que te atormenta, tus secretos te han llevado al destino que ahora te aguarda. El amanecer desvelará la justicia.

Hasta pronto, Daniel.

No entiendo nada de lo que he visto y quedo confundida con su contenido.  Paso la siguiente pagina, y es como si mi cerebro hubiese hecho clic con el siguiente nombre. 

Grace Carter 

13 de marzo 2020

07: 30 P.M

Querido Diario,

Bajo el manto estrellado de la noche, las sombras murmuran el eco de la verdad que yace oculta bajo la complicidad. Grace, tu complicidad ha sido la cadena que te aprisiona, tus acciones te han conducido al destino que ahora aguarda. La noche desvelará la justicia.

Hasta pronto, Grace.

Esos nombres los escuche en las noticias aquella vez que regresaba a casa del trabajo con Noah hace casi un mes, es extraño, y escalofriante ver sus nombres con aquellas fechas y horas por debajo, no entiendo el contenido, son simples párrafos, en cada hoja, con una linea como despedida, que aun así, no deja de hacerme estremecer. 

Unos fuertes toques en la puerta me sobresaltan, me pongo de pie y salgo temerosa de la habitación, vuelvo a escuchar los toques y logro notar que se trata de la planta baja, en la puerta de entrada. Bajo las escaleras a paso lento, con el corazón martillando con fuerza en su caja torácica.

No tengo absolutamente nada cerca con lo que podría dar un golpe certero y luego salir corriendo, así que trago saliva y me acerco a la puerta pegando casi un brinco cuando vuelven a tocar conmigo a pocos centímetros de ella. La abro lentamente, y el alivio que recorre mi cuerpo al ya no estar tan tenso cuando veo de quién se trata es enorme.

La rubia me sonríe con una pequeña canasta en manos que levanta como presentación.

—Hola Emily —. Me hago a un lado para permitirle el paso— Traje unas galletas como forma de agradecimiento por la ayuda a organizar mi apartamento ayer. —pasa con ellas y las deja sobre la mesa al llegar a la sala—, la cantidad es un poquito más de lo que tenía planeado, pensé que el chico de los anteojos estaría aquí.

—No tenías que, fue un placer haber ayudado. —me acerco a verlas, parecen galletas de jengibre —¿Las hiciste tú?

—No, no, esta vez las vi apetitosas mientras regresaba y las compre. 

—¿Esta vez? —cuestiono y tomo una. 

—Si suelo hacerlas, pero estaba muy cansada. 

—Eso es genial, a mi me gustaría aprender a hacerlas. —irónicamente, nunca le presté atención a esa pequeña parte de mi que veía a la señora Lucinda hacerlas para quedarme yo también con ella, de hecho, para que mentir, pensaba en lo profundo de mi ser que ella estaría siempre para prepararlas, y yo también lo estaría, para comerlas junto a ella en una noche tranquila con una taza de café. 

  No me doy cuenta de en que momento se ha acercado Olivia a mí hasta que su mano se posa en mi mejilla con dulzura, levanto la mirada que no sabia que había bajado y la veo sonreírme. 

—Estarás bien Emy, puedes estar segura de ello.  —seguido de eso me abraza, y las lágrimas no piden permiso a la hora de resbalar por mis mejillas como si fuese una cascada que tenía una roca atorada en medio de su paso y es liberada. 

No sé que es lo que trae Olivia, que cada que puede termina siendo pañuelo de mis lagrimas, claro, también podría ser mi mente jugando a querer cubrir una herida obligándola a pensar que el hecho de que sea mi nueva vecina debo verla con los mismos ojos con los que veía a Lucinda, y entonces lloro, cuando me doy cuenta que aunque tengan ciertas cosas en común, jamás la vería como un reemplazo, no podría, me sentiría como la peor persona solo de imaginarlo, así que lloro todavía más fuerte, porque una vez mas recuerdo, que mi querida Lucinda no va a volver. 

Los murmullos a nuestro alrededor eran tan inquietantes como las nubes grises que amenazaban con traer una tormenta. El ambiente se sentía pesado, sin vida, igual que hace unos días en el funeral de la señora Lucinda. 

Después de aquel instante en el que lloré en los brazos de mi nueva vecina, se ofreció a hacer galletas conmigo para subirme un poco los ánimos, acepté, y nos pasamos a su casa, ya que había dicho que los ingredientes que necesitaba estarían ahí, hicimos galletas, conversamos largo rato donde me contó que su ida a la biblioteca de la que le hablé terminó en un empleo para ella, estaba muy emocionada, decía que no estaba segura de sobrevivir con sus ahorros tanto tiempo. Hicimos las galletas, aunque confieso que parte del proceso no quedó grabado en mi memoria como quisiera, me comento que también habían dejado el anuncio de la reunión en la iglesia frente al lugar, y planeamos al final de su insistencia en que iríamos juntas. 

Esa noche dormimos casi al llegar la madrugada, nos despedimos y me reiteró que podría contar con ella para lo que fuera, le sonreí sinceramente, e intente dormir tanto como pude apenas me encerré en mi habitación. 

Ya había pasado una semana, y nos encontrábamos como a la hora predicha en el enunciado de camino a la iglesia que había mencionado Philip, Olivia enlaza mi brazo al suyo y viste un largo vestido azul oscuro que se balancea junto al viento fuerte que hace cada tanto, su cabello esta envuelto en una coleta alta, y algunos mechones no se resisten a revelarse y salirse del perfecto envuelto que llevan. Trae una chaqueta clara consigo, y agradezco que me hubiese sugerido llevar una a pesar de que las mangas de mi vestido negro cubrían casi todos mis brazos. 

Llegamos a la iglesia unos minutos después, y antes de entrar, dos figuras estaban justo al lado, no sé que discutían exactamente, pero podía reconocer a una de ellas. Esa altura que imponía estremecer te la piel incluso cuando no tenía aquella mirada fija en ti era imposible de pasar desapercibida. Olivia y yo nos acercamos, no pude evitar llamarlo.

—Detective Morgan. —claro, tenía que sonar tan intimidada al solo decir un nombre. 

Gira para poder mirarme, y si su espalda era imponente, su mirada, como aquella vez en el interrogatorio, era todavía mas intimidante. 

—Señorita Waters. —responde extendiéndome la mano, lo dudo unos segundos, pero la tomo. 

—Puede llamarme Emily. 

—No le aseguro nada, pero...

—Pero no lo hará, así que no lo esperes Emily —Lo interrumpe un chico a su lado con rapidez, creo que es el que más ánimo trae consigo de todos los presentes —¿Puedo llamarte Emily yo también verdad? 

—Ehh... S-i si —intento seguirle el ritmo.

—¡Genial! Yo soy James Thompson, pero por favor llámame Jimmy. —Y sonríe tomando mi mano para sacudirla levemente a forma de saludo sin darme tiempo a reaccionar, también toma la de Olivia un segundo después para saludar. 

Su cabello es rubio, no como el de Olivia, es mas bien, una combinación de rubio y castaño que le da un brillo realmente único, sus ojos marrones hacen acompañamiento a su piel tostada, junto con unos labios pequeñas y rosas, es delgado, pero parece darle mantenimiento a su cuerpo, aunque las ropas holgadas que lleva consigo parecen querer ocultarlo. 

—James ¿Y es que no te apagas? 

—¿Ves? —lo señala James luego del reproche —Llevo desde que empezamos a trabajar rogándole que me llame Jimmy, y a duras penas me llama James. 

—¿Trabajas con el detective? —Olivia hace la pregunta que pasó por mi mente hace segundos. 

—También soy detective ¡Que tonto! olvide decir esa parte en mi presentación. 

—Oh, no me lo esperaba. —contesta Olivia. 

—¿Eso te parece interesante? —vuelve a hablar James una vez mas— Deberíamos ir juntos a explorar el pueblo como dos nuevas personas en el lugar —lo dice todo junto— ya sabes, como dos nuevas almas en... 

—Suficiente, estas pasando vergüenza y no quiero a alguien con vergüenza en mi auto —El detective lo toma de la solapa y lo arrastra dentro, no sin antes darnos una disculpa a mi y a Olivia por el comportamiento de su nuevo compañero, que aun siendo arrastrado, seguía intentando conversar con mi vecina. 

Ese breve momento de locura me había hecho olvidar completamente a que había venido e incluso por poco pasaba por alto donde estaba, y creo no ser la única, ya que la risa escandalosa de Olivia me sacó de mi estupor. La miro de reojo y esta doblada a la mitad sosteniendo su estomago como si no pudiese contener la risa, termino por reírme yo también, claro, mas discretamente y la reprendía porque estábamos muy cerca a la entrada y todo aquel que llegaba nos miraba con extrañeza. 

Cuando al fin recobra la postura su cara esta levemente sonrojada y una sonrisa se expande en su rostro, incluso sus ojos brillan, es una sonrisa que le llega al alma. 

—¡Que chico mas adorablemente loco! —enlaza su brazo al mío una vez mas— Vamos Emy, hay que entrar y sentarnos cerca de personas como esas. 

—¿Que? 

—Emy, esas personas que transforman un ambiente insípido y gris en brillantes colores de la nada, y a veces sin darse cuenta, son el tipo de persona que vale la pena tener en tu vida, siempre. 

Solo en ese instante me di cuenta de que aunque el cielo aun seguía gris, nuestros vestidos seguían estando oscuros, y las personas a nuestro alrededor aun murmuraban de manera inquietante, no se sentía el mismo ambiente pesado del inicio, fue como si de verdad, aquella pequeña conversación sin sentido, en cierto modo, nos hubiese hecho sentir mucho mejor.


N/A 

¡Y hasta aquí, el capitulo obvio!

Mis criaturitas de mal. ¿Qué les parece James? ¿Cae bien o es muy pendejo? 

¿Cómo les cae Olivia?

¿Qué tal les pareció el capitulo de hoy? 

En este encontraremos por o menos dos pistas (si mi memoria no me anda engañando) así que atentos a los pequeños detalles, a nosotros también nos toca unir el rompecabezas con nuestro querido detective. 

#SeLesQuiereDeAquiACarrasco

Stefii fuera 

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