Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1. La eterna luna menguante


- ¡Nagisa ya llegó!

- ¡Ya voy!

Maldición, no sé si hoy me tardé más de lo normal en prepararme o si Nagisa llegó demasiado temprano.
Le di un par de última vueltas a las vendas alrededor de mi pecho antes de colocar el seguro a un costado.
Me flexioné un poco, asegurándome de que no me apretaban demasiado, y después pasé mis manos cuidadosamente por encima.
Las vendas son ásperas y un poco incómodas en ocasiones, pero por lo menos se siente bastante plano.

- Bien, ahora...

Me puse una camisa delgada y sin mangas sobre las vendas antes de colocarme la del uniforme.
Son demasiadas capas de ropa, pero no quiero que las vendas se noten a través de la camisa. Y el saco del uniforme es bastante incómodo de usar con las vendas por demasiado tiempo, me da calor.

Una vez que terminé de abotonar mi camisa, la fajé descuidadamente y tomé el resto de mis cosas para finalmente salir de mi cuarto.

- Baja con cuidado, o te vas a tropezar

La advertencia de papá me llegó un poco tarde, ya que yo ya había terminado de bajar de dos en dos los escalones para cuando él me hizo la advertencia desde la barra de la cocina, en dónde solía mantener su laptop y un banquito alto para estar pendiente de cosas de su trabajo.

- Eh sí, lo siento. Buenos días

- Buenos días

Papá levantó un momento la vista de su computadora para saludarme con una sonrisa cansada.
Lleva su largo cabello recogido en un chongo bastante desordenado sobre su cabeza, y tiene directamente la jarra de la cafetera a su lado en lugar de usar una taza.
Me pregunto desde qué hora está despierto.

- Vamos, ve a saludar a Nagisa que lleva un rato esperando

- No es verdad, apenas llegué...

Voltee a ver a mi amigo, que estaba sentado en el comedor con un vaso de jugo entre sus manos que más que seguramente mi papá le ofreció.
El vaso está medio vacío, así que quizá si lleva un poquito esperándome... O quizá Nagisa tenía mucha sed.

- ¡Hola Nagisa!

- Ho-hola, ¿Dormiste bien?

Saludé a mi amigo desde lejos con la mano, él me regresó el gesto de igual forma mientras me sonreía con un encantador y pequeño sonrojo en las mejillas.

Sentí un pequeño vuelco en el estómago, así que antes de ir con él mejor fui a buscar algo de comer a la cocina.
Al pasar junto a él, le pregunté a mi papá por la hora.

- ¿Qué hora es?

- Aún tienen tiempo para comer algo, así que ve tranquilo. ¡Eso te incluye, Nagisa! así que siéntete libre de tomar algo si así quieres

- Gracias señor Kusatta, pero ya tomé algo en mi casa

Conociendo la casa de Nagisa... No creo para nada que su mamá le haya preparado un desayuno adecuado, seguramente comió tostadas o algo así.
Pero igual no tengo manera de criticar si es lo mismo que yo voy a desayunar.

- Papá, ¿Te preparo una tostada?

- Gracias, pero ya tomaré algo más tarde. Solo prepara tu desayuno, cariño

Me encogí de hombros, supongo que papá sabrá cuando tiene hambre.
Puse un par de rebanadas de pan en la tostadora, y mientras estaban saqué mermelada del refrigerador junto con la jarra de jugo de la que papá le debe haber ofrecido a Nagisa.

Me serví jugo y preparé mis tostadas con mermelada antes de ir al comedor para sentarme junto a Nagisa.

- Toma, te traje una

- No gracias, en serio estoy bien así...

Miré fijamente a Nagisa un momento, él me mantuvo tan tranquilamente la mirada con sus claros y vibrantes ojos azules que terminé rindiendome ante la vergüenza y apartando la mirada.

- ¿Terminaste tu tarea?

- ¿Eso? Algo así, estuve toda la noche en ello

Nagisa me hizo plática con cosas de la escuela mientras yo terminaba de desayunar.
Papá, por su parte, continuó revisando cosas en la laptop sin hacernos demasiado caso, al menos eso parecía.
Él trabajaba bastante después de que se separó de mamá, pero últimamente me parece que nunca lo veo sin que esté trabajando en algo.

Igual él normalmente está en casa, ya que puede trabajar fácilmente desde aquí. Pero eso no evita que las ojeras bajo sus gentiles ojos rosáceos se marquen cada vez más, sobre todo en una piel tan blanca como la suya.

- Sakura, ¿No te tocaba hoy la inyección mensual...?

Sentí un escalofrío fugaz recorrerme la columna cuando papá me habló distraídamente, mientras mantenía sus ojos en la pantalla.

- ¿Sakura...? Ah, ¡Lo siento! Lo lamento, era...

Mi papá levantó la vista bruscamente de su trabajo al darse cuenta de su error, y buscó desesperadamente a su alrededor como si fuera a encontrar mi nombre escrito en alguna pared o en el techo.

Nagisa terminó por compadecerse de él y recordárselo con una suave sonrisa.

- "_______"

Papá de inmediato se dió un pequeño golpe en la frente, alborotándose un par de cabellos pálidos sueltos, y disculpándose conmigo de inmediato.

- ¡Si! Lo siento tanto Sak- ¡______! Perdóname, aún no me lo aprendo bien, ¡Pero ya no volverá a pasar!

Miré a papá, me parece bastante curioso que se vea más vivo justo ahora que entró en crisis porque se olvidó del nombre de su hijo, en comparación a cómo estaba hace un momento.
Nunca he pensado que su cabello pálido lo haga ver viejo, pero a veces... Cuando lo veo sentado frente a su computadora, me parece que los años le caen encima de golpe hasta que se levanta para descansar.

Él está tan ocupado... Y aún así encuentra tiempo de preocuparse por mí, o algo así.
Es... innecesario.
No quiero que él tenga que cargar con más preocupaciones, y además puedo cuidarme solo.
Si incluso las chicas lo hacen, yo debo de poder hacerlo también... Sobre todo cuando es mi culpa que él tenga que trabajar tanto.

- ... ¡Está bien! No te preocupes, hasta a mí se me olvida a veces. Es la tercera vez que lo cambio

Le sonreí a papá, él tardó un momento pero finalmente me regresó la sonrisa con suavidad.

Está bien si lo olvidas, así como si a veces olvidas que no me gusta que me llames "princesa" o "cariño".
Está bien... Pero aún así me hace sentir tan raro que a veces quisiera no responderte cuando lo haces.
Pero está bien, porque debe ser difícil para tí.

- No, no... Solo es un nombre, así que debería por lo menos poder aprenderlo bien. Juro que es la última vez

No sabría decir si de verdad va a ser la última vez, pero realmente no importa.
Es papá, así que está bien.

- Entonces, ________, ¿Te toca tu tratamiento hoy?

- No, la última vez me atrase un poco así que aún me faltan unos días para la otra toma según mi calendario

- Entiendo, avísame cuando te toque. Puedo ayudarte a ponerla o llevarte a alguna parte...

- Gracias, pero en serio puedo hacerlo bien por mi cuenta

Aunque me deje marcas en el brazo por no ser tanto cuidadoso, yo puedo encargarme solo.
Es lo mínimo que puedo hacer si papá ya se está esforzando en conseguirme el tratamiento, aún con el gasto de tiempo y dinero extra que significa.

Miré un momento mi plato, aún me queda media tostada pero honestamente ya perdí el apetito.

- ¿Quieres media tostada?

- Seguro, ¿Ya se van?

Me puse de pie, recogiendo mi plato y tanto mi vaso como el de Nagisa (ignorando la protesta de este último) para ir a dejarle la tostada a mi papá e ir a lavar rápidamente los vasos.

- Sí, vuelvo en la noche

- Aquí estaré. Vayan con cuidado, y ______...

Pensaba huir rápido apenas terminé con los vasos, pero papá se alcanzó a poner de pie increíblemente para ir a abrazarme y estamparme un beso en la mejilla antes de que pudiera tomar mi mochila.
Me quedé completamente quieto ahí, sin saber cómo huir de nuevo de esta situación.

En mi desesperación terminé mirando a Nagisa, en busca de cualquier clase de ayuda. Él simplemente me miró con ternura y se encogió de hombros, lo que solo hizo más humillante la situación.

- ¡Ten un lindo día en tu escuela!

- Papá, por favor

- Sí, sí, lo sé. Pero no te quita valor como chico el dejar que tu padre te mime un poco

No estoy del todo seguro de eso, pero cómo sea.
Papá parece disfrutarlo y realmente no está tan mal, pero ojalá no lo hiciera frente a Nagisa o cualquier otra persona.
Nunca he visto que un padre mime a su hijo de esa forma, ¿No podría ser una caricia en el cabello o una palmada en la espalda?

Papá finalmente me dejó libre después de revolverme el cabello con una descuidada caricia (supongo que ahí está la respuesta a mi pedido), lo cual me sirvió de recordatorio de que debía recogerme la estúpida melena larga.

- Ten, puedes usar la mía

Papá me ofreció su liga cuando notó que yo estaba rebuscando en mis bolsillos.
La descuidada melena pálida y revuelta le cayó sobre los hombros cuando se quitó su liga para ofrecermela. De esa forma parecía una suerte de dios griego dando su ofrenda a la humanidad, cada día más agradecido por tener los genes de mi papá pero maldiciendo el cromosoma que me dió.

Le acepté la liga sin problema, recogiendome rápidamente el cabello en una coleta baja que me cayó sobre la espalda.
Quiero cortar mi pelo, pero papá siempre evita el tema cuando le pregunto para ir a una peluquería o algo.
Tal vez deba cortarlo yo mismo, lo pensaré. Después de todo lo único que le prometí a papá al respecto fue que no me raparía, al menos no completamente

Papá intentó ayudarme, pero insistí en que quería hacerlo yo solo.
Nagisa se mantuvo disimuladamente mirando hacia otro lado, aunque pude notar que se le ponían un poco rosadas las puntas de las orejas.
No me digas que...

- Que te vaya bien en tu trabajo. Vamos, Nagisa... ¡Nagisa!

- S-sí, ya voy

Nagisa tardó un momento en reaccionar y recoger sus cosas para seguirme fuera de la casa, aunque igual nos detuvimos afuera por un momento para que yo me acomodara el saco del uniforme.
Mientras lo hacía, observé a mi amigo de reojo por un momento, aprovechando que él parecía bastante distraído mientras miraba hacia el cielo.

Nos conocemos desde hace años, pero aún así se me hace complicado decir si Nagisa ha cambiado o no en ese tiempo.
Ha conservado largo su cabello azul, pero ahora lo recoge en un par de coletas... Ah, y todo porque esa chica de clase le dijo que se veía mejor así.
Lo ha usado de esa forma desde entonces, cada vez que recuerdo eso me molesta por algún motivo.

Es más pequeño que yo en estatura, y sus ojos claros tienen unas encantadoras pestañas largas enmarcandolos.
Sigue conservando su figura delgada, y ese chaleco que usa con el uniforme tan solo resalta más la curva de su cadera y lo fino de su cintura.
Me pregunto si se da cuenta de ese efecto, ¿Lo usará a propósito por eso?
Cada vez que lo veo, hace que yo quisiera... Quizás...

Terminé de atarme las agujetas, Nagisa seguía distraído así que no lo pensé demasiado antes de extender mi mano hacia él.

- ¡Ahh! ¡______! ¡¿Q-qué haces?!

- Solo te piqué una costilla, no seas llorón

Vaya, ese fue un grito bastante agudo.
Suspiré mientras me ponía de pie, intentando disimular mi decepción.
Si reacciona de esa forma cuando apenas lo toco, supongo que entonces lo otro queda descartado.
Igual creo que sería un poco raro hacerlo.

Nagisa se abrazó a si mismo mientras se frotaba los costados, está sonrojado hasta las orejas, lo que me hizo recordar algo.

- No soy un llorón. Lo hiciste tan de repente que me sorprendiste y...

- Oye, Nagisa

Mi amigo me miró, avergonzado.
Esto me está comenzando a hacer sentir que hice algo mucho más indecente que tan solo picarle una costilla, así que mejor cambio el tema.

- ¿Te gusta mi papá?

- ... ¿Eh?

Nos miramos mutuamente por un momento prolongado, supongo que Nagisa estaba intentando averiguar si le estaba hablando en serio, hasta que finalmente pareció convencerse de que era así.

- ¡Por supuesto que no! ¡¿Por qué pensarías algo así?!

Puedo hacer literalmente una lista bastante larga de motivos por los que a alguien le gustaría mi papá, amablemente proporcionada por una buena parte de mis compañeros y compañeras de escuela a lo largo de los años.

- Solo preguntaba, tus orejas estaban rojas cuando lo viste con el cabello suelto

- ¿Solo por eso? ¡Yo no...! N-no estaba viéndolo a...

Nagisa balbuceó un poco mientras miraba hacia otro lado, pero cuando finalmente se atrevió a volverme a ver a los ojos pareció poder tranquilizarse un poco.

- A mí me... No me gusta tu papá, ¡Es un señor!

- No llega a los 40, no seas tan cruel. Además, ¿No te gustaban los hombres?

- ¡Claro que...! N-no lo sé, ¿Podemos cambiar de tema?

Nagisa de cruzó de brazos mientras agachaba la vista.
Ah, maldición. Creo que lo puse incómodo, no era mi intención...
Solo me sentí un poco molesto al pensar en eso. Quiero decir, a mí se me ha hecho atractivo alguno que otro padre de un compañero de clase, así que sé que es normal y no significa nada, pero el que fuera Nagisa...
Debería controlar más mi genio.

- Mira _______, la luna aún se puede ver a pesar de que ya es de mañana

- Ah, es verdad

Levanté la vista un momento, hacia la dirección que mi amigo me señalaba y aceptando gustoso el cambio de tema, aunque no fuera precisamente para uno más agradable.

La luna se alcanzaba a asomar entre el azul claro del cielo, entre un par de tejados de unas casas vecinas.
Me quedé un momento mirándola, pero finalmente le dije a Nagisa que debíamos seguir nuestro camino a la escuela.
Durante el viaje en metro y la subida por la montaña, Nagisa me habló de otras cosas triviales, pero su comentario sobre la luna siguió dando vueltas en mi mente.

Creo que normalmente Nagisa no me habría señalado eso, pero hace un par de días, justo cuando iniciamos nuestro tercer año de clases en la Secundaria Kunigigaoka, la luna se había vuelto algo mucho más llamativo para nosotros.

Y de hecho, para todo el mundo literalmente, ya que nuestro satélite natural llevaba tres días en fase creciente... Y así estaría para siempre.

Ese mismo día, unos agentes del ministerio de defensa vinieron a nuestra escuela, más específicamente a nuestra clase, la clase E.
Parecía una broma de mal gusto, sobre todo cuando nos dijeron que más de la mitad de la luna había sido desaparecida en una explosión.

¿Por qué el gobierno le daría información seguramente delicada a un grupo de adolescentes de la clase marginada en una academia prestigiosa?

La respuesta era simple... Y a la vez, no tanto.
La explosión no había sido provocada por armas humanas, como misiles o láseres.
Había sido provocada por un ser vivo, más en específico...

- ¡Buenos días, Nagisa! ¡Buenos días, Sakura! Llegan a tiempo como siempre, pero de nuevo no llevas el uniforme adecuado, Sakura

... por nuestro nuevo profesor.
Cuando llegamos al viejo edificio en la montaña que era nuestra área de estudio, un ser extraño salió a recibirnos en la puerta del salón de clase.
Era considerablemente más alto que uno adulto promedio, su cabeza parecía una suerte de emoticón gigantesco: una gran esfera amarilla, con tan solo un par de puntitos como ojos y una sonrisa simple y ancha con dientes blancos y rectos.
Su vestimenta era una larga túnica negra con una corbata en la que lucía la figura de una luna creciente, debajo de esta y por las anchas mangas se asomaban numerosas extremidades amarillas flexibles sin ninguna clase de articulación o pista de que hubiera huesos en ellas.
Recordaban un poco a los tentáculos de un pulpo.

- Buenos días, profesor

- Sí, lo siento

Nagisa saludó tan educadamente como siempre, y yo simplemente me limité a responder vagamente al al alien amarillo para ir directo a sentarme en mi sitio.
Aún cuando nuestro profesor sea un pulpo alienígena, hay cosas que parece que no cambian.

Esta cosa amarilla (aunque según él había nacido en la Tierra) era quien le había hecho eso a la luna.
Llegó con los agentes del ministerio el primer día de clase, anunciando que él pretendía hacerle lo mismo a la tierra el año siguiente, a menos que nuestra clase lo asesinara antes de eso.
Y hasta entonces, él sería nuestro profesor.

Parecía una muy mala broma, pero era verdad. El mismo agente del ministerio que vino, un hombre llamado Karasuma, dijo que la criatura era tan poderosa que realmente no tuvieron más opción que aceptar sus condiciones por más confusas que fueran.

Darían una recompensa de 10 billones de yenes a quien lograra acabar con él, y a todo el salón nos proporcionarían los medios para hacerlo, ya sea entrenamiento o incluso una variedad de equipo que a primera vista parecía ser inofensivo, hecho de alguna clase de goma, pero resultó que era de los pocos materiales que podían dañar a esta cosa.

Claro que si habían cedido a sus peticiones y ofrecían tal recompensa, esto no podía ser fácil.
Por más que a todos nos gustaría esa cantidad de dinero, nos tomó menos de un día darnos cuenta de que esto iba a ser todo menos fácil.

- Bueno, ya es la hora de comenzar así que todos atención. Quien esté de guardia hoy emita la orden para tomar la asistencia

Genial, la hora del pase de lista. Mi momento menos favorito de mi lugar menos favorito.
Suspiré y me agaché para buscar unas gafas de protección en mi mochila.
Me las coloqué justo cuando Nagisa se puso de pie, algunas filas a mi izquierda y unos cuantos asientos más adelante, al parecer a él le toca la guardia hoy.

- Todos, ¡De pie!

La clase se incorporó al unísono, y con un fluido movimiento todos sacamos un arma. De la mochila, el bolsillo, o desde el respaldo de la silla, como en mi caso.
Un arma larga o corta, de alta cadencia de tiro o poca, dependiendo de cuál te acomodara más.
Y todos apuntamos en común hacia nuestro profesor.

- ¡Atención!... ¡Saluden!

Y después de la indicación de Nagisa, todos abrimos fuego.
O bueno, el resto de la clase abrió fuego.
Yo me limité a observar al profesor, mientras mantenía mi arma lista para disparar sin llegar a apretar el gatillo.
Como había sido en los días anteriores, la lluvia de balas matutina estaba siendo inútil, así que decidí que hoy iba a intentar otra cosa.
El profesor esquivaba todo con su super velocidad sin siquiera inmutarse, saludándonos con total facilidad e incluso comenzando a pasar asistencia mientras su imágen apenas parpadeaba un poco al esquivar nuestros disparos sin apenas moverse de su sitio.

Según lo que nos dijeron (y lo que nosotros mismos pudimos apreciar de inmediato) la criatura era super rápida, con su velocidad máxima siendo mach 20, unas veinte veces la velocidad del sonido.

Además de eso, tenía el suficiente poder como para desaparecer gran parte de la luna sin esforzarse demasiado, era invulnerable a prácticamente todas las armas más avanzadas de la humanidad, junto con otra variedad de posibles habilidades misteriosas.

En teoría, esto era un poco ideal, ya que al ser nuestro profesor el monstruo tendrían una ubicación constante en la que podrían ubicarlo con facilidad, y al estar con todos nosotros por mucho tiempo debería ser más probable que de alguna manera lográramos matarlo.
Al menos esa era la esperanza a la que se parecían aferrar estas personas para dejar este asesinato principalmente en manos de estudiantes de último año de secundaria.

- ¡Buenos días a todos! Comenzaré a pasar asistencia así que griten cuando diga su nombre por favor

Incluso mirando el cuaderno, él esquiva todo sin problemas, ¿Qué diferencia haría si yo también disparo a ciegas igual que el resto?
Probablemente para este monstruo sea menos que importante, tan molesto como una mosca. Tal vez hasta menos que eso.
Además, se me complica un poco el recargar.
El profesor incluso tuvo tiempo de darse cuenta de eso ayer mientras evitaba la lluvia de balas, y me dejó como tarea practicar cómo recargar mi arma.
Según yo ya le pillé bastante el truco, pero igual no pienso necesitar eso en el pase de lista de hoy.

- Por favor hablen más alto, estamos en medio de los disparos así que se me dificulta un poco escucharlos. ¡Okano!

- ¡Aquí!

- ¡Kataoka!

- ¡Aquí!

Había pequeños momentos en los que el fuego disminuía un poco, por los dos o tres alumnos que recargaba a la vez rápidamente.
Les toma... Unos cinco segundos, más o menos. Un poco menos a los que ya se acostumbraron.
Mi mejor tiempo cuando practicaba anoche fueron seis segundos, y eso que era un entorno tranquilo. En una situación así... No sé si me tomaría más o menos tiempo.

- ¡Sakura!... ¡¿Sakura?! ¡¿Dónde está Sakura?!

Las manos me temblaron un poco mientras sostenía la pistola, aún apuntando hacia él aunque no tenía demasiada intención de disparar hoy.
Abrí la boca para responder, pero no me salió la voz para gritar que aquí estaba.
O quizá sí salió, pero fue tan débil que ni siquiera yo pude escucharme en medio de todo este ruido... ¿Ah?

- ¡¿A dónde se fue?!

- Aquí estás, Sakura. Debes responder o podrías tener una falta

El pulpo había desaparecido de su sitio en un instante, para inmediatamente después aparecer de nuevo justo frente a mí, apenas dándome tiempo de confundirme por un instante.
A la clase le tomó un momento reanudar los disparos en su nueva dirección, y él continuó esquivándolos con la misma indiferencia de antes.

El pulpo me miró atentamente con ese par de puntos negros que eran sus ojos, le sostuve la mirada fijamente por dos largos segundos mientras hacía un poco de presión en el gatillo del arma.
Debería dispararle ahora que lo tengo tan cerca, es la oportunidad perfecta para que yo...

- ¿Entonces, Sakura? Solo dime qué estás aquí

Mi dedo tembló sobre el gatillo, y levanté el arma hacia él, apuntando directamente a su cabeza.
No se inmutó en lo absoluto, y continuó insistiendo con el estúpido pase de lista.

- ¿Sakura? Kusatta, no puedes hacerle la ley del hielo a tu profesor. Hieres mis sentimientos...

Cerré los ojos con fuerza al sentir un escalofrío desagradable... Y bajé el arma.

- ... Aquí estoy

Creo que ni siquiera había terminado de decirlo cuando el pulpo ya había vuelto a su sitio usual frente a la clase.
No le disparé, teniendo una oportunidad tan buena... Pero me da la impresión de que habría sido igual de inútil que el resto de disparos. Ni uno solo ha logrado darle en estos tres días.

El pulpo aprovechó el momento de desorientación que su nuevo movimiento causó en los estudiantes para hablarnos con normalidad mientras  hojeaba su libreta con nuestros nombres.

- Chicos, admiro su entusiasmos pero deberían controlarse si estoy hablando con un estudiante. Habría sido malo que Sakura hubiera salido herida con alguno de sus disparos, aún cuando las balas son inofensivas para los humanos. Le daré una décima extra a Nagisa, Kayano, Chiba, y a todos los demás que hicieron una pausa en consideración a su compañera. La décima será en una materia relacionada por supuesto, ahora sigamos con las asistencias...

Después de esa breve advertencia, el pulpo continuó pasado lista como si nada.
Salir herido con uno de los disparos...

Miré el suelo, ya completamente tapizado de municiones para este punto.
Estas cosas ni siquiera parecen balas reales, son más como balines, aunque si se nota un acumulamiento en forma de semi círculo en el suelo a mi alrededor.
Supongo que debió haberme parecido raro que ninguno de los disparos me pasará rozando cuando todos cargaron el fuego en esta dirección, pero ya que el pulpo está condicionado a no hacernos daño...
Si el profesor incluso tuvo tiempo de detener todas las balas que iban hacia mí sin que yo lo notara, entonces en verdad no tenía oportunidad de acertar el tiro, aunque fuera a quemarropa.

Apreté el arma entre mis manos con molestia, y en un momentáneo impulso de enojo disparé hacia el profesor de nuevo, algo que por supuesto que fue totalmente inútil y pasó cómo si nada entre toda la ráfaga de disparos.
Por un momento consideré unirme al tiroteo, pero terminé por sentarme y esperar a que terminara de pasar lista.

Creo que, aún con todo el dinero y el destino del mundo en juego... Esto me sigue costando un poco.
Es patético, incluso Nagisa puede hacerlo como si nada... Todos lo hacen como si nada.
Realmente no tenemos opción, y debo acostumbrarme a eso. Tengo que esforzarme más.

- ¡Sin ausencias! ¡Maravilloso! Su profesor está muy complacido con su asistencia a clase... Aunque, por otro lado, es una vergüenza que sus disparos sigan basándose en la cantidad y no en la calidad. Tendrán que pensar más en la estrategia si quieren tener oportunidad de matarme

El profesor suspiró e indicó que guardaramos las armas y comenzaramos a recoger para poder empezar la clase.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

ACLARACIÓN

El acto de vendarse el pecho puede ser perjudicial a largo plazo por lo que, independientemente de lo mostrado en la historia, no recomiendo tomar este método como algo cotidiano.
Sí esta dentro de sus posibilidades, un bínder de su talla siempre es la mejor opción, o hasta uno hecho de forma casera siempre y cuando tenga medidas adecuadas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro