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tenemos que irnos

París
2:17 pm

Los dos estaban sentados viendo tristemente a sus kwamis quienes también querían llorar, Tikki abrazaba la mejilla de su portadora y Plagg le regalaba un queso camembert a Adrien quien iba llorar y no de tristeza.

Tikki: te voy a extrañar. *murmuró la pequeña al borde del llanto*

Los tres portadores restantes ya habían devolvido a los kwamis por el poco tiempo que los tenían no les fue demasiado difícil como a los dos chicos que comenzaron a amar ser superhéroes desde el primer momento en el que vieron que fueron hechos para ser eso, héroes.

Marinette: y yo a ti, Tikki. *sonrió triste tratando de animar a su compañera*

Plagg: niño, que voy a hacer sin el queso que me das?

Adrien: sabía que ibas a decir eso así que por eso te traje esto *saca una caja de su mochila* para los próximos años en los que estés en la caja.

Abrió la caja haciendo que Marinette se volteara tapandose la nariz en un intento de no vomitar y Tikki sólo hizo una mueca de fastidio.

Plagg: que haría sin ti mocoso! *chillo el kwami viendo el queso, lo soltó y floto rápido hacia su portador y le abrazó la mejilla mientras lloraba*

Marinette: supongo que este es el adiós no? *viendo al maestro que miraba la escena con una sonrisa enternecida*

Maestro: no es un adiós si es que alguien quiere atacar París de nuevo. *bromeó soltando una risita y abriendo la caja de los miraculous*

Los kwamis y portadores se miraron otra vez y sonrieron recordando todo lo que habían vivido juntos cada uno por su cuenta, bueno y malos pero a fin de cuentas todo había acabado bien. O eso creían.

La azabache se quitó los aretes lentamente mientras que Tikki la veía con lágrimas.

Tikki: adiós *murmuró con una sonrisa*

Y cuando la azabache se quitó los aretes completamente Tikki fue succionada por los aretes desapareciendo de la vista de los presentes.

Plagg: no hagas tonterías niño *advirtió el kwami serio tomando la caja, y se comió todo el queso*

Adrien: que haces!? Se suponía que era para un dos años! *reprochó confundido*

Plagg: si soy succionado por el anillo no me llevare nada pero si lo tengo en la boca me lo podré llevar *habló con dificultad ya que tenía toda la boca llena de queso* adiós mocoso.

Adrien: adiós Plagg. *se despidieron los dos sonriendo y Adrien se quitó el anillo haciendo que el kwami con temática de gato desapareciera*

Marinette: listo *suspiro cansada* gracias por darnos esta oportunidad maestro.

Maestro: no hay de que agradecer soy yo el que debe agradecer, gracias por protegernos a todos. *sonrió satisfecho poniendo los miraculous en la caja, la cerró y la puso en su lugar*

Se despidieron y los adolescentes se fueron.

Adrien: crees que estén bien? *pregunto mirando a la chica a su lado*

Marinette: oh si que lo estarán, Tikki me contó que para el cumpleaños de Wayzz el kwami del mono hizo de DJ, y Plagg se puso ebrio por tanto oler un queso muy antiguo.

Adrien: si, estarán bien. *afirmó apretando los labios*

Los chicos caminaron lo que restaba de la cuadra en silencio mirando a su alrededor, de pronto escucharon unos pasos como el piso temblar levemente, miraron hacia atrás donde vieron a muchas personas corriendo hacia la otra calle miraron al contrario de donde todos venían viendo a muchas cosas.

Perdón digo personas que aproposito no lo parecían...

Comenzaron a aparecer y perseguir a aquellos que corrían incluso saltaban de una parte de las paredes de los edificios. Estos seres tenían la ropa desgarrada, mostrando que fueron personas antes de convertirse en lo que fuera que sean, el cabello se veía sucio, en los brazos se podían apreciar partes de los huesos, incluso órganos se podían ver pero eso no era lo que importaba; sus ojos eran blancos y estaban sucios y las pupilas del color que hubieran sido ahora eran grises, grises como la neblina.

Ambos chicos miraron la escena asombrados y aterrorizados conforme veían a esas cosas, y para su mala suerte uno los vio.

Y ahí se formó un suicidio.

Esa cosa que los vio comenzó a correr o intentaba hacerlo pero lo lograba con una gran rapidez y agilidad, pero eso no era todo luego de él lo siguieron unos tres más de esos tres 8, y así sucesivamente hasta tener como a 50 de ellos atrás pero la cantidad no importaba implicababa el mismo riesgo por igual.

Comenzaron a correr, por su tiempo como héroes corrían más rápido de lo que una persona normal así que no la tuvieron muy difícil hasta que llegaron a una cuadra y de esta salieron más cosas aproximándose.

Adrien: por aquí! *exclamó agitado tomando la mano de Marinette y corriendo entraron a un edificio*

Los zombies les posaban los talones pero antes de entrar al edificio ambos chicos reaccionaron rápido y les cerraron la puerta en la cara o bueno si se le podía decir así, cerraron la puerta con seguro.

Marinette: hay que irnos de aquí. *sugirió con la voz entrecortada y agitada*

Adrien: que eran esas cosas?

Marinette: lo que fueran no era un akuma. *se reincorporó y comenzó a subir las escaleras ya que el seguro de la puerta no era lo suficientemente fuerte para detenerlos por más tiempo*

Adrien: algún idea? *pregunto mirando hacia atras por si venían atrás de ellos*

Marinette: regresar por nuestros miraculous, lo que sea que este pasando tenemos que enfrentarlo siendo sólo chicos de 15 años no lograremos nada!

Adrien: y como hacemos eso!?

Preguntó alterado sintiendo el miedo recorrer todo su sistema nervioso, y preguntándose como es que el mundo se está cayendo a pedazos peeo aquella chica de coletas nunca pierde su posición heroica aun sin el traje, de verdad admiraba a esa chica.

Marinette: Llámame loca pero debemos saltar los edificios si es que queremos llegar con el maestro no sabemos si lo tienen o no.

Adrien: bien, al techo.

Indicó agitado comenzando a correr de nuevo un peso más encima, los zombies lograron derribar la puerta y eran decenas de ellos los chicos ya habían avanzado la mayor parte del edificio, por fin llegaron.

Adrien: no se abre. *avisó forcejeando la puerta pero esta no abría*

Marinette: Adrien no tenemos tiempo para esto *dijo mirando a los zombies quienes estaban a tres pisos de ellos* juntos

Se puso enfrente la puerta poniendo pose de pelea, el rubio entendió a lo que se refería y la imitó. Contaron hasta tres y golpearon la puerta con sus cuerpos logrando abrirla, Adrien casi se cae pero escucho los rugidos de los zombies y se mantuvo en su lugar. No fueron tan tontos, cerraron la puerta otra vez esta vez usaron unos libros para atacar la puerta y darles un poco de tiempo.

Se acercaron al borde del edificio y vieron a todo París siendo consumida por el caos y la destrucción.

Adrien: que esta pasando? *suspiro cansado viendo confundido a toda su ciudad*

Marinette: hay que darnos prisa, llamaré a Alya para saber si están bien. *saca su teléfono, busca en sus contactos y llama*

No se puede realizar la llamada, el número que-

Iba a terminar el buzón de voz pero Marinette colgó de inmediato.

Marinette: no hay señal.

Adrien: si a mi Nino tampoco me responde. *se acomodó el pelo hacia atrás* ahora que?

Marinette: apegarnos al plan principal, ir por nuestros miraculous. *dijo firme transimitiendole confianza, que no tenía, a Adrien*

Se alejó un poco caminando a al centro del edificio mirando hacia un edificio cercano donde por tiempo de experiencia sabia que era el camino a la casa del maestro Fu, retrocedió y comenzó a correr, llegando al borde ya no lo pensó más y saltó, dobló sus piernas y por último callo al otro edificio pero rodando en el proceso.

Marinette: date prisa! *levantó la voz, pero eso alertó a algunos zombies, grave error, comenzaron a trepar la pared, los que habían encerrado en las escaleras ya estaban logrando abrir la puerta, otros comenzaron a escalar el edificio.

A la azabache ya sin importarle nada, gritó: SALTA YA!

Adrien ni lo pensó dos veces viendo a los zombies que se aproximaban al edificio por las paredes, retrocedió como lo había hecho Marinette y comenzó a correr y saltó.

Por poco se caía pero Marinette tomó su mano antes de que cayera al precipicio en donde bocas hambrientas y sangrientas lo esperaban. Marinette logró subirlo y comenzaron a correr viendo a los zombies de las escaleras derribar la puerta.

Subieron las escaleras de una pared de división que tenían los edificios de París, así siguieron hasta que llegaron a su destino. Abrieron la puerta y dejaron salir a unos zombies quienes ya querían salir corriendo, con cuidado de no alertar a alguno de ellos entraron al edificio, bajaron unas cuántas escaleras y pisos y llegaron a su destino, el pasillo era un desastre las paredes estaban manchadas de suciedad y sangre las cuales momentos antes no estaban. La puerta del maestro estaba abierta y los adolescentes imaginaron lo peor.

Escucharon queridos de dolor y con miedo se asomaron por el marco de la puerta viendo a un maestro Fu, sucio de sangre y débil, corrieron hacia él pero desafortunadamente cuando volteo tenía una mordedura en el cuello y un poco de conciencia, tenía una espada samurai en su mano.

Maestro: Marinette, Adrien, llevense la caja, yo ya no puedo seguir.

Habló con dificultad callendo de rodillas y dejando caer la espada.

Marinette: no señor no podemos dejarlo, debe de haber una forma de-

Maestro: no hay tiempo Marinette, busquen a los demás, encuentren nuevos portadores para los miraculous restantes, toma la espada *toma su mano y le pone la espada que segundos después la chica aprieta con lágrimas en los ojos* prometanme que esto no los detendrá.

Hablaba con la respiración entre cortada, Adrien tomó a Marinette del brazo con una mano ya que la otra la ocupaba la caja de los miraculous y el libro de estos.

Adrien: Marinette tenemos que irnos.

Mencionó con miedo escuchando como más zombies se acercaban, jaló a Marinette del brazo y logró que se levantará ya que había caído de rodillas junto con el maestro.

Maestro: vete *mira a Mari* váyanse. *ordenó con lo poco de conciencia que le quedaba y Adrien logró sacar a Marinette de ahí, cerró la puerta y la azabache rompió en llanto*

Hasta donde sabían todos Marinette fue la primera en conocer al maestro Fu y habían tenido una relación de amistad muy estrecha y llena de confianza.

Se escucharon quejidos y rugidos del otro lado de la puerta, también golpes tratando de abrir aquella puerta que lo dividía de el mundo.

Adrien: Mari debemos irnos o tendremos el mismo destino. *murmuró viendo si habían más de ellos, la chica se limpió las lágrimas, miro la espada del maestro y se levantó haciendo que Adrien la mirará.

Marinette: tienes razón, vámonos pero no así.

Abrió la caja, tomó el miraculous de ambos, cerró la caja otra vez, le entregó el anillo a Adrien y se puso sus aretes.

Marinette: tenemos que salvar el mundo.

Continuará.

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