Me despierto y veo en el reloj de la sala que son la dos de la mañana miro a mi alrededor, encontrando la sala vacía y en silencio. Liam ya se ha ido, y una ligera nostalgia me invade al recordar cómo se quedó conmigo toda la noche. Aún puedo sentir el consuelo de su presencia, y agradezco el momento que compartimos.

Unos minutos después, escucho la puerta y veo a Nora entrar apresuradamente. Me lanza una mirada preocupada mientras se acerca a mí.

La verdad me siento feliz de que ella se quedará con max disfrutando a pesar de que yo estaba triste, se que no vino corriendo por qué Liam le tuvo que insistir mucho ya que mi abuelo es como el suyo también.

-¡Ari! -dice, dándome un abrazo fuerte en cuanto se sienta a mi lado-. Me vine en cuanto Liam me dejo. ¿Cómo estás? ¿Cómo está el abuelo?

Le devuelvo el abrazo, sintiendo el alivio de tener a mi mejor amiga aquí conmigo.

-Mejor... mi mamá dijo que él está estable, aunque sigue en el hospital. Pero por ahora parece que todo va a estar bien.

Nora me acaricia la espalda, sus ojos llenos de empatía.

-Sabes que estoy aquí para lo que necesites. No tienes que enfrentarlo sola, ¿de acuerdo? Si es necesario volvemos a Canadá-me dice, dándome una sonrisa suave.

La miro entre agradecida por esas palabras Pero a la vez triste por qué se que si llega a pasar algo tendremos que irnos y este viaje lo teníamos planeado desde siempre. Pero eso es lo de menos.

Asiento con una sonrisa débil y miro a Nora, sin saber realmente cómo expresar lo que siento. Ella parece entender y simplemente me toma de la mano, transmitiéndome la fuerza que tanto necesito.

-Gracias, Nora. No tienes idea de lo que significa para mí que estés aquí -susurro, intentando no romper en llanto de nuevo.

Ella me aprieta la mano y desvía la mirada por un segundo, pensativa.

-Oye, Ary... sé que esto es lo último que quieres escuchar ahora mismo, pero si algo llegara a suceder, te prometo que no te dejaré sola ni un segundo -dice, su voz teñida de una mezcla de firmeza y cariño-. Incluso si tenemos que dejar todo atrás y volver.

La tristeza y el agradecimiento se mezclan en mi pecho, y sus palabras me hacen sentir menos sola. Es como si, por un momento, todo lo que me preocupaba perdiera peso.

-Pero, mientras tanto -añade Nora con una sonrisa tranquilizadora-, estamos aquí. Y todavía tienes esta aventura por delante. Haremos que valga cada segundo, ¿de acuerdo?

La miro, sintiendo cómo esa tristeza se convierte lentamente en determinación. Asiento, sintiendo que con Nora a mi lado, puedo enfrentar lo que venga, y, pase lo que pase, este año será especial.

A la mañana siguiente, mientras estoy en mi cuarto terminando de prepararme para ir a la escuela, recibo una videollamada de mi abuelo. El verlo me da una paz inmensa; su sonrisa, aunque cansada, me tranquiliza.

-Ary, mi pequeña -dice con su voz un poco débil-, no te preocupes por mí. Estoy bien, ya sabes que soy un viejo duro de roer.

Sonrío, conteniendo las lágrimas, y hablamos unos minutos más. Él me cuenta historias del hospital, intentando que me ría, y me recuerda que siga disfrutando de esta oportunidad que tanto deseé.

-Prométeme que vivirás esta aventura sin preocupaciones -me pide, mirándome con seriedad.

-Te lo prometo, abuelo -respondo, sintiendo cómo esa promesa me da fuerzas.

Cuando terminamos de hablar, miro el teléfono y veo que tengo un mensaje de Liam.

"Buenos días, Ary. Espero que tú abuelo se sienta mejor y tú también. Quería saber si quieres ir este fin de semana a la playa con max, Nora y la hermana de Nora y alguien que quieras invitar. Se que no es el mejor momento Pero me avisas. Nos vemos en la escuela."

El mensaje me hace sonreír, y por un instante, Se me olvida asta como me llamo.

Le respondo con un "Me encantaría ir y gracias por preocuparte"

Nora entra a mi cuarto en ese momento, ya lista, y al verme con esa sonrisa, me lanza una mirada curiosa.

-¿Qué te tiene tan feliz a esta hora de la mañana? -pregunta con una sonrisa juguetona.

-Nada, solo... que tengo la suerte de tener personas que se preocupan por mí -le respondo, abrazándola rápidamente- y por cierto¿max te dijo lo de la playa?

-Si, creo que será divertido¿irás?

-claro- respondo con una sonrisa.

Justo en ese instante recibo una llamada, Dante.

-Es dante- le digo a Nora y se le ilumina los ojos ante la mención de nuestro mejor amigo.

-¡Hola niña!- me saluda dante.

-Hola, ¿Cómo estás? Mire estoy con Nora- volteo el celular asia Nora.

-¡Dante! Te extraño mucho- dice Nora con los ojos aguados.

-y yo querída es difícil sobrevivir a esta gentuza sin ustedes- nos reímos juntos y nos pasamos unos minutos más hablando.

El  fin de semana llega, y finalmente, el día de la salida a la playa. El sol brilla y el clima es perfecto, lo cual ayuda a levantarme el ánimo a pesar de las preocupaciones por mi abuelo.

Al final he decidido invitar a Sarai y a dalex. Con dalex he estado hablando mucho últimamente por celular.

Nora y yo llegamos al punto de encuentro donde Liam, Max, su hermana y el resto nos esperan junto a una camioneta cargada de cosas para el día. Liam me lanza una sonrisa suave, y no puedo evitar sentir esa mezcla de nervios y alegría que me invade cada vez que lo veo.

-Listos para un día épico -dice Max emocionado mientras subimos a la camioneta-. ¡Vamos a hacer que este día cuente!

El viaje a la playa está lleno de risas, música y pequeñas bromas. Liam y yo intercambiamos miradas y comentarios, poco a poco siento que la tensión inicial entre nosotros se va disolviendo. Al llegar, el paisaje es impresionante: el mar se extiende hasta el horizonte, y la arena es tan blanca y suave que parece un sueño.

Nos instalamos en un área cercana a la orilla, extendiendo toallas y dejando nuestras cosas bajo una sombrilla. En cuanto estamos listos, Nora y Max corren al agua, y tras un momento de duda, yo los sigo, riéndome mientras la brisa salada me despeina.

La hermana de max se queda hablando con dalex que parece que se llevaron muy bien.

Por otro lado Sarai está hablando por celular en su propio mundo recibiendo miradas discretas de dalex.

Liam se queda a un lado, observando y sonriendo, hasta que finalmente se une a nosotros, su actitud relajada y su mirada cómplice hacen que el ambiente se vuelva aún más cómodo y especial. La tarde transcurre con juegos en el agua, charlas junto a la orilla y momentos de tranquilidad en los que simplemente disfrutamos de la compañía mutua.

En un momento, Liam y yo nos encontramos un poco apartados del grupo, mirando el horizonte. El sonido de las olas y la calma del momento me invitan a abrirme.

-Gracias por invitarme me sirvió para distraerme -le digo suavemente, mirando el reflejo del sol en el agua-. De verdad, no sé qué habría hecho sin ti, sin Nora y los demás.

Él me mira, con una expresión seria y tranquila.

-No importa ¿Y tú abuelo como sigue?- ante la mención de mi abuelo se me aguan los ojos por qué ♾️ que pienso en hospital me llega el mismo recuerdos....siempre sueño con lo mismo y siempre duele.

El nota mi cara y rápidamente agrega

-Lo siento no tenía que hablarte de eso ahora- dice

-No importante es solo que.... Me entraron recuerdos- lo tranquilizo.

-¿De qué?- dice sonando un poco curioso.

-¡Ari vamos a comer! ¿Vienes?- grita Nora Desde la orilla del mar.

Gracias a Nora no tengo que responder esa pregunta de Liam.

-¡si, ya voy!-miro a liam-¿Vienes?

-Aja- y hay está su mirada de indiferencia de nuevo.

Al final del día, cuando el sol empieza a ponerse, nos sentamos en la arena, mirando el cielo teñirse de colores cálidos. Aunque no sé qué traerá el futuro, en este momento, me siento feliz y en paz, rodeada de amigos que han demostrado ser como una familia.

Al regresar a casa, llevo conmigo no solo los recuerdos de un día perfecto, sino también la certeza de que, pase lo que pase, tengo a personas increíbles a mi lado.

Y no tengo que sentirme culpable por algo que pasó hace años.

                            *****

Nota: Holaaa ¿cómo están?