Qué triste es perder a un ser querido

Tan triste es,

como un mar sin agua,

como un cielo sin luna,

como un año sin estaciones,

como un pastor sin sus ovejas,

como un rey sin su doncella,

y como una nieta sin su abuelo.

Elena Fuantos

Ahora querido abuelo, lo único que nos separa es la muerte, pero jamás será un impedimento para volver a estar contigo.

Cuando vuelva a verte, te abrazare muy fuerte y jamás dejare que vuelvas a irte de mi lado. No dejare que vuelvas a sufrir, no dejare que vuelvan a humillarte como tanto lo hicieron. Te defenderá a capa y espada; perdón si jamás lo hice en vida. Tú jamás me dejaste decir alguna palabra.

Después de años volveremos a estar juntos. Tanto me gustaría estar ahora contigo, pero la muerte es difícil de predecir. Después de lo vivido y de lo no vivido, podrás decirme tantas dudas que han salido.

Te amo tanto. Tanto que ahora amo cada cantar, cada historia redactada, cada sonrisa y momento a tu lado.

Esta es la última vez que escribo algo sobre nosotros. Ahora, tú que me hiciste feliz, tendrás que esperarme. La oportunidad llegara, confieso que estoy muriendo por dentro; pero haré todo lo posible por vivir de nuevo, pero ahora sin ti.                                                                               Para ti siempre seré tu gran nieta, seré aquella niña feliz que te abrazaba con ternura, esa que siempre estará orgullosa de ti.

Cuando se acerque mi final, quiero que me recibas feliz.                                                                                La sangre corre por mis venas, pero mi corazón tiene ese hueco que nunca será arreglado. Porque cuento los días de aquí a mi muerte. Es cruel, pero es la realidad.

Gracias por tanto, por hacerme ver la vida desde otra perspectiva. Pero sobre todo, gracias a Dios por asignarme a ti como mi gran abuelo.