Lo lamento tanto.

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Pero es imposible no llorar cuando justo un recuerdo viene a mi memoria.

No le he contado a nadie que mi sueño era llevarte a un lugar especial. Pero sabes, creo que ahora te tocara a ti llevarme. No te desesperes, solo cumpliré mis grandes sueños y prometo volver a verte. Prometo que siempre serás recordado. Por lo menos como el gran abuelo que fuiste.

No trato de cambiar a nadie con esta pequeña historia, ni mucho menos ofender a alguien. Solo quiero que los demás se den cuenta que a pesar de como fuiste, les falto valorar y conocer más a fondo a una gran persona.

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En primer semestre de la universidad lleve una materia que se llama Comunicación Efectiva. Esa materia me ayudo demasiado. Cambio muchos aspectos de mi personalidad. Como sabes siempre he sido muy seria, jamás me he metido con las demás personas, nunca muestro mis sentimientos.

La maestra nos encargó como tarea que lleváramos un objeto valioso, alguna cosa que alguien nos hubiese regalado en un determinado tiempo y que fuera muy importante para cada uno de nosotros. Decidí llevar un collar; ese collar tenía un pequeño balón; blanco con negro. Nunca funciono, se suponía que era como un reproductor de música, pero cuando me lo regalaron era semi-nuevo. Aunque fue el mejor regalo, que alguien pudo darme.

La tarea consistía en tomar el objeto, obsérvalo por completo y cerrar los ojos mientras lo hacíamos relajadamente, posteriormente escribiríamos una carta. En esa carta explicaríamos porque decidimos llevar ese objeto, que acontecimiento tuvo en nuestra vida, que tan valioso lo era, y quien no lo había regalado.

Comencé a escribir...

"Mi nombre es María Elena Fuantos García, tengo 18 años y soy originaria de Parras, Coahuila. Me gusta leer, dibujar y escribir. 

Si pudiera abrazarte una vez más, Escucha! No volvería a dejarte ir.

Mi querido recuerdo "Balón reproductor de música" fue un regalo de mi abuelito Martin García García. ¿Cómo explicar que lo que es un Abuelo?

Te explico * Es amor. Si, amor. Un cariño que sin duda no se compara con nadie, ni con los brazos, ni besos de alguien más. Son historia, un cuento que quieres leerlo una y otra vez; que en la última página cae una lágrima. – Mire mi Nenin, le gustara lo que le traje – esas fueron las palaras de él. Era un balón sencillo, no importaba si funcionaba o no, era la alegría de recibirlo, de poder decir Gracias. Él era la mejor persona que conocí. Por lo cual el balón es el recuerdo más valioso que quedara plasmado en lo que resta de mi vida". 

Terminamos de escribir y ahora teníamos que pasar al frente, para leerlo delante de mis compañeros.

Me puse tan nerviosa, recuerdo que la última vez que estuve al frente de tantas personas fue en un momento muy difícil. Pero no había escapatoria, tenía que leer. Poco a poco pasaron algunos compañeros, leían la carta y mucho de ellos lloraban. Eran palabras muy duras. Así que al verlos me ponía aún más nerviosa y triste.

Fue mi turno y mis manos temblaban un poco, respire profundo y comencé a leer. Al término la maestra me hizo algunas observaciones. Me felicito por mi forma de leer y expresarme, dijo que tenía que checar la escritura porque aparentemente mi redacción se escuchaba muy bien.

En ese momento me sentí muy feliz, ya lo había logrado abuelito. Ya no me daba miedo estar en frente de las personas y ya no me daba miedo expresarme.