Una semana después...

En la mañana del día en alguna parte de Chihuahua; Emiliano, Gabriel, Paulina y Daniel se encuentran en sus camas todos acostado después de haber llegado hace dos días de Estados Unidos y aunque deberían de estar alegres por llegar hasta su hogar, están deprimidos por uno de los peores casos que pudo pasar.

Paulina: -¿Creen que Héctor logró sobrevivir?- pregunta mostrando su preocupación ante la idea de que no regrese mientras se encuentra acostada boca arriba.

Emiliano: -Tal vez solo lo tomaron como prisionero- dice siendo optimista mientras gira su cuerpo hacia ellos.

Paulina: -Héctor no es una persona que se deja ser un prisionero, lo más probable es o que esté muerto o que salió con vida pero está perdido- le responde a su suposición.

Daniel: -Oigan- se acuesta en la cama con las manos atrás de la cabeza -Es Héctor de quien hablamos, ¿se acuerdan cuando el mar se lo llevo y regresó luego de 1 mes?- les comenta recordando esos tiempos. Ante eso Gabriel y Paulina sueltan una risita por recordarlo.

Emiliano: -Yo nunca supe eso, ¿Cómo fue?- pregunta curioso para cambiar el ambiente mientras se sienta.

Gabriel: -Fue cuando éramos...- es interrumpido ya que el General Gómez entra a la escena haciendo que el grupo se pare derecho y saluden a su superior.

Paulina, Daniel, Gabriel y Emiliano: -¡Señor!- dicen al mismo tiempo.

G. Gómez: -Descansen- les ordena y el grupo ponen sus manos atrás suyas.

-¿Son amigos de Héctor?- pregunta sin dirigirse a nadie en especifico.

Paulina: -¡Sí señor!- responde un poco preocupada de que fuera una mala noticia.

G. Gómez: -Acaba de llegar, pueden ir a verlo- les avisa y ante eso el grupo se apresura hacia la enfermería.

Luego de cruzar la base entran y buscan por los pasillos, encuentran la habitación donde se hospeda y ven a Héctor acostado en la cama con un parche en su mejilla al igual que rasguños pequeños pero ya cerrados por su cara y una venda nueva en su pierna. Él al escuchar los pasos voltea hacia la puerta y al verlos pone una sonrisa.

Héctor: -Heey- los saluda y sus amigos entran examinando su estado -Todavía no muero por si preguntan- les dice al saber lo que hacen y a cambio Daniel truena su lengua.

Daniel: -Está bien- dice ya dejando de examinarlo y sentándose en la silla de al lado.

Paulina: -¿Cómo lograste regresar?- pregunta curiosa mientras se sienta en la cama.

Héctor: -No me creerías si te lo dijera- le dice dándole una sonrisa a su vieja amiga.

Gabriel: -¿Cómo te encuentras?- pregunta por su estado al ver su cara.

Héctor: -A pesar del dolor que sentí todo bien- contesta con su ánimo de siempre.

Emiliano: -Pero por lo que veo te superaré de guapura por esa cicatriz que te va a quedar- le dice victorioso señalando el parche en su cara.

Paulina: -Eso nunca se sabe, hay chicas que le gustan ver cicatrices- le dice a Héctor animándolo a que no se sienta mal por su herida.

Héctor: "Pero ella no" se dice a si mismo preocupado -Eso espero- le contesta con una sonrisa nerviosa.

Emiliano: -Diablos, tendré que conseguir una cicatriz entonces- murmura por lo bajo pero lo suficiente para que los otros lo oigan y haciendo que salga otra carcajada de sus bocas.

El General Gómez finalmente llega también apareciendo en la puerta con una leve sonrisa en su cara.

G. Gómez: -Por lo que veo se conocen bastante bien- opina entrando a la sala evitando con un gesto que lo saluden como normalmente harían.

Héctor: -Desde bastante tiempo- le dice recostándose en la almohada.

Daniel: -Oye por cierto ¿Qué pasó con "8a"? ¿Lograste conseguir el USP?- le pregunta para saber qué pasó luego de que los tuvo que dejar para escapar de ese tipo. Ante una de las preguntas Héctor deja de sonreír dando a entender a los demás lo que le pasó a ese chico.

-Oh- es lo único que logra articular al saber sobre eso y un momento de silencio inunda la habitación.

Héctor: -Ante tu segunda pregunta- termina el incomodo silencio - Lo conseguí peeero...- voltea al comandante esperando que termine la frase.

G. Gómez: -Solo sobrevivió un frasco- termina de decir decepcionado por eso -En estos momentos están analizándolo además de ver y traducir las notas, dependiendo del resultado decidiremos qué hacer con él- les comenta a todos.

Héctor: -Ok, entonces solo es cosa de esperar- supone lo que va a pasar.

G. Gómez: -Exacto, y muchachos- se dirige a los demás -Creo que será mejor dejar descansar a su amigo. No tardarán en darle el alta para que se reúna con ustedes- les dice para que regresen a sus cuartos.

Gabriel: -Sí señor, vámonos chicos- les ordena su comandante por lo que se dirigen a la puerta.

Daniel: -Nos vemos al rato- se despide mientras que los otros solo lo despiden con una mano alzada y con una sonrisa. Al final el General también sale de la habitación dejándolo en paz y se dirige a los a su oficina.

Al sentarse recibe una llamada a la que atiende inmediatamente debido a que tiene relación con el USP.

G. Gómez: -¿Cómo vamos señora?- le pregunta ansioso por oír buenas noticias.

Científica: -Pues qué te puedo decir- sale una voz femenina por el teléfono -Sabemos lo que puede hacer y también su fórmula peeero...-.

G. Gómez: -No tenemos los recursos para recrearlo- deduce decepcionado. Ella responde con un silencio confirmando su suposición y da un gran suspiro por el descontento.

-Cuando creemos que tenemos una oportunidad contra ellos y al final no podemos hacer nada con ello- dice aceptando la realidad por la que están pasando en esta guerra.

-Me pondré en contacto con los otros Generales para ver que hacer y voy a necesitar que nos acompañes para que puedas explicarlo- le pide.

Científica: -Claro, voy a ir recogiendo la información para presentarlo- dice mientras se acaba el tiempo de llamada para evitar ser localizados. Al terminar la conversación el General Gómez saca una pequeña cantimplora del tamaño de su bolsillo y le toma un gran sorbo de él.