Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6: El trato

Al llegar al lugar ya eran alrededor de las siete de la noche. Me baje del auto y observe mi alrededor, Era un bosque.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunte mirando a los árboles.

—Para hacer el trato, ángel—explico

—Pero yo te dije que no iba a hacer ningún trato. —proteste.

—No seas terca ángel. —tomo mi mano antes de que pudiera reaccionar— Vamos.

Caminamos un rato agarrados de la mano y para ser sincera no quería soltarlo porque estaba en medio de un bosque que desconocía y podía perderme.

—¿A dónde me llevas? Seguro vas a matarme. —dije, ya que solo lo conocía hace 5 días no podía confiar y menos en un demonio.

—Ángel, ¿Qué clase de fantasía tienes con que te mate? —me miro por unos segundos mientras me arrastraba.

—No es una fantasía, tonto —aclare—solo que no puedo confiar en un demonio.

—Yo creo que si confías un poco —se detuvo en seco— si no confiaras ya hubieras salido corriendo desde que te adentre hasta aquí —dijo con seguridad.

Y odiaba que tuviera razón, ya hubiera corrido si me sintiera en peligro; No era que no me sintiera alerta pero la curiosidad era mayor.

Si seguía diciendo tonterías buscaría una rama y la quebraría en su cabeza hueca.

—Por lo que leo, la única asesina aquí eres tú —me señaló.

Iba a discutir por meterse en mi mente cada que le daba la gana, sin embargo, quería ir al grano.

—Como dije —me aclare la garganta— no quiero hacer ningún trato.

—Y como dije yo, no seas terca —Dio un paso hacia mí— ¿Acaso quieres morir?

—No, claro que no —puse los ojos en blanco—explícame algo, ¿Por qué morirías tú también?

—Porque perdí mi corona, si regreso al inframundo sin ella tengo dos opciones: me matan o me encierran por al menos cincuenta años.

—Y yo que tengo que ver en todo eso.

—Al parecer no eres muy lista ángel —hizo una pausa esperando un insulto de mi parte y cuando vio que no llego, continuo— Si hacemos el trato, yo te ayudo a pasar con diez todas tus materias y a mí no me encierran.

—Debo pensarlo —me di la vuelta para poder analizar todo mejor.

—No hay tiempo para pensar, Gala —se puso frente a mí—Queda menos de una hora para hacer el trato si no moriremos los dos.

—¿¡Y por qué debemos morir!? —grite exaltada.

—¡Porque me invocaste! —se pasó un mano por el cabello rubio—escucha ángel, mi invocaste porque necesitas mi ayuda y yo necesito la tuya; Si no nos ayudamos moriremos los dos, porque me invocaste con ese objetivo: la ayuda mutua.

—Ya te expliqué que no quería invocar a un demonio, y mucho menos sabía que también debería ayudarte —explique al borde de la cólera.

—Eso aquí no importa, así funciona, o hacemos el trato o tu terminas muerta y yo encerrado o igual que tu —esta vez él fue que me dio la espalda.

Ambos estábamos estresados por la situación.

Yo porque no quería hacer un trato con un demonio y el por mi terquedad.

—¿No hay otra opción que no involucre el trato ni la muerte? —cuestione con algo de esperanza.

—Ya te dije las únicas opciones ángel.

Por primera vez ponía atención a mi alrededor, estábamos rodeados de árboles perfectamente alineados con la luna a todo su esplendor.

—Si hacemos el trato, ¿podemos deshacerlo luego que hayamos cumplido con él? —interrogue ya que no quería estar atada a un demonio al menos no por ahora.

—Esto no es un trato que firmas con un bolígrafo ángel—me dio la cara por primera vez en todo este tiempo- esto no es un juego.

—Lo sé Belcebú, lo sé-—dije en un hilo de voz.

—Gala, sé que es difícil para ti porque soy un demonio —se acercó a mí— pero te aseguro que no soy malo ni mucho menos tengo malas intenciones contigo.

—No sé cómo, pero sé que no eres malo —dije para que entendiera que ese no era el punto, sino que el ser un demonio me parecía algo tan peligroso.

—Prometo que cuando recupere mi corona y tu apruebes tus materias, me voy —me miro y sus ojos tenían un color diferente, como azul pálido— y, ángel, no me juzgues solo por venir del inframundo.

Me sentí mal por sus palabras, ya que tenía razón lo estaba juzgando solo por ser un demonio a pesar de que en estos días ha demostrado que es bueno, un buen demonio, pero yo ya tendría tiempo para juzgarlo y tener una opinión sobre él.

—Bien, hagamos el trato —accedí luego de pensarlo un poco.

—Haces bien ángel —estiro su mano hacia mí— dame tu mano.

Nos agarramos de las manos igual que hace unos minutos atrás, Belcebú tenía una temperatura un tanto elevada a pesar del frío que estaba haciendo.

—Escucha ángel, por nada del mundo sueltes mis manos, van a pasar un montón de cosas alrededor pero no hagas caso, vas a sentir tus manos arder, pero no me sueltes.

—¿Qué pasa si lo hago? —pregunte con temor.

—Nos morimos —respondió con simpleza.

—Por Dios, ¿Hay algo que involucre que no muramos? —ya estaba harta de que todo involucrara la muerte.

—¿Estas lista, ángel? —sostuvo mis manos con más fuerza.

—Siempre—dije con seguridad.

Belce comenzó a decir unas palabras en otro idioma y me aguante las ganas de reírme, ya que se escuchaba demasiado chistoso, pero se me borro la sonrisa cuando luego caí en cuenta que tal vez me estaba echando una maldición.

Mientras Belcebú hablaba comenzó una ráfaga de viento fuerte, tanto que pensé que saldría volando como un papel, se escuchaba las hojas de los árboles chocar entre ellas; Cuando abrí los ojos vi murciélagos a nuestro alrededor, no pude ver más ya que por el fuerte viento el polvo entraba en mis ojos.

Ya no estaba tan segura de hacer esto, tenía miedo, todo parecía una película de terror, como si el cielo se fuera a caer.

Comencé a sentir que el tacto de nuestras manos quemaba, sentía que me ahogaba, pero no quería morir ni que el tonto de Belcebú también lo hiciera, así que sostuve sus manos con más firmeza como si mi vida dependiera de ello lo cual es irónico ya que depende de eso.

No sabía si ponerme a rezar o a llorar.

Sentí como todo paro de repente, todos los ruidos, el viento, el ardor de las manos, todo desapareció de repente, abrí mis ojos y Belce estaba mirando hacia el cielo e hice lo mismo.

La luna estaba gigante, parecía que iba a caer sobre nosotros y las nubes estaban grises.

—¿Acaso es el fin del mundo? —chille en un hilo de voz.

—¡Estamos vivos! —Belcebú me abrazo y comenzó a dar saltitos y yo le seguí, no comprendía porque saltábamos, pero se sentía bien, cualquiera que ve a Belcebú así no cree que es un demonio.

—¿Por qué saltamos? —pregunte sin dejar de saltar.

—Porque estamos vivos, no creí que pudiera hacerlo –—dijo con una gran sonrisa en el rostro.

—Espera—pare en seco— ¿No habías hecho esto antes?

—No —confeso—pero al menos salió bien.

—Que tonto —me cruce de brazos—y yo que pensaba que sabias lo que hacías.

—Sí sé, tenía la teoría solo me faltaba la practica—sonríe con seguridad— y como ves ángel, estamos vivos.

—Pero por poco —me queje.

—¿Cómo es que no habías hecho esto antes —interrogue mientras que caminábamos hacia el exterior del bosque.

—Porque nunca me habían invocado —explico.

—¿Entonces cómo es que un humano te robo tu corona? —lo mire con la duda palpitante en los ojos.

—Me escape del inframundo —hizo una cara de desagrado—que, por cierto, tuvo un gran castigo.

Reí porque por su cara sabía que era muy desagradable. Tenía intenciones de preguntar, pero Belcebú se adelantó.

—Ya abra tiempo para contártelo.

Escuche un crujido cerca y corrí para sujetar la mano de ahora, mi demonio guardían.

¡Nuevos separadores!

Si te gusta esta historia no olvides votar y dejar tu comentario.

Los quiere
Ale🕯

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro