Capítulo 28: El zoológico
Belcebú
Había pasado una semana desde que Gala me dio la sorpresa de mi fiesta de cumpleaños, sin duda un momento que recordaría para siempre.
Al igual que ella me había dado ese regalo, yo también quería darle algo especial, algo que atesorara para siempre.
Di vueltas en la sala pensando en cómo decirle que nos fuéramos a tomar fotos, ya tenía, pero no eran las suficientes para completar mi regalo. Lo que mejor se me ocurrió fue salir a distintos lugares y tomarnos fotos.
—Estoy lista, demonio loco. —la observe, lucia un hermoso vestido con detalles en azul que la hacía lucir muy bonita.
Nunca entendería como le quedaba tan bien todo, diría que la envidio, pero a mi me queda mucho mejor las cosas. Ya sabes, nunca hay que dejar el ego de lado.
—Te ves hermosa, ángel. —sonreí al ver como sus mejillas se tornaban de un color carmesí, bajó su cabeza intentando ocultarlo.
—Tú no luces mal. —se encogió de hombros.
—No eres muy buena dando cumplidos. —torcí mis labios.
—¿Qué puedo decir? Así es mi naturaleza.
Le regalé una de mis mejores sonrisas, de esas que a ella le encantaban. La iba extrañar demasiado, mi ángel, ¿cómo podría estar sin ella?
Aclare mi garganta antes de que la nostalgia me consumiera.
—Es mejor que nos vayamos, tenemos que aprovechar el día al máximo. —me levante y la tome de la mano para guiarla hacia fuera donde se encontraba mi auto.
—Belcebú. Ya dime a donde me vas a llevar. —suplico ya dentro del auto. Gala tenía algo que me hacia caer a sus pies, totalmente rendido.
—Sabes como manipularme con esa cara de inocente. —entrecerré mis ojos.
—¿Yo? —se hizo la desentendida— así es mi cara.
Le extendí mi teléfono donde tenía toda la información sobre el lugar, me aparqué en la primera parada.
Bajamos del auto, Gala no había dicho ni una sola palabra, me estaba comenzando a preocupar cuando chillo emocionada, al parecer no había procesado la información.
—No puede ser. —se balanceo sobre mí, dándome un beso en los labios, dejándome completamente fuera de lugar.
—Eso no me lo esperaba. —articulé luego de salir de mi transé.
Me volvió a dar potro beso, pero esta vez finalizo dejando mini besos en diferentes lugares de mi cara.
—Gracias, gracias, gracias. No sabes lo feliz que me haces. —agito sus manos en el aire— creo que voy a llorar.
—Oh, no, no, no, nada de eso, debes estar feliz, siempre has querido venir al zoológico más grande de California.
—Lo sé, pero pensé nunca se me iba a cumplir el milagrito de venir. —sus ojos se comenzaron a cristalizar y pensé en algo rápido para distraerla.
—Ven, se nos hace tarde y aún nos falta una parada. —tome su mano para correr a la entrada.
—Buenos días, ¿Cuántos tickets quiere? —note claramente el tono de coqueteo que tenía la chica.
—Dos por favor. —le dedique una sonrisa coqueta, sabia que Gala estaba furiosa, pero no la mire.
—Claro guapo. —me guiño un ojo y yo le dedique otra de mis mejores sonrisas.
—¡Auch! —me queje por lo bajo al sentir que Gala me piso. — ¿Qué pasa?
—¿Qué pasa dices? —por su cara se esparcía el enojo puro, comencé a temer por mi vida y por la de la chica— Estas coqueteando con ella frente a mí.
Intente decirle que solo buscaba esa reacción, pero la chica volvió hablar.
—Aquí tienes, ya puedes pasar guapo.
Gala como mi rostro sin previo aviso y me beso, como siempre, sus besos me causaban un embobamiento, cuando se separó de mi volví a tomar su rostro, esta vez fui yo el que dio el beso.
—Si vas a besarme así cada que te pones celosa, no me molestaría coquetear con todo el mundo solo para poder embriagarme de tus labios ángel. —susurre contra su oído, con la voz más rasposa de lo que esperaba.
—Pues para la próxima no tendrás un beso, lo que tendrás es una pasada donde más de duele. —sonreí de lado, siempre evitaba lo que le decía cuando se ponía nerviosa.
Iba a decir algo cuando la tos fingida de la chica nos interrumpió dándonos los boletos, incomoda.
Cuando entramos al lugar nos recibieron con un papel donde tenía el mapa de los diferentes puntos del zoológico.
—¿A cuál quieres ir primero? —cuestioné sin dejar de mirarla, no quería perderme ninguna expresión de su cara, quería atesorarlo para siempre.
—Al lugar de los koalas. —miro nuevamente la hoja, dudosa. —No, no, mejor a los pandas.
—A los pandas entonces. —le sonreí.
Seguimos la guía hasta llegar al lugar donde se encontraban los koalas.
—Son demasiado lindos. —señalo uno. —Mira como come bambú. —chillo emocionada.
—Si fueras un animal, sin duda sería un panda. —le comenté.
—Claro que no. —refuto. —yo sería un gato.
—¿Qué dices? —bufe. —yo soy un gato, mi horóscopo demoniaco lo dice. —sonreí vitorioso.
—Pues eres un gato feo. —me miro mal.
—Es increíble. —menee la cabeza en negación. —cumplí tu sueño de venir aquí, ¿y así me tratas? —fingí llorar.
—Lo siento. —planto un beso en mi mejilla.
—Perdonada.
Gala río por lo bajo.
—Es muy fácil convencerte.
Me incline hacia ella para susurrarle al oído.
—Sólo tu tiene el poder de convencerme así de rápido, si quisieras podrías dominar mi mundo entero, solo tu tienes ese poder, siéntete afortunada. —le guiñe un ojo.
—Me caes mal, ¿Cuál es tu obsesión con hacerme sonrojar? —siguió mirando a los pandas.
Le dedique una sonrisa encantadora en respuesta.
—Tenemos que tomarnos muchas fotos ángel. —avise.
—¿Por qué? —cuestiono.
—Porque quiero llenar mi galería de tu linda cara. —y no era mentira, si ella me dejara me tatuaría su cara en mi frente.
—¿Me las pasaras luego? —asentí y ella extendió su mano— trato.
Tomé fotos muchas fotos, en los koalas, donde estaban los leones, los pingüinos, los reptiles...Nos alcanzo para tomarnos fotos en todos los lugares menos en el área donde estaban las jirafas, esa era nuestra última parada.
—Eres un duende comparado con las jirafas. —bromee, pero no hubo respuesta.
Busque por todos los alrededores y no había señal de Gala, palidecía al instante, ¿Cómo se va perder? Pero al menos ya nos habíamos tomado la foto.
Comencé a buscar por todas partes y a gritar su nombre, transcurrieron algunos minutos sin ningún éxito.
—Una señorita llamada Gala se perdió, esta buscando al señor...Belcebú—dijo mi nombre con recelo— la señorita se encuentra ubicada en el área de los osos polares. —aviso por los altavoces.
¿Cómo es que había llegado al área de los osos polares? Pronto moriría de un infarto por la culpa de Gala.
Llegue agitado al lugar buscando a Gala, la localice rápidamente por el globo que le había comprado con forma de koala.
—Por todos los demonios ángel, algún día me dará un infarto, yo no podría vivir sin ti. —acaricie su mejilla con delicadeza una vez llegue a su lugar.
—Lo sé, me deje llevar por la emoción, lo siento, otra vez.
—Creo que ya debemos irnos a casa.
Una vez llegamos al auto puse la playlist que habíamos hecho juntos.
—Gracias por todo, mi demonio loco. —dijo luego de algunos segundos.
—Sabes que daría hasta mi mortalidad por verte feliz. —le sonreí.
Conduje hasta aparcarme en un centro comercial.
—Ya vuelvo, ¿quieres algo de comer? —cuestione bajándome del auto.
—Te quiero a ti.
Ya me tienes ángel. —cerré la puerta del auto con una agradable sensación en el pecho.
🕯🕯🕯🕯
—Aún faltan unos días para que me vaya. —comencé. Este era un tema que los dos odiábamos, ninguno quería despedirse. —por eso te quise ofrecer esto, para que en los días que no podamos vernos, recuerdes todos los lindos momentos.
Gala tome el álbum de fotos titulado: Un ángel en apuros.
—¿Un ángel en apuros? —cuestionó.
—Tu creías que yo era un ángel, pero al final tu te terminaste convirtiendo en un ángel, mí ángel; y en apuros porque yo necesite de tu ayuda y tú de la mía. —explique— Aunque veremos si logre ayudarte cuando te entreguen las notas mañana.
—Claro que me ayudaste, hiciste mucho más que eso, me iluminaste cuando me sentía perdida. Te amo Belcebú, mi demonio loco. —acaricio mi rostro. —Veré este álbum siempre, lo prometo.
—No hablemos como si nos despidiéramos, aún faltan unos días para esto. Y Gala, te amo mucho más.
Nos quedamos un rato más ojeando el álbum entre risas, recordando todos los momentos divertidos.
¡Hi, aquí Ale!
No puedo creer que sólo falta un capítulo y el epílogo para terminar esta historia. Estoy feliz y triste a la vez, lo bueno es que podre iniciar otro proyecto, ojala y sea de su agrado y recibir su apoyo.
No sé si podre subir el último capítulo hoy, pero hare lo posible para publicarlo hoy, infinitas gracias por su apoyo.
¡Los quiere
Ale🕯!
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