Belcebú

Vi como mi ángel se desasía entre mis manos, no sabía qué hacer, el pánico se apodero de mí.

Tomé su pulso como pude sin saber si lo estaba haciendo bien; Sentí que su vena palpitaba y seguía respirando, pero débilmente.

Tome mi teléfono y busque en demongoogle porque se había desmayado y me sentí como un tonto por no haberla dejado desayunar, recordé que ella es mortal.

Tome su cabeza y la alce para poder darle un poco de agua, Gala trago muy apenas y deje de darle para evitar que se ahogara.

«No tienes otra opción Belcebú» me aviso mi conciencia.

Dejé a mi ángel con cuidado sobre el piso y puse mi mano cuidadosamente sobre su pecho para poder pasarle mi energía.

Con el pasar de los minutos me comenzó a dar sueño, pues estaba dando mi energía para que ella se recuperara.

Bel...cebú —abrí los ojos de inmediato para ver cómo estaba Gala.

Gala, mi ángel, estaba bien, le di gracias a mi padre por tenerla con vida.

Tome delicadamente la cabeza de Gala para alzarla, le acaricie el rostro con dulzura.

—Gracias a Satán que estas viva —le sonreí.

—No digas su nombre —me regaño. Gala ni estando al borde de la "muerte" iba a dejar de ser tan regañado y testaruda.

—¿Qué me paso? —cuestiono mirándome juzgonamente.

—Te desmayaste —ya casi no tenía fuerzas para hablar.

—Ay Belcebú —trato de levantarse— te dije que tenía que desayunar.

La voz de Gala se escuchaba lejana, maldije por haber perdido mi corona, yo no estaría tan débil ni me sintiera tan cansado todos los jodidos días. Pero tenía que mantenerme firme por Gala y por mi corona.

—Necesito tu ayuda —susurre llegando al borde.

Gala se levantó rápidamente, alerta a mi estado.

—¿Te vas a desmayar? —se puso una mano por la frente— ay no, hoy es el día de los desmayos.

—Necesito que hagas el ritual —pedí.

—¿Qué ritual? —interrogo confundida.

—El mismo que hiciste cuando me invocaste —explique— solo que con otra oración.

—No, no voy a...

Caí en el piso y algunos recuerdos pasaron por mi mente, algunos borrosos y otros que se podían distinguir mejor. Había una mujer, un demonio, un trato, el demonio le paso energía...todo se volvió muy borroso después de eso.

Solo tenía una cosa clara, esa mujer y ese demonio no éramos ni Gala ni yo.

Bien, bien, lo hare —mi ángel accedió al ver mi estado.

Gala se las ingenió para buscar lo que necesitábamos.

—¿Por qué tienes velas y tiza en tu auto? —quería reír, pero me abstuve.

—Por cosas como estas —explique.

—No voy a ir al cielo—se quejó— esta es la segunda vez que hago un ritual.

Solo la miraba desde mi sitio, no sabía si esa cara de preocupación era porque no iría al cielo o porque yo me estaba yendo al inferno.

—Eres un tonto Belcebú, ¿Cómo se te ocurre darme tu energía? Tu vida es más importante ahora—me regaño.

—¿Esa es tu forma de agradecerme? —puse los ojos en blanco.

—Es verdad —mi ángel se acercó a mí y me dio un abrazo— gracias por sacrificar tu vida solo por salvarme.

Se separo de mí y todo mi cuerpo volvió a estar frío, a este punto no sabía si estaba delirando, ese era un gesto lejano de mi ángel.

—¡Listo! —celebro— ¿Puedes caminar?

—Lo dudo. baje la mirada con vergüenza.

—Bien. —suspiro.

Gala tomo una gran bocada de aire para agarrarme de los hombros y arrastrarme hasta el circulo que había creado.

Me posesionó en el centro justo a su lado.

—¿Qué tengo que decir? —su voz se escuchaba asustada.

Con la poca energía que me quedaba hice aparecer un papel con la oración que debía decir.

—Estás loco —me pego en el hombro— no tienes energía, estas al borde de la muerte y tú haces aparecer cosas.

—Tranquila ángel —trate de bajas su enojo.

—Tranquila nada, estás loco Belcebú, no eres normal —miro hacia otro lado para tratar de calmarse.

—Ya te he dicho ángel, nada en mi es normal —sonreí recordando esa charla— luego me puede maldecir o lo que quieras, pero por ahora has la oración.

Gala cerro los ojos tratando de estar calmada, minutos después comenzó a relatar lo que estaba en la hoja.

El circulo que Gala había hecho se comenzó a pintar de un color azul brillante, toda la energía que se estaba produciendo comenzó a adherirse a mi cuerpo. Cuando comenzó a instalarse en mi cuerpo sentir como toda la tensión se iba.

Poco a poco la fuerza volvía a mí.

Emeni. —Gala ya había finalizado la oración.

De apoco me fui levantando hasta quedar sobre mis dos pies.

—Ven ángel —tome su mano y la lleve a un pequeño lago que estaba cerca.

Me senté al borde seguido de Gala.

—¿Crees que cuando muera iré al cielo? —Gala fue la primera en hablar.

—¿Por qué no lo harías ángel? —la mire con confusión.

—He cometido pecados, acepte que le borraras la memoria a Alaba, te invoque, volví hacer un ritual...—Mi pobre ángel estaba horrorizada.

—No son pecados grabes, tu no sabías que ibas a invocar a un demonio—me cogí de hombros.

Yo creo que si iré al infierno —río.

—Todos tenemos un punto de maldad en nuestro interior, solo falta que dejemos que salga a la luz. Tú no eres mala ángel.

—Tú no eres malo y eres un demonio.

—No por ser del inframundo tengo que serlo, es mi decisión —me encogí de hombros.

—Creo que naciste en un mundo equivocado. —río con ahincó.

—No lo creo, todos tenemos un propósito en el mundo en que nacemos, tal vez el mío es probar que no todos los demonios son malo, crueles y mucho menos jalan tus pies en las noches. —sonreí.

Gala se recostó a mi hombro.

—Ángel ¿Tienes fiebre? —le toque la frente.

Gala me quito la mano de su frente.

—Que tonto —río con ahínco.

—No iras al infierno —sentencie— tú solo eres un ángel en medio de un mundo llenos de demonios llamados humanos.

¡Hi, aquí Ale!

Espero y les haya gustado este capítulo narrado por nuestro demonio de la buena suerte.

¿No les parece raro esa visión que tuvo Belcebú?

Como muchas sabrán, estoy en periodo escolar por lo que me han llenado de tareas, exámenes, etc. Por lo que no tengo tiempo de escribir como es debido. Se preguntaran ¿A qué viene esto? Pues que no siempre tendré tiempo de actualizar con el horario (cada tres días) espero y me comprendan y sena pacientes.

Los quiere
Ale🕯