—No creo que... venga. No es la primera vez que alguien me deja así —pensaba Elise sentada mirando hacia el suelo—. E incluso, aunque esto me haga sentir mal, no debo dejar que me afecte, mi padre siempre decía que fuera fuerte, él me quería ver como una reina fuerte y eso es lo que haré.

Elise soltó un gran suspiro al dedicarse estas palabras. Luego de eso, comenzó a pensar en lo primero que le llegara a la cabeza, estaba en un silencio total. Aunque su silencio fue interrumpido por un ruido que escuchó muy cerca, ruido que hizo que volteara a su derecha y se parara de donde estaba sentada.

—¡Señor Sonic! —Elise vio quien había hecho ese ruido, era el mismísimo Sonic, quien esbozaba una sonrisa.

—Solo llámame Sonic —indicó moviendo su dedo índice de derecha a izquierda con sus ojos cerrados. Para su sorpresa, fue interrumpido por Elise quien se había acercado a abrazarlo.

Aunque parecía que todo iba bien para estos dos, los guardias corrieron hacia Sonic y lo tenían rodeado con sus armas apuntando hacia él. Elise solo vio como lo estaban rodeando por toda la zona, ella se quedó sin palabras por la acción tan repentina de los guardias.

—¡Alto ahí azulado! —exclamó uno de los guardias.

—¿Qué está pasando? —preguntó Elise.

—Este intruso se entrometió al castillo sin ninguna autorización.

—Esperen, yo avisé al guardia superior que dejara la entrada de un erizo azulado al jardín.

—Su alteza, jamás recibimos esa orden.

—Ya veo, pues como ven, él tiene mi autorización de estar aquí. Así que como princesa de Soleanna, les pido que nos dejen en paz, y, hablaré seriamente con el guardia superior sobre esto.

—¡Entendido princesa Elise! —respondieron todos los guardias al mismo tiempo,

—Bien, pueden irse —dijo Elise para luego los guardias irse.

—Gracias por ayudarme con esta situación...

—No sé porque los guardias me sobreprotegen mucho, si yo aviso es por algo, ¿no?

—Supongo porque eres muy buena gobernando este reino...

—Sé que me tienen cariño, pero me molesta mucho. Tampoco es que sea una niña de siete años.

—Bueno, me alegro de no ser de la realeza —agregó Sonic, al terminar, Elise comenzó a soltar unas pequeñas carcajadas.

—Ahora a lo importante, ¡en serio viniste a verme! Por un momento y creí que no...

—Siempre cumplo mi palabra.

—Por cierto, ¿cómo burlaste la seguridad del castillo?

—Tuve una pequeña ayuda —respondió y sacó su gema morada.

—¡Oh una gema! Me recordó a mi joya azul favorita. —Elise tomó su collar y se lo mostró a Sonic.

—¿De dónde la conseguiste?

—Apareció de la nada, el día en el que perdí a mi padre... Terminé inconsciente y estaba esta hermosa joya azul de mi lado. Así que desde ese día la llevo conmigo, siento como si mi padre viniera conmigo a todas partes.

—Interesante. Ahora, alguien me dijo que quería explorar, ¿no?

—Fui yo.

—Bien salgamos del castillo ahora mismo.

—¿Y a dónde tienes planeado llevarme?

—Tú solo sígueme, verás que será muy divertido.

—Sí tú lo dices, confío en ti.

Sonic y Elise salieron juntos del castillo, salir de este con Elise no hubiera sido tan fácil si Elise no ordenaba a los guardias que la dejaran salir con Sonic. Una vez que salieron, Elise estaba tan emocionada que se veía tan sonriente. Caminaron por todos lados, varios ciudadanos saludaban a Elise y ella les regresaba el saludo de la manera más alegre. Muchos ciudadanos se preguntaban qué hacía Elise fuera del castillo con alguien desconocido para ellos.

Elise y Sonic llegaron al Bosque de Soleanna. Elise se estaba preguntando cada vez más a dónde irían, pues qué lugar de todo este bosque vasto era al que Sonic quería llevarla. Sus preguntas se detuvieron hasta que llegaron a un pantano acuoso en el que se veía un gran horizonte hacia el frente.

—Llegamos Elise.

—Por aquí está es Tropical Jungle Sonic.

—Así es, ahí es donde iremos.

—Sonic, pero la entrada está por otro lado.

—¿Quién dijo que tomarías la ruta convencional?

—¿A qué te refieres?

—Elise, confía en mí. Ahora necesito que te pongas arriba de mis brazos.

—¿Quieres cargarme?

—Así es.

—Si tú lo dices... —Elise se recostó su cuerpo en los brazos de Sonic, ella tenía cada vez más y más preguntas de qué tenía planeado Sonic para ella.

—Elise, agárrate fuerte.

Después de ello, Sonic caminó hacia atrás y comenzó a tomar a vuelo. Elise solo siguió la corriente de lo que hacía Sonic. Luego, Sonic comenzó a correr en dirección al pantano acuoso, ahora Elise se estaba asustado de lo que estaba haciendo.

—No vas a ir en dirección al pantano acuoso, ¿o sí?

—Sí, iremos.

—¡¿Qué?! —Elise cada vez estaba y más asustada, por un momento ya se estaba arrepintiendo de su decisión, hasta que vio que estaba corriendo sobre el agua—. Sonic, ¿estamos caminado sobre el agua?

—Así es, te dije que confiaras en mí.

Luego de ello, corrieron sobre todo el agua. Elise se estaba mojando su vestido, pero no le importaba, además de que sentía toda la brisa recorrer sobre su cuerpo. Elise volteó a ver la cara de Sonic y él solo estaba con una gran sonrisa, cosa que la puso más en confianza.

Sonic y Elise siguieron caminando por el agua, después subieron por una inclinación y luego de ello, comenzaron a bajar a toda velocidad. Elise estaba tan feliz de experimentar todo esto. Luego salieron volando hacia un tronco gigante.

—¡Corramos en línea recta! —exclamó Sonic a Elise.

Luego de ello, se abalanzaron por un trozo que parecía de una planta. Salieron del tronco, volvieron a balancearse por la planta y se toparon con un precipicio y una flor gigante a su frente.

—¡Sonic, parece que puedes agarrarte de esa enredadera!

—Lo haré. —Brincó Sonic a una gran altura mientras cargaba a Elise, Elise se asustaba y se divertía mucho, se estaba sintiendo más viva que nunca. Al final, Sonic logró tomarla, se balanceó y llegó al otro lado que era la entrada a una cueva, seguían corriendo por la cueva que estaba repleta de hongos que hacían iluminar la cueva, gracias a estos no era tan difícil explorarla y podían ver con claridad a donde iban.

—¡Estamos saliendo de la cueva!

Al salir, comenzó a llover por toda la jungla, se podía ver el cielo gris gracias a estas nubes. Luego de ello, se volvieron a abalanzaron por las enredaderas que tenían una flor gigante, subieron a troncos que estaba a una gran altura, y, subieron a una liana, que, Sonic no esperaba caer. El erizo se agarró con toda su fuerza con un brazo, mientras el otro sostenía a Elise. Elise sintió como se caían y se empezó a asustar de nuevo.

—¡Ahhh! —gritó Elise, quien ya habían bajado a la punta de la liana. Ella volteó hacia abajo y pudo ver un estanque gigante, volteó a ver su reflejo y vio cómo estaban ella y Sonic juntos.

Luego de que ella admirara todo esto, ellos dos salieron volando y cayeron en el pedazo de un tronco gigante partido a la mitad. Sonic siguió corriendo, y ese tronco los llevaba a otro tronco que estaba en forma esférica. Sonic y Elise comenzaron a dar vueltas en él, hasta que Sonic vio la dirección de la salida y fue en línea recta a esta. El tronco estaba lleno de hongos amarillos que iluminaban todo el lugar y de telarañas.

Sonic al salir, siguió su camino, aún sobre el tronco, ahora caminó hasta el lugar más alto que los llevaba. Ahí Sonic comenzó a usar mucha velocidad, Elise solo dio un grito, pero sentía el aire pasar por todo su cuerpo. Sonic llegó al final del tronco, pero este mismo les dio la distancia suficiente para salir volando de este.

Sonic sujetó con todas sus fuerzas a Elise, y cayeron sobre un montón de plantas, al caer sobre estas todavía bajaron más y llegaron al suelo. Elise solo estaba muy sorprendida por lo que había pasado.

—Elise, ¿estás bien?

—Sí.

Ahora a su frente, solo había agua, así que Sonic corrió a toda velocidad para cruzar esto. Cruzó el río, se subió a una tortuga gigante y finalmente, llegaron al final de la jungla. Eso era lo creía Sonic, pues estaba a lado de una arquitectura antigua llena de plantas a su alrededor. Sonic dejó los pies de Elise caer en suelo, de tal manera que pudiera estar de pie.

—Bien, ¿qué te pareció?

—Eso... ¡fue increíble! —gritó Elise de emoción, sus púas se podían ver todas desordenadas y su vestido sucio y un poco roto—. Perdón, fue maravilloso, quisiera intentarlo de nuevo.

—No te contengas, ¡qué esto aún no termina!