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Capítulo 84

Víctor, Agustín y Jamal estaban sentados en el sofá del salón, bebiendo vino de verano y comiendo algunos aperitivos, mientras hablaban de variados temas.

En cuanto a las mujeres, ellas estaban en el mismo salón, pero a una distancia prudente de los varones para que no puedan escuchar sus conversaciones, sentadas en una mesa jugando cartas mientras se reían y rumoreaban el impacto que tuvo la llegada de aquel atractivo árabe.

Las risitas y cuchicheos de las damas le molestaban a Agustín, en realidad, su mal humor se mantenía con Jamal por el saludo provocador y descarado que le dio a Celenia.

- ¿Por qué no lo han acompañado sus esposas? - pregunta Agustín de manera seca.

- Papá, ya te he dicho que no son sus esposas - responde Víctor riendo. Estaba feliz de que al fin su amigo este ahí.

- El viaje es muy agotador para una dama. En primera instancia, invité a algunas que vinieran conmigo, pero luego hubo peleas y discusiones, algunas amenazaron con marcharse y abandonar mi palacio, es por eso que decidí viajar solo, no quería traer problemas - contesta Jamal sonriente.

- Eso quiere decir que ¿buscará amantes aquí? - vuelve a hablar Agustín de manera tosca - Déjeme decirle que las costumbres aquí son muy distintas, nuestras mujeres son respetables y no caerán en pecado por la petición de alguien lujurioso

Víctor le hace un a gesto a su padre por el comentario desagradable que hizo. Ya sabía que estaba molesto, pero no quería que su amigo y su padre se llevarán mal en el primer día de conocerse.

- No me malinterprete, no vengo a buscar amantes ni dañar las buenas y respetables costumbres que tengan. Por el contrario, creo que mis costumbres le han molestado y me disculpo si le he ofendido de alguna manera, aunque no sé qué pueda ser, tal vez con el tiempo entenderé sus tradiciones, ya que, para un extranjero como yo, estas diferencias me hacen sentir más alejado de mi hogar.

Agustín se sentía avergonzado por tratarlo de esa manera. Tal vez no estaba seduciendo a su esposa o quizás era así como saludaban en su país.

- No era mi intención ofenderlo, disculpe mi falta de cortesía. Claro que no estoy pensando que su propósito en este viaje es el de buscar amantes.

Jamal era experto en manipular las situaciones y Víctor ya lo sabía, por lo menos, eso dejaría tranquilo a su padre por un tiempo.

- Por supuesto que no es mi propósito el perseguir mujeres... espero que no piense que soy un depravado que solo busca noches apasionadas - Jamal dice lo último, mirando de manera coqueta a Perla, ocultando su sonrisa tras su mano.

- Ay mírenlo, es tan hermoso ¿Ah que no es divino? - dice Perla dando un suspiro desde el otro lado del salón, al ver esa sonrisa encantadora que le estaba regalando aquel árabe.

- Creo que te has enamorado - ríe Amelia.

- No seas tonta, una cosa es que lo encuentre atractivo y otra es el amor... además, como mujeres, pocas veces tenemos la dicha de ver estos milagros de la naturaleza o ¿no?

Todas las criadas que estaban de pie para el servicio, asienten con la cabeza al escuchar ese comentario.

- Esa es una gran verdad - comenta Celenia mirando a los hombres que charlaban al otro lado del salón.

- ¿Usted también señora Celenia?... es una mujer casada - dice Dorotea alterada.

- Reconocer que un hombre es apuesto no es un pecado Yoyi

- Además que está casada, no muerta - bromea Perla.

- No te enfades Yoyi, también debes reconocer que es difícil no verle, eso no quiere decir nada - interviene Amelia, ocultando su risita tras las cartas.

- ¿Usted también señora Amelia?

- Ya viejita, sabemos que estás de mal humor porque él no coquetería contigo - se burla Perla

- Voy a ver a los niños, que ya deberían de despertar de su siestas - Dorotea se levanta de la mesa para salir del salón.

Por la noche, todos cenaron y escuchaban lo que Jamal tenía para contarles sobre su país, sus tradiciones o simplemente historias de su vida en Arabia. Después de levantarse de la mesa, los varones invitaron a Jamal a beber licor y charlar sobre proyectos y negocios.

Perla estaba ansiosa, no había tenido oportunidad de hablar a solas con aquel hombre y deseaba hacerlo antes de que se fuera a dormir, no quería perder la oportunidad en tratar de conseguir algo con él. Observa que todos estaban haciendo alguna actividad o charlaban con alguien y habían alejado su atención de Jamal, así que rápidamente se acerca para hablarle, antes de que se marchara con Víctor y Agustín.

- Me preguntó si se encuentra a gusto aquí, ya que este lugar debe ser muy distinto a su hogar.

Jamal mira a Perla que le sonreía con una actitud tímida, pero no ocultaba lo traviesa de su mirada.

- Sí, es muy distinto, pero todos me han tratado muy bien, además que existe un encanto especial.

- Ah sí... me alegra que esté a gusto

- Hay cosas que harían sentirme más a gusto en mi estadía

- ¿Cómo qué sería? - pregunta Perla con actitud coqueta.

- Como tener la dicha de su amistad y la compañía de tan hermosa mujer

Perla deja escapar una pequeña risita.

- Ay, favor que me hace... tenga por seguro que podemos conocernos muy bien si usted así lo desea

- Claro que sí, mi distinguida dama, créame que lo deseo

- Por supuesto, que estamos hablamos de amistad, ¿no es así?

- No he pensado en otra cosa que sea distinta de una sincera y sana amistad, porque es eso lo que usted quiere ¿Verdad?

- Claro que si... y ahora que somos amigos, siéntase en la confianza de pedirme lo que necesite

- ¿Lo que necesite?... tal vez podría necesitar de una buena amiga que me ayude a no sentirme tan lejos de casa.

- ¿Qué necesitaría para ayudarle con eso?

- Bueno, podría ser...

Jamal corta lo que quería decir, cuando ve que Perla se sobresalta al entrar el hijo y hermano de Víctor bajo su vestido mientras reían.

Perla se sentía tan avergonzada de ello, ya que estaba coqueteando tan a gusto con aquel hombre y habían formado un buen ambiente para insinuaciones que fue cortada por los niños, lo que hizo que dejará de sentirse sensual, a sentirse una completa tonta.

- Ya salgan de ahí pequeños bandidos - Perla quería llorar de la rabia por haber perdido el momento y no quería ver el rostro de Jamal que seguramente se estaría riendo

- Ay, qué pena Perla - Amelia se aproxima rápidamente y se agacha para tomar la mano de uno de los niños bajo del vestido y los jala para sacarlo de ahí, para así ayudar a su amiga, que estaba segura de que estaba coqueteando

Luego de un rato y con ayuda de Dorotea, sacan a los niños de debajo del vestido de Perla y se los llevan para que puedan ir a dormir.

- Jamal vamos al salón para seguir charlando - le invita Víctor que se dirigía con su padre a la gran sala de invitados.

- Sí, te alcanzo - responde Jamal a su amigo.

Jamal mira cómo Perla estaba roja de la vergüenza a causa de los niños, y no quería verlo a la cara

- Disculpe, creó que la charla será para otro día. Buenas noches - Perla se gira para marcharse.

Antes que se aleje, Jamal la toma por la cintura desde atrás y se acerca a su oído para susurrarle, sintiendo ella el cálido aliento que le producía cosquillas en el cuello y le erizaba la piel.

- Espero que podamos continuar con nuestra charla más tarde, quisiera hablar de cosas importantes con usted. No se avergüence por los niños, ellos son curiosos y créame... que también me gustaría ver qué hay bajo ese vestido.

Cuando se separan, Perla ve cómo Jamal se alejaba en dirección al salón, dejándola con la piel erizada y temblorosa ante el susurro provocador y lo que le dijo. No podía creer la suerte que tenía y una sonrisa se dibuja en su rostro, estaba segura de que esa noche sería más que una sana charla como simples amigos.

Cuando todos se fueron a sus habitaciones aquella noche, Perla acudió rápidamente al dormitorio de Jamal. Toca a la puerta, estaba ansiosa, pero muy segura que él gustaba de ella y no sería rechazada.

Rápidamente Jamal habré y le sonríe a la mujer que ya no tenía una actitud tímida, por el contrario, había soltado su cabello y jugaba todas sus cartas de seducción que le dio su experiencia como ex- loba.

- Amiga, me alegra que estés aquí - Jamal la hace pasar a la habitación y cierra la puerta tras de él.

- Solo vine para ayudarte a que te sientas más cómodo, mientras te encuentres aquí

- Ah si, me gustaría que charláramos toda la noche si es posible, hasta que el sueño nos venza

Perla se acerca y toma una de las cintas de la camisa de Jamal y la jala, haciendo que esta se abra y descubriendo el fornido pecho que se ocultaba bajo de él. Era lo que imaginaba, un cuerpo digno de su apariencia, y se preguntaba si todas las partes de su cuerpo serían iguales de majestuosas.

- Aunque puede que esté cansado luego del largo viaje y sería mejor hablar por la mañana después del desayuno - sugiere Perla con voz seductora.

- Señorita Perla, perdóneme, pero soy un hombre tímido - dice Jamal, cubriéndose el pecho rápidamente con la camisa - Estoy algo avergonzado...

Perla se sobresalta, ya que pensaba que las insinuaciones sobre hablar como amigos se referían a otra cosa.

- Discúlpeme, he sido muy grosera... creo que es mejor que me retiré, ya que lo he incomodado... Buenas noches

Perla estaba nerviosa y vuelve a tener una actitud tímida, estaba sonrojada y se dirige a la puerta, tomando la manilla para hacerla girar y salir del lugar, pero cuando estaba habiendo la puerta, la mano de Jamal la vuelve a cerrar de manera súbita. Perla se gira para verlo y este la tenía acorralada entre sus brazos, haciendo que se apoyara en la puerta.

- Es adorable y completamente estimulante verla de manera tímida e inocente, eso me gusta... además que le queda muy bien a una mujer tan bella y estoy seguro de que tu corazón ha comenzado a palpitar tan fuerte como el mío.

Jamal se desprende de la camisa dejando ver su cuerpo. Tenía una mirada fiera, como si fuera un depredador olfateando a su presa, su semblante era serio, pero apacible y tenía una mirada profunda que hipnotiza los sentidos de Perla. Ahora ella ya no se sentía tan segura como antes, puesto que toda la iniciativa que había tomado, fue cambiada por nerviosismo que se traducía en una sensación de placer que recorría su cuerpo y hacía temblar sus piernas.

- Estás muy callada... creo que estás nerviosa - insinúa Jamal.

- Solo un poco, has logrado que me sienta insegura y no sepa qué hacer

- Eso es lo que esperaba. No te preocupes, te enseñaré que hacer

- O tal vez yo pueda enseñarte algo a ti

Jamal la toma por la cintura y le besa suavemente el cuello, mientras Perla tocaba aquel pecho firme y caliente de aquel hombre que emanaba un delicioso aroma exótico que no conocía y que despertaba sus sentidos, haciéndola estremecer y que se vuelva totalmente sensible a sus caricias.

Mientras estaban a gusto recostado el matrimonio Fortunato en su dormitorio alistándose para dormir, tocan a la puerta de su habitación. Amelia estaba por levantarse, pero Víctor la detiene.

- Espera, debe ser Jamal. Quizás tenga miedo y quiera dormir en medio de los dos - ríe Víctor. Se levanta y abre la puerta de la habitación. Afuera estaba Dorotea quien traía a Sergio con los ojos llorosos y se los frotaba

- Papá, papá... - Sergio estira sus brazos para que su padre lo levante.

- ¿Pero qué tienes mi vida? ¿Por qué lloras? - Víctor lo acurruca en sus brazos y besa su cabeza

- Debe de haber tenido una pesadilla, despertó llorando y lo encontré en el pasillo, mientras venía hasta aquí - comenta Dorotea.

Víctor mira a su hijo de manera tierna

- ¿Quieres dormir con nosotros?

- Si papá, si

- Disculpe que interrumpa su descanso, pero quisiera hablar con Amelia - solicita Dorotea.

- Claro Yoyi... - Víctor mira adentro de la habitación y le habla a su esposa mientras se dirige con Sergio a la cama - Amor, Yoyi quiere hablar contigo.

Amelia se levanta rápidamente y va a la puerta, encontrando a Dorotea con un semblante preocupado

- ¿Qué pasa Yoyi?

- Es Perla

- ¿Qué le pasó? - Amelia cierra la puerta tras de ella para hablar de forma privada con su amiga

- Esa mujer, se fue a meter a la habitación de su invitado. Traté de detenerla, pero antes de alcanzarla, ya había entrado en esa habitación

- Pfff... me asustaste Yoyi... ja, ja, ja, pensé que era algo malo

Dorotea la mira sorprendida e indignada.

- Pero Amelia, esa mujer ya sabes que tiene el diablo en el cuerpo, su invitado puede sentirse ofendido si Perla llega a hacerle propuestas indecorosas.

Amelia entiende que Dorotea no tiene idea de quien era Jamal, y quien en realidad estaba en peligro era Perla, pero era mejor que su amiga no se entere de eso para no sobresaltarla.

- Está bien, tienes razón... no te preocupes. Ve a descansar y le diré a Víctor que vaya a la habitación de su amigo para ver que Perla se esté comportando. Gracias por informarme.

- Espero que este todo bien con su invitado, me voy a la cama. Buenas noches.

- Buenas noches Yoyi

Amelia entra en la habitación y va a la cama donde Sergio se reía con Víctor, quien lo elevaba y lo mantenía encima de él.

- ¿Qué pasó? - pregunta Víctor

- Yoyi estaba preocupada por Jamal. Perla fue a verlo a su habitación.

- Al menos ellos encontraron diversión. Nosotros también deberíamos de tener un poco de diversión.

Amelia comienza a besar a Sergio en forma de juego, como si estuviera comiendo sus mejillas, mientras este lanzaba carcajadas.

- Pero sí tenemos diversión esta noche con este gordito tan exquisito.

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