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Capítulo 72

Víctor mira a Toriny, quien se estaba alejando y corre en dirección a él, antes de que escapé, tomándolo por su camisa y arrojándolo hacia atrás cuando trataba de salir de la habitación y acertándole un puñetazo en la cara que lo arroja hacia un mueble de esa alcoba.

El miedo hace que Toriny comience a arrojarle lo que se encontraba en aquel mueble e incluso los cajones para que se aleje de él, pero los golpes de aquellos objetos eran imperceptibles para Víctor, producto de la gran descarga de adrenalina que tenía. Ahora lo toma por el cuello de la camisa y comienza a darle una lluvia de puñetazos en la cara bufando con cada golpe que le daba. Finalmente deja a su rival contra la pared y este también lo golpeaba y lanzaba patadas, pero Víctor seguía sin sentir dolor. Que aquel hombre tratara de defenderse, solo aumentaba más sus ganas de matarlo.

— SOY INOCENTE... ESA MUJER ES UNA VULGAR. ROMPERÉ EL CONTRATO SI... — alcanza a gritar Toriny.

Víctor lo calla con un golpe tan fuerte en la mandíbula, que hizo sonar todos los huesos de su mano y logrando hacer que Toriny escupiera dos dientes en dirección donde se encontraba Amelia. Al verla nuevamente en la condición en que se encontraba su esposa, Víctor le lanza una patada en los bajos con tal fuerza, que estaba seguro de que ese hombre orinaría sangre por un mes. Cuando su contrincante cae al suelo por el dolor de todos aquellos golpes, se cubre para evitar que lo siga atacando y trata de levantarse, pero Víctor se arroja encima, enfocándose en su rodilla derecha y la gira con tal brutalidad, haciendo que suene un chasquido lo que hace gritar a Toriny por el esguince que le provoca.

— NO MÁS... NO MÁS — suplica desesperado Lorenzo.

— ¿No más? Bastardo... pero si aún no te mueres

Víctor lo toma por el cuello con ambas manos y comienza a estrangularlo de la misma forma en que lo estaba haciendo con Amelia, pero no conforme con esto, azota su cabeza contra el suelo sin dejar de apretar su cuello. Quería saber si romper un cráneo, ¿sonaría de la misma forma que romper una nuez?

Todos los que estaban en la celebración no pudieron con la angustia de saber qué estaba pasando y fueron en dirección a donde se dirigió Víctor. Cuando llegaron, todos quedas horrorizados ante la escena que se veía, como Víctor estaba tratando de matar a un Toriny cubierto de sangre y como Amelia estaba semidesnuda encima de la cama.

Esta escena era demasiado para Celenia y comienza a gritar por la desesperación.

— POR FAVOR DOROTEA... SÁQUELA DE AQUÍ — grita desesperado Agustín, para luego correr hasta donde su hijo, para evitar que mate a Toriny — SUÉLTALO VÍCTOR... YA... PARA

Perla corre en dirección a Amelia y la cubre con una de las mantas de la cama y mira su condición. Comienza a gritarles a los sirvientes que estaban en el lugar

— UN MÉDICO... ¡TRAIGAN A UN MÉDICO!

Agustín, junto con un sirviente de cámara de Toriny, estaban encima de Víctor tratando de separarlo, puesto que aquel hombre que estaba bajo sus manos ya no se movía, pero Víctor le seguía presionando el cuello. Esto asusta a Agustín, al ver que no podían controlar a su hijo y que no escuchaba razones, así que comienza a golpearlo en la cara varias veces, logrando que lo suelte y alejándolo de aquel hombre.

— SUÉLTAME... AUN NO LE ABRO LA CABEZA — grita Víctor furioso.

Agustín pide ayuda a otros sirvientes que estaban atestiguando el momento para contener a Víctor, puesto que la rabia que tenía era tal, que no podía contenerlo y tuvieron que hacerlo con otros dos hombres y sacarlo de esa habitación.

Llegaron 2 médicos y 3 enfermeras al lugar para asistir a los heridos, entre ellos, el doctor Patrick, a quien se le dejó el exclusivo cuidado de Amelia. Además de ellos llega la policía, quien ante los hechos se llevan a Víctor como detenido e inician una investigación para clarificar lo sucedido y tomar nota para el futuro juicio.

Toriny aún seguía vivo, pero su estado de salud era delicado y aún se encontraba inconsciente bajo observación de los médicos que, por obvias razones, decidieron trasladarlo a otro lugar para seguir su tratamiento.

Ese horrible día, quedaría en la memoria de todos y pronto el escándalo engrosaría los titulares del Periódico al día siguiente.

Pasaron dos días y ya el país se enteraba de otro escándalo alrededor de los Fortunato. Aquella familia de renombre, respetados por todos, ahora eran considerados un circo para hacer reír a la plebe y tema de chismes para los burgueses. Socialmente estaban arruinados.

Amelia se encontraba bien, sus lesiones eran menores, se le dificultaba hablar por el estrangulamiento que recibió, así que se le aconsejó descansar su voz. A pesar del desagradable incidente, Amelia no recordaba muy bien lo que había ocurrido, ni siquiera recordaba completamente a Toriny en los días que estuvo con ellos.

Cuando Toriny recuperó la conciencia y se encontraba estable de salud, le solicita secretamente a sus sirvientes que preparen todo para salir del país, ya que sabía, esperaban su recuperación para iniciar un juicio en su contra, de esa forma, proteger su nombre y reputación, además para escapar de Víctor, puesto que sabía que aquel hombre no estaría conforme y lo retaría a un duelo para restablecer su honor, es por eso que, aquella noche sin que nadie supiera, Toriny y los suyos escapan para nunca más regresar.

Agustín a la mañana siguiente, al enterarse del escape de Toriny, se dirige a los tribunales para pedir la liberación de Víctor, ya que si una de las partes en el juicio no estaba, el caso se daba por cerrado. Es así que en esa mañana dejan en libertad a Víctor, luego que se comprobará de que Toriny escapó.

— Iré a buscar a ese maldito, seré su pesadilla — decía de manera rabiosa Víctor, mientras iban camino a su mansión en un carruaje

— Ya basta, Víctor... el infeliz escapó, incluso ha dejado su equipaje, seguramente sabría que irías tras de él.

— ¿Cómo pudiste hacernos eso? Defendiste a ese maldito.

— Claro que no es así, también lo detesto tanto como tú, pero no podía permitir que ensuciaras tus manos matando a ese bastardo... irías a prisión y ¿qué sería de Amelia sin ti?

Víctor comienza a llorar tomándose el rostro mientras el carruaje seguía su marcha

— Mi Amelia, ¿viste lo que ese maldito le hizo a mi preciosa Amelia? Ella solo se merece felicidad... no esto.

— Tienes que ser fuerte por ella, que no te vea así... ahora te necesita— Agustín se lo decía abrazándolo por los hombros.

Cuando llegaron a la mansión, Víctor trató de calmar su pena para poder ver a Amelia, quien estaba en compañía del Doctor Patrick y su madre. Al informar que había llegado, Patrick solicita hablar con Víctor antes de que ingrese a la habitación.

— Señor Fortunato... su esposa se encuentra bien y se recupera rápidamente

— Gracias doctor... por todo su servicio

— Debo advertirle, que la señora Fortunato presenta una amnesia con respecto a los últimos acontecimientos, no recuerda a su agresor, ni los sucesos de ese día... creo que es prudente que usted no diga nada al respecto, para evitar que regresen esos recuerdos.

— ¿Cómo pudo pasar algo como eso?... ¿Se ha dañado su mente?

— Cuando una persona sufre una situación traumática, su mente bloquea esos recuerdos para sanar así mismo... es una extraña condición, pero ciertamente muy favorable. Cree que estaba enferma y por eso se encuentra con reposo en cama.

Mientras estaban charlando, sale de la habitación la madre de Amelia y al ver a Víctor, sus ojos se llenan de lágrimas.

— Oh Víctor... Amelia preguntaba por usted, no sabíamos cómo decirle que estaba detenido por la policía.

— Ya regresé... me quedaré ahora con ella.

— Yo me retiro, vendré a evaluarla mañana — se despide el Doctor Patrick.

— Gracias doctor

— Lo acompaño hasta la puerta — le invitaba Agustín y se despide de su hijo — También me retiro Víctor, quédate con Amelia todo lo que desees, no regreses a trabajar hasta que estén bien ambos.

Agustín se marcha por el pasillo en compañía del doctor Patrick.

— Me quedaré en esta casa, para estar cerca de ella hasta que esté mejor. Su padre está destrozado — Mariana se cubre el rostro al no contener las lágrimas mientras hablaba con Víctor — No es justo, ¿por qué a mi pequeña le tiene que pasar estas cosas? Ella es buena, nunca ha hecho el mal a nadie...

Víctor no deseaba escuchar más, puesto que lo mortificaba, así que decide entrar a la habitación.

Adentro estaba Amelia recostada, mirando tranquilamente cómo la luz ingresaba por la ventana. Su mirada se dirige hacía Víctor al verlo ingresar.

— ¡Víctor! — Amelia lo dice con una sonrisa en los labios y se acomoda en la cama.

— Hola, mi amor... no hables, no es necesario hablar... me quedaré contigo recostado, ¿está bien?

Amelia asiente con la cabeza.

Víctor se acerca y se acomoda en la cama, sentándose detrás de ella, abrazándola por la espalda y de esta manera, poder cubrirla con sus brazos para que así se sienta protegida y pueda descansar en su pecho.

Víctor le acariciaba el cabello y besaba su cabeza, tomaba sus manos y entrecruzaba sus dedos con los de ella, mientras la mecía como si fuera un bebé, cuando nota que estaba dormida, no soporta más y llora amargamente. Estaba agradecido de que ella no pueda recordar ese terrible momento y decidió que, por el bien de ambos, trataría de seguir y olvidarse también de eso.

— Víctor... estoy segura de que desde ahora todo saldrá bien — susurra Amelia.

— Pensé que dormías... duerme amor mío

Víctor trata de limpiar sus lágrimas sin que se dé cuenta.

— Solo quería que supieras, que todo va a salir bien — Amelia cierra nuevamente sus ojos y sigue durmiendo. 

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