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Capítulo 57

 El tiempo pasó y las heridas de todos sanaban a distintas velocidades luego de la declaración de paz de Mercedes. Ahora ella era una madre completamente y nada la hacía más feliz que ser la única madre que conocía su hijo.

A pesar de tener un acuerdo, Celenia y Agustín no estuvieron de manera romántica luego de algunos años después, ya que ambos aún no podían olvidar el terror que fue el vivir con Mercedes como verdugo en esa casa, aún estaban traumatizados al encontrarse a solas o tan solo hablar de algo en privado.

Víctor crecía feliz con ambos padres amorosos que celebraban cada logro en su desarrollo, que estaban preocupados por él y que le dieron una familia. Es así que la sociedad veía a estos Fortunato, como padres ejemplares y que tenían una gran complicidad.

Víctor logró unir a Mercedes y a Agustín, con el tiempo se transformaron en buenos amigos, eran confidentes del otro y hablaban de variadas cosas e incluso se dieron cuenta de que compartían mucho en común, pero jamás hablaban de Celenia, aquello era un tema prohibido entre ellos. Atrás y casi olvidado quedaron los tiempos en el que se odiaban.

Lo vivido logró que Agustín dejará de ser un niño malcriado, había madurado drásticamente y esto hizo que su padre tomará la decisión de dejarlo a cargo de la compañía a tan temprana edad, puesto que era digno de confianza y en el último tiempo había llevado bien las finanzas. Celenia había influenciado en él para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, es por eso que subió los sueldos de todo empleado que preste servicio a los Fortunato, otorgaba bonos al desempeño y estabilidad laboral, con esto se consiguió un aumento en la productividad y más ingresos, puesto que todos deseaban trabajar con ellos y eran motivados por el dinero extra. Pronto el nombre Fortunato fue reconocido por la gente y era un privilegio trabajar con ellos, ya que mantenía a personas y familias felices y tranquilas.

Celenia luego de unos años y pese a su juventud, fue nombrada por Agustín como ama de llaves, todo con el propósito de que ella pueda ver y estar más cerca de Víctor, así le podía hablar y dar órdenes.

Aquella niña sonriente y parlanchina que fue Celenia desapareció, se volvió dura y fría, una imagen que tenía para imponer respeto ante el resto, solo Agustín conocía a la verdadera mujer que se escondía en el fondo, ya que seguía siendo dulce y llena de ternura en la intimidad. A Víctor lo trataba con dureza, al igual que al resto e incluso más, pues ella siempre mantendría la promesa que hizo a Mercedes ese día, pero fue un duro golpe cuando este se volvió grosero y lleno de resentimientos hacia ella.

La relación amorosa entre Agustín y Celenia por años se mantuvo en secreto, ya que ambos eran cuidadosos en sus encuentros, tan así, que hasta Mercedes pensaba luego del tiempo que ellos ya no tenían ninguna relación.

Celenia pudo ver como su hijo crecía, tenía personalidad, lloraba y reía, cuando la despreciaba y cuando escapó de casa... en todos los momentos de su vida ella estuvo ahí, pendiente de él de manera silenciosa y observando desde la distancia.

En los últimos meses de vida de Mercedes, ambas ya no tenían ningún resentimiento por la otra. Celenia se preocupó al completo de su cuidado, de manera cariñosa y delicada, es por esto que Mercedes tomó la determinación de darle a conocer a Víctor quien era su madre, era lo último que podía hacer por ella y por su querido amigo Agustín, deseaba liberarlos de aquella promesa, para que todos puedan ser libres.

Agustín al terminar de narrar esa historia sentía que se había liberado de un peso que por años cargó en silencio, pero dentro de su narración elimina algunos detalles, como el comportamiento agresivo de Mercedes en aquel tiempo. No deseaba que Víctor se llevara una mala imagen de su madre.

— ... siempre extrañaré a Mercedes, era mi mejor amiga, ya nunca más tendré sus consejos, sus bromas y que me escuche para contarle los contratiempos de mi día a día. Realmente la quería, era mi familia, un tipo de amor distinto al romántico.

Víctor tenía los ojos llorosos cuando su padre terminó de narrar aquella historia. Se sentía tan estúpido de haber sido grosero por tantos años con Celenia, pero el saber esto, podría ser un nuevo comienzo. Siempre Mercedes sería su madre, eso nada lo cambiaría, pero hoy ganó a otra.

— Perdóname papá, siempre tuviste toda la razón, gracias por contarme este secreto

— Ya muchacho — Agustín abraza a su hijo — no te sientas culpable por esto, comprendo que el que te enteres, te ha traído un gran pesar. Celenia te ama, pero no es tu obligación aceptarla como madre.

— Me gustaría hablar con ella... ¿Sabe que mi madre me lo ha dicho antes de que falleciera?

— No... piensa que todo sigue igual.

— Entonces yo se lo diré

Víctor vuelve a mirar al jardín por la ventana. Miraba a Amelia aún sentada en la silla del jardín y a Celenia que indicaba a las sirvientas que retirarán los platos y pastelillos de la hora del té. Hoy sería un nuevo comienzo para todos.

***

Se encontraba Amelia y Celenia en la habitación de costuras de Mercedes, ambas ordenaban y guardaban las cosas de su anterior propietaria con delicadeza en un baúl, al igual que sus antiguos vestidos, para que los varones Fortunato no vean aquellas cosas que nuevamente les provocaría recordarla, ya que su partida ha sido reciente y ambos estaban aún muy sensibles con ello.

Víctor Ve cómo Celenia y Amelia guardaban algunas prendas en un baúl, cuando entra en la habitación de costuras.

— Amelia... — Víctor llama a su esposa.

Amelia deja una prenda en el baúl y va donde su esposo.

— Querido, ¿necesitas algo?

— Hem... mi padre quiere verte en su despacho

— ¿Ha pasado algo?

— No... es solo que... hem... deberías cambiar de vestidos, ahora eres una señora de alta sociedad y debes de ocupar algo más acorde a tu altura, así que mi padre enviará por una costurera — Víctor busca una mentira para poder estar a solas con Celenia.

— Está bien — responde Amalia y toma las manos de su esposo y deposita en ellas un beso que expresaba que pronto volvería para estar con él, ya que sabía que su pena era muy grande por la muerte reciente de su madre.

Al salir, Amelia cierra la puerta tras de ella.

— Celenia... deseo hablar con usted

El ama de llaves tenía la cabeza inclinada en señal de respeto y las manos cruzadas.

— Diga señor

Víctor se acerca para estar en frente de ella

— Quiero pedirle perdón, por haber sido tan grosero con usted

— No hay nada que perdonar, señor, usted tiene sus motivos.

— También le quiero agradecer, por todo lo que ha hecho por mí.

— Es mi trabajo señor, no es necesario agradecer.

— Claro que sí, debo de agradecerle, el darme la vida...

Celenia levanta la cabeza sorprendida al escuchar esto y mira a los ojos a Víctor que seguía hablando

— Gracias por no dejarme en un orfanato, por cuidarme, quererme y buscar lo mejor para mí... por despojarse de su orgullo por mi causa, por ser una madre invisible...

Celenia aprieta los puños en su vestido, estaba nerviosa, no podía creer lo que estaba escuchando

— Señor... no sé de qué me está hablando.

— Y gracias, por siempre mantener este secreto, el secreto que me ha contado mi madre y me lo confirmó mi padre.

En ese momento, Víctor por primera vez ve el verdadero rostro de Celenia, que cambia de ser duro y frío a ser completamente amable y lleno de ternura, su padre tenía razón, ella aparentaba ser alguien muy diferente.

Ella trata de contener las lágrimas, pero cuando quiere decir la primera palabra, estas saltan como una cascada y no las podía detener, cubre sus labios con una mano, ya que no podía dejar de llorar, hasta que siente el cálido abrazo de Víctor e inmediatamente lo corresponde. Este era el primer abrazo que se daban después de 20 años y Celenia nuevamente tenía a su hijo cerca de ella.

Ambos conversaron esa tarde hasta que anocheció, tenían tanto de que hablar, tantos años que se debían de recuperar, que no se dieron cuenta lo tarde que era, pero, aun así, nadie los interrumpió.

— Quiero que dejes de trabajar, quiero que tengas la vida que mereces — comenta Víctor, quien tenía tomada de la mano de ella.

— No Víctor... tu padre y yo nos sacrificamos por la empresa de carbón, ya debes de conocer el mundo de los negocios, esta vida nunca será para mí

— Pero yo se la di a Amelia y no ha cambiado nada.

— Si, se la has dado, pero a base de mentiras que ha dicho tu padre. Soy feliz como estoy y ahora más que has regresado a mí, no debes de preocuparte por mí.

Víctor fue a la cama esa noche y le contó a Amelia lo que había ocurrido ese día.

— Ahora lo entiendo todo, por eso cuando miraba a la señorita Celenia, su rostro me transmitía ternura, te veía a ti a través de sus ojos, ahora que sé que es tu madre, es tan notorio, te pareces tanto a ella.

— Como odio esto Amelia, el club de caballeros, los inversionistas, esta sociedad podrida llena de apariencias, solo han provocado desdichas a tantas personas.

— Pero, ahora que lo sabes, todo será mejor para ella. Pobre señorita Celenia, ella me aconsejaba cuando te estaban comprometiendo que no pase por ese tormento, me lo decía porque ella ya había vivido eso.

— A pesar de ello, ninguno de los dos, mi padre y ella cambiarán su destino, ya me lo ha dicho Celenia, no arrojarán por la borda todo el sacrificio que han hecho para mantener las apariencias. Nunca cambiarán eso, tengo tanta lástima por ellos.

— Es mejor no entrometerse en esas decisiones — Amelia se voltea para apagar las velas

Víctor se gira en la cama para abrazar a su esposa y hablar cerca de su oído.

— Estoy agradecido que ese destino no fue para nosotros, no podría soportar verte siempre con miedo a que seamos descubiertos. Te amo mi preciosa Amelia.  

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