Cathlen se sentía cansada con el largo viaje y las pequeñas discusiones de la noche anterior. Cuando llegó al comedor observó a Natally fuera.

—Buenos días Cathlen... —saludó Natally, un poco nerviosa—, em... quería pedirte disculpas...

—Buenos días —respondió Cathlen—. ¿Por qué disculpas? Tú no me has hecho nada.

—Bueno... fue por lo que dije anoche... Te hice ver como una persona sin corazón.

—¡Ah! Por eso no te preocupes, sé que todos estábamos enojados por tonterías. —Cathlen empezó a buscar por el comedor a los gemelos, tenía que pedirles una disculpa antes de continuar con esa mañana. Cuando finalmente los divisó dijo a Natally: —Discúlpame, Natally, debo ir a arreglar algo.

Se acercó a los gemelos, respiró profundo y con una profunda tristeza interrumpió a los chicos quienes estaban con una chica, ambos embobados con ella, aunque tenían una razón, era Virginia la chica más hermosa en el internado, con su altura podía ser muy bien una modelo, su cabellos castaño contrastaba con unos ojos verde jade que impresionaba el solo mirarlos.

—Em... Chicos —dijo tocándoles los hombros. Virginia la miró con aire de suficiencia, como si ella fuese un insecto.

—Bien creo que me iré —dijo con su dulce voz a los gemelos, se levantó de la banca—, hablaremos más tarde. —Les lanzó un beso y se fue. Los gemelos giraron a mirar a Cathlen.

Ella tragó el nudo que se formó en su garganta, tenía que decirlo y era mejor hacerlo ahora.

—Creo que les debo una disculpa —dijo mirándolos, era difícil para ella decirlo, pero era la verdad, los había tratado muy mal, además de haberlos hecho a un lado—, en verdad me he portado como una tonta y...

—Pues la verdad de portaste como lo hacía Andrew —interrumpió Steven.

—Y nosotros siempre habíamos aborrecido esa manera de actuar —continuó Stephan.

—Sí, ya lo sé, pero ya les dije que lo lamento, yo misma entiendo que actué de la manera que siempre critiqué —dijo ella, bajando su mirada, la culpabilidad de lo que hizo la acechaba—. También sé que ustedes sólo hacían todo por mi bien, pero cuando lo entendí correctamente ya era muy tarde y no tenía ni la más mínima idea de cómo pedirles disculpas.

—Bueno... —dijo Stephan, mirando a Cathlen. Tomó su barbilla y la levantó para que los viera, no era de esa manera en la que la chica siempre se comportaba—, la verdad es que por mi parte quedas perdonada, a veces hacemos y decimos cosas que no debemos, o no queremos, pero siempre tienes que ver lo bueno que pasó con esa persona, no lo que te haga en un momento de disgusto sino todo lo que pasaste y lo que hizo q naciera esa amistad.

—Igual por mí —dijo Steven—, pero también recuerda, una segunda oportunidad se da sólo una vez, se vuelve a repetir esto y podrás estar segura que aunque nos duela ignorarte podremos hacerlo.

Cathlen sonrió a los chicos. —Gracias, de verdad. No podía seguir así, no pasando tiempo con ustedes ni sabiendo nada de su vida... ¿Cómo así que ahora la señorita soy-toda-una-supermodelo está con ambos?

Los chicos se miraron entre ellos, una amplia sonrisa se dibujó en sus rostros. —Ni nos preguntes... —dijeron al unísono.

Cathlen recordó que había dejado a Natally fuera y sola, así que les pidió un momento, se deslizó por el comedor hasta que llegó donde estaba la otra chica. La tomó del brazo y la llevó junto a los gemelos.

—Chicos... les presento a Natally, es nueva por acá —dijo, se giró hacia la chica—, Natally, ellos son Steven y Stephan.

Natally miró a los chicos, genial gemelos idénticos, tendría que aprender a diferenciarlos, pero cómo... Ambos tenían el cabello negro y ojos castaños muy oscuros viéndose casi negros, bien tenía que haber una diferencia, pero no la veía a simple vista. Después de vacilar un segundo, presentó la mano para estrecharlas. —Erm... mucho gusto, Natally Hurts.

—Hola —respondieron los gemelos, señalaron los asientos frente a ellos—. Siéntense.

Las chicas tomaron asiento, era ya hora de desayunar, quedaron frente a las puertas y ambas saltaron cuando apenas levantaron la mirada y éstas se abrieron. Andrew y Derek entraron, las miradas de la mayoría de las estudiantes se detuvieron en Andrew, era bastante difícil no fijarse en él y todavía se vieron más confundidas al verlo junto al chico con el que había peleado tanto, los chicos estaban hablando jovialmente mientras se acercaban a la mesa que ocupaban las chicas y los gemelos.

—Hola ¿Cómo están? —saludó Andrew a todos en la mesa, mirando a los gemelos, abrazó a Cathlen por detrás y la besó.

—Muy bien —respondió Natally, mientras miraba a Derek sentarse a su lado.

Los gemelos se sintieron incómodos, primero no era de buena manera que Andrew les saludara, nunca los había tomado en cuenta a no ser que fuera a insultarlos. No obstante se tragaron todas las malas intenciones que tenían hacia él cuando notaron a Cathlen sonreír y de esta manera parecer más a la chica que ellos habían conocido desde un principio. La chica que siempre era feliz, o al menos lo aparentaba siempre.

Cathlen por su parte conocía lo que pensaban sus amigos respecto a su novio, por lo que ya sabía que éstos no lo iban a saludar. Ella presentó a los gemelos con Derek y esperó a que Andrew se sentara.

—¿Por qué no te sientas, Andrew? —preguntó ella.

—Porque quiero ver a Gregory y Vincent, te veo en clase. —Besó nuevamente a Cathlen y se fue hasta la otra mesa, allí estaban sus dos mejores amigos, cuando los saludó, ambos le ignoraron. Andrew un poco decepcionado se sentó con ellos para desayunar, en ese momento Vincent le dijo: —Oye ¿Por qué no estás con la sabelotodo de Cathlen y sus amigos? —Se levantó, Gregory hizo lo mismo y empezaron a irse.

—Yo los consideraba mis amigos —dijo Andrew cuando se iban, él se levantó—, pero veo que a ustedes no les importa si soy feliz, está bien, no tengo problemas en eso, pero si les pido un favor —se acercó desafiante a ellos—, no vuelvan a meterse e insultar a Cathlen, eso no se los permito.

—¡Ah! Ahora no podemos insultarla ni meternos con ella, pero cuando eras tú —dijo Gregory mirándolo—, nosotros sí podíamos secundarte...

—Antes no estaba seguro de que sintiera algo por ella, ahora estoy seguro de lo que siento, lo lamento pero desde este momento y en adelante la defenderé, porque la amo y de verdad no voy a dejarlos que lleguen a hacerle daño —concluyó Andrew frunciendo el ceño, dio media vuelta y fue hasta el otro lado del comedor a sentarse con su prima, su novia y los amigos de ellas.

—¿Qué sucede? —preguntó Cathlen—. ¿Por qué discutiste con Vincent y Gregory?

—Nada... por nada discutí... —respondió evasivamente—, una diferencia pequeña, pero no importa, déjalos ahí... Ya no importa.

—Y cambiando de tema —dijo Derek, antes de que hubiera algo diferente a lo que estaba ahora—, ¿Cuándo vienen los de primer año?

—Creo que vienen como en tres meses —respondió Natally—, ¿Por qué quieres saber?

—¡Ah! Es que mi hermana, Casie, entra este año a la preparatoria y logramos que papá entrara en razón para que la matriculara aquí.

—¿En serio?, Damian también entra este año —dijo Cathlen sonriendo.

—¿Tu hermano? —preguntó Andrew.

—Sí y creo que Mathew el hermano de los gemelos también.

Natally sonrió y miró a Andrew. —Y Susie, pero ella viene después pues consiguió la matrícula ya tarde.

—Bueno, será un desafío verlos a todos, será que nuestros padres se pusieron de acuerdo hasta en eso... —dijo alegremente Derek.

Andrew se quedó en silencio mientras todos hablaban de sus hermanos, cuánto daría por haber tenido a Darnell con él ese año. Miró su reloj. —Sí que bien, ahora veo que ya es tarde, tenemos que ir a clase.

Natally sintió la tristeza de su primo, le sonrió. —Vamos a clase de Historia ¿Cierto?

—¿Qué horario te dieron?

—El mismo de Andrew, para que pueda ponerme al día junto a él.

—Entonces sí, vamos —respondió Andrew levantándose.

Los demás hicieron lo mismo y salieron del comedor, mientras pasaban por las puertas los gemelos se quedaron atrás, no estaban seguros de estar con ellos después de todo. Se acercaron a un grupo de chicas y sorprendieron a Virginia sentada a un lado de la banca. Le sonrieron y se sentaron junto a ella.

—¿Qué sucede? —preguntó Steven mientras tomaba una de sus manos, sus ojos verdes estaban brillantes y una hermosa sonrisa enmarcaba una tristeza que sólo ellos podían sentir.

—Mis padres enviarán a Victoria mañana... —respondió ella, la ira tras sus palabras era tangible.

—¿Y por qué te pones así? Nos vas a decir que no quieres que venga —dijo Stephan.

—Es mi gemela, siempre me quita todo, ella es la mejor para todos y se acabará todo lo que tengo aquí por su culpa.

—No creo que sea así —dijo Stephan sonriéndole.

—Todos te conocen, no será capaz de hacer que se vuelvan contra ti o se alejen —terminó Steven.

Ella los miró, se levantó y dio una sonrisa que no sentía. —Gracias chicos. —Se acercó a cada uno y les dio un beso en cada mejilla.

Ambos se sonrojaron cuando ella hizo eso y seguidamente les tomó la mano y los condujo fuera de la vista.

—Sólo espero que eso sea verdad. —Virginia suspiró y se fue para su clase.

Los gemelos se miraron fijamente divertidos, ya no sería una competencia, podrían divertirse con ellas. Si era cierto lo de Victoria, Virginia los necesitaría más seguido. Y donde va una, la gemela aparecerá.

—¿Vamos, Steven?

Su gemelo sonrío y asintió.

—Hasta el final, hermano. —Juntos caminaron hasta la clase de historia.