5
Kenedy tenía una meta ahora: Malek iba a ser para ella.
Tenía bien elaborado todo, sólo tenía que ser muy amable y cariñosa como las chicas dulces eran, así conseguiría fijarse en ella.
Al día siguiente ella llegó con la falda más corta, el cabello más arreglado y un maquillaje ligero pero que se daba a notar. Un chico del salón que se había interesado en ella, Pablo, no tardó en hablarle para alagarla un poco, sin embargo ella estaba interesado en otro: su Malek. Malek. Volteó en su dirección y lo vio molesto, su vista de pronto se dirigía hacia ellos pero con la misma fugacidad, cambiaba de dirección a la pantalla de su teléfono.
Celos, eso era lo que necesitaba. Necesitaba ponerlo celoso para que se diera cuenta que la quería. Así que aprovechó la oportunidad y empezó a darle entrada a Pablo, llendose con él a caminar a la salida, sentándose juntos, tomándose fotos y demás. Un día, él se atrevió a besarla, Ken reaccionó pero no sintió nada, ella deseaba a su Malek.
Sus acciones habían rendido frutos y Malek había terminado con su novia con el pretexto de que ya no era como antes y ahora tendría más tiempo para Ken. Por su parte, decidió alejarse de Pablo.
Kenedy se sentía desesperada al ver que la relación no avanzaba y se encontraban estancados en una mísera amistad. Ella no se rendía fácil, pero tal vez era momento de dejarlo y continuar. Tal vez, Malek no era para ella.
Llegaron las vacaciones de verano y él se fue a Valle Bajo con su familia mientras ella se quedó en su ciudad, sola y extrañando. A pesar de la distancia, Malek siempre estaba al pendiente de ella y le mandaba mensajes para que estuvieran comunicados, se la pasaban hablando hasta altas horas de la noche mientras Ken sentía cosquillas en el estómago cada que le decía que la extrañaba y la quería.
De vez en cuando peleaban porque subía fotos con Tiffany, mientras que con ella a duras penas publicaba cuando Ken lo obligaba.
-No estoy celosa, soy tu amiga no tu novia, sólo que si debes ser algo más atento conmigo. Te soporto todos los días, ella sólo en las vacaciones.
-Pero a mi me gustas como novia.- Ken se sonrojó a más no poder, al fin estaban dando pasos hacia adelante.
-Dime eso aquí, no por teléfono.
-Lo haré, no presiones.
-¿Yo? Yo no estoy diciendo nada, simplemente que es mejor hablar esos temas en persona.- La llamada siguió y se desvió del tema amoroso, continuando con cosas aleatorias y peleas de mentira.
Una noche, Kenedy se estaba quedando dormida mientras esperaba su respuesta. El teléfono vibró y se preparó para leer sus buenas noches y dormir contenta, sin embargo no lo hizo después de ver lo que le había escrito.
"Ya me voy a dormir, buenas noches Nedy hermosa de mi vida, de mi corazón, de mi todo, te quiero bastante mi vida, te amo. Vamos a casarnos ¿si?"
Ahogó el grito de emoción y le temblaron las manos al escribir, lo pensó muchas veces y al final terminó creyendo que se trataba de una mala broma de su parte.
"Ja, ja. Eres un tonto, con eso no se juega" le escribió la chica, a los segundos ya había respuesta.
"No estoy jugando. Lo digo en serio"- Malek le había dicho tantas cosas lindas en una noche, tantas en un solo mensaje. Ella le pidió de nuevo que hablaran eso cuando regresaran de vacaciones, es decir, en menos de dos semanas.
La espera se hacía eterna, Kenedy no paraba de contarle a Daniza sobre lo que había estado pasando entre Malek y ella y lo duraderos que se hacían los días para volver a la escuela.
De pronto Malek ya no le contestaba los mensajes tan rápido como antes, eso la desesperaba un poco. A veces no hablaban en todo el día hasta el siguiente, pero era algo que estaba dispuesta a soportar, después de todo, estaba de vacaciones disfrutando un poco, y dentro de unos días iba a tenerlo por completo.
Estaba a un día de volver para iniciar un nuevo semestre, alistó todas sus cosas; su uniforme, sus zapatos, su mochila...todo. Se preparó mentalmente para ver al chico que la tenía enamorada totalmente, no sabía que hacer, si abrazarlo o sólo saludarlo o esperar a que él diera el primer paso. Estaba muy nerviosa.
Tomó su teléfono y le envió un último mensaje: "Por fin mañana nos volveremos a ver, te he extrañado tanto."
Esperó la respuesta pero no llegó, seguramente ya estaba dormido y cansado del viaje.
A la mañana siguiente llegó a la escuela dos minutos antes del timbre, sus amigas la recibieron y esperó a Malek, pero nunca llegó. Al día siguiente tampoco, ni al siguiente. No respondía sus mensajes así que decidió llamarlo. Al segundo timbre contestó.
-¿Por qué no has ido a la escuela?
-Lo siento, es que, me quedé una semana más, el lunes nos vemos. Tengo que irme, hablamos luego.
-Está bien, cuídate.- La llamada terminó y se sintió tan triste de darse cuenta que sólo habían durado dieciseis segundo hablando, cuando antes sus llamadas eran de tres horas.
Trató de no pensar en eso y esperó con ansias el siguiente lunes, ese en el que le había prometido llegar.
De nuevo se sintió nerviosa, vería su sonrisa de nuevo, sus ojos pequeños y su cabello negro y todo despeinado. "Éste será una gran semestre" se repetía, "lo que bien inicia, bien acaba."
Al llegar lo vio sentado, pero no la recibió con un abrazo, tampoco con una sonrisa, simplemente estaba sentado y la vio llegar, ella no le tomó importancia y colocó su mochila a su lado.
-Al fin llegaste.- Le dijo Ken con una sonrisa que no pudo ocultar.
-Sí.- Le contestó con una sonrisa triste. Pasaron las clases y casi no hubo interacción entre ellos, era como si se acabaran de conocer.
Cuando sonó el timbre para salir al receso, ella decidió cuestionarle su comportamiento para sacarse esa espina de la duda y encontrar el motivo de su actitud.
-¿Qué pasa? Has estado callado y puedo asegurar que me evitas.
-Kenedy. Tiffany y yo somos novios.
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