Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1

Kenedy toda su vida había sido el ejemplo perfecto de lo que una hija debía ser. Siempre era el modelo de estudiante perfecta: sociable y de excelentes calificaciones. Era la persona que deseabas conocer y que fuera parte de tu vida. Pero solamente era la apariencia.

Ken, le contestaba a sus padres, era desobediente y hacía las cosas, pero tarde y a veces mal hechas.

Ella sacaba diez en sus materias, pero era por puro interés para que sus padres le dieran premios por su rendimiento. Además, siempre dejaba las tareas para el final y algunas las hacía en plena clase.

Kenedy era amable con los que quería, más podía ser una verdadera piedra en el zapato si no eras de su agrado. Era una persona egoísta y ambiciosa que deseaba tener todo lo que soñaba, sin importar lo que tuviera que hacer.

La chica llegó por primera vez al colegio, en la sección preparatoria, con su uniforme inmaculado y una divertida mochila. Siempre bien arreglada y con mirada inquisitiva. En cuanto arribó, le dedicó un simple vistazo a los nuevos, ¿cómo supo que eran de nuevo ingreso? Porque nadie llevaba el uniforme puesto, aún no lo tenían.

Se olvidó de ellos y dio la papelería que estaba pendiente para poder quedar totalmente inscrita. Al escuchar el timbre, salió de la dirección y se fue directamente a su salón. Anteriormente ya le habían dicho dónde era, así que se sabía el camino. Los demás estaban perdidos, y tuvieron que pedir indicaciones para llegar a su destino.

Por fortuna, había muy poos alumnos, sólo contó catorce incluyendose ella. Un alivio, para ella, habría poca competencia.

Las clases pasaron y ella no tardó en socializar, pronto se dio a destacar y conoció aquellos que la acompañarían en el transporte rumbo a su casa por las pláticas que se originaron en su primer receso.

Hablaron de gustos musicales, de lo mala que era la comida, intercambiaron redes sociales y demás cosas que se hace en el primer día para empezar a conocer a los que serán tus compañeros por los próximos tres años.

De entre todos, hubo un chico, uno en especial, uno que captó la atención de Kenedy. No era el más guapo, ni el más alto, tampoco el más listo. Entonces, ¿qué le gustó de él? Fue su forma de hacerla reír; sus comentarios le parecían graciosos, sus actitudes le parecían tiernas y su risa la contagiaba. Su nombre, era Malek.

No se enamoró, simplemente deseó conocerlo más para saber de su vida y profundizar en la personalidad de esa persona que había despertado en ella una increíble curiosidad.

Por desgracia, los días pasaban y ella había conseguido más amigos que necesitaban su atención, mientras él había hecho lo mismo. Sus caminos, después de todo, no se habían cruzado como ella quisiera.

Al comenzar la segunda semana de clases, se topó con uno ojos marrones que la embelezaron desde el primer segundo. Le pertenecían a un chico del último grado, era delgado y alto, tan perfecto como ninguno.

-¿Lo viste?- Dijo Kenedy con una sonrisa.

-Ya sé, está muy lindo. Iba en nuestra misma secundaria pero diferente turno.

-¿En serio? Nunca lo había visto.- Días después del inicio de clases, había ingresado una chica nueva que estaba en su misma escuela anterior; su nombre era Daniza. Se habían visto un par de veces pero nunca se habían dirigido una palabra, hasta ahora.

-Se llama Nicolás Arreaga, búscalo en las redes sociales.

-¿No me voy a ver muy acosadora?

-Dije búscalo, no que lo siguieras y agregaras a todos lados.- Kenedy se la pasó todo el resto de las clases pensando en ese chico de mirada triste y gran sonrisa.

Llegando a casa buscó su perfil en las redes y se llevó una grata sorpresa al descubrir que eran "amigos" en Facebook. Dudó en hablarle, así que prefirió esperar unos días antes de hacerlo.

-Kenedy, ¿hiciste la tarea?

-¿Otra vez tú?- Malek hizo una risa nerviosa. Ella ya se había dado cuenta de que el chico no era muy responsable que digamos. Apenas llevaban dos tareas y ambas se las había pedido para copiar.-¿Por qué no las haces en tu casa?

-¡Se me olvidan!

-¡Pues acuérdate!- Kenedy lo dijo con un tono de voz bobo mientras le entregaba su libreta, haciendo lo obvio, aún más obvio.

Los días seguían pasando y ella no se animaba a escribirle siquiera un "Hola", por el contrario, sólo se dedicaba a verlo mientras él estaba distraído. Analizaba sus facciones y su cabello negro tan perfectamente peinado.

-¿Ya le hablaste?

-No, no me atrevo.

-Ken, háblale, es buena onda. Al menos en la secundaria parecía serlo.- La chica le dio un último vistazo mientras Daniza seguía comiendo.

Al llegar a su casa y relajarse un poco, se sintió valiente por unos segundos y se atrevió a mandarle un mensaje a ese chico que tanto le gustaba.

En cuanto lo envió, se arrepintió de inmediato.

"No va a contestarme, ¿en qué estabas pensando Kenedy?, ahora va a pensar que lo acoso o no sé."

La mente de Ken le jugaba una mala pasada mientras los segundos pasaban, haciendo la espera una eterna agonía que la consumía; hasta que apareció un "Visto" seguido de un "Escribiendo".

-Demonios, ya lo vio.- Esperó y de pronto consiguió leer un "Hola, ¿cómo estás?"

El corazón se le aceleró y se sintió afortunada de no morir en el intento, a pesar de que ella nunca había sido rechazada. Ese era un efecto que no lograba descifrar. Por alguna razón, le hablara a la persona que le hablara, siempre le respondía y se hacían amigos, pero ni siquiera por eso podía dejar de sentirse intimidada por aquellos que le gustaban. Sentía que iba ser rechazada por su físico, ya que no pertenecía al grupo de chicas lindas, sino al del promedio.

La platica siguió y finalizó con una promesa de hablarse al día siguiente, una que sin duda, se cumplió.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro