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9 Cumpleaños de Tricia

Llegan al cumpleaños de Tricia algo tarde, Juliana confirmó tarde que venía ya que hasta último momento no sabía si podría llegar a tiempo para la cena. Le mandó  un mensaje a su madre pero ella no vió el mensaje por estar ocupada, tendría que haber llamado, definitivamente tendría que haber llamado. Estaciona el auto frente a la casa y entran por el costado de la misma hacía el patio, dónde se lleva a cabo la celebración, ya que es por dónde acaba de ver ingresar a sus tías. Se escucha un murmullo de gente y la música algo fuerte.

Con una gran sonrisa camina junto a Pauline que lleva en una mano la bolsa con el regalo nerviosa y del otro lado lleva a su hija

—Tranquila están Luke y mis tías, aparte todo el mundo va a amarte, es imposible no hacerlo —Pauline se ruboriza y ella se da cuenta en ese momento de lo que dijo —Mejor entremos.

Abre la puerta del patio y lo primero que ve es a su madre en los brazos de un extraño, besándolo en la boca con una sonrisa, de la misma manera que besaba a su padre.

—¡Hola Luke! —dice Olivia en un grito por encima de ma música.

Toda la gente gira en dirección a la voz infantil y ven a Juliana con una expresión desencajada, no puede creer que su madre esté con alguien más. Para ella la memoria de su padre sigue fresca.

—Hija —dice Tricia con la voz temblorosa e intenta acercase a ella quién la aparta— déjame explicarte, no sabía que vendrías, no me confirmaste —Pauline alza a su hija y deja el regalo.

—Si lo hice. No tendría que haber venido.

—Juliana no, no es así, eres bienvenida, esta también es tu casa.

—No, no lo es. Y evidentemente no hago falta aquí. Por lo que veo a nadie le parece raro que el señor esté aquí, por lo que asumo que ya sabían —todos se quedan callados—, todos se me han cagado de risa en la cara y me lo han ocultado ¿Sabés? Venía dispuesta a hacer las paces, habíamos avanzado bastante en la cena que tuvimos, hasta te compré un regalo —mira la bolsa en su mano, y la tira al basurero— creo que sobro. Vamos —mira a su amiga y le abre la puerta así sale, ella se aleja en dirección al auto.

—Poly —el extraño habla casi sin voz.

—¿Papá?

—¿Es tu padre? ¿Tú sabías?

—Nos estamos enterando al mismo tiempo.

—Por cierto tía Vicky, difiero de lo que me dijiste sobre ella en el baño —se acerca en un paso a su madre— muy linda la chaqueta de tu novio, la misma que se olvidó en el placard cuando viene a cenar. Mentirosa. Vamos.

Juliana la toma de la mano, Olivia no hace preguntas, sino que se esconde en el cuello de su madre abrazándola intentan llegar a la puerta de verja lo más rápido posible.

—Juliana no te vayas —su madre intenta tomarla y ella la empuja.

—¡JULIANA! —interviene Julia subiendo la voz y Victoria la frena.

—Feliz cumpleaños Tricia. No vuelvas a llamarme, no me escribas y no me busques, ya no tienes hija.

Tricia se larga a llorar, el padre de Pauline intenta llegar a ella, pero con el ceño fruncido ella niega con la cabeza y se enfoca en Tricia. Luke sale tras su hermana e intenta frenarla pero ella aparta la mano y lo empuja.

—Lo sabías, lo sabías y no dijiste nada y consentiste que ella meta a otro en nuestra casa y en su cama, que esté en esta casa que papá compró. No te quiero por mi departamento.

—Juliana ella tiene derecho a re hacer su vida, mamá tiene que poder seguir adelante y merece que la amen de nuevo.

Se acerca y lo abofetea, luego lo golpea en el pecho entre lágrimas. Nadie puede entender su dolor. Ella era la más cercana a su padre y siente que ahora su memoria está manchada, aunque sabe que su madre merece ser feliz de nuevo, en este momento la idea de otro hombre ocupando el lugar de su padre es inconcebible.

—Me traicionaste —lo golpea y Pauline se la saca de encima abrazándola— confiaba en ustedes y nadie me dijo nada —el llanto se apodera de ella— ¡Merecía saber! —la de ojos verdes la lleva hasta el asiento de co-piloto claramente alterada.

—Hablaré con ella en cuanto pueda Luke, mientras tanto...

—Lo sé, avísame por favor.

Julia viene saliendo enfurecida con su esposa intentando contenerla, se acerca a la ventanilla del lado de su sobrina y a punto de decirle algo frena en seco al verla llorar de manera desesperada.

—Todos me han mentido —me dice entre sollozos— confiaba en ustedes, lo sabían.

—Juli.

—No, no quiero verlos. Fue un error venir. Arranca Pauline, no quiero estar un segundo más, cerca de esta gente.

La de ojos verdes le regala una mirada de entendimiento a Julia, mientras Victoria la aparta del brazo y arranca. Le hace señas a su hija de que se mantenga callada y la niña hace caso, le a da Juliana su peluche favorito para consolarla, su madre le sonríe y le toma la mano a Juliana que va en un bucle en su cabeza, su teléfono no deja de sonar y decide apagarlo. Viajan todo el camino en silencio, solo escuchando el ruido del tráfico y el sollozo de Juliana que no ha parado de llorar.

—Gracias por acompañarme, lamento haberte hecho pasar el mal trago.

—¿Quieres que me quede contigo esta noche?

—En realidad prefiero estar sola, pero te agradezco, cualquier cosa voy a avisarte. Gracias.

La besa en la mejilla y sube a su departamento cerrando la puerta, con Olivia en brazos y sin haberse quedado tranquila sube a su departamento y cierra la puerta. Sabe que esto es solo el comienzo para los días que se vienen, es la primera vez que ve una tristeza profunda en Juliana, todos sus seres queridos le habían ocultado algo así de importante, era lógico que se sintiera traicionada.

—Hola Luke, recién llegamos —susurra ya que su hija esta durmiendo.

—Ella apagó el teléfono. La fiesta se acabó y mi madre y mis tías, incluso el novio de mamá, bueno tu padre al parecer, querían ir a hablar con ustedes.

—Me temo que no es lo mejor, Juliana en este momento está procesando todo, y no está bien como para que ahora hablen con ella, honestamente yo tampoco quiero ahora explicaciones.

—Lo sé, es lo que Victoria y yo les estamos diciendo. Por cierto estás en altavoz —se lo imagino ya que se siente diferente la llamada— Pauline —la voz de una mujer suena del otro lado— soy Tricia, la mamá de Juliana, no te conozco pero mi hijo y Mike dicen que eres de fiar, por favor solo te pido que cuides a mi hija.

—Yo... claro que lo haré. Solo dennos tiempo, entiendo que la situación es delicada y no voy a dar una opinión. Yo solo voy a tratar de estar para ella. Papá no me llames, ni insistas sabés que solo es peor. Cualquier cosa tengo el número de Luke —un llanto de escucha del otro lado—. Yo cuidaré de Juliana, dennos tiempo.

Con esa promesa les corta, sale de su apartamento y camina hasta pararse frente a la puerta de ella, quiere golpear la puerta y verla del otro lado, pero sabe que ella necesita privacidad, apoya la mano en la puerta y se sienta en el suelo dándole la espalda a la misma, no sabe que Juliana está sentada del otro lado en la misma posición y ambas se dan la espalda acompañandose aunque no pueden verse. Tampoco sabe que desde que ella se sentó al otro lado de la puerta, una paz inexplicable ha rodeado a la de ojos avellana del otro lado de la puerta.

Ambas se levantan al mismo tiempo y caminan en sentidos opuestos. Ninguna de las dos logra conciliar el sueño. En madrugada Pauline cocina un bizcochuelo y le deja una nota debajo de la puerta, con el bizcochuelo en el piso. Al llegar de trabajar subiendo con su hija de la mano, ve que ella no ha abierto la puerta y si no la ha abierto, no ha salido de su cama y sino ha salido de su cama, no ha comido. Decide darle más tiempo tal vez es demasiado pronto.

Por su parte y pese a que no está muy convencida decide llamarle a su padre, quiere acabar con esto lo antes posible.

—Hola —él llega a la cafetería dónde han quedado y ve a su nieta por primera vez— ella es Olivia, tu nieta —intenta acercarse— te agradecería que no la toques, no le gustan los extraños.

—Se parece a ti, tiene la boca de tu madre y el cabello...

—Sé como era mamá, la recuerdo, al igual que recuerdo como me echaste de casa cuándo quedé embarazada.

—Cometí un error Pauline, pero no me olvidé jamás de ustedes, quise encontrarme contigo muchas veces y jamás quisiste que nos veamos, sinó hubieras sabido lo arrepentido que estaba.

—¿Qué quieres papá?

—Conocí a Tricia hace unos años, hace unos meses que salimos, ambos nos familiarizamos por la relación complicada que llevabamos con nuestras hijas —el pedido llega a la mesa y él hace una pausa, mira a cada rato a su nieta—. Quiero arreglar las cosas contigo, ahora que Juliana y tú serían como hermanas —esa palabra la asqueó, porque ella sabe perfectamente los sentimientos que tiene hacía Juliana.

Olivia levanta una ceja y mira a su abuelo mal, baja sus lentes de sol rosado con forma de corazón, sorbiendo con la bombilla lo último de su juguito en caja, al escuchar decir que su mamá y Juli serían como hermanas.

—No, no somos hermanas, ni seremos tampoco, ni hermanastras —mira a su hija y recuerda como ella se refiere a Juli, se toma un momento y le cambia el dibujo que mira en YouTube— ¿Ella sabe que soy tu hija?

—Sí, desde hace poco —se remueve incómodo— no podíamos creer que nuestras hijas sean amigas, era un gran paso y Tricia está muy contenta porque eres una buena chica y cuidas a Juliana.

—¿Sabe todo? Me refiero a el porqué no nos vemos hace años —el asiente—. Todos le mintieron a Juliana y si quieres que la convenza o...

—Quiero que la cuides, por favor y que nuestra relación mejore, me gustaría volver a formar parte de la vida de ustedes —mira a la niña, quién le sonríe—. Con Tricia —se rasca la nuca— no sé si vamos a seguir, sabrás que la relación con su hija no es la mejor y la entiendo si la elige a ella —toma la mano de su hija—. Pauline, no soy el mismo, cuando murió tu madre... yo estaba devastado, el día que me diste la noticia me habían echado del trabajo y no me estoy justificando, manejé las cosas mal. Pero cambié, luego de que te fuiste encontré refugio en Dios —suspira—, me estaba volviendo un alcohólico y lo frené a tiempo, luego conocí a Tricia y ahora me gustaría que mi felicidad esté completa con ustedes en ella.

—Es demasiado papá —saca la mano—, es mucho para procesar y es demasiado pronto. Solo dame tiempo, es lo único que te pido, yo volveré a llamarte cuándo esté lista —toma a su hija—, cuida a Tricia mientras tanto, yo cuidaré a Juliana.

La cara de Olivia al oir a su abuelo decir que sus mamás serían como hermanas.

Olivia por dentro: A mi nadie me va a cagar el ship ¿Sabe señor? Trabajé muy duro para que esto finalmente pasara.

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