Juliana se había recibido de la universidad y consiguió entrar a estudio de arquitectura de Audrielle Marchant, una amiga de Julia la tal diosa griega de la que siempre hablaban su tía y su madre, que ella ha visto en los cumpleaños de sus tías con esposa e hijos, le había hecho el favor de contacto y Juliana estaba ganando bien, por lo tanto con dinero ahorrado más averiguaciones, consiguió finalmente el gancho para comprar el restaurant dónde fueron a la primera cita con Pauline.

—Esto no vale lo que están pidiendo, déjamelo a mi, la tía te va a conseguir una rebaja —beso su frente y salió.

—Sabés como es y más contigo —le dijo Victoria—. Vamos por un café y no te preocupes, ya sabe que va a pasarle sino respeta tu petición.

Julia lo consiguió en un regalo prácticamente, siempre respetando la petición de Juliana de no comprarlo ella y regalárselos, quería algo por su propio esfuerzo. En menos de un mes tenía la llave del restaurant en sus manos con los títulos de propiedad. Los dueños habían muerto y la nueva generación no quería seguir con la labor del restaurant, entonces una vez que los señores ya no estuvieron, decidieron vender todo.

—Bueno oficialmente esta mugre es tuya —dijo Julia y pasó un dedo por la superficie llena de tierra.

—Hija esto es...

—Un tremendo trabajo, lo sé.

—Por suerte soy constructor —dijo Mike.

—¿Construyes también ataúdes? Porqué mi esposa que no sabe cerrar la boca —Victoria le da una nalgada a Julia— va a necesitar uno pronto.

—Auch esa me dolió —se soba el golpe y los demás se le ríen—. Bueno avisenme si necesitan algo y te lo transfiero, tengo la ropa limpia y no quiero seguir en este... lugar un minuto más. Felicidades mi vida —le dice a Juliana— por la nueva adquisición.

—Bueno estás mejorando —Victoria suspira—. Nos vemos para almorzar el domingo —se despide de todos—. Felicitaciones cariño, estamos muy orgullosas de tus logros —acaricia su mejilla.

Mike se pone a trabajar de inmediato tomando medidas, anotando cosas, una larga lista se hizo. Lo que si era claro era que adentro querían la versión moderna del restaurant y afuera al aire libre la versión del pasado de sus antiguos dueños, mas cómoda e informal. Por meses todos ayudaron a pintar, lijar revocar etc. Fue de gran ayuda que Faith vendiera muebles y Hope se dedicara a la restauración de muebles antiguos, asi que cada una aportó para la parte nueva y la vieja.

Julia y Victoria les regalaron el dinero que faltaba para poder inaugurarlo. Juliana decidió dejar una pared completa para plasmar las manos y nombres de todos los que ayudaron, en medio un corazón que tendría las tres manos de ellas.

Así quedó el restaurant.

Juliana mira todo por fin satisfecha con el resultado.

—Sé que estás nerviosa —Faith le aprieta el hombro—, pero va a encantarle.

—Espero que sí.

—Claro que sí —responde Hope abrazando a su esposa.

—Bien entonces vamos —caminan hasta afuera y ella cierra con llave— recuerden esta noche a las 8 pm vamos a estar llegando —les da las llave.

—Juliana va a salir todo bien —Hope la abraza y luego Faith—, nos vemos en unas horas.

Se marchan en sentidos opuestos. Juliana no deja de pensar en y revisar mentalmente que todo estuviera bien. Le dijo a Pauline que quería llevarla a una cita de sorpresa. Consiguió hasta el número de la chica que tocó esa noche en la primera cita y le ofreció pagarle lo que sea para que se sumara a la sorpresa, ella accedió pero no quiso el dinero, sino más bien la posibilidad de tocar tres veces por semana y entonces cerraron el acuerdo estrechando las manos.

Juliana le coloca una venda en los ojos y llegan al restaurant, el entrar las musica suena de aquella chica tocando, las mesas están llenas de familiares y amigos.

—Amor se me hace conocida la música —le saca la venda.

—Aquí vinimos en nuestra primera cita, quedaste tan fascinada con el lugar que me contaste todo lo que le harías tú si fuera tuyo, anote todo lo que quería esa noche —saca un papel maltratado y muy doblado— espero haber logrado plasmar tu sueño tal y como lo imaginaste.

—¿Qué? —mira a un costado y esta sentada Tricia y Mike, en otro lado Faith y Hope, Julia y Victoria y así un montón de amigos y familiares— ¿Ésto es nuestro?

—Era tu sueño. Todos ellos me han ayudado para cumplirtelo, hasta nuestra hija vino a pintar —alza a Olivia.

—Para ti mamá —la pequeña le entrega las llaves y Pauline comienza a llorar.

—Lloro de felicidad, no puedo creerlo, todo esto es nuestro, es mejor de lo que soñé, gracias —las besa—, gracias a todos, me han hecho tan feliz.

Todos se acercan a felicitarlas por el nuevo logro, le muestran la cocina, el espacio exterior, todo el lugar y aunque se sienta intimidada por este nuevo desafío, sabe aue está a la altura de su sueño y con Juliana y Olivia a su lado, ya la palabra imposible no existe en su vocabulario ¿Cuánto más puede amar a esta increíble mujer? Quizás lo suficiente para cumplir el deseo de cumpleaños de Oli y el de ella, de agrandar la familia.

Pasan a la pared con todas las manos y nombres marcados, para poner en medio del corazón su tres manos, incluso suman a la cantante llamada Nirvana a la pared, ella también está colaborando esta noche con ellas.

—Gracias de nuevo —baila pegada a Juliana, a son de la música suave de los parlantes— jamás imaginé que podría cumplir mi sueño.

—Tú cumpliste el mío, era lo menos que podía hacer.

—¿Tanta fe me tienes que te arriesgaste a ponerme un restaurant?

—Sí y si tu sueño hubiera sido ser presidente, te habría ayudado a lograrlo, porque si es por ti yo no conozco límites, ni imposibles.

—Te amo tanto Juliana.

—Las amo más, mi amor —Juliana le extiende la mano a Olivia que viene del baño, bailan las tres a solas un rato—. Vamos a casa.

—Vamos.

Olivia con tan solo 4 años las vió un momento bailar antes de acercarse, ama a sus mamás y ama ser parte de esta familia.