No iban a asistir a la boda de Faith, pero ella insistió en que fueran, su futura esposa estaba emocionada por que asistieran Pauline, Olivia y por supuesto Juliana. Se reunieron en una cafetería para conocerse y que comprobaran que no era incómodo, entonces las chicas finalmente decidieron ir

Faith entró vestida con un traje blanco y su esposa con un vestido blanco, la ceremonia fue hermosa, y la fiesta también, íntima pero agradable.

Juliana se puso a bailar con Olivia y Pauline las mira embobada desde la mesa.

—Parece que alguien está enamorada —se sienta Faith a su lado y Pauline sonríe asintiendo— ¿Sabés que te ame muchísimo Pauline y creo que fuiste con la primera que me plantee casarme?

—¿De verdad?

—Sí, hasta compré un anillo y todo —sonríe con nostalgia—. Pero siempre me pregunté porque mi amor no te bastaba para que lo viviéramos libres.

—Lo lamento Faith, yo si te amaba también, pero tenía miedo.

—Lo sé y no lo lamentes —tomó su mano— encontré a Hope —mira a su esposa y sonríe, soltando la mano de Pauline— ella me hace feliz, y me hizo ver que merecía un amor a manos llenas como una vez me dijiste y tú encontraste a Juliana que finalmente te hizo animarte a vivir un amor libre. Salimos ganando las dos.

—¿Hope sabe toda nuestra historia? —agacha la cabeza.

—Sí, no tengo secretos con ella.

—No entiendo porque ansiaba tanto conocerme, cualquier pareja odiaría al ex que le hizo daño.

—Porque a pesar de que me doliste, también te amé y tuvimos cosas buenas. Ella sobrevivió a una pareja abusiva, al cáncer y nos encontramos, yo estaba sola porque tú y yo habíamos terminado, sanamos entre las dos y en el proceso nos enamoramos. Mírame ahora casada con esa maravillosa mujer. Por eso ella quería agradecerte.

—Hope se acerca y besa a Faith— Amor me das un momento a solas con Pauline —Faith asiente y se va—. Tranquila no voy a hacerte nada —ambas ríen, Hope es incapaz de lastimar a alguien—, quiero agradecerte porque pude conocerla, porque a pesar de que sé cómo fue su historia ella siempre habló bien de ti, y me dejó amarla y que la hayas dejado ir, la llevó hasta a mí. Por lo que veo —mira a su novia e hija— tú también encontraste tu felices por siempre y me alegro mucho por eso.

—¿Te han dicho antes que eres rara?

—No te imaginas cuanto.

Hope ríe, su cabello rubio que lleva cubierto de flores brilla con el sol poniéndose. Se levanta y camina hasta al lado de su esposa, se abrazan y se toman un momento para admirar el atardecer en medio del caos que hay a su alrededor, de eso se trata un poco la vida y Pauline lo ve, de disfrutar de las pequeñas cosas y lo detalles que te ofrecen en medio del caos.

Mira a sus mujeres que son su atardecer a las cuales siempre mira con admiración, se acerca a ellas, besando a su novia, alzando a su hija y admiran en el horizonte otro día más que termina con ellas juntas.

—Terminó realmente exhausta —Juliana acomoda a Olivia en la sillita atrás— bailó como si no hubiera un mañana creo que disfrutó más que las propias esposas —ambas ríen subiendo al auto— ¿Algún día serás mi esposa?

—Algun día sí, pero disfrutemos un poco de nuestra relación y noviazgo.

—Claro que sí mi amor —besa su mano— aún queda cumplir tu sueño. Me cayó muy bien tu ex y su esposa. Es raro.

—Bueno nuestra situación empezó rara, luego de esto ya soy muy open mind. Las invite al cumpleaños de Olivia pero iban a estar de luna de miel, aunque prometieron que cuando volvieran podríamos juntarnos a comer.

—Genial, una pareja amiga para salir.

Llegan a casa y por fin a descansar, aunque Juliana tiene implantada una idea de la cual no va a poder deshacerse hasta hacerla realidad y lo va a conseguir, porque no hay nada imposible para ella.