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15 ¿Podemos hablar?

Juliana despierta en la cama de Pauline sola, no sabe en que momento anoche se quedó dormida, solo recuerda hasta que llevó a Olivia a su departamento, la acostó jugando con ella mientras Pauline cambiaba las sábanas de la cama de la pequeña y hoy amaneció dormida en las sábanas de Pauline

Da vueltas y se enrosca entre las sábanas absorbiendo su perfume, a ella le encanta el olor de Pauline y estar ahora entre sus sábanas, es estar en medio del cielo. Abraza la almohada dónde la castaña de ojos verdes estuvo durmiendo y se vuelve a quedar dormida, hasta que el colchón se mueve despacio y abre los ojos para encontrarse con esos ojos verdes.

—¿Me das mi almohada? —al darse cuanta que la tiene abrazada, se la lanza practicamente— gracias ¿Lograste dormir?

—Eso es obvio, ni siquiera escuché cuando se fueron.

—Olivia estaba emocionada con la visita al zoológico, y se la pasó cantando, pensé que te había despertado.

Se acomoda pegada a su lado y Juliana le acaricia el brazo entrelazando sus manos, a Pauline le encanta esta cercanía y aunque sabe que no es algo que harías con una amiga, no quiere decir nada que haga que Juliana se inhiba de estás demostraciones de cariño.

—Te quiero —dice la de ojos avellan, Pauline se tensa y la otra se pega más a ella besando su hombro, voltea la cara a verla y quedan demasiado cerca— gracias por estar, este último tiempo has sido un gran apoyo.

Pauline voltea y quedan ambas frente a frente, dibuja el contorno de su rostro con dos dedos, llega a su mentón, bordea la naríz y quedan la punta de sus dedos en los labios de su boca. Juliana abre los ojos y puede jurar que los ojos verdes de Pauline se ven un poco más oscuros.

—Tambien te quiero Juliana.

Es todo lo que dice, ve sus labios y cierra los ojos suspirando frustrada, si la besa ahora ¿Será un error? ¿Perderá a su amiga por estar enamorándose de ella? Intenta apartarse pero Juliana la toma por la cintura y traba su cuerpo entrelazandole una pierna.

—Tengo que ir a trabajar —se levanta de la cama, aunque quiere besarla— ¿Nos vemos en el almuerzo?

—Sí, claro que si

—Viene Luke.

—Ella sonríe— Extrañaba esta rutina. Nos vemos en unas horas entonces —se acerca a darle un beso en frente pero se frena y solo le da un beso en la mano para irse.

Pauline llegó al departamento de Juliana y al entrar escucha risas en la sala, sabe muy bien que es la risa de su hija y de Luke, quién juega con ella a quién ha pintado y le ha llenado el cabello de coletas y trabitas.

—¿Te gusta mamá? Es un princeso hermoso ¿No crees?

—Claro que si mi amor.

Se acerca a Juliana, para saludarla, quién la toma de la cintura y le de un beso en la mejilla.

<<Esta mujer me va a enloquecer>>

—Te estábamos esperando —destapa la olla para ver macarrones con abundante queso y unas chuletas en el horno cocinandose en salsa barbacoa, aunque para Oli, una solo a la plancha—. Todo el mundo a la mesa.

Almuerzan y conversan, Juliana y Pauline piensan que le encanta esta familia, les encanta que Luke sea tan buen tío y se miran ellas por un momento, les encanta que aquí pueden ser felices.

Juliana ve y le sonríe apenas a Luke, los hermanos comparten una mirada de esas que dicen todo y no hacen falta las palabras.

—¿Puli dejarías que me lleve a Oli a tomar un helado? Prometo que la cuidaré muy bien.

—Claro. Aunque no más helado después de hoy, no es bueno todos los días.

—¿Mamá puede venir?

—En realidad cariño, necesito hablar con tu mamá —interviene Juliana—, ve con el tío Luke —mira a la de ojos verdes— ¿Podemos hablar?

En su experiencia cada vez que una oración empezaba con un podemos hablar, le seguía siempre un: esto no está funcionando, lo lamento pero no siento lo mismo, no eres tú es que yo ya no...

El corazón de Pauline late con fuerza y mentiria muy mal al negar que hasta su piel se esclareció 5 tonos, se puso pálida y asintiendo luego de besar a su hija e intentar darle dinero para el helado a Luke que no recibió, una tormenta de emociones se desató en su interior, un millón de pensamientos a 600km se cruzaron por su mente, a dónde se podrían mudar con tan poco tiempo, porque definitivamente Juliana va a terminar con lo que sea que tienen, con esa ambigüedad, definitivamente es el fin. Porque solo hay una salida para un tenemos que hablar.

—Pauline —la voz de ella la saca de sus pensamientos en bucle— por favor siéntate necesito hacer esto antes de que la valentía se vaya.

La de ojos verdes se sienta en el sofa a una distancia de ella, tensa y con el cuerpo rígido.

<<Escucharé lo que tenga que decirme y me iré, comenzaremos de nuevo con Olivia como tantas otras veces, Dios desee tanto que ella fuera la indicada, estaba lista, finalmente lo estaba.>>

—Esto no está funcionando —y ya sabía como venía el resto, entonces Pauline cerró los ojos y apartó la mirada— siento que esta ambigüedad en la que estamos, es demasiada, es un gris que no puedo seguir habitando —Pauline sigue sin mirarla, siente sus ojos llenos de lágrimas— ¿Puedes mirarme? Por favor, decir esto es demasiado difícil —ella suspira, traga y la mira, usando todo su poder mental y físico para no llorar—. Te amo Pauline y a Olivia, ya no puedo fingir que no me afecta nuestra cercanía y me encanta que ella me diga mami Juli, ya no puedo dormir a tu lado y aguantarme las ganas de tocarte, ya no puedo estar cerca de ti queriendo besarte y no hacerlo.

Pauline derrama unas lágrimas, este es el fin... pero entonces su cabeza procesa lo que acaba de decir Juliana.

—¿Te gusto?

—Me encantas y te amo. Creí que esa parte había quedado claro —entonces nota el nerviosismo de Juliana—. Quiero aniversarios reales, quiero citas reales, quiero besarte sin tener que aguantarme y tocarte, por Dios necesito poder tocarte, sin que una voz en mi cabeza diga, pero no es real. Quiero que esto sea real, tú, yo y nuestra hija.

—¿Nuestra? —A Pauline le está costando procesar todo— pensé que ibas a dejarme, que me pedirías el departamento y ya estaba pensando a dónde me iría, en lo que tendría o podría llevarme en la mudanza y...

—¿Porque iba a dejarte si te amo?

—No lo sé ¿Me amas?

—Es la tercera vez que te lo digo.

—Pauline sonríe— Yo... yo también lo hago, también te amo —la mira y el alivio inunda a Juliana relajando su cuerpo— ¿Entonces no quieres dejarme?

—Todo lo contrario.

—No puedes empezar una frase con un tenemos que hablar —se seca las lágrimas— tuve miedo, una conversación después de un tenemos que hablar no sigue bien.

—Lo tendré en cuenta —se acerca más a ella— también te dije que muero por besarte ¿Puedo?

—Puedes y debes.

Entonces se besan, jamás habían deseado tanto algo como un beso de la persona que llevan amando en secreto hace tiempo. Juliana no imaginó que la chica que había ayudado en un supermercado hace meses y que dejó  quedarse a cambio de cocinarle para vivir en el departamento del fondo, se transformaría en una amiga, en una falsa esposa —por el momento— y en un amor real, jamás imaginó que amaría a Olivia, cuándo no le hacen mucha gracia los niños en general.

Se besan tímidamente, superficialmente, y luego se miran y vuelven a besarle, esta vez sin el pudor inicial, y con mucha más ganas la una de la otra, el único sonido que se escucha es el de sus bocas y la respiración agitada de ambas.

—¿Entonces que somos?

—Lo que quieras —responde Juliana viendo su boca, solo quiere besarla— ¿Quieres se mi novia? ¿o te hago mi esposa directamente?

Pauline ríe ante lo último, pero Juliana habla muy en serio.

—Somos demasiado jovenes para casarnos.

—Ya tenemos una hija —se acuesta sobre el respaldo del sofa y le acaricia el rostro— creo que nuestra relación comenzó a la inversa ¿No crees? No sabés lo mucho que deseaba besarte, de verdad fantasee mucho con tu boca. Ven. La trae de nuevo hacia ella para seguir besándola.

—Espera —coloca una mano en la boca de Juliana— ¿Estás segura de esto? Me gustas Juli, de verdad, creo que es algo que está claro —la otra sonríe y asiente— y ya dije que te amo. Pero yo vengo con una hija, que es una niña hermosa y amo con toda mi alma, a la que no puedo seguir ilusionando jugando a la casita, que de paso estuvo mal que le siguiéramos la corriente en primer lugar —suspira—, yo puedo soportar que me rompan el corazón, pero a ella no. Ambas te amamos, y soy consciente de que somos demasiado jóvenes, que estamos en diferentes momentos de nuestra vida, por eso quiero que pienses bien Juliana, que es lo que quieres y lo hablamos ¿Está bien?

Se levanta y ella la toma del brazo, volviendo a sentarla.

—Ye llevo pensando demasiado tiempo en esto, en lo que me pasa —suspira—. Hasta lo hablé con mis tías. Quería hablarlo contigo y creo que es el momento. Yo no necesito perderlas para valorar que están a mi lado, quiero que esto sea real, que nuestros aniversarios sean reales, que llegue a casa y estén esperándome o esperarlas, que me vaya a acostar a tu lado y que al despertar lo primero que vea sea tu cara. Yo quiero que esto sea real, es lo que más quiero Pauline.

Pauline clava la vista en el suelo, la verdad es que estaba manteniéndose fuerte, pero temblaba entera por dentro al pensar siquiera que Juliana pensara en las cosas y le dijera que lo mejor era que cada una siguiera un rumbo diferente. Entonces comienza a llorar y Juliana la abraza, la abraza fuerte y le seca las lágrimas.

—Pensé que me dirías que lo mejor era seguir rumbos separados o que sí, lo mejor es pensar las cosas.

Juliana le levanta el rostro limpiándole las lágrimas y se acerca para besarla con ternura.

—Desde que llegaron a mi vida, han dejado huella, solo quiero que sigan estando cada día. Entonces ¿Hacemos esto real?

—Sí.

—¿Puedo seguir besándote? —Pauline sonríe y asiente.

Quedan acostadas sobre el sofá, con Pauline encima de Juliana, que le acaricia el brazo con la yema de los dedos, ambas tienen una gran sonrisa en el rostro.

La puerta se abre de pronto y escuchan a Luke y a Olivia cantando: Juan Paco Pedro de la mar🎶🎵 a todo pulmón. Ambas se separan y se paran de repente lado a lado, Pauline mira a Juliana y entrelaza su mano sonriéndole.

—¿Mamá? —pregunta Olivia.

—Tenemos que contarles algo —Miran ambas a Olivia y Luke que tienen una gran sonrisa en el rostro.




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