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14 Hola mamá y Luke


Luke es el primer citado para hablar con su hermana, llega a su departamento y golpea la puerta con suavidad con una ofrenda de paz en sus manos, un ramo de flores.

—Hola —le ofrece el ramo— es una ofrenda de paz.

—Pasa grandullón —al entrar ve galletas recién horneadas— tus favoritas.

—Juli —la toma del brazo— lo siento, no podía decirte, mamá quería... no sabíamos que irías y ella quería sentarse y hablar contigo.

—Supongo que nunca he hecho las cosas fáciles ¿Verdad? —Su hermano suspira— no has estado durmiendo bien —el comienza a llorar— ¿Se te metió una hermana en el ojo?

—Ríe— Te extrañé estúpida—la abraza y ella se queda en su pecho—, de verdad Juliana, tanto tiempo sin vernos y hablarnos —suspira— no nos peleemos así de nuevo por favor, nunca sabés que planes tiene la vida, como con...

—Papá. Lo sé.

—¿Así que Pauline es Poly, la hija de Mike?

—Al parecer.

—¿Dónde está ella? Pensé que la vería aquí.

—Nos hemos distanciado un poco, apareció su ex y yo necesitaba pensar algunas cosas antes de tomar una decisión —él la mira confundido—. Me gusta Pauline y es más la quiero y a su hija, pero necesito pensar si no es algo del momento, si no es un capricho y si estoy lista para estar con una mamá soltera.

—Juliana —él la toma de la mano—, Pauline es... te hace bien y se nota, se nota que se quieren y por si no te has dado cuenta, venías haciendo de mamá hace tiempo. Yo quizás viene a verla la semana pasada y Oli me contó que la cuidaste cuando estaba enferma, también estaba triste porque no te había visto estos días, ambas estaban tristes. Sé que eres joven y que ella tiene una hija, que nunca es fácil estar con alguien que tiene hijos, creeme lo sé por Carol —dicen al mismo tiempo, pero sé que ella lo vale.

—Lo sé, es que no quiero lastimarlas. Pero sé que las quiero y que ya no puedo imaginar mis días sin ellas.

—Esa es tu respuesta. Invitalas a almorzar, vamos —me pasa el teléfono— sé que quieres verlas.

El mensaje es respondido a la brevedad con un claro, ahí estaremos. A la hora de siempre Pauline toca la puerta con su hija en brazos, abre Luke y Olivia prácticamente salta a sus brazos feliz.

—Venga que el tío Luke te ha extrañado, pequeño terremoto.

—Me alegra verte de nuevo por aquí Luke —se dan un abrazo— traje postre, por si querían.

Él la deja pasar y se ven con Juliana, se saludan de manera distante las cosas entre ellas quedaron ásperas la ultima vez que se vieron hace una semana cuándo volvió de la oficina de Julia.

—Hola —le dice Pauline.

—Hola —Pauline iba a ir con Luke y su hija— ¿Puedes venir un momento? —Pauline se acerca— ¿Podemos hablar luego? —se miran frente a frente.

—Claro —a punto de irse la frena tomándola del brazo.

—Las extrañé —la besa en la mejilla—, está todo bien, solo que hay algo que me gustaría que sepas. De hecho mi madre vendrá más tarde para hablar también —la de ojos verdes sonríe aliviada—. Tomé una desición.

Se sientan en la mesa y conversan de como ha ido la semana, Oli dijo que extrañó a Juliana, pero que mamá le había dicho que ella estaba enferma y no podía recibir visitas.

—¿Cómo has estado Puli? —le pregunta Luke.

—Ha sido una semana agitada, me encontré con una ex y me contó que va a casarse —miró a Juliana— estaba de pasada por aquí para ver una cosas del casamiento. Su prometida es muy agradable y de hecho nos invitaron a la boda.

—Sí, Juli ¿Vas a ir con losotras?

—Olivia no paró de hablar de ti y estamos las tres invitadas. Igual no creo que vaya.

—¿Porqué no? Sería divertido. Hace mucho que no voy a una boda.

Después de almorzar Luke se llevó con permiso de su madre a Olivia por un helado dejando a ambas a solas, aunque claro que ella había traído el postre, pero eso no importaba ahora.

—Las extrañé —como siempre Juliana la abrazó por la espalda.

—Nosotras también —acaricia los brazos al rededor de su cintura— ¿Quierés que hablemos ahora?

Voltea quedando frente a frente y Juliana le mira la boca. Golpean la puerta, se miran frunciendo el ceño y Pauline separa para ir a atender, al abrir delante de ella se encuentra la misma mujer que vió de lejos hace un tiempo, pero ahora tiene una ojeras marcadas, una piel palida y el cabello de rulos está tomado desordenadamente en una coleta, su camisa sin planchar y un marcado nerviosismo en su rostro.

—Hola, tú debes ser Pauline —estira la mano y la saluda—, todos me han hablado mucho de ti ¿Está mi hija?

La mujer ve sobre su hombro, la de ojos verdes voltea a ver en la misma dirección y ve a Juliana parada.

—Sí, pase yo me tengo que ir a buscar a mi hija.

A punto de salir Juliana le habla a la espalda.

—Por favor, lo prometiste.

Es su madre y no es alguien peligroso, pero se siente una niña indefensa ante ella. La verdad es que aunque Juliana muestra una cara ruda, la realidad dista bastante de eso, de hecho es frágil y sino usara esa máscara, su vulnerabilidad quedaría expuesta, una vulnerabilidad que no le puede ocultar a su madre y que con la única que está dispuesta a mostrar es con Pauline.

—¿Podemos hablar? —Tricia la mira y voltea a ver a Pauline.

—Ella se queda —adopta una actitud a la defensiva— sino nada —solo finge para no derrumbarse, y su madre asiente—, bien entonces nos sentemos en el living.

Juliana se sienta en el sillón más amplio con Pauline a su lado, un tanto incómoda con la situación. Juliana le toma la mano enlazando sus dedos y a su madre no se le pasa por alto el gesto, recuerda que Julia una vez le dijo que había probabilidades de que Juliana se confesara sobre sus gustos con ella, pero eso nunca pasó aunque como psicóloga lo notó.

—Sientate —Pauline le aprieta la mano— por favor.

Tricia traga grueso, no sabe si puede hablar delante de Pauline y aunque no se ve mala, es el tipo de conversación que le gustaría tener en privado con su hija, pero también sabe que la joven no se ha marchado por petición de la misma Juliana.

—Dejé a... bueno. Estoy aquí porque quería hablar contigo, sé que hice las cosas mal y quería enmendar.

—¿Porque lo dejaste? —su madre la mira sin entender— ¿Por mí? No te importó decirme antes, ni te importó mi opinión, de hecho ni siquiera me tuviste en cuenta para contarme que habías metido a otro hombre en la misma casa y en la misma cama, que mi padre compartía contigo.

—Tu padre ya no está y yo tengo derecho a seguir con mi vida, no puedo seguir en duelo para siempre. Yo lo amaba —su hija suelta una risa irónica— y lo amaré toda mi vida, él me dió a ustedes que son lo mejor que tengo.

—Por favor Patricia, sé que Luke es tu favorito, sé que cuando papá murió, te quedaste estancada con la hija que no querías en una casa llena de sus recuerdos.

Juliana está encarnizada, furiosa y completamente colerica con su madre, tenía mucho para recriminarle y lo hace, no se guarda nada, vómita en su ira contenida todo lo que se había estado guardando por años.

—¡Yo te necesitaba! Mi padre había muerto y yo necesitaba a mi madre, y no estuviste, todo era mucho más importante cualquier cosa que yo en ese momento. Sabías que era la más cercana a papá y me dejaste sola. Uno se murió y la otra me abandonó.

—Juliana yo de verdad lamento que pensaras eso, pero yo hice lo que pude. Trabajaba sin parar no porqué quisiera, sino porque tenía que hacerlo, Luke estaba en la universidad, había deudas del hospital, tuve que parar la obra del consultorio y tu salías de la escuela y tenía que pensar en otra colegiatura para la universidad. Hice lo que pude —ella la miró con dolor—, hice lo que estaba a mi alcance y cuándo colapse...

—¿Colapsaste?

—¿Recuerdas que Julia y Victoria te llevaron a su casa por casi un mes?

—Sí.

—Tricia se sentó temblando— Yo tuve un colapso, un gran ataque de pánico en casa, tú habías tenido un campamento y te fuiste por el fin de semana. El viernes me metí a bañar y colapse mientras me duchaba, estuve horas bajo el agua de la ducha, que en algún momento salió fría, lloré durante horas abrazada a mis piernas. Fue Julia quién llegó a casa y me encontró así —Juliana jamás supo eso—, me llevaron a internar a una clínica.

_Jamas supe de eso.
—-Yo no quise que supieran, si yo no podía con todo siendo psicóloga, cómo podría ayudar a mis hijos. Tus tías se hicieron cargo de muchas de las deudas que tenía, terminaron de dejar la clínica funcionando y se hicieron cargo de ti, les hice jurar, sobre todo a Julia, que jamás dirían nada.

—Por eso ella siempre me decía que no tenía ni idea de lo que hablaba, que no sabía todo lo que hacías por nosotros y que era una ingrata.

—Julia muchas veces quiso decirles. Pero no era justo para ustedes, yo soy su madre y es mi responsabilidad hacer que usted estuvieran bien, y fracasé —la mira y larga el llanto— y ahora me odias por eso. Yo amo a mis hijos por igual.

—Pero yo no amo a mis padres por igual —el silencio se siembra—, yo si tenía un favorito y se murió. Desee muchas noches que él llegara a casa y que esto fuera una broma estúpida como las que hacía él para hacerme reír, pero no sucedió, incluso cuándo lo ví en el cajón, incluso cuando tiré una flor mientras lo enterraban, todo lo que deseaba es que no fuera mi padre favorito el que se hubiera muerto.

—¿Deseabas que hubiera sido yo?

—Sí —responde fría—, lo desee por meses y te odié por seguir viva y él no.

Tricia se llena de dolor, la verdad es que su relación con ella nunca fue la mejor, pero jamás imaginó que su propia hija por lo cual se pasó meses en el hospital cuando nació prematura, por la cuál casi muere en el parto y por la cual está dispuesta dar su vida, le deseara la muerte. Pauline sintió el dolor de esa mujer como propio, no puede imaginar si Olivia le dijera que deseo que ella muriera, Juliana está siendo demasiado cruel y ella no puede quedarse callada.

—¿De verdad deseas que ella esté muerta? —habla a su lado y le suelta la mano con lágrimas en los ojos— mírala, ha cometido errores, pero está aquí y te sigue amando incluso le acabas de confesar que la deseabas muerta y no se ha marchado. No ves el dolor que carga en sus ojos y no me mires así no me estoy poniendo de su lado Juliana, pero desearle la muerte a la mujer que te dió la vida... ¡Mírala! Mirala a los ojos y dime que deseas que esté muerta.

Juliana la mira, mira a su madre a los ojos y ve dolor, y por primera vez en años logra sintonizar con ella, entonces se quiebra.

—No quiero que te mueras mamá —le dice y suelta el llanto. Pauline se levanta de su lado y le extiende la mano Tricia para que tome su lugar y ella lo hace—. No sé como conectar contigo y eso me abruma y me molesta no poder llegar a ti y que nos apartemos.

—Yo tampoco sé cómo hacerlo hija —Juliana se deja abrazar y su madre por primera vez en años la acuna en su pecho también llorando— pero quiero intentarlo, quiero estar para ti y que me dejes llegar, permíteme llegar Juliana, por favor hija, por favor.

Están un rato así abrazadas, hasta que el llanto de Juliana solo es un sollozo.

—Perdón mamá.

—Ya cielo, está bien —Pauline le trae un vaso de agua— gracias. Toma hija.

Juliana tiene el rostro hinchado y colorado, de tanto llorar.

—No dejes a Mike —le dice más calmada—, solo no estoy lista para verlo en casa ocupando su lugar.

—Nadie ocupará su lugar jamás Juli, nadie. Tu padre era el amor de mi vida, el primero y siempre va a ocupar un lugar en mi corazón. Mike no ha venido a reemplazarlo y él lo sabe bien, porque se lo dejé bien claro, pero si tengo que elegir entre mi hija y él, te elijo a ti, te elijo a ti mi cielo.

—Tienes derecho a seguir con tu vida —la mira y ella mira a Pauline que se quedó fuera del panorama— todos tenemos que seguir adelante, solo por favor, no dejes que use las cosas de papá.

—Tal vez es demasiado pronto, ¿pero te parece si nos reunimos a comer algún día en la semana cada vez que podamos? Quisiera que nos mantengamos en contacto y por supuesto que puedes ir con Pauline y Olivia que están más que invitadas —mira a la de ojos verdes—. Mi hijo y mis amigas me han hablado muy bien de ti y Olivia.

—Es un placer conocerla al fin.

Más calmadas toman un café y es Pauline quién la acompaña abajo cuando ella le hace seña y se lo pide.

—Gracias Pauline —le toma la mano—, sé que parte de que mi hija haya decidido escucharme se debe a ti.

—Siempre hay dos versiones de la historia.

—Lo sé y creeme, que tu padre ha sido honesto con su versión, espero que tú también puedas llegar a un acuerdo con él —acaricia su rostro de manera maternal—. Me alegro que hayas aparecido en la vida de mi hija y espero que ella se de cuenta también de eso. Sacó lo testaruda de mí. Gracias por todo Pauline o ¿Poly? —la abraza y mientras la tiene abrazada le dice— por acercarme a ella y cuidarla. Nos vemos.

Se despide con la mano y parece Juliana a su lado, también saludando a su madre con una mano en la cintura de Pauline. A punto de entrar viene Luke con Olivia sentada arriba de sus hombros. Hoy no van a poder hablar, pero lo harán mañana ya que Juliana se va a quedar dormida en lo de Pauline hoy, fue un día demasiado agotador emocionalmente y al tener un respiro no tardó mucho en caer rendida.

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