Capítulo 9
Bajé de la yegua con cierta dificultad, sin embargo con seguridad. Miré para donde estaba el hombre y él conversaba distraídamente con alguien en la radio. Yo miré para los lados e intenté situarme de donde estaba y para donde debería seguir.
No quería subir a la cima de la colina, quería volverpara la hacienda, quería agarrar Lisa por el cuello, quería gritar con ella, humillarla, ofenderla como a un subordinado incompetente, quería aliviar mi ira.
Mientras carcomía la furia, yo me metía en el bosque, sabía que habíamos venido por allí y habíamos cabalgado sólo una hora, más o menos, no estaría lejos.
"Que mierda pasó conmigo, Dios?!"
"Por qué me dejé conducir como una niñita idiota?"
"Soy kim jennie, mierda!"
Yo quería volver para la civilización, a la realidad, al mundo que yo conocía y dominaba.
Debía haber caminado por un largo tiempo, pues ya sentía dolores fuertes en los pies, entonces paré, me recosté en un árbol y, por primera vez, comencé a mirar realmente a mi alrededor.
Era un bosque muy cerrado, musgos y frondosas árboles por doquier, el olor del musgo húmedo y del bosque comenzó a dejarme aprensiva, comencé a preocuparme.
Continué a caminar, de cierta forma con el corazón un poco menos pesado, la preocupación en llegar en el rancho me quitaba, al menos momentáneamente, los pensamientos de Lisa.
Solamente cuando oí el pio de una lechuza es que me di cuenta de que ya oscurecía.
- No puede ser! – susurré. Yo comenzaba a sentir miedo. - No creo que me perdí.
Un viento fuerte comenzó a balancear los árboles y, luego enseguida, sentí las primeras gotas de lluvia en mis cabellos.
- Era sólo lo que faltaba! - dije llevando una de las manos al rostro.
La lluvia se hizo torrencial y en pocos segundos ya estaba encharcada, a aquella altura yo ya estaba aterrada. La oscuridad comenzaba a tomar cuenta del bosque y yo no sabía más en qué dirección seguir. Hace mucho yo estaba perdida.
Continué caminando sin saber al cierto para qué lado ir, ahora mis pensamientos se volvían para Lisa con furia.
"La culpa es toda de ella!".
Yo intentaba controlar mi nerviosismo, intentaba ser la dueña de la situación que yo siempre fuera antes de caer de paracaídas en aquel mundo de cuento de hadas. Todo era oscuridad y yo ya no podía más caminar.
Paré, apoyándome en un tronco caído, bajo un árbol frondoso. Intentaba inútilmente protegerme de la lluvia, el viento hacía mi cuerpo congelar de frío. Yo comenzaba sentir dolores en el pecho, un miedo incontrolable tomó cuenta de mí cuando oí un ruido siniestro venido de mi lado izquierdo, sonido de ramas partiéndose.
Me levanté rápidamente, reculando mientras imaginaba un animal listo para atacarme.
Entonces surgió una luz y enseguida un caballo saliendo de entre los árboles.
Quedé recostada en un árbol, en estado de shock, sin respirar, mientras la luz de una linterna iluminaba mi rostro. Cerré los ojos sintiendo contracciones de miedo.
- Gracias a Dios!- oí la voz ronca decir antes de saltar del caballo y correr para mí, tomándome en los brazos ansiosamente.
Yo me agarré a ella desesperadamente, enterrando mi rostro entre sus cabellos mojados, intentando controlar los latidos de mi corazón y el temblor involuntario.
- Oh Dios, jennie! Quieres matarme? - preguntó Lisa, alejándose un poco sólo para tomar mi rostro entre las manos. – Mírame, mi ángel.
- Sácame de aquí - fue todo lo que conseguí decir.
Yo estaba sintiendo mil cosas a la vez, pero la sensación de alivio en estar en los brazos de Lisa era lo que me hacía perder la firmeza en las piernas en aquel momento.
Lisa me amparó antes que yo me cayera hasta el suelo.
- Voy a sacarte de aquí, cariño, ok! - dijo mientras sin mucha dificultad me amparaba y me llevaba hasta Missy.
- Consigues subir? - preguntó agarrando mi rostro entre las manos. -Va a estar todo bien.
Ella me ayudó a montar y enseguida montó atrás de mí.
Sus brazos estaban alrededor de mí y ella tomaba las riendas. Yo me recosté en su cuerpo, sintiendo temblores.
Lisa estaba allí, yo quedaría bien.
La lluvia continuaba mientras Missy seguía por la floresta densa. El agua era helada, el viento fuerte hacía con que la sensación de frío lastimase mis huesos. Lisa seguidamente tocaba sus labios en mi rostro, mis cabellos, y susurraba:
- Ya estamos llegando, ok.
Yo ya no me preocupaba en llegar a lugar alguno, intentaba sólo acordarme de que todo lo que había pasado era culpa de la ojiverde. Intentaba no sentir el cuerpo mojado de ella atrás de mí, mi alivio en estar con ella, la insoportable sensación de felicidad delante de ella.
Nos aproximamos de un tramo menos denso, y enseguida vi una luz.
Era una cabaña.
Pequeño y encantador por afuera, su estilo era una mezcla de rusticidad y elegancia.
Lisa bajó y me ayudó, deslicé para sus brazos y entonces ella me abrazó:
- jennie, no hagas eso nunca más, por favor! - dijo ella en un susurro en mi oído. - Ven.
"La culpa es tuya!" Yo tragué la frase.
Ella atravesó rápidamente una cerca baja de madera que era tomada por flores del tipo trepaderas, Lisa tomaba mi mano y yo, involuntariamente, quedé mirando para nuestras manos entrelazadas como una pareja de novias.
Caminamos rápido, la lluvia sólo hacía aumentar. Ella abrió la puerta de la cabaña y me estiró para dentro:
- Bienvenida a mi humilde casa - dijo ella quitando los cabellos mojados del rostro.
Yo no miré mucho para el interior, sólo percibí muchas almohadas coloridas esparcidas sobre una alfombra salmón y una pequeña chimenea bien en la esquina de la sala.
- Ven, necesitas de un baño, estás mojada.
Ella hablaba conmigo como si yo fuera una niña, y yo la obedecía. Sentía el agua helada de la lluvia penetrar mis poros, mi cuerpo estaba congelando.
El baño fue agradable, sin embargo el visual del cuarto de baño fue lo que me dejaría maravillada si por dentro yo no estuviera a punto de explotar.
Era un ambiente más parecido con una fuente. Había una bañera bien en el centro y en medio de ella corría una cascada de aguas cristalinas sobre unas piedras redondas y lisas y en toda lateral de la bañera oval, había hojas y flores. Las aguas caían por las piedras como una cascada, yo me aproximé de ella y pude percibir que Lisa acababa de abrir una tornera bien encima de las piedras, entonces el agua corría de allá hasta la bañera.
- Yo misma lo hice - comentó ella orgullosa.
Ignoré el comentario.
Cuando toqué el agua, sentí un placer inmediato, era tibia. Sin voltearme para Lisa, dije:
- Puedes dejarme sola, por favor? - Lisa me miró por algunos segundos, después respondió:
- Claro, voy a dejar toallas allí, sobre el lavabo.
Entonces ella salió.
Tuve la impresión de haber pasado mucho más de una hora en aquella bañera. Yo necesitaba de aquel tiempo para mí, necesitaba calmar mi cuerpo y mi corazón, organizar mis ideas y, por encima de todo, entender la razón del odio que yo sentía dentro de mí.
Estaba prestes a explotar a cualquier momento, sentía rabia de Lisa, quería quedar lejos de ella. Sabía que en su presencia yo sufría una especie de hipnosis, yo me sometía a ella.
Sin embargo, todo lo que estaba aconteciéndome era culpa de ella, yo no me reconocía y me odiaba por eso.
Estaba pasando por un conflicto de emociones: felicidad por estar al lado de Lisa, rabia por sentir tal felicidad, odio por someterme a ella sin reservas. Y encima de todo, intentaba no admitir la mayor razón de mi ira: qué existía entre Lisa y aquel hombre?
Yo era una bomba reloj.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro